miércoles, 13 de noviembre de 2024

POEMAS DE SOR JUANA INÉS DE LA CRUZ EN SU NATALICIO

 


De amor y de discreción

En que satisface un recelo con la retórica del llanto.

Esta tarde, mi bien, cuando te hablaba,

como en tu rostro y tus acciones vía

que con palabras no te persuadía,

que el corazón me vieses deseaba;

y Amor, que mis intentos ayudaba,

venció lo que imposible parecía:

pues entre el llanto, que el dolor vertía,

el corazón deshecho destilaba.

Baste ya de rigores, mi bien, baste;

no te atormenten más celos tiranos,

ni el vil recelo tu quietud contraste

con sombras necias, con indicios vanos,

pues ya en líquido humor viste y tocaste

mi corazón deshecho entre tus manos.

 

 

Este amoroso tormento

Este amoroso tormento

que en mi corazón se ve,

se que lo siento y no sé

la causa porque lo siento

Siento una grave agonía

por lograr un devaneo,

que empieza como deseo

y para en melancolía.

y cuando con mas terneza

mi infeliz estado lloro

sé que estoy triste e ignoro

la causa de mi tristeza.

Siento un anhelo tirano

por la ocasión a que aspiro,

y cuando cerca la miro

yo misma aparto la mano.

Porque si acaso se ofrece,

después de tanto desvelo

la desazona el recelo

o el susto la desvanece.

Y si alguna vez sin susto

consigo tal posesión

(cualquiera) leve ocasión

me malogra todo el gusto.

Siento mal del mismo bien

con receloso temor

y me obliga el mismo amor

tal vez a mostrar desdén.

 

 

Pues estoy condenada

Pues estoy condenada,

Fabio, a la muerte, por decreto tuyo,

y la sentencia airada

ni la apelo, resisto ni la huyo,

óyeme, que no hay reo tan culpado

a quien el confesar le sea negado.

Porque te han informado,

dices, de que mi pecho te ha ofendido,

me has, fiero, condenado.

¿Y pueden, en tu pecho endurecido

más la noticia incierta, que no es ciencia,

que de tantas verdades la experiencia?

Si a otros crédito has dado,

Fabio, ¿por qué a tus ojos se lo niegas,

y el sentido trocado

de la ley, al cordel mi cuello entregas,

pues liberal me amplías los rigores

y avaro me restringes los favores?

Si a otros ojos he visto,

mátenme, Fabio, tus airados ojos;

si a otro cariño asisto,

asístanme implacables tus enojos;

y si otro amor del tuyo me divierte,

tú, que has sido mi vida, me des muerte.

Si a otro, alegre, he mirado,

nunca alegre me mires ni te vea;

si le hablé con agrado,

eterno desagrado en ti posea;

y si otro amor inquieta mi sentido,

sáqueseme el alma tú, que mi alma has sido.

Mas, supuesto que muero,

sin resistir a mi infeliz suerte,

que me des sólo quiero

licencia de que escoja yo mi muerte;

deja la muerte a mi elección medida,

pues en la tuya pongo yo la vida.

 

 

Dime vencedor rapaz

Dime vencedor Rapaz,

vencido de mi constancia,

¿Qué ha sacado tu arrogancia

de alterar mi firme paz?

Que aunque de vencer capaz

es la punta de tu arpón

el más duro corazón

¿qué importa el tiro violento,

si a pesar del vencimiento

queda viva la razón?

Tienes grande señorío;

pero tu jurisdicción

domina la inclinación,

mas no pasa el albedrío.

Y así librarme confío

de tu loco atrevimiento,

pues aunque rendida siento

y presa la libertad,

se rinde la voluntad

pero no el consentimiento.

En dos partes dividida

tengo el alma en confusión:

una, esclava a la pasión,

y otra, a la razón medida.

