viernes, 30 de junio de 2017

POEMAS DE JOAN BROSSA

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(19 de enero de 1919, Barcelona, España - 30 de diciembre de 1998, Barcelona, España)




A B C D


A Si quieres conocer a un hombre,
dale poder.

B Si me quieres bien, tus obras
me lo dirán.

C Tampoco existe el amor,
sólo puedes dar pruebas de él.

D Gritar es digno.

Versión de Carlos Vitale



A todos


Me empolvo la cara con la borla. Con
lápiz oscuro indico el fondo de las arrugas y con lápiz
blanco la parte que sale más. Me pinto las cejas muy
negras y los labios rojos. Me doy unos toques de almáciga
y me engancho los bigotes.

Me arranco los bigotes de crepé. Me borro el negro de las
cejas, el rojo de los labios y las rayas que marcan
las arrugas. Me unto la cara con vaselina hasta dejarla bien limpia.

Sobre la mesa, la peluca y las patillas junto
con un montón de libros.

Octubre de 1950

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Amor...


Amor,
en este poema
no existe el tiempo:
todo el curso del Universo
se da en él a la vez.

Versión de Andrés Sánchez Robayna
 



Antoni Tàpies


Tàpies: He recibido tu carta. Muy,
muy agradecido por las postales de Miró.
Ahora ya no me falta ninguna. Creo firmemente
en la sinceridad de tu carta y estoy
muy contento de tu paso. Por fin te has dado cuenta
de hasta qué punto va llena de veneno la serpiente
que aún colea. Tàpies: no aplastarán la tierra
los déspotas. Debemos cambiar -me ha
escrito Cabral-, debemos tener la certeza
de que hay que cambiar. Éste es el primer paso.
Veo que tú, sin embargo, has alcanzado la palanca
del arroyo. Has hecho de un árbol
otro árbol. Los árboles
se enlazan unos a los otros.
Que nada de eso se convierta en letra
muerta, fosforescencia de espíritu libresco.
Sí, Tàpies, aquí abajo todavía
el silencio comanda. La flor
y nata del buen vivir se ha vuelto
un montón de oscuridad cercada con cañas.
Dau al Set continúa siendo la oscura revistilla
representativa tan sólo de nuestras minucias.
Ponç, Puig y yo no queremos respirar más
en estas estrecheces y, ante las respuestas
secas del director, hemos dejado de colaborar. Ya verás,
ya verás los números que salen y los próximos que saldrán.
¡Están llenos de muerte, los desventurados!
Siempre el mismo canto triste acompasado
con el sonido de cascabeles podridos. Sin embargo,
al final, han caído, mortecinos y oscuros, las doce,
y nosotros, como te he dicho, hemos encendido la luz
y hemos ganado la explanada.
Envíame fotografías de los cuadros que pintes.
Creo que trabajas mucho. ¿Sale muy
rabiosa tu pintura? No me lo parece.
París y tú ya debéis ser como hiedra
y tronco. Lo malo es que ya se te va
marchitando la rosa de la beca. Cuando
llegues a Barcelona te parecerá que
te hundes en un pozo profundo, sí,
muy profundo. Aquí los ricos se dan besos
en los guantes mientras los pobres arrastran
el culo risco abajo. El jardín de la gaya
ciencia va lleno de adulacristos. Todo
rumorea de silencio. Todos protestan de ello.
Hoy, uno de mayo, los policías van de cuatro
en cuatro.
En fin,
Tpies, no quisiera que se me amodorrase el alma
teniendo que llamar con estas frases. Baja, amigo,
y todo nos cogerá brillo en las manos
porque, como ya sabes, el tiempo nos da la razón
a nosotros, que tenemos el mejor vino hirviendo
muy cerca del rescoldo.

1 de mayo de 1951

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Bailarina al norte


I
Fondo negro. Pas seul de unas piernas que se destacan en blanco.


II

Cortina azul.


III

Fondo negro. Gran hoguera en mitad del escenario.

Telón

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Cosmogonía


Adelantaba ligeramente el muslo
y lo ponía entre las piernas,
y su pierna izquierda la
ponía encima, por fuera
de mi muslo izquierdo.

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Eco


                                 A Maria-Lluïsa Palau

-¿Podrías decirme qué es el sol? -El sol.
-¿Y la luna, podrías? -Es la luna.
-¿Y por qué llora Pedro inconsolable?
-Porque en su vida no ha tenido suerte.

