Delfín de mis días
Para encontrarte a solas,
tuve que cruzar la noche.
En profundos sueños, advertí tu sombra
y te vi distante una noche de octubre;
te busqué en el aire, en la muchedumbre;
te busqué en el mar, bajo las gaviotas;
me volví velero y navegué en tu orilla;
saltaste a mi lado huracán de seda,
delfín de mis días, cometa sin tiempo;
me hablaste al oído, vendaval de fuego;
me cubriste de olas, marejada gris;
aroma de arrullo, te encontré en la noche,
nadando en las aguas de mi mar azul.
Salta delfín en mis aguas tranquilas
y dame la clave del ritmo perfecto;
Invéntame olas
de luces coloridas,
de espumas saladas,
de largas estelas;
cúbreme de algas
en un remanso de estrellas
cuando haya encallado
en la empinada ruta
de tu océano.
Quedarme con tu azúcar
A Celia Cruz
Vivirá tu risa estruendosa en mi memoria.
El sabor de tu azúcar en mi rumba.
La guaracha sonora y el bolero
y tu voz de alondra consentida,
impregnada en los cinco continentes
y en todos los rincones de la tierra.
Vengo de todos los lugares.
Vi tu canto rondando el universo,
esparciendo las notas en el lluvia
y llenando de son los arrecifes.
Vengo del mar y encontré en las olas
el ritmo cadencioso de tu azúcar,
el melao de caña y el guarapo,
el eco del batá en los esteros,
el bembé, el omelenko, el son montuno,
la guaracha en las guitarras campesinas,
rock and roll, la guajira, el merengue
y la rumba en noches litoralinas.
Sé que estás y estarás en las llanuras,
en las aguas, en las selvas, en las pampas,
en el fuego del Sahara, en el frío de la Antártida,
en las montañas de América y en los reinos africanos.
Yemayá te llama y tú te marchas.
Te vas a cantar con los orichas,
pero quedas para siempre en mi memoria,
porque el mundo está melao de tu ¡azúcar!
Yo… Viajera
He viajado todo el tiempo:
por el mar, por los ríos,
por las nubes,
por los bosques y quebradas,
por rieles y carreteras;
he viajado también por los andenes,
entre túnicas, camisas y calzones;
he viajado entre medias y zapatos;
en corpiños, también en pantalones.
Antes de ser, viajé en el pensamiento
De un hombre y una mujer enamorados;
fui creciendo y viajé en los corazones
de aquellos jovencitos que me amaron.
He viajado ya mujer en las miradas,
en los sueños de aquel que me desea;
he viajado también en las carteras
de quien guarda mi retrato con nostalgia.
He viajado muchas veces, he viajado
hasta meterme en cuadernos y amuletos;
y seguiré viajando mientras viva
en el ritmo de un compás que nunca muera.
Entra en mi playa de nuevo
Muévete despacio
en la bahía de mi puerto,
sigue anclado en esta playa
como barca sin destino;
con mis mareas te agitas,
con mis vientos te sublevas
y esculcas en el abismo
la dulzura del océano.
Ven, sujétate a mi orilla
con la borrasca de enero
y navega sin temores
con el oleaje de fuego,
y cuando el sol se marchite
entra en mi playa de nuevo.
Pentagrama de pasión
Soy el pentagrama de tu pasión
Que me llama,
que se siente en clave de do
Arriba de sol,
soy el espacio de tu corchea
soy tu Fa,
La do mi,
Soy tu
línea,
mi
Sol
Re
Fa,
Motívame con tu batuta,
Toca en mí,
Cántame en tu clave
Soy la figura para tu nota
el compás para tu ritmo
soy tu punto en la redonda
Vuelve a mí en ritornelo
Y salpícame tu estacato
Prolóngame con tu calderón
para sonarte eternamente
Anhelo N° 2
Soy tierra baldía… enramada,
montañesca… invádeme… habítame,
vuélveme territorio,
clava en mi tierra
semillas nuevemecinas…
Tengo un nido para tu pájaro,
un lago para tu ganso,
un río para tu remo,
una llanura para tu roble,
un arroyuelo para los reptiles,
un desierto para los camellos,
un oasis para tu sed…
Peregrino sediento…
Búscame…
¡Anhelo tu llegada!
Herencia y legado de tambores
Bongó, bongó, bongó tambora
Bombo guasá tumbadora
Tu tam tam me suena a ritmo
Tu bom bom bom me enamora.
El bembé sale de tu alma
De tu risa la guaracha
Omelenko del quejido
De tus cueros la charanga.
Redoblante de ritmos de aurora
Bombo que queja en la noche
Quiero beberme tu rumba
Percutida con derroche.
Canto que heredé de mis abuelos
Canto que a tus hijos legaré.
Para mi ritmo antillano
Tambores batá me llaman
Chingui chingui de maracas
Y mi bongó me reclama.
Para mi rumba Nayera
La guitarra es la que manda
Y la timba campesina
Va encendiendo la pachanga.
Litorales colombianos
Con cununos embrujados
Entonando con marimbas
El rumor del currulao.
Tránsito y resistencia
Ellos viven transitando
de los ríos a la calles,
de los montes a los barrios,
desplazados por la guerra,
tránsitos involuntarios
donde se pierde el sentido
y se arranca el lazo vivo
de la hermandad con la tierra.