Guerra civil, encendida,

aflige el pecho importuna:

quiere vencer cada una,

y entre fortunas tan varias,

morirán ambas contrarias

pero vencerá ninguna.

Cuando fuera, Amor, te vía,

no merecí de ti palma;

y hoy, que estás dentro del alma,

es resistir valentía.

Córrase, pues, tu porfía,

de los triunfos que te gano:

pues cuando ocupas, tirano,

el alma, sin resistillo,

tienes vencido el Castillo

e invencible el Castellano.

Invicta razón alienta

armas contra tu vil saña,

y el pecho es corta campaña

a batalla tan sangrienta.

Y así, Amor, en vano intenta

tu esfuerzo loco ofenderme:

pues podré decir, al verme

expirar sin entregarme,

que conseguiste matarme

mas no pudiste vencerme.

 

 

Envía una rosa a la virreina

Ésa, que alegra y ufana

de carmín fragante esmero,

del tiempo al ardor primero,

se encendió llama de grama;

preludio de la mañana

del rosicler más ufano

es primicia del verano,

Lisi divina, que en fe

de que la debió a tu pie

la sacrifica tu mano.

 

 

Expresa los efectos del amor divino

Traigo conmigo un cuidado

y tan esquivo que creo

que aunque se sentirlo tanto,

aun yo misma no lo siento.

Es amor, pero es amor

que faltándole lo ciego,

los ojos que tiene son

para darle más tormento.

El término no es a quo,

que causa el pesar, que veo,

que siendo el término el bien

todo el dolor es el medio.

Si es lícito y aun debido

este cariño que tengo

¿por qué me han de dar castigo

porque pago lo que debo?

¡Oh cuánta fineza, oh cuántos

cariños he visto tiernos!

que amor que se tiene en Dios

es calidad sin opuestos.

De lo lícito no puede

hacer contrarios conceptos

con que es amor que al olvido

no puede vivir expuesto.

Yo me acuerdo ¡oh nunca fuera!

que he querido en otro tiempo

lo que pasó de locura

y lo que excedió de extremo.

Más como era amor bastardo

y de contrarios compuesto,

fue fácil desvanecerse

de achaque de su ser mesmo.

Mas ahora ¡ay de mi! está

tan en su natural centro,

que la virtud y razón

son quien aviva su incendio.

Quien tal oyere dirá

que si es así ¿por qué peno?

Más mi corazón ansioso

dirá que por eso mesmo.

¡Oh humana flaqueza nuestra,

adonde el más puro afecto

aun no sabe desnudarse

del natural sentimiento!

Tan precisa es la apetencia

que a ser amados tenemos,

que aun sabiendo que no sirve

nunca dejarla sabemos.

Que corresponda a mi amor

nada añade, mas no puedo

por más que lo solicito

dejar yo de apetecerlo.

Si es delito, ya lo digo;

si es culpa, ya lo confieso,

mas no puedo arrepentirme

por más que hacerlo pretendo.

Bien ha visto quien penetra

lo interior de mis secretos

que yo misma estoy formando

los dolores que padezco.

Bien sabe que soy yo misma

verdugo de mis deseos,

pues muertos entre mis ansias,

tienen sepulcro en mi pecho.

Muero ¿quién lo creerá? a manos

de la cosa que más quiero,

y el motivo de matarme

es el amor que le tengo.

Así alimentando triste

la vida con el veneno,

la misma muerte que vivo,

es la vida con que muero.

Pero, valor, corazón,

porque en tan dulce tormento,

en medio de cualquier suerte

no dejar de amar protesto.

 

II

Mientras la gracia me excita

por elevarse a la esfera,

más me abate a lo profundo

el peso de mis miserias.

La virtud y la costumbre

en el corazón pelean

y el corazón agoniza

en tanto que lidian ellas.

Y aunque es la virtud tan fuerte,

temo que tal vez la venzan.

que es muy grande la costumbre

y está la virtud muy tierna.