-¿Y qué son las montañas, las estrellas?
-Son solamente estrellas y montañas.
-¿Y estas raíces qué? ¿Y qué estas cañas?
-Pues no son más que cañas y raíces.

-¿Qué es esta mecedora? ¿Y esta mesa?
¿Y estas manos que forman sombras chinas?
Dime: ¿y el mundo, el hombre?
-Ved aquí
la faz final de la sabiduría:

Mírate a fondo, afirma siempre el ser
y aprende: nada más puedes hacer.

Versión de Andrés Sánchez Robayna

 


El gran triunfo


Siento el latido inmenso en la llanura
y lo canto en la altura de la cumbre.
En plena libertad, libres procura
Todas las Cosas. Jamás servidumbre

En la fuente del gozo, en tu hermosura
He hallado. ¿Ves?, amor, en muchedumbre
Cruzo el dédalo; mas contigo, pura
Naranja que ha crecido de la lumbre,

¡Cuánta luz salta con la sombra mía!
En plenitud de paz en ti me inclino,
Más allá del amor nada nos guía:

Sendas y objetos vuelcan el destino
En la hoguera del alba. Noche y día,
La tuya, amor, al tiempo desafía.

Versión de Alfonso Alegre y Victoria Padilla

 


El jardín de la reina


                                                    ¡Eh, no piséis al escarabajo!
                                                                        Johannes Brahms


Éste es el jardín de la Reina.

Ésta es la llave del jardín de la Reina.

Ésta es la cinta que sostiene la llave del jardín de la Reina.

Éste es el pez que ha mordido la cinta que sostiene
la llave del jardín de la Reina.

Éstos son los ojos que brillan como el pez que ha
mordido la cinta que sostiene la llave del jardín de la Reina.

Éstas son las manos que han hecho sombra a los ojos que
brillan como el pez que ha mordido la cinta que
sostiene la llave del jardín de la Reina.

Éste es el cabello que han peinado las manos que han
hecho sombra a los ojos que brillan como el pez que ha
mordido la cinta que sostiene la llave del jardín de la Reina.

Ésta es la fuente que ha mojado el cabello que han
peinado las manos que han hecho sombra a los ojos que
brillan como el pez que ha mordido la cinta que
sostiene la llave del jardín de la Reina.

Éste es el camino que bordea la fuente que ha mojado
el cabello que han peinado las manos que han hecho sombra
a los ojos que brillan como el pez que ha mordido la cinta
que sostiene la llave del jardín de la Reina.

Versión de Andrés Sánchez Robayna



El nacimiento de Venus



Cortina azul. Entra la stripteasera por la mitad de la cortina. Tiene ojos muy expresivos. Va en traje de calle oscuro. Al quitarse la chaqueta se empiezan a escuchar, lentas, las campanadas de un reloj: las doce. Cuando suena la última, la chica aún no ha acabado de desnudarse; actúa seria y vive íntimamente su número.

Cuando ha acabado dice:

«Me cachondeo de todos los dioses».

(Recoge la ropa y sale por la derecha).

TELÓN

Versión de Carlos Vitale



El tiempo


Este verso es el presente.
El verso que habéis leído es ya el pasado
-ha quedado atrás después de la lectura-.
El resto del poema es el futuro,
que existe fuera de vuestra
percepción.
Las palabras
están aquí, tanto si las leéis
como si no. Y ningún poder terrestre
lo puede modificar.

Versión de Carlos Vitale



El último hombre


A pesar de las apariencias y las teorías, dice
que tiene miedo de la soledad; se siente distanciado
de los objetos; tiene miedo de no ser más que una
cosa entre las cosas, entre objetos sin nombre:
tiene conciencia de no estar aquí.

Versión de Carlos Vitale


 


España


No existe la censura:
lo que existe es un Servicio de Información Bibliográfica
para evitar posibles perjuicios económicos a los editores.

No hay gente que se muere de hambre:
hay personas que sufren insuficiencias tróficas
debidas a insuficiencias alimentarias.

No hay lucha de clases:
hay tensiones sociales polarizadas en torno a desiguales
repartos de la Renta Nacional.

No hay oposición episcopal:
no se trata de quitar al obispo sino de modificar
las estructuras jerárquicas que no son conscientes
del compromiso con las líneas posconciliares.

