El arce
Caen en el bosque las hojas del arce:
palmas rojas de dioses con mensajes del cielo.
Un hombre con bastón va por la estrecha senda.
Le alcanza la carroza del reino de los muertos
con unas pocas almas rumbo al infinito
allí donde el camino se ensancha; ya oscurece.
El anciano cojea por el camino helado,
se detiene, mira hacia atrás. El árbol
sueña noches de invierno y luz azul de luna.
Ha transcurrido el tiempo; nunca había estado aquí:
sólo el fugaz instante. Corretean las ardillas
con su cara asustada, piel de la veleidad.
El anciano intenta buscar en sus recuerdos.
Su memoria lo lleva muy lejos de este bosque:
una nube violeta en un silencio eterno.
Mira atrás. ¿Qué era lo que he visto?
¿y dónde están los pájaros que cantaban antaño?
Hurga con su bastón en la lluvia de hojas,
su alma sube al árbol. Y el arce habla
con la voz de una vida olvidada.
¿Es la muerte la única salida?...
¿Es la muerte la única salida?
La meta, más allá de los mares y montañas.
La montaña es el eco de la muerte,
el agua es el reflejo de la muerte.
Y sin embargo la muerte es brisa,
soplo en el desfiladero,
onda en la superficie del agua.
¿Es la muerte la única salida?
La historia tiene el rostro de la muerte,
todo lo que se muestra a nuestros ojos,
todo lo que tocamos, pertenece a la muerte
En el hito está la muerte
y en el mojón de las palabras.
El aleteo del somorgujo
en lo más alto del páramo
nos revela algo sobre la muerte.
¿Es la muerte la única salida?
Ningún camino lleva lejos.
Pero cuando nos detenemos,
y no podemos seguir
nuestra voluntad acompaña a la muerte
y las dos, incansables,
siguen su camino.
Huida
El encuentro con la muchedumbre
era demasiado para él.
Volver a ver las casas,
los coches, sentir las aceras
y oír el estrépito,
rodeado de velocidad,
propósitos, deberes.
Se encontraba en un mundo extraño
donde todo era demasiado familiar
para poder reconciliarse
con nada de lo que era externo a él.
Era demasiado para él
volver a nacer en ese mismo mundo.
Dio sólo algunos pasos.
Y así empezó la huida.
Tomado de:
http://www.arquitrave.com/johann_hjalmarsson.html
Plataforma de observación
Este poema que es parte de mi vida.
debe vivir como mi vida: el sol de Aragón
llegando hasta mí. Ráfagas de nieve derritiéndose
como caen en las laderas del Moncayo.
Un día de abril en el que todo parece vivo.
El repique de las campanas empapa las sombras centenarias,
y las mariposas de colores revolotean en la brisa,
flotar sobre mí
y acomodarme en mi libro,
que yace olvidado en mis manos.
traducido
del islandés por Christopher Burawa
Tomado de:
https://poets.org/poem/observation-deck
Regreso
El verde, más profundo,
el cielo, más cercano,
los claros, más azules,
la calma, más extraña.
Nadie a quien ver.
Tomado de:
https://palabrasafavordelviento.blogspot.com/2020/03/existir-heinterrumpido-por-unos.html
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