(23 de noviembre de 1930, Funchal - 23 de marzo de 2015, Cascaes, Portugal)
EL AMOR EN VISITA
Dame una joven mujer con su harpa de sombra
y su arbusto de sangre. Con ella
encantaré la noche.
Dame una hoja viva de yerba, una mujer.
Sus hombros bajaré, la piedra pequeña
de la sonrisa de un momento.
Mujer casi increada, mas con la gravedad
de sus senos, con el peso lúbrico y triste
de la boca. Sus hombros bajaré.
Cantar? Largamente cantar.
Una mujer con quien beber y morir.
Cuando afuera se abre el instinto de la noche y un
ave
lo atraviesa traspasada por un grito marítimo
y el pan es invadido por las olas —
su cuerpo arderá mansamente bajo mis ojos
palpitantes.
Él — imagen vertiginosa y alta de cierto pensamiento
de alegría y de impudor.
Su cuerpo arderá para mí
sobre una sábana mordida por flores con agua.
En cada mujer existe una muerte silenciosa.
Y en cuanto el dorso imagina, bajo los dedos,
las cuerdas de la melodía,
la muerte sube por los dedos, navega la sangre,
se deshace en embriaguez dentro del corazón
hambriento.
— Oh cabra en el viento y en el brezo, mujer desnuda
bajo
las manos, mujer de vientre escarlata donde la sal
pone su espíritu,
mujer de pies en el blanco, transportadora
de la muerte y de la alegría.
Dame una mujer tan nueva como la resina
y el olor de la tierra.
Con una flecha en el costado, cantaré.
Y mientras mana de mi carne una vid de sangre,
cantaré su sonrisa ardiente,
sus senos de pura sustancia,
la curva quemante del cabello.
Beberé su boca, para después cantar la muerte
y la alegría de la muerte.
Dame un torso doblado por la música, un ligero
cuello de planta,
donde una llama empiece a florecer el espíritu.
Sobre la piel de su rostro se moverán las aguas,
debajo de su rostro estará la piedra de la noche.
— Entonces cantaré la exaltante alegría de la
muerte.
(De A colher na boca [La cuchara en la boca] 1953)
Tomado de:
SOBRE UN POEMA
Un poema crece inseguro
en la confusión de la sangre,
sube aún sin palabras, solo ferocidad y gusto,
tal vez como sangre
o sombra de sangre por los canales del ser.
Fuera existe el mundo. Fuera, la espléndida
violencia
o los granos de uva de los que nacen
las raíces minúsculas del sol.
Fuera, los cuerpos genuinos e inalterables
de nuestro amor,
los ríos, la gran paz exterior de las cosas,
las hojas durmiendo el silencio,
las semillas a la orilla del viento,
- la hora teatral del posado.
E el poema crece tomándolo todo en su regazo.
Y ningún poder destruye ya al poema.
Insustentable, único,
invade las órbitas, la cara amorfa de las paredes,
la miseria de los minutos,
la fuerza sostenida de las cosas,
la redonda y libre armonía del mundo.
- Abajo el instrumento perplejo ignora
la espina del misterio.
- Y el poema se hace contra el tiempo y la carne.
Tomado de:
Espejo contra espejo: imagen
Espejo contra espejo: imagen
nacida de la imagen, oh
profundidades milagrosas del yo, fuente escondida
dentro de su marco, luz creada
para que la luz se vea.
El amante se transforma
«El amante se transforma en la cosa amada» con su
sonrisa salvaje, sus dientes,
sus manos que brillan en la oscuridad. Él trae
sonido
y silencio. Trae el ruido de las olas frías
y las piedras ardientes que se enfurecen dentro de
él.
Y él cubre este sonido primordial con el
silencio escalonado de su última vida.
El amante se transforma de un momento a otro,
y es el momento del espíritu inmortal del amor
creando carne en atmósferas extremas, flotando
sobre todas las cosas de la muerte.
El amante se transforma. Corta formas hasta el
núcleo.
Y lo que ama es una bahía cerrada,
el espacio de una vela,
la columna vertebral y el espíritu
de las mujeres sentadas.
Se transforma en una noche de extinción.
Porque el amante lo es todo, y lo que ama
es una cortina
golpeada por el viento del amante en las alturas
de una ventana abierta. El amante entra
por cada ventana abierta y
bateadores, bateadores, bateadores.
El amante está rompiendo el martillo.
eso transforma lo amado.
Él entra por sus oídos, y la mujer
que escucha
sostiene ese grito para siempre en su mente
ardiendo como el primer día de verano. Oye
y se transforma lentamente, mientras duerme, en ese
grito
del amante.
Ella se despierta y se va, y se entrega al amante,
ella le da su propio grito.
Y el amante y la cosa amada son un solo grito que
precede al amor.
Y gritan y golpean. La golpea con su
espíritu amante . Y ella está maltratada y lo golpea
con su espíritu de la amada.
Entonces el mundo se transforma en este áspero ruido
de amor. Mientras sobrevuela
el silencio del amante y el amado alimenta
el sorprendente silencio del mundo y del amor.
Tomado de:
Tomado de:
Cuatro poemas sin título
Nadie sabe si el viento arrastra a la luna o si la
luna
rasga el viento a través de la oscuridad.
Las habitaciones contemplan la noche con atención
extática.
Hacemos álgebra, astronomía, hacemos música,
un
mapa intuitivo del mundo. Una sacudida,
angustia, a veces un júbilo monstruoso desata
bruscamente el ritmo.
- Un dedo toca las sienes, se hunde tan
profundamente
que toda la sangre del cuerpo llega a la boca
en una sola palabra.
Y el viento de esa palabra es una expansión de la
tierra.
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No pongas tu mano sobre objetos cercanos a ti.
Armonía arde.
No importa cuán liviana sea una tetera o una taza,
todos los objetos son una locura.
Un jarrón con un crisantemo transparente
alberga un temblor secreto.
Es aterrador en la oscuridad.
Incluso su nombre, solo con miedo puedes decirlo.
La boca se convierte en una llaga abierta. [Fin de
la página 107]
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La soledad de una palabra. Una colina cuando la
espuma del mar
salta contra el mes escrito
de mayo. La mano que ahora lo está escribiendo.
Hasta que cada cosa se sumerge en su propio
bautismo.
Hasta que esa palabra se transmuta en un nombre
y se asienta, por la respiración, en el centro,
mientras corres lleno de luz salvaje,
como si llevaras una cinta de agua
entre el
corazón y el ombligo.
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Aguas espasmódicas, lunas repetidas en las aguas.
Nadie sabe si las lunas observaron pulso con el
pulso
de las aguas, o si las aguas pulsan
con el poder de las
lunas exaltadas . Y el mundo, el espejo que
despiertan las lunas del que se
desbordan las aguas, ¿soy yo quien lo mira,
o es el que me mira,
o hemos cambiado de lugar? Vivimos a través del
poder
de las imágenes. A través de la sangre y la
inocencia, un
duro esplendor y un estremecimiento fusionado y
una materia cardíaca compartida .
- De nombre en nombre, las respiraciones fluyen a
través de mí.
Tomado de:
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