Manzanas silvestres
Más que el primer verso me inquieta
el siguiente: ¿el
segundo quién lo da? Elijo
mundo
con los párpados (abriendo y cerrando los ojos)
elegir es excluir
excluir es entender
entender es conservar. Cada poema escrito es
una oportunidad
como alguien a quien se toca y de
repente produce una descarga
(una espina en la garganta) la
uña en
una pizarra. Hacer poemas es como ir
a robar
manzanas silvestres –
vas en espera de dulzura pero
te sorprende la acidez. Dentro del poema:
sonidos
(alrededor: espacio en blanco)
silencio que trabaja.
Las estatuas empiezan a caminar
a Juan Manuel Roca
El
final de la tarde sucede y las estatuas
vuelven a la vida –
no para levantar la multitud (o moldear
ideologías) sino
por esa otra razón quizá más prosaica: el
día de trabajo concluye. Se acaba
otro día
(pasado en medio de un gesto)
guiñando el ojo estático en cada fotografía
(al metálico tintinear con el que la
calzada
habla). Las estatuas descienden desde lo alto y
regresan al movimiento
es la pequeña venganza por lo que la escasez las obliga
–
un día entero quietas
un día entero calladas
un día menos en la vida.
El pintor de Altamira
El
pintor de Altamira (en la penumbra de la cueva)
sabe que las sombras que ve en la pared
son reales. Para él son indistintos
lo real y lo aparente
porque sabe que las sombras que tiemblan
en la pared son
(de hecho) de bisontes
que pastan frente a la cueva. Será necesario que
pasen dos veces
diez mil años para que otro hombre con barba afirme
una cosa diferente y
en otra cueva (a la luz
de otra luz) piense
todo
desde el inicio. Por ahora son sombras
(con rigor de bisontes) que
el pintor de Altamira imita por toda la cueva –
pidiendo a dioses de piedra que se
multipliquen para
que nunca falten sombras (ni tampoco
bisontes) para cazar
y comer.
Hamlet
Hamlet sabe que esta noche no vamos
a Elsinore. Tenemos que estar en otro lugar.
Si pasáramos
unas horas más en el norte de Dinamarca
hablaríamos de locura (real
o imaginada) de
la impiedad del tío. Sea como sea
Fortinbras tomará el castillo y
todo resulta necesario
(todo resulta trágico)
sería casi indecente privar a la vida de mentira
(de la voluntad de venganza) de
la ilusión de que
hay justicia. Lucha Hamlet lucha
contra Laertes
y contra Claudio. No necesitas saber (tan
al principio de la historia) que el final está escrito
que a ti
te corresponde la derrota.
La hipótesis del gris
En un país en blanco y negro
me recomendaron el gris. Un recurso
extraordinario. Con la posibilidad del gris podría
ensayar
soluciones inusitadas –
saborear lo tibio (que no es frío ni
caliente)
explorar el luscofusco (que
no es noche ni día) practicar la omisión
(que no es mentira
ni verdad). Blanco y negro mezclados permitían
finalmente
vivir en conformidad
desocupar los extremos (tan ajenos a la virtud)
licuarme en la multitud
en el centro en el
promedio
dorado. Con la paleta de los grises podría
mejorar el arte de la supervivencia que
(como los mansos saben bien) es
no estar vivo
ni muerto.
El nombre de los impostores
Allí
en la entrada del estadio (en la ruina de
Archaia Olympia) un ala de pedestales con
el nombre de los impostores
se resiste a la erosión del olvido. Muchos de los que
ahí
han vencido
(en artes de sudor y gloria) tienen
sus nombres borrados. En el ala de los impostores
los nombres
perduran en piedra que recuerda quién quiso vencer
con soborno
o malicia. Los torsos ya
no están allí
(incluso las estatuas mueren) pero
¿quién no aprecia la ironía con la que el tiempo
hace justicia
(esa mala-eternidad con la que permanecen en la
memoria)
el elogio al revés con el que
entran en la historia?
Los cuervos en Birkenau
«Let the grass grow over our footprints»
CZESŁAW MIŁOSZ
I am the grass.
Let me work.
CARL SANDBURG
Los
vagones que aquí llegaban
partieron hacia otros lugares. La madera de los
chamizos
(donde los tenían a la espera)
no ha resistido las estaciones. Ninguna
columna de ceniza los lleva (como nube) por el aire.
No hay olor a quemado (ni
gritos bajo el silencio) en la plataforma raída
nadie
aparta a nadie. Incluso
las cámaras de gas (hoy
un montón de chatarra) pueden dar la idea
de que no pasó nada. Pero ellos se
visten de negro para impedir el olvido.
