miércoles, 2 de octubre de 2024

POEMAS DE METIN CENGIZ


NÓMADA

 

1

 

 

Migración, paso de un clima a otro

 

con la magia y los dolores que las nieblas entreabren

 

atravesar los días con el abrigo del viajero

 

para alcanzar la luna que se vuelve recuerdo, el sol, las estrellas

 

las estaciones, la lluvia, la nieve

 

alcanzar

 

el final del camino, del sueño nómada

 

con un puñado de verde, de sol en erial, de agua

 

y de esperanza

 

 

yo soy un nómada, yo habría escrito las voces del pasado sobre

 

las rutas

 

hasta la piel del tiempo que ciñe y disuelve

 

él, este mar profundo y calmo

 

forjando el lecho de bronce, usándolo,

 

ardiendo en el cuerpo como sal y pimienta

 

bajo un nuevo cielo

 

que desaparece lentamente en plegaria

 

 

así las campanas de cobre tintinean fragmentadas

 

mis dolores de antaño en mi memoria agotada

 

días venideros y noches pasadas

 

contándome lo inhabitual.

 

 

2

 

 

¡Hemos llegado! Todo está en su sitio: el amor,

 

la muerte, la separación

 

la tierra sonriente con sus entrañas fértiles

 

este vacío profundo de largos cabellos y esta lucha del pan

 

el mundo que inicio cada mañana con

 

palabras nuevas

 

de noche, ella suavemente salta hasta mis pies

 

mojados

 

 

hemos entrado en el verano, inquietos todavía, con los

 

 crímenes en prosa

 

con el amor experimentado y la llovizna sobre nosotros

 

en las estaciones hemos probado sentimientos

 

vagos

 

cavado tumbas ordinarias, modestas… ¡Lástima!

 

La frente del hombre ha sido golpeada con el sello de la tristeza:

 

la tristeza, ese río profundo entre su lecho de flores

 

vestíbulo sombrío y opaco de mis miradas

 

el canto fúnebre en la boca de un bello infante

 

nos envuelve con mágico tejido

 

en el instante en que los trenes entran en el poema

 

 

ponte tu abrigo oh suntuosa cabalgadura de la poesía

 

atrapa sobre tu espalda las estatuas soberbias de los poetas

 

sus huellas de pesada piedra atrás de ellos semejantes

 

a un muro

 

 

como un cielo

 

los dolores aprietan mi cuello

 

como un otoño inmenso.

 

 

 

3

 

(Coro)

 

 

Hemos marchado semanas y años completamente azules

 

hemos escuchado los cornos de cobre del bosque

 

la lluvia posó sus labios sobre la noche

 

y nos instalamos en el vasto tiempo del día

 

 

nuestro cielo en adelante es el amor puro, nuestros ojos también

 

como si nuestra mirada fuera luz pura

 

una flor se riega ella misma, nube huella profunda

 

los ríos se estiran hasta la luna

 

 

¡este viaje se prolonga! Reúne los caballos

 

con un llamado y un silbido que inspiren confianza

 

es nuestro último deseo. Salvaje, feliz

 

e inocente

 

con la consciencia de la realidad primordial.

 

 

 

Fragmentos del libro: Lirio que eclosiona entre su veneno

 

OLOR DE ANÍS

 

 

Días amarillentos y silenciosos

 

orgullosos y nobles

 

el verano es ahora como una novia

 

 

ahora se espera que llueva

 

como si miráramos las fotos de la infancia

 

damos nombre a los colores contemplando pensativamente la mar calma

 

recordando a veces que como un suicidio extraño

 

la sangre lleva el cielo a los corazones

 

y, sonriendo

 

el lirio se abre en su veneno

 

 

ebrios ahora, tocamos la armónica

 

sobre nuestros labios las huellas de los mitos trastornados:

 

-plegaria y traición de la época a la vez-

 

qué escribimos en semejante tiempo a propósito de los hombres

 

si su tristeza se asemeja a la oscuridad de un bosque

 

ven amémonos, hacer el amor es un poco revolucionario,

 

un poco conservador

 

estos primeros días de julio, traidores, malignos

 

se dice que el hombre mismo es nieve dispersa sobre

 

los caminos

 

 

-Amor mío, el verano sobre las rutas estrechas

 

es un olor de anís, blanco.

 

Fragmentos del libro: El libro de las canciones

 

LA POESÍA DE NIEVE

 

 

Nevaba con las estrellas blancas

 

y con las luces ardientes

 

como si la noche saliera de los libros

 

semejando la voz del otoño

 

el viento decía, es mi vida

 

y soplaba y lloraba.

