(Grljevići Ljubuski , 9 de junio de 1914 - Siroki Brijeg , 16 de junio de 1.993)
EL PAÍS ESPERE A LA PASCUA
País esperando la Pascua
...!
la cima de su miel y
colinas,
cuando no se
perderán más estacas de
nieve congelada , congelada y humilde;
Cuando no habrá ríos
inundados , no habrá
carreteras sin un convoy y dirección.
País esperando la Pascua
...!
cuando el coro de pájaros
se arremolinará,
que sobre el horizonte de
la coyuntura de vidrio;
cuando ninguna bestia en
el bosque
sentirá la sed de sangre
de los nervios humanos, los
restos de la congelación,
cuando no habrá coronas
rígidas
ni marcas de dientes
venenosos
País esperando la Pascua
...!
cuando no habrá más odio o
derrocamiento de los
ejércitos en marcha o de
los genios locos,
cuando los soldados de la
nave ya no
secuestrarán las
municiones y sacudirán a los muertos;
cuando desaparezcan el
engaño y el robo, la
abominación del trabajo de
los trabajadores;
cuando el emigrante en el
umbral de otro,
como el fruto de la
ciruela y el mártir,
comerá su mordedura
pacíficamente.
País esperando la Pascua
...!
cuando cesen los calabozos
y los bancos de sangre, los
campos de los novatos
asesinan;
cuando los fuegos
y la ira de la carne
desaparezcan del rostro , que es silencioso;
cuando el hombre ofrezca
al hombre una flor de flores;
Cuando el reinado de la
primavera, la sonrisa
y el amor coronarán la
mano extendida.
País esperando la Pascua
...!
que
se rompa la edad de la luz
en nuestro hogar y el buey de la esclavitud;
cuando el hijo terrenal
comienza a creer
que está creado para vivir
por la victoria y la libertad.
La tierra está esperando
la Pascua ... ¡La paz del pueblo de Dios!
El fugitivo
Serpiente como el borde de
la madre tierra.
Y una valla de espinas. Y
el mundo es una choza fría.
En el cual la oscuridad y
la constricción devoran el alma.
Me llamo: mártir y sin
hogar;
Los campos son mi guarida
y la nube mi manta acuosa.
Yo declaro la guerra a la
luz ya las estrellas.
Y trato de esconder los
soles lejanos con la palma de mi mano:
No ver la oscuridad y el
abismo.
Fruncido en mi cara por
los vagabundeos y la pasión;
No escuchar el grito de mi
miseria y la de los demás.
En el que canta la víbora
y florece el espino negro.
Sin mi tierra nativa y los
amaneceres del sol.
Me convertí en un aullido
y una cruz de roble anudada.
Criado en la noche de los
disturbios y el vuelo.
O cuando mis brazos se
conviertan en alas,
Que me convierta solo en
espíritu, realidad y vida;
¡Un fugitivo rescatado en
este planeta manchado de sangre!
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