No hay partidos políticos:
hay articulación de contrastes de opiniones.

No hay subida de precios:
hay revisión de tarifas.

No hay derecho de huelga:
hay una manera de exteriorizar el conflicto directo.

No hay epidemia de cólera:
hay brotes de diarreas estivales.

No se habla de amnistía,
sino de condena de sanciones.

Etcétera.

Versión de Carlos Vitale


Fin del ciclo


Las hojas caídas obstruyen el camino.
Imagino que soy el que no soy.
Aquí me estoy muy quieto.
Procuro no moverme
y ocupar el mínimo espacio.
Como si ya no estuviese allí.
El silencio es el original,
las palabras son la copia.

Versión de Carlos Vitale


La guerra


Cruza un burgués vestido de cura.
Cruza un bombero vestido de albañil.
Yo palpo una tierra muy humana.
Cruza un cerrajero vestido de barbero.
Me como un trozo de pan
y me tomo un buche de agua.

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Noche


Más allá del espacio que percibimos brilla una multitud innumerable
     de mundos semejantes al nuestro.
Todos giran y se mueven.
Treinta y siete millones de tierras. Nueve millones quinientas mil lunas.
Pienso con espanto en distancias incalculables
y en millones de globos muertos
alrededor de soles ya apagados.
Medito sobre el orgullo.
¿Qué ocurre más allá de los astros?
El suelo está regado.
Una mujer da un beso a una niña.
Hoy la cena ha sido espléndida.
Se oye tocar un manubrio.
Hay un espejo colgado en la pared.
Entrad, entrad, la puerta está abierta.
Afuera pasan un pastor y un trapero.

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Nocturnalia


                                                                A Pepa


Pura contra la noche está mi mano,
Riqueza y fuerza me echaré a la espalda;
Busco la calma en lo que pensar pueda,
Donde empieza la queja trazo raya.

Suelen bastarme el hombre y su misterio,
El azufre que hiero no me daña;
Pero la suma escapa al juicio humano,
y me sacude el trueno y raya el rayo.

Pero no digo que mi error lamente:
-¡Echa raíces, olvidada tierra!
En torno de tu amor dialogando,

Cuanto retengo piérdolo con ansia:
Ni siento horror de morir como pienso
Ni pensar como muero me entristece.

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Paisaje


Una línea avanza del monte
de Júpiter y se dirige horizon-
talmente hasta la parte más alta
del muñón, bajo el monte de
Mercurio; pasa por debajo de los montes
de Saturno y de Apolo y corta
en su trayecto las líneas de
Saturno, de Apolo y de Mercurio.

Ahora apago la luz, y todo queda
a oscuras.

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Pasa un obrero con el paquete del almuerzo...


Pasa un obrero con el paquete del almuerzo.

Hay un pobre sentado en el suelo.

Dos industriales toman café
y reflexionan sobre el comercio.

El Estado es una gran palabra.

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Pim-pam-pum


I
Desde la oscuridad absoluta, el escenario se ilumina. Fondo azul.
Hacia la derecha, una mesilla de noche. En el centro del escenario,
un personaje alto, envarado, de frac, con sombrero de copa
y guantes en la mano. Pausa. Entra por la derecha, envarada, una
señora en vestido de noche oscuro; saca del cajón de la mesilla
una banda roja y se la coloca al gran dignatario con toda solemnidad.
La gran dignataria, igualmente envarada, sale. El personaje continúa inmóvil.
La luz va adquiriendo un tono rojizo hasta el color rojo intenso; después
se va apagando gradualmente hasta quedar todo a oscuras.

II
El escenario se ilumina. Fondo amarillo. Inmóvil en medio del escenario,
un clérigo con sombrero de canal y manteo. De pronto se desnuda lentamente.
Es una mujer, una stripteaser que ejecuta su número de una forma rutinaria,
más bien vulgar, ondulando los lados. Debajo de la sotana lleva ropa interior
femenina de color violeta, con las medias negras. Cuando se ha desnudado
completamente, permanece inmóvil y se apagan las luces.

III
El escenario se ilumina. Fondo rosado. En el centro, un militar inmóvil
con el pecho lleno de cruces y medallas y la mano izquierda apoyada en el sable.
Pausa. De súbito, las condecoraciones se le van cayendo una a una.
Al caer la última, baja el

Telón

Versión de Juan Manuel Gisbert



Poema


Yo me desnudo
y vosotros os vestís.