 

 

Tu corazón era el corazón de un cantor

 

un eco abriéndose a los precipicios. No

 

había avisos en la ribera

 

y ningún viento para marcar el borde del mar

 

cada cosa era exageración de una noticia

 

tu corazón era el corazón de un cantor.

 

 

Ahora tu corazón palpita con las frases

 

inconclusas. Es el signo de una historia inmensa

 

de algún pájaro marino entre los años

 

que canta de mañana a noche con la tristeza

 

que aún no leen en sus páginas. En las calles

 

el viento moja todavía los recuerdos

 

te refugias suavemente en la nieve que cae

 

y en las riberas de tu sueño.

 

 

Todo el mundo escucha atentamente

 

la caída de la nieve sobre las vidas nuestras.

 

 

 

POEMAS DEL LIBRO: CÁNTICOS DE AMOR

 

 

 

CÁNTICOS DE AMOR XII

 

 

 

 

Digamos que el alba sea la plegaria para la tierra

 

la noche sea entrada para la locura

 

he aquí este momento hacer el amor es un deber de humano

 

 

si tú fueras un sueño yo fuera su perla

 

si tú la nube yo la lluvia

 

digamos que para mí el sol, ¿para ti la tierra?

 

 

Si yo fuera la caricia tú serías extraña

 

yo el árbol tú la sombra

 

digamos que para ti el abismo, ¿para mí la montaña?

 

 

Si tú fueras el ayer el hoy yo sería

 

tú plegaria yo las manos que suplican

 

digamos que para ti la enfermedad, ¿para mí el remedio?

 

 

Si yo fuera el profeta tú serías el libro

 

yo la tinta tú el papel

 

digamos que para ti el olvido, ¿para mí la evocación?

 

 

Tú eres certificado de nacimiento, de muerte yo

 

desde que te toco como un instrumento

 

he aquí un desplazamiento en el horizonte

 

 

como si nos hubieran llevado sobre la cruz

 

que tú seas un nombre un agorero yo

 

en este momento un grito ebrio en el universo

 

 

ahora las hogueras alumbran en las colinas

 

soy la revuelta tú el alfabeto de la revuelta

 

tú dices: ¿qué es eso que escuchamos?

 

La voz que surge de un soplo de Rafael.

Tomado de:

https://lamecanicaceleste.wordpress.com/2017/11/29/canticos-de-amor-por-metin-cengiz-1953/

 

 

La separación del estío

Ha terminado el verano, ¡mira! Este verano nómada

las golondrinas vinieron al sol hace tiempo

las calles han mermado, los días quieren la compasión

de nuevo la noche. Nosotros sufrimos nuestro viejo sufrimiento

contigo y sin ti

 

ahora nos hallamos en plegaria entre los viejos jardines

cada uno de nosotros es una canción de amor a tu diferencia

hay poco tiempo. Las colgaduras se calientan

el silencio palpita con el pulso del lago

ahora estamos entre los viejos jardines. En plegaria

 

los sentimientos germinan con las flores de invierno

si es que son tan frágiles y afligidos

cuando la noche viene, las heridas sangran

el jardín rojo palidece con el horizonte

los sentimientos germinan con las flores de invierno

 

cierren las cortinas, cierren las puertas

la voz embrujada de la luna puede engañarte

la primavera puede engañarte también haciéndose sitio

           en tu jardín como el pájaro

Ha terminado el verano, ¡mira! Este verano nómada

las calles han mermado, los días buscan la compasión.

 

 

El viajero de la noche

En el jardín ya no hay magia ni nube

el jardinero está vencido, es el retruécano su armonía con

                     el invierno

si la poesía es lo que barro de mi corazón a mi corazón

por ríos corre con la melodía de la época

yo digo, los dioses aplauden en el cielo

desde que yo desato el nudo ciego con mi poesía

 

oh el fuego que se pasea de lilas a lilas

el viajero de la noche en los corazones de las altas montañas

las estrellas emergen en grupo en el país del amor

entre las rutas que se abren con lluvias dormilonas

las propietarias de los cántaros llenan sus vasijas

yo voy con el orden “va” de útero que se me semeja a la

                     prisión

al útero que se me semeja a la voz “sedería”

 

la época está bajo nubes completamente negras, yo soy el

jardinero que soy vencido, hago que broten los poemas de mi

                     corazón corazón

soy el retruécano que se armoniza con el invierno

el fuego que se pasea de lilas las lilas.

