martes, 29 de octubre de 2024

POEMAS DE PATRICIA LAVELLE


Poética en retajos

Escribo con restos y ruinas

(ni en eso esta primera persona

es muy singular).

 

Colecciono metáforas antiguas,

hago micrologías mitológicas,

reciclo toponimias usadas,

y hablo de esto para decir aquello

y digo aquello para hablar de esto.

 

Así voy pasando de una cosa-cosa

a otra y otra cosa

más rarefacta y siempre doble

que me observa de vuelta

cuando la miro.

 

He naufragado muchas veces

y ya estoy de nuevo embarcada.

 

Haciendo míos, versos ajenos

haciendo mis versos, ajenos

voy recogiendo desechos

de otros tantos naufragios.

 

 

Lengua materna

                                                       para Gabriel

 

 

 

Oye, hijo mío, en un tiempo:

la lengua era una sola

melodía

en redondillas ingenuas

rimas minúsculas

y naturales

como pajarito en lata

de leche en polvo

 

La lengua, pura como agua

en leche maternizada,

era

una

única

inmensa infancia

 

Pero en la leche viva de mi pecho

enriquecido

con variados nutrientes

ese ritmo

ya vino entremezclado

con otro más lento, más largo, susurrada

monotonía, en doce dosis, uniformes

 

Por eso el sabor de tu lengua

siempre fue doble,

maternales, fueron sus primeras letras,

pero el múltiple nacimiento, es tu infancia.

 

 

Palabra extranjera

Entre las palabras y las cosas,

hay siempre una distancia:

en la palabra, la cosa es otra,

en la cosa, la palabra no es.

Pero esa cosa sonora,

que la palabra es también,

es un tipo de artimaña

para adueñarse de otra cosa.

Presa en la palabra extranjera,

una cosa es aún más otra

menos diversa de sí

que mi propio silencio.

Pero la palabra extranjera

que tardíamente aprendí

en previa palabra extranjera

se torna alguna aún más diversa

agarrándome así,

de buenas a primeras.

Cosa aprendida en el tiempo,

toda palabra es artimaña

donde yo, ella o esto

(la cosa pensante = X)

capturada, se captura:

toda palabra es extranjera.

 

 

Traducida

La lengua del traductor invade mi boca

y lúbrica alisa la plástica muscular

de sus vocales leves

y esa recta ligeramente ascendente

de cada frase suya

penetra

lo elástico rítmico de mis sílabas

en redoblado silencio

gozo

el eco en esta otra voz

langueur monotone

dentro.

 

 

Arca de Babel

Érase una vez dos historias:

la ciudad en construcción

era este barco a la deriva.

 

En él, envueltas las lenguas,

pares híbridos y fértiles,

crecían y se multiplicaban.

 

Un abarcar, muchas arcas:

esta ciudad a la deriva

es bullicio y traducción.

 

 

La torre

Aunque sus cimientos

sean un tanto inciertos,

con geometría conceptual

y argamasa sistemática

la torre es bien construida:

ladrillo sobre ladrillo,

sigue un plano racional.

Pero cuando la palabra quiere

tocar el cielo,

se torna escaso

el material.

En lo alto la densidad

demostrativa

del concreto

débil es.

En nubes convergen las palabras fundamentales

y en neblina metafórica divergen

los planos ideales de construcción:

lenguas metafísicas se dispersan.

Aquí luz

es piedra

y

la verdad

más pura,

pues al final esta cima

es la base que faltaba:

poesía, esa piedra más dura.