Sobre la hierba que renace (y trata
de cubrir el pasado) los cuervos velan la muerte
cosechando pruebas de vida
(restos de biología:)
semillas
vergüenza
agua lacrimae.
Todos los Santos
Llueve siempre
ese día. Los viejos llegan temprano a los
ritos del cementerio (con brazos de flores y nostalgia
que salmodian
por las tumbas). Es triste
pero ya no duele. Quien ahora ampara los
entes queridos en sepia son paréntesis alejados
que contienen
(en un abrazo) fechas
de principio y fin. La noche va empujando el día
alrededor de la Tierra –
muchos de los que por aquí pasaron (de paso
en el pasado) ya
viven en este lugar. Los viejos traen a los jóvenes
(enseñándoles la tradición) que comparecen
pidiendo
a la entrada del Campo Santo
«¿dulces o travesuras?» trajeados
de brujos paganos.
Acerca de la poesía portuguesa contemporánea
La belleza
desperdiciada cuando los museos están cerrados –
por la noche
no hay miradas recorriendo los corredores
solo les queda a las quejicas
(en la soledad de los marcos)
enfadarse
entre sí. Y cómo saben ser crueles (las
jóvenes zumbando a las viejas
las delgadas zumbando a las hartas) unas
y otras
rendidas a las mujeres (?!) de las telas
abstractas. Ávidas de atención
van dirimiendo vanidades componiéndose
de hora en hora
(en la irrealidad de los marcos) para disputar la
atención necia
del guardia de turno.
Tomado de:
https://www.revistaaltazor.cl/joao-luis-barreto-guimaraes-2/
NO ME GUSTA QUE HAGAS ESO
No
me gusta que
uses
el encendedor
que conservas
de antes
para
prenderte el
cigarro.
No me gusta que hagas eso.
Ahora que
estás
conmigo
no
me parece bien
que recurras
al calor
de la llama
antigua
para encenderte la sonrisa.
MECÁNICA DE UN ABRAZO
Lo que encierras en un abrazo cuando
abrazas a alguien no es
un cuerpo: es tiempo. En ese suspenso demorar
(mientras detienes otra vida) hay
un cuerpo que es tuyo mientras lo retienes
en brazos
(por cuanto lo retienes para ti
suspendiendo el movimiento)
mientras detienes el tiempo por el
tiempo
que dura un
abrazo. Pero la
fuerza de tus brazos es más débil que
la del tiempo y
tienes que ceder
(tienes que dejarlo ir) porque
el tiempo no acepta estar detenido tanto tiempo y
exige que lo sueltes para
volverse a mover.
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2021/07/poesia-portuguesa-actual-joao-luis-barreto-guimaraes/
EL BUZÓN DE DIOS
Un
rebaño de cristianos en la ciudad de los hebreos-
solo querían tocar las fisuras
en la piedra del Muro (enviar
a través de su Dios un recado
a nuestro Dios). Justo en la entrada de la plaza
del templo de Salomón
un soldado israelí había buscado en nuestra pose
el arma de donde pidiésemos extraer la
Muerte o
el Mal. Nada más inútil. ¿No sabía el
militar que precavía al divino de que
o ese Dios es el mismo o
no hay (del todo)
Dios?
LOS ARGONAUTAS EN OIA
El hermoso viaje
Constantino Cavafis
Para algunos el
final de la tierra es seguro
el fin del mundo
Para otros el
fin del mundo es
el principio del viaje. Denles
un barco a remo nadie sabrá decir
si hizo bien el
que rasgó el Egeo desconocido si
la duda insistente de quien se queda-
es el viaje.
SICILIA
Había olivos
E higos. Messina había sido tomada por
Barcos cartagineses
Como el café de la mañana toma e
Espacio del aire.
Había albaricoques y almendras. Cerca
En Siracusa
(Usando el propio cuerpo)
Arquímedes había demostrado cómo el agua
Es incomprensible.
Nos entrelazábamos manos y pies.
Había limones y cipreses.
No sé si viñas.
Tomado de:
https://cajadetormentas.blogspot.com/2018/05/joao-luis-barreto-guimaraes-poemas-de.html
Una explicación posible
Fue
sin duda un perfume. Uno de esos
más escotados
(generosos
triunfales) lo que retrasó a Odiseo de
regreso a Ítaca. De esos perfumes simétricos
(orgullosos
resueltos) que obligan la mirada a
volverse
para oler. Solo puede haber sido eso (fue
sin duda un perfume)
un perfume como aquel dejaba hacer
casi todo.