Versión de Andrés Sánchez Robayna

 


Poema (2)


Un silencio

Un grito

Un toque de gong.

Versión de Andrés Sánchez Robayna


 


Sensatez y cabellera


                                           Nadie es el autor
                                       de este Poema mío.
                                 Vladimir Mayakovski


Nacer, morir, vejez y juventud,
roca, esperanza, confianza, nostalgia,
boca callada, espíritu sonoro,
hileras de franqueza y falsedad.

Hacer que en la tristeza caigan copos,
así la vastedad del amor mío
contra el vacío inmenso del furor
del mar bramando, al sol sal encendida.

El paso errado se burla del recto,
y el alborozo y el dolor de ser
el confundir sus ráfagas no excluyen.

El buey que llora y labra y el buey de oro,
el pozo primordial, lo revelado,
todo es fulgor del nacer al morir.

Versión de Alfonso Alegre y Victoria Padilla



Streap-tease


Fondo naranja. A intervalos de diez segundos caen del techo todas
las prendas con que se viste una mujer. Finalmente caerá un
zapato y , al esperar que caiga el otro, baja el telón.

Versión de Juan Manuel Gisbert



Streap-tease (2)


Hoja tras hoja desnudo los árboles.
Piedra tras piedra desnudo el terreno.
Después el cielo desaparece.
Y la tierra también se va.

Versión de Andrés Sánchez Robayna

 



Si fueras una ola, serías mi juego favorito.
Si me quisieras siempre, serías la plenitud.
Si fueras una manera de hablar, serías el diálogo.
Si lloraras inquieta, te buscaría y no te encontraría.
Si fueras una puesta de sol, serías la más bella de todas.
Si fueras un árbol, serías un cedro.
Si ostentases colores, serías blanca y roja.
Si fueras la nieve, pasarías más allá.
Si fueras una sustancia, serías el bálsamo.
Si fueras sustituida, serías la madera de una columna.
Si yo fuera un barco, te llevaría delante mismo de la proa.
Si no fueras una muchacha, serías una rosa silvestre.
Si fueras una estrella invisible, serías el mutuo amor.
Si me rodeases suavemente y te disolvieses, serías el rocío de la
noche que moja los árboles.
Si desfallecieras, serías un escudo roto.
Si fueras una flor, nunca te apagarías.
Si relampaguearas, serías talmente una piedra engastada del color
del flujo del mar.
Si te viese en cualquier lugar, te señalaría a ti.
Si fueras indiferente, serías el crepúsculo.
Si me mirases distraídamente, serías mi esperanza.
Tu presencia me parece la forma más placentera de la armonía
    misma.
Si la música se llenara de ti, brotaría un acorde grave y lastimero.
Si fueras un trébol, serías la llave de la aurora.
Si fueses la suavidad, serías el peso del agua.
Si fueras la tristeza, serías los días y el tiempo.
Si fueras un deseo, serías pasión desplomada.
Si fueras la luna, serías un ala.
Si fueras un reloj, serías un círculo profundo.
Si fueras el espacio, serías su mitad y su centro.
Si no fueras una estrella favorable, serías una roca que defiende
    un territorio.
Si te escondieras de mí para siempre, serías la noche circundante.
Si fueras un camino, serías la orilla del mar.
Si fueras un jardín, serías un astro de flores.
Si fueras un paisaje, serías un bosque que respira.
Si fueras un anillo, serías eternamente irrompible.
Si fueras sombra densa, serías un camino entre los astros diáfanos.
Si fueras una tarde, serías un día.
Si fueras un año, serías un siglo.
Si fueras un ruido, serías el ruido de unos pasos que resuenan
    oídos en secreto.
Si fueras un pedestal, serías una isla azulada.
Si el mundo fuese roto en pedazos, serías su silencio.
Si inclinaras más la frente, el corazón tintinearía claro.
Si suspiras, el tiempo que pasa se vuelve dulce.
Si te encaramas por el cielo, en la meditación te encuentro.
Si fueras una bolita, serías una sola gota de agua.
Vives en el sentido de la llama, no en el de la ceniza.
Si fueras un número, serías una cantidad inacabable.
Si mudaras de forma, serías una montaña oscura y agradable.
Si fueras el viento terral, dormirías sobre una cola de colores.
Si te conociera la lluvia, caería en el lugar que tú indicaras.
Si intentaras salvar a alguien, lo llenarías de espigas.
Si fueras una pared, te escudarían los árboles.
Si cayera la luz, serías la copa de cada día.
Cubrirías la juventud, si fueras la madrugada.
Si pasara el otoño, tú serías la primavera inminente.
Si fueras un color, serías la alegría del sol en un bancal de hierba.
Si fueras una voz, tendrías el color de un perfume.
Si fueras un perfume, tendrías la voz del color que te llevara.
Si fueras un cristal, apagarías los suspiros.
Si fueras un desierto, ondearías sin ningún límite.
Si eres una palabra, serías amarse
Si fueras un ídolo yo prepararía tu adoración en los santuarios.
Si fueras tibia claridad, te rodearías de rebaños.
Si fueras una gota de sangre, iluminarías.
Si el mundo de vida fuera todo soledad y caos, ya estarías destinada a
    manifestarte.
Si el mundo fuera una brumosa caverna, en ti convergerían infinitudes.
Tu eres el más bello reflejo de la Imagen primordial
Que allende los tiempos se multiplica inexpresable.