Obscurécense el discurso

entre confusas tinieblas

pues ¿quién podrá darme luz

si está la razón a ciegas?

De mí misma soy verdugo

y soy cárcel de mí mesma.

¿quién vio que pena y penante

una propia cosa sean?

Hago disgusto a lo mismo

que más agradar quisiera;

y del disgusto que doy,

en mí resulta la pena.

Amo a Dios y siento en Dios,

y hace mi voluntad mesma

de lo que es alivio, cruz;

del mismo puerto, tormenta.

Padezca, pues Dios lo manda,

mas de tal manera sea

que si son penas las culpas,

que no sean culpas las penas.

 

 

Oración traducida

Oración traducida del Latín

Ante tus ojos benditos

Las culpas manifestamos,

Y las heridas mostramos,

Que hicieron nuestros delitos.

Si el mal, que hemos cometido,

Viene a ser considerado,

Menor es lo tolerado,

Mayor es lo merecido.

La conciencia nos condena,

No hallando en ella disculpa,

Que respecto de la culpa,

Es muy liviana la pena.

Del pecado el duro azar

Sentimos, que padecemos

Y nunca enmendar queremos

La costumbre de pecar.

Cuando en tus azotes suda

Sangre la naturaleza,

Se rinde nuestra flaqueza,

Y la maldad no se muda.

Cuando el pecado mancilla

La mente con fiera herida,

Padece el alma afligida,

Y la cerviz no se humilla.

La vida suelta la rienda

En su acostumbrado error,

Suspira por el dolor,

Y en el obrar no se enmienda.

Puestos entre dos extremos,

En cualquiera peligramos;

Si esperas, no la enmendamos;

Si te vengas, nos perdemos.

De la aflicción el quebranto

Nos obliga a la contricción

Y en pasando la aflicción,

Se olvida también el llanto.

Cuando tu castigo empieza

Promete el temor humano;

Y en suspendiendo la mano,

No se cumple la promesa.

Cuando nos hieres, clamamos

Que el perdón nos des, que puedes,

Y así que nos lo concedes.

Otra vez te provocamos.

Tienes a la humana gente

Convicta en su confesión,

Que si no le das perdón,

la acabarás justamente.

Concede al humilde ruego

Sin mérito a quien criaste,

Tú que de nada formas

A quien te rogará luego.

Tomado de:

https://pruebat.org/biblioteca/descargar/pdf/Poesia-Sor-Juana.pdf

 

 

ESTOS VERSOS LECTOR MIO

Estos versos, lector mío,

que a tu deleite consagro,

y sólo tienen de buenos

conocer yo que son malos,

ni disputártelos quiero,

ni quiero recomendarlos,

porque eso fuera querer

hacer de ellos mucho caso.

No agradecido te busco:

pues no debes, bien mirado,

estimar lo que yo nunca

juzgué que fuera a tus manos.

En tu libertad te pongo,

si quisieres censurarlos;

pues de que, al cabo, te estás

en ella, estoy muy al cabo.

No hay cosa más libre que

el entendimiento humano;

pues lo que Dios no violenta,

por qué yo he de violentarlo?

Di cuanto quisieres de ellos,

que, cuanto más inhumano

me los mordieres, entonces

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me quedas más obligado,

pues le debes a mi musa

el más sazonado plato

(que es el murmurar), según

un adagio cortesano.

Y siempre te sirvo, pues,

o te agrado, o no te agrado:

si te agrado, te diviertes;

murmuras, si no te cuadro.

Bien pudiera yo decirte

por disculpa, que no ha dado

lugar para corregirlos

la priesa de los traslados;

que van de diversas letras,

y que algunos, de muchachos,

matan de suerte el sentido

que es cadáver el vocablo;

y que, cuando los he hecho,

ha sido en el corto espacio

que ferian al ocio las

precisiones de mi estado;

que tengo poca salud

y continuos embarazos,

tales, que aun diciendo esto,

llevo la pluma trotando.

