(18 de octubre de 1912, La Habana, Cuba - 8 de agosto de 1980)
INDIO DE AMÉRICA
Indio, noble indio, médula de mi América,
que hoy eres con el negro nuestra sola esperanza.
Indio humilde de Alaska, de Ecuador o de Chile,
¡ya es hora de que yergas la espalda sudorosa!
Yo sabía de la herida gangrenada del negro,
pero sólo de lejos lamenté tu amargura,
fue preciso que viera tus ojos y tu cara,
tus hombros y tus brazos para saberte, indio.
Y vi que nuestra América no es lo que se cree,
la de grandes burgueses, rascacielos y aviones,
sino una tierra humilde y silenciosa,
dolorida y opresa como tu raza, indio.
Y vi que en ella pronto se oirá sonar la hora
¡la hora tuya, indio! ¡la de tu hermano el negro!
La hora de la siega y el martilleo terrible,
¡la que vendrá a ponerte justicia entre los brazos!
Indio, noble indio, médula de mi América,
para entonces no puedes estar ya de rodillas.
Acuérdate que eres, junto a tu hermano el negro,
para esta hora suprema nuestra única esperanza.
LA PÁJARA PINTA
Pájara pinta,
jarapintada,
limoniverde,
alimonada.
Ramiflorida,
picoriflama,
rama en el pico,
flor en la rama.
Pájara pinta,
pintarapaja,
baja del verde,
del limón baja.
TODO PUEDE VENIR
Todo puede venir por los caminos
que apenas sospechamos.
Todo puede venir de dentro, sin palabras
o desde fuera, ardiendo
y romperse en nosotros, inesperadamente,
o crecer, como crecen ciertas dichas,
sin que nadie lo escuche.
Y todo puede un día abrirse en nuestras manos
con risueña sorpresa
o con sorpresa amarga, desarmada, desnuda,
con lo triste de quien se ve de pronto
cara a cara a un espejo y no se reconoce
y se mira los ojos y los dedos
y busca su risa inútilmente.
Y es así. Todo puede llegar de la manera
más increíblemente avizorada,
más raramente lejos
y no llegar llegando y no marcharse
cuando ha quedado atrás y se ha perdido.
Y hay, para ese encuentro que guardar amapolas,
un poco de piel dulce, de durazno o de niño,
limpia para el saludo.
CANCIÓN ANTIGUA A CHE GUEVARA
"Sans peur et sans reproche..."
—¿Dónde estás, caballero Bayardo,
caballero sin miedo y sin tacha?
—En el viento, señora, en la racha
que aciclona la llama en que ardo.
— ¿Dónde estás, caballero gallardo,
caballero sin tacha y sin miedo?
—En la flor que a mi vida concedo:
en el cardo, señora, en el cardo.
—¿Dónde estás, caballero seguro,
caballero del cierto destino?
—Con la espada aclarando camino
al futuro, señora, al futuro.
—¿Dónde estás, caballero el más puro,
caballero el mejor caballero?
— Encendiendo el hachón guerrillero
en lo oscuro, señora, en lo oscuro.
—¿Dónde estás, caballero el más fuerte,
caballero del alba encendida?
—En la sangre, en el polvo, en la herida,
en la muerte, señora, en la muerte.
—¿Dónde estás, caballero ya inerte,
caballero ya inmóvil y andante?
—En aquel que haga suyo mi guante
y mi suerte, señora, mi suerte.
—¿Dónde estás, caballero de gloria,
caballero entre tantos primero?
—Hecho saga en la muerte que muero:
hecho historia, señora, hecho historia.
POEMA INCONCLUSO
La mano con que te digo
adiós, esconde el saludo
la distancia
con tu sombra por escudo,
amor, los pasos te sigo,
pues no sé
si no, a qué puertos iré.
Muda sombra de amor mudo
paso que das, yo lo sigo,
pues no sé
si no, a qué puertos iré.
Conmigo estás, yo contigo
en perpetuo no llegar.
Vas y vienes, yo te sigo,
pues no sé
si no, a qué puertos iré.
SONETO
Amor, raro es amar si ya se ha amado.
Amor, raro es volver al mismo puerto.
Raro el amor que no se mira muerto
cuando los años-tantos-han pasado.
Es raro amor, amor resucitado
que desde el tiempo yergue el fuego cierto.
Distancia y tiempo, sabe el pecho experto,
son el frutal de amores, viento helado.
La vida borra, pasa, desengaña,
tiene un paciente corazón amargo
que enseña a dejar irse lo perdido.
Y siendo así la vida, ¿No te extraña
que un amor pueda hacer surco tan largo,
que un amor que se fue, no se haya ido?
Cortesía
Limón, limonero,
las niñas primero.
Ceder la derecha,
quitarse el sombrero,
jugar a la dama
y a su caballero.
Limón, limonero,
las niñas primero.
Sinfín
De la semilla el naranjo,
del naranjo el azahar,
del azahar la naranja.
Y otra vez a comenzar.
En semilla está naranjo,
en naranjo está azahar,
en azahar la naranja
y en naranja—¡Maravilla!—
la semilla
de
sembrar.
¿Quieres que vuelva a empezar?
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