Versión de Alfonso Alegre y Victoria Padilla



Un espía ronda por las calles de Washington


Un hombre lleva abrigo y botines grises.
Pasa una mujer, muy guapa, enlutada.
Un muchacho, con gafas de miope, explica con profusión de detalles
cómo es el que le ha sustituido en el cargo.
Un hombre, con una cicatriz en la mano, sale apresuradamente
de un edificio
con una cartera bajo el brazo.
Un transeúnte se queja de que es indigno cómo atropellan a la
gente por la calle.
Pasa un muchacho con un viejo encorvado.
Un militar, huraño, sube a un coche, que arranca.
Una mujer entra en una óptica.
Un hombre se mete en una cabina telefónica.
Pasan grupos de jóvenes.
Un hombre, que lleva bigotes, se quita las gafas.

Versión de Andrés Sánchez Robayna



Un hombre estornuda...


Un hombre estornuda.
Pasa un coche.
Un tendero baja la persiana metálica.
Pasa una mujer con una garrafa llena de agua.
Me voy a dormir.
Eso es todo

Versión de Andrés Sánchez Robayna






jueves, 29 de junio de 2017

POEMAS DE ERIK LINDEGREN

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(5 de agosto de 1910, Luleå, Suecia - 31 de mayo de 1968, Estocolmo, Suecia)

VII


aquí en este silencio que extermina el límite
entre los muertos vivos y el vivo deseo de los muertos

allí dos mitades se asocian en doble ceguera
para mejor aún poder oír cómo cae la luz

lenta, traicioneramente como si supiese qué quiere
cuando la noche entró y el día está vacío

y el sentido se tiende saliendo de su torre
con sigilo de miedo por mejor conservarse

en la penumbra de las gargantas donde el guardaespaldas lancea
bloquea toda salida y la sabiduría de los ahogos

aquí en este silencio que extermina el límite
donde la luz cae y agrisa la angustia

licita la tormenta de la aniquilación la seca tierra del futuro
mientras la cegera sonríe sarcástica a través de su ventana sin cristal


Gladiador moribundo


¿Quién rasgó tu cintura con tridente?
¿Quién te arrojó la red a la cabeza
y jaló -en un ardiente triunfo-
para que tú cayeras
pataleando en la arena?

No ese cuyas piernas
ves como dos columnas sobre ti.
No esa mano de puñal mordiente
que lanza larga sombra
en la arena oscura de la noche,
no él, no el esclavo del grosero César.

Pero ¿quién te ve a ti?
¿Y acaso me oyes?

Ciego está el público.
En parte por oscuridad:
una ola blanca cual espuma que
golpea la cabeza contra la roca del Hades.
En parte por deseo:
una última frontera en la sangre de la niebla
que tiene miedo de sí misma en ti.

¿Quién te ha derribado?
¿Quién te ve?

Tú lo sospechas
mas no llegas a tiempo.
Por un instante
luchas eternamente.

Así tu vida se hace tuya.
Así surge tu muerte.
Traductor: Roberto Mascaró

POETA


Deslumbrado por el sol
iluminado por incendios
surgido de un remolino de ceniza
nunca el mismo

el  juego de la superficie con la profundidad
(con bancos de estrellas bulliciosamente vivas)
la amenaza de la profundidad contra la superficie
(con galaxias vertiginosamente muertas)
las palabras demasiado lejos
(como oro derritiéndose)
la vida demasiado cerca
(como plomo solidificado)
más disfrazado que la nada
más desnudo que el todo

en una tierra donde todo
ocurre demasiado pronto o demasiado tarde.