Pero todo eso no sirve,

pues pensarás que me jacto

de que quizá fueran buenos

a haberlos hecho despacio;

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y no quiero que tal creas,

sino sólo que es el darlos

a la luz, tan sólo por

obedecer un mandato.

Esto es, si gustas creerlo,

que sobre eso no me mato,

pues al cabo harás lo que

se te pusiere en los cascos.

Y adiós, que esto no es más de

darte la muestra del paño:

si no te agrada la pieza,

no desenvuelvas el fardo.

 

 

VERDE EMBELESO

Verde embeleso de la vida humana,

loca esperanza, frenesí dorado,

sueño de los despiertos intrincado,

como de sueños, de tesoros vana;

alma del mundo, senectud lozana,

decrépito verdor imaginado;

el hoy de los dichosos esperado,

y de los desdichados el mañana:

sigan tu sombra en busca de tu día

los que, con verdes vidrios por anteojos,

todo lo ven pintado a su deseo;

que yo, más cuerda en la fortuna mía,

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tengo en entrambas manos ambos ojos

y solamente lo que toco veo.

Tomado de:

https://www.suneo.mx/literatura/subidas/Sor%20Juana%20Ines%20de%20la%20Cruz%20%20Poemas.pdf

martes, 12 de noviembre de 2024

POEMAS DE JOSÉ CARLOS SÁNCHEZ LARA



TRANSACCIONES

 

 

                                                           para C.B.

 

Mientras deletreaba oscuras páginas

 

se borró mi juventud,

 

demolieron mi puerta,

 

prendieron fuego a mi retrato.

 

 

 

Mientras conversaba con mi madre, 

 

(de traje y pistola oculta) 

 

delincuentes negociaron un país.

 

Mi oído se pobló de avispas.

 

 

 

Mientras conversaba con las cosas

 

entró la noche a mi ADN,

 

entró un asesino a mi cuarto.

 

La muerte se llevó a mi madre.

 

 

 

Hoy soy fantasma anestesiado.  

 

Mi niñez se aplicó al culto de lobeznos

 

y al arte de observar crisálidas.

 

Habitante en la región del tósigo.

 

 

RECONSTRUCTOR DE AXILAS

 

Semejante a inyector mecánico, su primer extremo posee un regulador de hidrogeno. El segundo, una boquilla hidráulica. El último se inocula al tracto del recluso. Excrementos vierten en un aguamanil. Sus tensores brotan desde el núcleo. Se articulan cual vástagos de Rémington. Reducen o amplifican la extensión. Dos cuchillas cóncavas lapidan con exactitud. Al desprenderse, las axilas caen (limpios mejillones) en oscura palangana.

 

(Enciclopedia del Castigo, Gramenich, Periodo Ur)

 

 

SEROTONINAS 

 

Llueve cóctel de litio para encarrilar al triturado, que no quiere masticar alquimia.

 

Unos dicen: “Atrapado está en la Nada”.  Carece de zona-horaria. Si le cortan víscera, segregaría luz.  Si le amputan un pulmón, fabricaría una reseda. Si lo castran, pueden apostar, buditará.

 

Ignorante de noches y el tiempo apretado del Sabbath (donde cabezas ruedan de muerte herética) en traspatio, al sol de unas calizas, pudre.

 

 

BALADA DE LA SOMBRA

 

Quien al moverse junto a mí simula

 

ser una cosa de sí misma ajena,

 

no lo que brota del costado.

 

 

 

Aquel que no me acompañaba

 

acuesto en mi lugar a pesar suyo

 

sin que (aun) implique relación.

 

 

 

¿Y al movernos quién se ajusta

 

en la porción de cada cual?

 

 

 

¿Quién acompaña al que está solo?

 

¿Quién primero, después ninguno?

 

 

 

¿O somos ambos misma despedida,

 

misma enemistad fraterna

 

en quien ya no disimula un doble?