Tomado de:

https://www.otraparte.org/agenda-cultural/literatura/canticos-de-amor/

 

 

La voluntad del poeta

Y digo que me propongo hacer algo

con un billete sin retorno

y las calles que beben mi tristeza

no serán un obstáculo para mi

aquí vive la tribu de los gobelinos

todos ellos son mis amigos así que hablamos

del nihilismo como algo verdadero y del pulso de Dios

del campo y de las sombras de los árboles como algo superfluo

 

déjame aquí sin una sola lágrima

a cambio reza con doble ración de rakat de raki

acaricia el insecto que sale volando del raki in memoriam

apoya con premura tus pies en el canto de las sirenas que hay en ti

no te detengas y deja que el amor sea tu humillación

si te acuerdas de mi cuando haces el amor

buen apetito y recuerdos

 

y digo que soy un árbol esculpido sin hojas ni ramas

que el crujido de las ramas sea la música del nihilismo

piensa en mi como un inmenso mar

piensa en mi como una nave preparada para navegar

por la inmensa luz del cielo

sólo si Dios me habla responderé

sólo si Dios me habla podré escuchar

sólo si Dios me da su mano podré yo darle la mía

Él es el único que puede borrar mis días y mis noches

Por supuesto si aún tuviera ojos

 

 

Hojas de otoño

-1-

 

Lo que vivimos es como un sueño

Solía decir al despertar en la cárcel

Entre una miríada de guerras y derrotas

Y comenzaba a correr patio a través

Me pareció como una ciudad perdida

El sol en mi sueño, y la ciudad,- su sombra

La ciudad en que trago a trago como borrachos

Los prisioneros hacían sonar sus tambores y sus guitarras

Los días ya se fueron como golpeados por un yunque

Se acabó la celda, pero no el martillo

 

 

-2-

 

Cuántos años de crueldad han transcurrido

Como trenes cruzando túneles

Los trenes tienen marcado el camino

El terruño se ubica más allá del tiempo pasado

El viento siempre se aleja y finalmente se oscurece

Como el hierro que se oxida si antes no deviene acero

La muerte con el apoyo de nuestros compañeros

Es una república comunista

En mi corazón guardo el lamento de un tren

Mi corazón guarda la bruma de una enfermedad

Llamada amor

 

 

-3-

 

Soy una montaña tristemente sublime

El viento no sopla sino el desierto a mi alrededor

En el camino por el que avanzo aúllo por nada

Hasta que me detengo para dispararme en la cabeza

O para vivir en tribal hermandad

Aunque los años venideros me golpeen

Como un látigo

Escucho sonidos que me dicen que la verdad

Está en la propia vida

Es estupendo oír los sones del tambor

Y del clarinete

 

 

Bagdad

Miro cómo cae la nieve hoy

A mi lado una radio a todo volumen

Parece gritar como un vendedor callejero

En Bagdad hace frío y nieva hoy

Bajo una lluvia de bombas, balas y explosiones

Con mi corazón partido

Siento el frío de Bagdad

Todo ello me hace pensar en la crueldad de la muerte

No es una madre que proteja a sus hijos

Cuán triste es la muerte cuando estás desesperado

Dice la radio que Bagdad es como una madre desesperada

Y como una madre desesperada me pongo a temblar

Tiembla Bagdad como una madre desesperada

Bagdad está tan lejos como el camino más cercano

Está tan lejos como un pájaro entre dos fuegos

Mi corazón está frío y rígido como la muerte

Mi corazón está tan lejos como Bagdad

Hoy he pensado resistirme a la muerte

Al frío, los muertos y las bombas

La radio dice qué bien resistir

Cuando se está desesperado

Resistir como un niño con una honda

A pecho descubierto frente a los soldados

Bagdad resiste

Bagdad está cerca como a un tiro de la piedra

Que agachándonos cogemos

Y entonces arrojamos lejos

¡Sí! Bagdad está tan cerca como esta piedra

Por primera vez he pensado yo en mi tierra invadida

Bajo las botas de los soldados

En mi tierra defendida con la sangre de mis ancestros

Y con este pensamiento he apagado la lámpara de mi corazón

Todo cuanto deseo es calentarme con la lámpara

De Bagdad

Tomado de:

https://www.festivaldepoesiademedellin.org/es/Festival/14/MetinCengiz/

 

No hay comentarios.:

Publicar un comentario