miércoles, 15 de junio de 2016

PEQUEÑA MUESTRA DE POESÍA CELTA



El canto del druida Amergin 


"Yo soy el viento que sopla sobre las aguas; 

Yo soy la ola del océano; 
Yo soy el murmullo de las olas; 
Yo soy el buey de los siete combates; 
Yo soy el buitre en la montaña; 
Yo soy una lágrima del sol; 
Yo soy la más hermosa de las plantas; 
Yo soy un valiente jabalí salvaje. 
Yo soy un salmón en el agua. 
Yo soy un lago de la llanura. 
Yo soy la palabra certera; 
Yo soy la lanza que hiere en la batalla; 
Yo soy el dios que crea o forma en la cabeza del hombre el fuego del pensamiento. 
¿Quién es el que ilumina la asamblea en la montaña, si no yo? 
¿Quién conoce las edades de la luna, si no yo? 
¿Quién muestra el lugar dónde el sol va a descansar si no yo? 
¿Quién llama al ganado de la Casa de Tethra? 
¿A quién sonríe el ganado de Tethra? 
¿Por qué es el dios que forma encantamientos - 
- el encantamiento de la batalla y el viento del cambio?" 

El Camino de Bran 


"Llevo una rama del manzano de Emain, 
parecida en forma a las que ya conoces. 
Crecen en ellas ramitas de plata blanca 
y hermosos capullos cristalinos de flores. 

Hay una isla muy lejos de estas tierras, 
alrededor de la cual refulgen caballitos 
de mar blancos. 
Trazan contra las orillas su blanco rastro, 
y se mantienen sobre cuatro fuertes pilares. 

Hay un viejo árbol en flor, 
sobre el que alegres pájaros 
cantan a todas horas 
en la mas dulce armonía 
combinan su canto para marcar las horas. 

No se conocen tristezas, 
no hay sacrificios aquí, 
no hay enfermedad, muerte o pena. 
Tal es la vida del justo Emain, 
una vida que no se halla en este mundo. 

Aparecen entonces unas huestes 
por la brillante agua, 
reman su nave hábilmente hacia la playa. 
Donde están en círculo las brillantes piedras, 
y una música dulce y libre de ellas se eleva. 

A través del tiempo, 
hacia la muchedumbre reunida 
cantan una canción que nunca trae la tristeza; 
cientos de voces, todas a coros, 
en plegaria de vida, y canción de vida eterna. 

Emain de muchas formas junto al mar, 
tanto si esta lejos como si esta cerca, 
en brillantes tonos las mujeres pasean, 
rodeadas por el limpio y brillante mar. 

Y si oyes la dulce voz de las rocas 
y los pájaros cantores de la tierra de paz, 
al alcance de la mano esas mujeres caminarán; 
pues nadie aquí sólo necesita caminar". 

El Canto de Taliesin 


"He tenido muchas formas 
antes de adoptar esta agradable. 
He sido una espada, de forma estrecha; 
Creo, porque es aparent,, que 
He sido una lágrima en el cielo, 
He sido una titilante estrella, 
He sido una palabra en una carta, 
He sido en mis orígenes un libro, 
He sido un rayo de luz reluciente. 
Un año y medio, 
He sido un estable puente 
Sobre los flujos de la compasión, 
He sido un atajo, he sido un águila, 
He sido una canoa de mimbre y cuero, 
He sido de un callado la dirección, 
He sido una chimenea en un recinto abierto, 
He sido una espada en una grieta flexible, 
He sido un escudo en un conflicto abierto, 
He sido una cuerda en un arpa. 
Forma cambiante nueve años, 
en agua, en espuma, 
He sido consumido por el fuego, 
He sido pasión en una espesura."





Canto a Éire


(Canción de Amergin, año 1.268 antes de Cristo)
Invoco a la dulce tierra de Éire
Bañada por el pródigo océano de luz.
Fértil es la montaña colmada de fruta,
Fruta esparcida por el bosque de lluvias,
De lluvia es el rio de cascadas,
Cascadas junto al lago de profundo lecho,
Hondo es el pozo de la cumbre,
Una hondonada de tribus es la asamblea.
Una multitud de reyes es Tara,
Tara es la colina de las tribus milesias,
Las tribus milesias de los descendientes de Míl,
De Míl el de los barcos formidables,
Como un barco formidable es la dulce tierra de Éire,
Dulce tierra de Éire cantada con misterio,
Y conjuro de gran conocimiento,
La gran ciencia de las esposas de Bres
Las esposas de Bres de Buaigne
Pero a la inmortal diosa Éire,
Eremon la ha enamorado.
Yo, Amergin, la invoco.
Invoco a la dulce tierra de Éire.