Ellos tienen la esperanza
de la mano de un hermano,
ellos tienen la esperanza
de volver y resistir,
porque no hay vida sin tierra
resisten para vivir.
Burbujas de recuerdo
Su recuerdo me circunda la existencia,
me hace burbujas en las sienes
y se expande como espumas sobre el río.
Cómo resisto este volcán de nieve
que no logro diluir y se arraiga día a día,
en un recodo de mi vida.
Tomado de:
https://www.isliada.org/poetas/elcina-valencia/
Yo… Viajera
He viajado todo el tiempo:
por el mar, por los ríos,
por las nubes,
por los bosques y quebradas,
por rieles y carreteras;
he viajado también por los andenes,
entre túnicas, camisas y calzones;
he viajado entre medias y zapatos;
en corpiños, también en pantalones.
Antes de ser, viajé en el pensamiento
De un hombre y una mujer enamorados;
fui creciendo y viajé en los corazones
de aquellos jovencitos que me amaron.
He viajado ya mujer en las miradas,
en los sueños de aquel que me desea;
he viajado también en las carteras
de quien guarda mi retrato con nostalgia.
He viajado muchas veces, he viajado
hasta meterme en cuadernos y amuletos;
y seguiré viajando mientras viva
en el ritmo de un compás que nunca muera.
(De Susurros de palmeras)
La panga
Vengo con una panga
de piangua de un barrial,
pingo viringo panga.
Se fue la piangua de aquí
venga toque la marimba
que voy a empezá a bailá
pa’cuando case el cusumbe
y coma sangó y piacuil.
Entonces lleve el surungo
y el sumbo pa’ timbiquí
la piangua esta en otro mundo
no diga que en Guajui.
Pobreza Negra
El negrito tiene sueño.
¿Quién lo arrullará?
Tíralo en un petate
o en una estera quizá
que el negrito se duerme solo
nadie lo arrullará.
Cuélgale una hamaca
que el solo se dormirá
que la mamá cogió el potro
y se embarco pa’ la má,
dicen que a pescá cangrejo
o jaiba será quizá.
Y cuando el negrito dispierte
¿quién lo alimentará?
Mi comadre la vecina
que esta randa’ e mamá.
El negro no tiene compota
ni tetero pa’ chupa.
Lo que tiene es un pellejo
que es la teta’ e la mamá.
Jala jala mi negrito
la teta’ e tu mamá,
el negrito jala y llora
porque naa le bajará.
La mamá no tiene leche
porque en ayunas está
pero le bajará gota a gota
la sangre’ e la mamá.
Tomado de:
https://bibliotecadigital.univalle.edu.co/bitstream/handle/10893/20192/Negras_somos.pdf
A MI ABUELA BEATRIZ (MAMA TI)
En la noche de chigualo
Baila mi abuela Beatriz
Y sus nietos en el coro
Le dicen ¡Oh! Mamá ti
Ella es madrina del niño
Que de malaria murió
El niño murió angelito
Y le cantan arrorró
Angelito andate al cielo
Le canta la mamá ti
Pa’ que la mama no llore
Pa’ que pare de sufrí.
Ella es siempre la puntera
Y baila llevando el son
De los arrullos y bundes
Que son de nuestro folclor
Mamá ti es la cantadora
Que sabe tocá guasá
Que lo toca por delante
Y lo toca por detrá
Baila pasito tun tún
Cuando suena el bombo
macho
Y remeda a don Aurelio
Que parece carapacho
Canta ayoí ayoí
Con la marimba sonora
Y Carmela hace el bajón
Hasta que llega la aurora.
Se canta: Óh! Mamá ti 4
veces después de cada estrofa
COPLAS DE MI IDENTIDAD
Necesito espejado
El camino pa´pasar
Yo soy afrocolombiana
Y vengo del Litoral
Yo tengo la herencia viva
Del cantar de mis abuelos
Tengo un legado de versos
De la alegría y del duelo.
Traigo guarapo y melao
Traigo sal y coralina
La imagen de los esteros
Y un barril de cosa fina.
Yo tengo el sutil murmullo
Del manglar y la marea
Y de la palma africana
Que al viento le coquetea
Mi nombre tiene el aroma
Del encino o de la encina
Tiene el arte y la palabra
Tiene María y Elcina.
CARTERITA
No te asustes carterita
No te escondas bajo el
brazo
aunque guardes mis tesoros
aquel que está a tus
espaldas
es mi amigo el hombre
negro
y es libre de andar la
calle.
Porqué te asustas cartera
cuando ves al chico negro
a tu lado caminar?
No temas al hombre negro
que te encuentras al andar
La maldad no tiene piel
La piel no tiene maldad.
Cartera de mis tesoros
Cuélgate al brazo de nuevo
Asomátele risueña
Al negro al blanco y al
Indio
Al mestizo y al mulato
No sea que al esconderte
Del negro que va a tu lado
Te sorprenda frente a
frente
Otra piel de tu confianza
De la que no has
sospechado.
Tomado de:
https://www.poesiacastellana.es/poemas.php?id=Valencia++Cordoba+Elcina+Maria
No hay comentarios.:
Publicar un comentario