Tomado de:

https://poesia.uc.edu.ve/bye-bye-babel/

 

 

Hilos​​ enmarañados

 

Filomela era la hija más jovial del rey de Atenas, su voz de miel y de lira era célebre en toda Grecia. Ella vivía en la corte del padre entre versos y telares, cuando Tereo, el bronco rey de los tracios, vino a buscarla a pedido de su hermana, Procne, con quien estaba casado. Pero en en vez de conducir a la cuñada hasta su casa para una visita, como había sido prometido, este la violó en el camino. Y para impedirla de gritar, tal vez por recelo de ver su crimen denunciado, o quién sabe apenas para robarle lo que no podía tener ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​

 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ le cortó la lengua​​

 

Filomela hizo entonces con hilos otra voz

 

 

Ariadne hizo de su hilo, confiado a Teseo, la salida del laberinto. ​​

 

Hiló así el fin del Minotauro, pero erró

 

 ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​ ​​​​ al confiar en Teseo

 

quien después la abandonó en una isla porque temía quedarse enredado

 

​​ en la tela de sus tramas. ​​

 

 

Penélope deshizo del hilo​​

 

fidelidad​​

 

y tejió en vida su propia mortaja. ​​

 

Su ardid de espera y renuncia fue entonces muchas veces alabado. ​​

 

 

Filomela (II)

 

Con hilo de navaja

en urdimbre de silencio

 

lo que tramo es casi

un grito

casi un canto

 

 

Nominar

 

Un crujir de alas en la palabra

 

cambia

 

de este lado de toda metamorfosis,

 

 

 

Adília Lopes dice:

“Mi Musa antes de ser

mi Musa me avisó

cantaste sin saber

que cantar cuesta una lengua

ahora te voy a cortar la lengua

para que aprendas a cantar

mi Musa es cruel

pero no conozco otra”

 

 

 

La barbarie de las transmisiones y de las pérdidas cortó aquí y allí partes de la historia que el poema de Adília subvierte y disloca, muchos siglos después de Ovidio y de la voz medieval anónima que se esconde en el nombre Chrétien de Troyes. De la fábula de Esopo, vestigio aún más antiguo, sobró una conversación entre Procne y Aedón la Golondrina y el Ruiseñor, en la mayoría de las traducciones. Pero antes de figurar el arte épico de los aedos, Aedón designaba otro pájaro de mentón rojo-sangre e hilo frágil de voz en un canto entrecortado, el tordo. El corte, anterior al cuento, escindió el mismo nombre en dos aves. ​​

 

 

 

“Yo vacilo, decía Safo, pues siento un doble pensar en mí”. ​​

 

 

 

En la lengua cortada de la poeta, una ausencia vacilante ​​​​

 

nomina el corte en el canto​​

 

el canto en el​​

 

corte

 

la musa ​​

 

en la plántula. ​​

 

 

 

Filomela

 

es aquella que ama el canto​​

 

como la filósofa; ​​

 

busca el saber​​

 

y la filóloga,

 

las bellas palabras

 

en sus palimpsestos​​

Tomado de:

https://circulodepoesia.com/2024/10/poesia-brasilena-patricia-lavelle/

 

 

Utopía de barrio

 

“Agua, arena

arena y tierra

barro y quilla

quilla-arcilla”.

 

Los niños en la playa,

en la playa de un río,

jugaban en el barro.

 

“Arcilla en ladrillos

ladrillos en pilas.

Los niños apilan

en torres y torres.

Las niñas apilan

en voces y voces”.

 

Sin proyecto ni plan

apilado, inventan

“¡una gran torre!”

E inventando, suspiran:

“¡Una sola para todos!”

“¡Una sola, hasta el cielo!”

 

Aquello era infancia

de razón que aspira:

en sus manos, arcilla

en su voz, Babel.

Tomado de:

https://periodicodepoesia.unam.mx/texto/trato-con-el-viento-voces-de-la-poesia-brasilena-contemporanea-ii/

 

I

 

Al borde del mar sin forma,

 

Pienso en seres polimórficos:

 

 

 

peces tan grandes que son

 

ellos mismos

 

enormes redes

 

 

II

 

yo pesco,

 

logotipos

 

soy

 

[de Migalhas metacríticas (Megamini, 7Letras, 2017)]

Tomado de:

https://ruidomanifesto.org/tres-poemas-de-patricia-lavelle/

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