Tara


(Poema de Fintan, -o Fionntán-, siglo V, de quien se dice que vivió
5.500 años, bajo> la forma de salmón, águila y halcón).
Tara Breg, ¿por qué se la nombra así?
¡Cuál es la respuesta, sabios!
¿Cuándo el nombre se separó de su contenido?
¿Y cuándo Tara decidió seguir siendo Tara?
¿Fue en el tiempo de Partolón en los combates,
o durante la conquista de Cesair,
o con Nemed, el del recio valor,
o con Cigal, de miembros arrolladores?
¿Fue con los Fir Bolg, de los grandes barcos,
o con el linaje de los duendes?
¿Decid con cuál de estas invasiones
Tara transmitió su antiguo conocimiento a Tara?
Oh Duban, oh Findchad de espíritu generoso,
oh Bran, oh veloz Cualad,
oh Tuan, oh cinco magnos,
¿Por qué signos se la reconoce a Tara?
En un tiempo fue un gran bosque de avellanos,
en la era del noble hijo de Olicán,
hasta que fue derribado el espeso bosque
por Liath, hijo de Laigne Lethan-glas.
Desde entonces se la llamó Druim Cáin,
la colina a la que venían los grandes hombres,
hasta que llegó la casta Crofhind,
de la hija del célebre Allod.
Cathair Crofhind, sin dilación,
fue su nombre entre los Tuatha de Danaan,
hasta que llegó la justa Tea,
la novia de Éremon, el gigante.
Con altos muros de piedra rodeó su casa
la gran Tea, la del fuerte brillo, hija de Lugaid,
hasta que murió y fue sepultada
al otro lado del muro, y por esto se llama Tara.
El lugar de los reyes fue su nombre,
reinó en Tara el linaje de los milesios
y recibió cinco nombres
desde Fordruim hasta que fue Tara.
Yo soy Fintan, el poeta,
no soy un salmón de un solo río,
aquí fue donde alcancé gran renombre
sobre la sagrada tierra de Tara.



Es cerveza lo que cae cuando llueve


(Poema de Loegairé, siglo V, uno de los reyes de Tara, adversario de San Patricio)
¡Qué maravilla, oh Crimthann Cass!
Es cerveza lo que cae cuando llueve.
Todo ejército en marcha tiene cien mil guerreros:
Y va marchando de reino en reino.
Se escucha la música noble y melodiosa de los dioses:
Se va marchando de reino en reino.
Bebiendo en copas brillantes,
Y se conversa con quien os ama…
Tengo por mujer mía
A Der Grené, hija de Fiachna.
Y también hay una mujer
Para cada uno de mis cincuenta compañeros.
Nos hemos llevado de la llanura de Mag Mell
Treinta calderos, treinta cuernos para beber,
Nos hemos llevado el lamento que canta Maer,
hija de Eochaid, el silencioso.
¡Qué maravilla, oh Crimthann Cass!
Es cerveza lo que cae cuando llueve.
Todo ejército en marcha tiene cien mil guerreros:
Y va marchando de reino en reino.

II

¡Qué maravilla, oh Crimthann Cass!
Fui dueño de la espada azul.
¡Una noche entre las noches de los dioses!
Y no la entregaría por todo tu reino.



El mirlo del lago Laíg


(Poema anónimo, siglo VIII)
El pájaro
Ha silbado
Desde la punta de su pico
De vivo amarillo
Canta su reclamo
Sobre el lago Laíg
Un mirlo en una rama
Un montón de amarillo.



Epigrama de Áed


(Poema anónimo, siglo IX)
-¿Habéis visto
a Áed de Connacht en el vado?
- Solo vimos su escudo
derrumbado sobre su sombra.


Bran el Bienaventurado


(Poema anónimo, siglo IX)
“Llevo una rama del manzano de Emain,
parecida en la forma a las que ya conoces.
Crecen en ellas ramas de plata blanca
y hermosos capullos de flores cristalinas.
Hay una isla muy lejos de estas tierras,
alrededor de ella brillan blancos caballos de mar.
Dibujando contra las orillas su rastro blanco,
se mantienen sobre cuatro fuertes pilares.
Hay un viejo árbol en flor,
sobre el que alegres pájaros cantan a todas horas
en la más dulce armonía,
combinando su canto para marcar las horas.
Aquí nadie conoce la tristeza,
no existe dureza ni sacrificios aquí,
no hay enfermedad, muerte o dolor.
Tal es la vida del justo Emain,
una vida que no se halla en este mundo.
Aparecen entonces huestes de luz
entre el agua brillante,
remando su nave hábilmente hacia la playa.
donde están agrupados entre círculos de piedras,
y una música dulce y libre se eleva entre ellos.
A través del tiempo,
la muchedumbre reunida canta una canción
que no evoca la tristeza;
cientos de voces, todas a coro,
en conjuro de vida y canción de vida eterna.
Emain habita de muchas formas junto al mar,
tanto si está lejos, como si está cerca,
en brillantes tonos las mujeres pasean,
a la orilla del puro y resplandeciente oleaje.
Y si se escucha la melodiosa voz de las rocas
y los pájaros cantores de la tierra de la paz,
al alcance de la mano, esas mujeres caminarán;
pues todos aquí sólo necesitan caminar”.