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2024/05/poesia-cubana-jose-carlos-sanchez-lara/

 

 

BALADA TECNOLÓGICA

 

Yo te amo robot porque administras

 

Porque si un desajustado cae

 

no transitas de la lágrima al discurso heroico.

 

Yo te amo robot porque destruyes

 

la representación de la verdad.

 

Porque ultrajas al ecologista

 

que sueña anestesiar el mundo.

 

que devolver luz a un niño ciego.

 

Yo te amo robot porque controlas

 

los goznes del insomnio, la moneda.

 

Y aunque se pudren las constituciones

 

nos sustituyes por horror, teléfonos.

 

Porque si el cáncer nos ataca un ojo

 

Porque si otra Alejandría se derrumba

 

tus mantis religiosas de aluminio

 

acuden en miríadas a extraer

 

la leche perniciosa del cadáver.

 

y eres estoico en tu crueldad sin genes.

 

Yo te amo robot porque no finges

 

y te apropias incluso del poema.

 

A qué nombrar aquí tus probidades.

 

Tu detector de escarcha, tu hipotálamo

 

estrictamente atornillado y lúcido,

 

(según nos informan magazines

 

sufragados por Donald Trump).

 

Dios quiere que el metal sea el Principio

 

y te ha elegido a ti como lenguaje

 

en tiempos de sufragio y cáscara.

 

                                                                         (Agosto 13, y 2011)

 

 

DE ECONOMÍA POLÍTICA

 

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[Selección de textos pertenecientes a la trilogía Construcciones (Diario de Bartolo G).]

Tomado de:

https://plenamar.acento.com.do/literatura/maquinicas-vi/

 

 

TERRORISMOS 

 

 (Szyszlo. Mesa Ritual. Acrílico, 1986)

 

Esta gente sufre en caserones por comida / hormonas bulimia sobrepeso cáncer / el trago negro de sus pianos/ Aunque hablando de amor: los opresores no ven su porquería / Y hay que tener grandeza para no reinar / sobre parásitos menores / dijo el alien en los grumos del arroz / mientras ponía 13000 huevitos.

 

 

CÍCLOPE

 

Abandonó Aranguren por desamor de la mujer barbuda. Tras el odio de ese rostro un ojo avista precipicios y ciudades. Lo usan para cultivar granizo. Su hambre es pequeña y el trabajo irresumible. Esculpe epitafios, mini-textos. Su aguzamiento no necesita otro órgano (manía de seres bioculares). De cierto es suyo este epigrama:

 

El espanto que provoca la belleza/ antecede el hielo del suicidio.

 

 

CANCIÓN DOBLE

 

Mi vacío no es del Este ni del Sur. Escolopendra escuálida que entró en mi corazón. Tener cuidado de amputarlo. Pudiera florecer un hueco donde estuvo mi vacío como un huevo. Dios de ningún hombre: come lo que el tiempo expulsa —sabiendo que serás chatarra.

 

[Tallahassee. Enero y Lunes 5:00 am]

 

 

FU-JÊN

 

El emperador mandó a decapitar 100 juncos. Ni déficit fiscal ni litigio en la frontera (esa estúpida contienda desatada por el irascible Wu). Los clanes de Manchuria no constriñen hoy su espíritu. Es el cadáver de Fu-Jên, proyectado en sus paredes.

 

 

Oh, maldita Fu-Jên, en vano fue arrojarte a mis caballos

y a las hendiduras de la Separación.

 

Quemaría mis yates y el Roll Royce. Fusilaría 40 cinturones

rojos.

 

Que los visitantes del Bulto (Kung) me envíen el Menguar.

Que funcionarios me destierren a estepas tártaras.

Que un sifón borre (a) mis 3 nietos.

 

 [Tachado del Hou Han Shu, Fan Yeh, (398-445)]

 

 

CULPE A NINGUNO

 

(remake)

 

En el rencor está mi padre

y en mi padre una serpiente.

