La suave fragancia de mi jazmín
La suave fragancia de mi jazmín
flamea en la brisa,
juguetea en los brazos del aire,
va en busca de tu cuerpo.
La suave fragancia de mi jazmín
me ha encadenado
enroscándose en mis muñecas,
abrazándose a mi garganta.
Agazapada en la neblina de la noche,
está impregnando la oscura frialdad.
Susurrando entre el follaje,
va en busca de tu cuerpo.
¡Oh, Dios y Señor del Universo!
Se hundió en el silencio la llamada a la oración de
la tarde.
¡Qué quietud, Dios y Señor del Universo!
¡Loado sea Dios, Señor de los Mundos!
Todas las alabanzas sean para Dios, grande y excelso.
El cielo, límpido y prístino tras la lluvia,
se extiende, rotundamente azul, hasta donde la vista
alcanza.
Y la suave tierra está cubierta de un verdor
aterciopelado.
¡Loado sea Dios, Señor de los Mundos!
Todas las alabanzas sean para Dios, grande y excelso.
¿Qué idea aguijonea mi corazón?
¿Qué pensamiento ha inundado mis ojos de lágrimas?
¿Por qué ha invadido este silencio mi pecho?
¿Por qué esta zozobra en mi adoración?
¿Por qué las plegarias al llegar a mis labios pierden
el sentido?
Una terrible desolación parece habitar en mi
interior.
Que venga alguien, que venga alguien y llame a la
puerta.
¿Cómo podré abrir la puerta cerrada de mi corazón?
A una muchacha
Este viejo edificio
de tradiciones despiadadas,
avergonzado de sí mismo,
se desmorona por su propio peso.
Cada una de sus partículas
no es más que material de desecho.
Los muros se han vencido,
las vigas se han desplomado.
En esta cárcel miserable
de tradiciones despiadadas,
¡una voz embriagada!
¡Una danza desenfrenada!
Este viejo edificio también puede derrumbarse.
Esta princesa cautiva también puede liberarse.
¡Esta princesa cautiva…!
Hija de la ira y del miedo.
educada con fantasías,
compañera de cama de la prudencia,
madre de la frustración y la desesperación.
Cuando logre liberarse
tomará aliento sin miedo.
Sumida en la danza desenfrenada
alcanzará finalmente su yo.
Tú eres esa mujer viva
cuyo cuerpo es una llama,
cuya alma es de hierro puro,
que tiene el poder de la palabra,
cuyos brazos son fuertes,
cuyos dedos son capaces de crear arte,
sin miedo a la condena,
mujer conocedora
de los grandes placeres del amor,
mujer conocedora de la unión íntima,
madre de la realeza.
la amada del hombre.
Tomado de:
https://aravalipoesia.blogspot.com/2014/12/los-primeros-poemas-de-fahmida-riaz.html
Iqleema
Iqleema,
nacida de la madre de Caín
y Abel. Su hermana.
Pero diferente.
Diferente por sus muslos
y sus pechos, diferente
por dentro, por el útero.
¿Y el valor de esas diferencias?
Un carnero sacrificial más gordo:
arde Iqleema en la montaña.
Es prisionera de su propio cuerpo.
El sol la quema hasta el tuétano.
Mira,
sobre sus muslos alargados y turgentes tetas,
sobre el laberinto del útero,
Iqleema también tiene una cabeza.
Allah le habla a Iqleema
y por primera vez
Algo le pregunta.
Tomado de:
https://alastensas.com/escrituras/poesia-paquistani-iqleema/
LENGUA DE PIEDRA
En esta misma montaña solitaria me encontraste.
En esta cumbre me uní a ti.
Esta es la roca de mi fidelidad,
desértica, yerma, doliente, desolada.
Pero hace siglos que estoy aquí en pie abrazado a
ella,
con tu aliento envuelto en mi chal andrajoso
y mi camisa ondeando en las furiosas ráfagas de
viento.
A duras penas me mantengo sujeta a esta roca,
puntiagudo peñasco
ahora ya hondamente clavado en el pecho
que mi sangre hirviente ha teñido todo mi entorno.
Pero hace siglos que estoy aquí en pie abrazada a
ella,
y a través de un pájaro que vuela en lo alto
te envío un mensaje.