Frío


(Poema anónimo, siglo IX)
¡Siempre frío!
La más grande tempestad en todas partes;
los arroyos se han convertido en ríos
y cada lago ha quedado rebosado.
Como un magno mar cada lago se eleva,
cada cosa pequeña es una multitud,
las gotas de lluvia son blocas de escudos,
los copos, son pieles de carnero blanco.
Un pozo es cada sucio charco,
Se alza el llano, un bosque es cada páramo;
no hay refugio para las bandadas de aves que tiemblan
y la blanca nieve nos llega a la cadera.
La escarcha ha cortado los caminos
rodeando, artera, el menhir de Colt:
la tempestad se atrinchera por todos lados
y nadie atina más que a decir “¡Frío!”.



La canción de las calaveras


(Poema anónimo, siglo X)
¡Ay, Rey de Reyes,
Rey verdadero de incontables tropas!
Más triste que cualquier otra música
es la música de las calaveras en esta noche fría.
Ven aquí, cráneo de Géagán,
vamos a juntarnos,
es grande la tarea que iniciamos
cantando junto al hijo de Cuilennán.
Éramos tres hermanos anoche,
era grande nuestra fuerza en el ejército,
Aunque esta noche estén nuestros tres cráneos
entonando esta triste canción.
¡Ay, qué gran desgracia!
Es muy breve el lapso entre el domingo y el lunes,
pero es más breve el plazo en que el Rey de las Nubes
puede arrebatar a cada uno la fuerza que tuvo.
A cada uno de nosotros le dio una fruta
el príncipe que mantenía a las mesnadas
comprometiéndonos a hacer sonar
nuestra música lúgubre y triste.
¡Ay, ay!
Cormac cayó en la batalla;
desde que falta su casta en el mundo
ha huido la gloria del rey de Cashel.
Cormac del Túmulo de los Reyes
Reinó sobre el noble Munster;
a todas las órdenes de sus labios obedecieron
lo mismo los fuertes que los débiles.
Es el alba, dejad vuestra música.
¡Ay, ahora debéis marcharos!
Decid adiós por esta noche
y regresad a vuestros cuerpos muertos.


EL MISTERIO


Soy el viento que respira sobre el mar,
Soy la ola del océano,
Soy el murmullo de las nubes,
Soy el buey de los siete combates,
Soy el buitre sobre las rocas,
Soy el destello del sol,
Soy la más hermosa de las plantas,
Soy el valeroso jabalí 
Soy salmón en el agua
Soy lago en la llanura,
Soy palabra de ciencia,
Soy la punta de lanza en la batalla,
Soy el dios que creó en su cabeza el fuego
¿Quién es el que arroja luz al encuentro de la montaña?
¿Quién anuncia las edades de la luna?
¿Quién enseña el lugar donde descansa el sol?
                                   (Sino yo)


Antigua Bendición Celta

Que el camino salga a tu encuentro.
Que el viento siempre esté detrás de ti  y la lluvia caiga suave sobre tus campos.

Y hasta que nos volvamos a encontrar,
que Dios te sostenga suavemente en la palma de su mano.
y que siempre quieras vivir plenamente.

Que vivas por el tiempo que tú quieras,
Recuerda siempre olvidar las cosas que te entristecieron,
pero nunca olvides recordar aquellas que te alegraron.
Recuerda siempre olvidar a los amigos que resultaron falsos,
pero nunca olvides recordar a aquellos que permanecieron fieles.
Recuerda siempre olvidar los problemas que ya pasaron,
pero nunca olvides recordar las bendiciones de cada día.

Que el día más triste de tu futuro
no sea peor que el día más feliz de tu pasado.
Que nunca caiga el techo encima de ti y que los amigos reunidos
debajo de él nunca se vayan.


Que siempre tengas palabras cálidas en un anochecer frío,
una luna llena en una noche oscura,
y que el camino siempre se abra a tu puerta.

Que vivas cien años, con un año extra para arrepentirte.
Que el Señor te guarde en su mano y no apriete mucho su puño.
Que tus vecinos te respeten,  los problemas te abandonen,
los ángeles te protejan,  y el cielo te acoja.

Y que la fortuna de las colinas Celtas  te  abrace.
Que las bendiciones de San Patricio te contemplen.
Que tus bolsillos estén pesados  y  tu corazón ligero.

Que la buena suerte te persiga,
y cada día y cada noche tengas
muros contra el viento, un techo para la lluvia, bebidas junto al fuego, risas para que consuelen aquellos a quienes amas,
y que se colme tu corazón con todo lo que desees.

Que Dios esté contigo y te bendiga,
que veas a los hijos de tus hijos,
que el infortunio te sea breve
y te deje rico en bendiciones.
Que no conozcas nada más
que la felicidad, desde este día en adelante.

Que Dios te conceda muchos años de vida, de seguro Él sabe
que la tierra no tiene suficientes ángeles.


Que el camino salga a tu encuentro .
Que el viento siempre esté detrás de ti
y la lluvia caiga suave sobre tus campos …
…así sea cada año y para siempre!


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