Soy yerro y fruta herida

por antigüedad sin límite.

Si descubrieran cuánto plomo hay en mi sangre

reconstruirían la ciudad.

Estoy muerto por placer de estarlo.

Lo aseguro yo que vine a descender.

Hay noche ahí.

 

 

INDEX

 

Me querían enviar a un hospital psiquiátrico. Me hice el lúcido y burlé las pruebas. Hoy no saben a qué atenerse. Mi nombre pudre archivo de mil páginas. Me trafican tipos neutros, hijos del sol, con buenas próstatas. Soy de raza roja por mi padre, negro por el vientre de mi abuela. Peligroso en cualquier ciudad.

Tomado de:

https://www.isliada.org/maquinicas-ii/

 

 

RENGA

Toda la mañana escribo hasta reventarme un ojo / Toda la mañana deshuesando horrible en la

batalla de Crevel / (la) plegaria (el) pataleo del ahorcado que también dentro de mí rescribe/

debajo del estanque del pensar debajo del estanque del vivir / en los fangales

 (Tallahassee. Febrero y 7:00 am)

 

 

TEILLIER

Obtén cascada de huesitos y al unirlos laudarás mi nombre.

Los animales conocen mi camino. La memoria se recauda y vacía. La memoria es caja azul.

Como si te hubieses preparado para el mundo, toma lo que el mundo deja.

Acércate, total disolución y cava, como si te hubieses preparado para ser.

Y con la muerte entendí la poesía: separarse, y ver los golpes.

Gente-que-cruza. Nuevas figuras de un caudal de pérdidas. Pañuelo donde escupes sangre.

Para otros la sustancia, para ti gelatina de detritus. Permanecer en sombra te augura un cupón en

el banquete. (Tú no ladras ni contoneas tu esqueleto, comes las sobras del festín).

Tomado de:

https://revistas.upr.edu/index.php/ceiba/article/download/3502/3001/3611

 

 

BALADA BOSNIA

 

                                     (según B)

 

 

Labre temprana luz

temprana luna de los patios

este año de cosecha roja

 

y que los tigres

no devoren nuestras vacas.

 

Cóncava es la noche y el sueño

no quiere mi cabeza.

 

Corre el año 2003. Soy recluso

por haber robado un pan.

 

 

K-MART

 

Son extrañas las flores de Biscayne.

Cuarteles se perfilan manieristas

caseríos nevados de asfaltil.

Penetra mi rareza estos fangales.

 

Los grandes almacenes públicos.

Aquí gente se torna ciudadana,

adentra su envoltura amniótica.

La desintegración palpando el ser.

 

Estúpida aridez engulle todo.

Algún hombre, notario obtuso,

anota en cierta agenda ciertos restos.

 

Vivir es capturar pedazos.

La compulsión de atestiguar lo roto.

La compulsión de componer lo horrible.

 

 

POLIEDROS

 

Las Palabras.

 

Arden allí.

Donde sus madres muertas.

 

 

ESTHER

 

Dejé una marca allí que articuló quien soy.

En su círculo están mis razones y mis ruidos.

 

Si cabeza estalla en receptáculo

recogerá mi polvo un semejante.

 

De profundas, otras, las esquinas

donde apellidos vierten sol:

crecerá limpia contraseña

sin báculo y negrura.

 

 

OFRENDAS

 

para Juan José Arreola

 

 

Barroco, no a tu lámpara, no a tu oscuridad. Al tirón del miembro amputado por tus máquinas.

 

Aquí no hay perfumerías ni volúmenes de Barthes. Artilugios de alambre, pulgas, guerra entre pandillas y ajuar precario.

 

Poesía adquiere rostro del cristal que la contiene.  Todo horror es formal.

Tomado de:

https://www.trasdemar.com/home/poesia/maquinicas-viii-poemas-de-jose-carlos-sanchez-lara/