Ven y descubrirás,
lleno de alborozo,
que todos los guijarros se convirtieron en rutilantes
rubíes
y de la piedra está brotando una rosa.
OCURRIÓ UNA NOCHE
Era una noche muy agradable.
Un aroma desconocido y casi imperceptible impregnaba
la brisa.
La noche, con la gran frescura de la primavera, se
estaba
vistiendo de grana,
y los sueños plateados, trocados en nube, se habían
dispersado por el cielo.
En una noche como esa
había una muchacha de pie en un patio,
sola... en silencio,
absorta en su reino de bellas y delicadas fantasías,
rebosantes sus ojos de todos los colores del
arcoíris.
Fue esa misma noche cuando sus perlas se esparcieron
por el camino.
En su mirada centelleaban
miles de sueños intactos y vírgenes,
mientras la noche traviesa, en voz baja, le iba
susurrando esta cantinela:
"Hoy
te avergonzarás del tintineo de tus ajorcas".
Si alguna vez alcanzas a ver
las hojas secas de esta estación amarillenta
a las que el aire se llevó en su vuelo,
piensa
que a medida que crecía cada hoja
se agriaba la savia de la rama del rosal.
Hubo un día en que fueron brotes verdes.
Hubo un día en que estuvieron lozanas,
tiernas y florecidas, como labios abiertos.
Durante mucho tiempo
esas hojas verdes
se agitaron impotentes en los remolinos del aire,
pero ahora se están secando,
pero ahora se han secado.
Si algún día pasas por aquí,
mira,
las ramas desnudas están clavadas en el corazón del
aire.
Ahora
ya no son para ti.
Tomado de:
https://www.airesdelibertad.com/t47956-fahmida-riaz-1946-2018
Es una mujer impura
Es una mujer impura,
en la prisión del flujo de su sangre,
en el ciclo de los meses y los años,
en el fuego de la ardiente lascivia,
en pos de su deseo.
Era la hija de Satán.
Emprendió su mismo camino
hacia esa meta imaginaria
que carece de señal alguna.
Esa conjunción de luz y fuego
de la que no hay direcciones.
En el furor de la sangre hirviente
sus pechos se han desgarrado.
Cada punta de las espinas del camino
laceró todas sus membranas.
Sobre la vergüenza de su cuerpo
no hay la menor sombra de santidad.
¡Oh, Dios de la Tierra y de los océanos,
esto es algo insólito!
Todos sus preceptos son rectos.
Sí, los labios de esta mujer impura
jamás pronuncian plegaria alguna,
su frente jamás se postra en adoración.
Compañera de viaje
¡Alabado sea este momento
que te une a mí!
¡Alabado sea este eslabón del poema!
Derramando lágrimas, tarareando,
soportando las heridas, sonriendo,
ora manteniendo el equilibrio, ora tambaleándome,
¡caravana que avanzas!
Yo soy tu compañera de viaje.
Es una mujer impura
Antología poética
Edición bilingüe
Selección, traducción del urdu y prólogo de Rocío
Moriones Alonso
Tomado de:
https://javierbermudezvalencia.blogspot.com/2020/07/dos-poemas-de-es-una-mujer-impura.html
LA RISA DE UNA MUJER
En las fuentes cantarinas de la cordillera pedregosa
Resuena la dulce risa de una mujer.
Dinero, poder o fama, nada de eso posee.
En su cuerpo lleva oculta su propia libertad.
¡Que hagan algo los nuevos ídolos del santuario del
mundo!
¿Acaso no oyen sus gemidos de placer?
En este mercado todo parece estar en venta.
¡Que alguien compre y traiga un poco de su sosiego!
Aunque quisiera, no podría vender
esa embriaguez que solo ella conoce.
¡Vientos errantes del valle, venid!
¡Venid y besad su rostro!
Que la hija del viento ondee sus larguísimos cabellos
que vaya cantando junto al viento.
(Traducción:
Rocío Moriones Alonso).
En su lengua original, el urdu:
Tomado de:
https://tertuliaspoeticas.blogspot.com/2023/03/un-libro-un-poema-fahmida-riaz.html
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