Éxtasis de Santa Teresa
Le pido
muchas disculpas al cardenal Federico Cornaro pero
creo que Gian Lorenzo Bernini
le engañó. Si no el Maestro que explique
(como mejor le plazca) la
cara de gozo de la Santa (el
cuerpo lanzado hacia atrás el
hallux semiflexionado los ojos semicerrados) ya ni
hablo
de ese ángel que traspasa la saeta ardiente
con la risa atrevida de un cupido consolado –
si esto es el amor divino yo quiero ser querubín
a menos que (Excelencia:) Su
Excelencia confiese que ordenó la obra así
(el pecado enmascarado por los excesos del Barroco
algo difícil de ver en una iglesia calvinista)
en este caso (Excelencia:) no
sé qué juzgar mayor si el
lento gozo de la Santa (abandonada a tal entrega) si
nuestra envidia por el tiempo que ella lleva con eso –
los labios entreabiertos de metafísico amor
llenando (Excelencia:) el
espacio interior del vacío
prolongando (Excelencia:) el grito
del
dulce
dolor.
in memoriam Paulo Cunha e Silva
Empieza ahora otro día y es más
otro día sin ti. Erramos por la ciudad
tratando de reconocerte
(ninguno de los nombres que pasan resulta
ser el tuyo). ¿Dónde está la
alegría donde asentábamos casa
(la búsqueda por ventana la ternura
por tejado) dónde
tu pensamiento más veloz que el propio día?
¿Dónde estás que no te tenemos? ¿Dónde
tu energía? Los
barcos que bailan en el río el día entero
sin descanso (las olas que no desisten de
repetirse en la desembocadura) los
espejos de este Café que ni por la noche se apagan
(el arco iris del amor en los semáforos de la avenida)
–
tal vez te hayas quedado sembrado por las calles
en aquello que nunca se detiene (en un
frenesí de partículas)
quién sabe ahora si existes en todo
lo que no descansa (en eso que
no se apaga) en el tiempo
que es infinito.
Para la construcción de la guerra
a Luljeta Lleshanaku
La
violencia está latente en el más pacífico
ciudadano. Incluso en el que
acostado
parece sostener el muro (el estrépito
con el que frena a fondo en la fila del tránsito
el golpe con el que sacude la puerta
detrás de él) que
no te engañe la bonanza con la que ves
a nuestro hombre
paseando la propia sombra por una
mañana de sol. En él
todo es insospechado, pero dentro
la sangre bulle. Deja que una mosca se pose
en la comezón de la nariz y verás lo
que es capaz de hacer –
el asesino.
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2017/04/poesia-portuguesa-joao-luis-barreto-guimaraes/
El gato no quiere movimiento
Largas tardes pasa el gato revolcado
meditando (de quién sea el gato el espectro
le toca al gato
revelarlo). La mañana entera ocupado en
anular movimientos
(una hojita por el suelo
la obstinación del viento) cosas
que hagan ruidos o se muevan insistentes:
en su territorio
no.
Ruinas alrededor. Silencio
dentro del silencio. El
propio tiempo detenido para
dar ejemplo.
La posibilidad del amor
La
mañana fría aproxima a los amantes
junto al mar en el extremo norte de la isla donde
sopla un viento frío y una fría caída de agua sale
en arco del
acantilado al que en la isla se le ha dado el nombre de
velo de la novia. Hasta aquí desde Porto Moniz (en
largas hojas de pita) cada lengua ha dejado viva
la posibilidad del amor:
Hubert aime Christine
a Olga le gusta Mauri
solo el solitario Simon y Susan la soñadora
inscritos en hojas diferentes (aunque
del mismo cactus) por mala fortuna
o buena desgracia
no coincidieron en el día.
Todos estuvieron aquí. Todos aquí asintieron
a la posibilidad del amor–
incluso si
el agua que cae hoy no es el agua de mañana
(ni siquiera del próximo año) cuando
estos nombres caigan y otros
en su lugar aún aparezcan
sin pena. Que la pasión que aquí se ha escrito
se convierta en amor allá.
Joao
Balada de los malos pensamientos
Las
pelucas de las señoras en quimioterapia una
vez por semana huyen al
peluquero. Las dueñas
calvas
de las pelucas han de tener paciencia–
salir con el pañuelo en la cabeza
(ocultando la alopecia)
paseando el infortunio hasta que caiga la noche.
Hay que dar tiempo a las pelucas. Más que
nunca están exhaustas de la enfermedad prolongada
y no prescinden de la ocasión de
ser lavadas y peinadas hasta
sentirse rehechas. Hay que apoyar las pelucas
en esta fase complicada. No es fácil
escuchar a las dueñas todo el día con
tan malos pensamientos.
Tomado de:
https://esteros.org/2019/10/30/poesia-portuguesa-contemporanea-joao-luis-barreto-guimaraes/