DECLARACIÓN DE PRINCIPIOS O LAS COSAS QUE NO PASAN EN ESTE PAÍS (DICEN)
Mírenos bien. Somos los personajes de un
cuento fantástico que usted contará a sus
bisnietos para ficcionalizar estos cuerpos
que dicen, corrijo,
que escuchó que dicen que quizá alguna vez
sufrieron de sed y pena.
Narrará con euforia, a veces, y dirá que
eran pobres, pobrecitos, pero que nada de
eso ocurre de verdad, que esas cosas son
inventos,
que ese chile es un cuento fantástico.
Que había casas pequeñas, de 40 metros
cuadrados, dirá.
Que eran flojos los personajes, que por
eso.
Que eran cholos los personajes, que por
eso.
Dirá que es mentira que la gente se tomaba
de
las manos y rezaba para evitar impuestos y
hospitales.
Dirá que es mentira que se juntaban huesos
en el mar.
Que no existen las violaciones,
que eso ficción,
que no existen (ni existieron ni
existirán) países rotos,
que el kiltraje es otro invento.
Que eran morenos los personajes, que por
eso.
Eso dirá.
Tomado de:
LUEGO CIERRAN SUS VENTANAS
Mujer. 22 años. Trabaja desde las 8 hasta
las 17 horas.
Retorna a casa a las 18:30,
aproximadamente.
Hombre. 53 años. Trabaja desde las 8 hasta
las 17 horas.
Retorna a casa a las 18:30,
aproximadamente.
Él la ve, la espera, la sabe, la espía.
A veces se masturba mirándola.
Ella lo sabe, le teme, lo odia.
Los vecinos saben, se esconden.
La escena es más o menos así:
Fisgonea, la vecina, masculla que ella es
culpable.
Mucho escote, dice la vecina.
Luego cierra sus ventanas.
Rabea, otra vecina, su diatriba es contra
el sistema,
que la culpa es de la prensa, dice la
vecina,
que las cosas deben cambiar.
Luego cierra sus ventanas.
Mujer. 22 años.
Llora encerrada en el baño.
Sabe que mañana será otro día.
Los vecinos y ella (sobre todo ella)
habitan un barrio sin luz.
Un país sin luz.
LOS DATOS SON INCENDIOS
La niña de vestido no sabe que la miro
(la miro cuando ella camina rumbo a la
escuela).
Temprano camina, para agarrar desayuno
gratis.
Temprano camina, para evitar la peste de
mirarse en los espejos.
La niña de vestido se busca en las páginas
raídas del texto de estudio (primer año de educación media, creo. Estudia en un
liceo grande, muy grande, con nombre de presidente de la república). La niña de
vestido espera que los poetas españoles la iluminen, o que
esos cuentos del boom latinoamericano
contengan algo sobre la insoportable levedad de su país.
Tendrá:
5 clases en un día, 4 recreos, ½ pan, 2
sonrisas. Jugará a veces. Besará exploratoriamente al niño que la cela. Besará
exploratoriamente a la chica que la cela. Leerá de pronto y escribirá más
tarde, en el baño, que está aburrida, que pico pal que lee. Que odia su vida, que odia a su madre, que
papi es un delincuente habitual.
En una esquina cercana, la iglesia y su
cristo -y todos los fieles, incluso- saben de su soledad (me refiero a la
soledad de la niña del vestido). Sobre todo él (me refiero a jesús),
porque todos sabemos que jesús sabe de la
amargura de esa muchacha,
todos sabemos que jesús sabe de sus cortes
en los brazos,
todos sabemos que jesús sabe que ha sido
tocada por adultos
(familiares y vecinos, dicen que en un día
de fiesta).
Todos sabemos que jesús sabe que llora en
su almohada.
Todos sabemos que jesús sabe que ella
silba canciones viejas.
La niña de vestido no sabe que la miro
cuando camina a la escuela.
Jesús no sabe que todos sabemos que le
consuela saber que no es el único abandonado por su padre.
La miro y pienso que alguien, algún día
(quizá alguna noche) hablará de ella diciendo que ese tipo de cosas no ocurren;
que ella que papi que mami son la familia perfecta, que los datos sociales son
inventos.
Que los datos son incendios que se apagan.
Queman,
devoran,
mutilan,
pero se apagan.
ESPEJO DE SANGRE
Crecerá, inevitable, la ciudad.
Y nosotros, bastarditos de dios,
miraremos edificios,
detenidos como trenes en la noche,
desaparecidos,
pujantes.
Nos quedará un refugio, quizá,
una piedra, quizá,
tan sólo un espejo de
sangre para vernos
como en la ventana
que nunca abrimos.
DOS PREGUNTAS SIN RESPONDER
Ahora que nos han parido en la absoluta
abulia del sol,
podemos ser más que perros salvajes,
o animales destellando en la memoria de
los barrios,
eternos.
¿Qué rabias devoras, esquina bestial?
La casa se muere de a poco, siempre.
El zinc de mi pobre gente es una imagen
detenida en
la siniestra soledad de las ciudades,
o tal vez una imagen detenida tan solo en
esta esquina sin luz ni agua.
¿De qué sitios vienes, rabia voraz?
CORNETE 1
Pichoncito mío: te escribí estos poemas para
que sepas que los pungas que dejaste
pegados a
la ventana sucumben a veces en las entrañas
del mundo.
Que seguimos siendo agitadores de lo
obsceno, vándalos incluso. Para que sepas,
te
escribo, my love, la pastabase es el
cementerio de
Shile, y Shile, tu Shile, sigue siendo un
barrio sin luz ni agua.
CORNETE 2
Me
las azuzaron, por eso mis perras saltaron
encima, señor, le juro que eran buenas,
que
sólo comían de noche cuando diosito andaba
salvajemente llevándose abuelas a su
reino.
Los incitaron, señor, por eso mi gente
cerró el
barrio un par de horas y salió a caminar,
a comerse los mocos, a mirar el cielo.
Le juro, señor, que este afán de juntar
huesos no
es más que la metáfora de un hombre que
quiere levantar a su padre del polvo para
decirle adiós.
THE END
La ciudad avanza sin nosotros, alcanzo a
murmurar mientras alguien que relata el
fin de la pelea dice que el guacho
conchetumare que quedó en el
ring tiene ojos que lleva como
alguien que aúlla deshabitado para
siempre.
Si me vieras, jesús, con qué humanidad
lamerías
mis venas, hasta tiznar de rojo carmesí,
uno por uno, los ojos de mi alma.
Tomado de:
https://carcaj.cl/los-datos-son-incendios-y-otros-poemas/
Tu fracaso
Tengo en las
manos frías una
esquina de
barrio completamente rota.
Míranos, diosito,
somos tu fracaso.
Ahora sé de dónde vienes
Hay fotos en las que uno sale riendo,
a los 8 años, antes de preguntarse por
la existencia de dios.
Imágenes como tangos, espejos y
mujeres llorando a las 5 de la tarde en
un baño público.
Luces hay, también miedo a esta pelea que
se acerca, escuelas con número y corbatas
colgando
del cuello de mi papi que cuelga del techo
de
la casa de su papi que cuelga de una ventana
donde nunca cupo la lluvia ni el amor
¿De dónde vienes,
pena infernal?
200 años
En la infancia no había más que
madres rompiendo en dos la ciudad y
salvajes historias sobre los techos de
palo.
Hay sólo gemidos, ahora, sollozos.
Dibujos pornográficos de una bestia que
escupe sangre y 200 años de soledad para
mi barrio.
Tomado de:
https://elipsisliteratura.wordpress.com/2023/06/11/poemas-de-ricardo-sanchez-lara/
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