Traducción: francisco J. Úriz


PAUL ELUARD IN MEMORIAM

¿Puede el cántaro ser más bello que el agua?
¿Puede la muerte de un poeta alumbrar el mundo?
El día era de nácar, fue el día más hermoso
de aquel invierno. Un caballo de luz onduló el cielo.
Llegó una carta del vacío
y la campana de la nieve estalló con nítido sonido.
¡Escucha el susurro de las palabras rubias entre los labios del poema!
Escucha sus latidos, la fuerza elemental de la fuente.
Un farol de paja se mueve por nuestro jardín encantado:
es alguien que estudia minuciosamente la heráldica de los frutos.
¡Agua celeste, estación de metro, suburbio oprimido como un pecho!
Alguien ha muerto en París, la ciudad de sus múltiples nacimientos,
bajo el sol de la esperanza, bajo un amor desintegrado.
Un perro enfermo merodea por el umbral de la puerta.
Te veo anciano de ideas luminosas, nervioso
y transparente, te veo deshacerte en polvo,
te veo desvanecerte como tenue humo o nieve,
una nube de nieve negra en noches blancas.
Traducción: Francisco J. Úriz.


ARIOSO


Estamos siempre juntos,
en alguna parte dentro de nosotros nuestro amor nunca puede huir.
                 En alguna parte
                            en alguna parte
todos los trenes han partido y todos los relojes se han parado:
en alguna parte dentro de nosotros estamos siempre ahora y aquí,
somos siempre tú hasta confundirnos y fundirnos,
metamorfosis y la maravilla de maravillarnos,
ola que se quiebra, nieve y llama de la flor.
En alguna parte dentro de nosotros donde los huesos han blanqueado
después de la sed del buscar y la sed del dudar
hasta la huidiza negación
                                             hasta el secreto de ceder
                                             ¡nube de consuelo!
en alguna parte dentro de nosotros
donde estos huesos blanquean
y los espejismos se reconocen
brota la certeza en la lejanía como la ola en la oleada
reflejas nuestra lejanía como la estrella en la ola
y el sueño deja siempre la máscara y se vuelve tú
que te escapas
                          para volver a volver
                          para volver
                          más y más dentro de nosotros
                          más y más tú.




Traducción de Octavio Paz en "Versiones y Diversiones"  Galaxia Gutenberg


la 

[...] 

donde la palabra cometer harakiri al resplandor de las explosiones 
y la trompeta ha destruido la sangre porcelana sabor y morir 

en el salón de los espejos donde uno tiene demasiados 
y que iba a caer sin embargo como el rocío en la tumba de tiempo 

[...] 

V 

[...] 

sacude la mano de vértigo en la escala de asfixia 
tacaños lágrimas que asoman en el Nightingale jaula vacía 

el mismo sufrimiento requieren otras víctimas 
incluso un accidente de tren tartamudea perdón 

un ojo sin quemaduras párpado: cortocircuito y soledad 
y el fotógrafo destino todavía sorprendido cadáver 

[...] 

(Trans. Beatrice Luna) 

miércoles, 28 de junio de 2017

POEMAS DE JJ SLAUERHOFF

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(15 de septiembre de 1898, Leeuwarden, Países Bajos - 5 de octubre de 1936, Hilversum, Países Bajos)

En Memoria de mi mismo

Por enemigos encerrados,
Con 'amigos necesitados' que han huido
Clasifica la carne que apesta como el pecado,
Me río, me echo atrás la cabeza,
Aunque desgarrado en fragmentos,
Mi cuerpo casi muerto.
Cada día mi vida fue cruzada
Por nueva adversidad.
Buena iniquidad cosechada;
Yo pagué un alto costo,
Pero ahora la batalla está perdida
Lucho obstinadamente.
Nieve, el hielo me envuelve,
Los cuerpos están llenos
De los que locamente
Perseguido mi "Yo" interior,
Una vez brillante como 'Paree gay',
Ahora polar, congelado, seco.
No dejo ningún último legado,
Rompe el trabajo de la vida de golpe;
No piedad pido yo,
Maldición del pasado y del futuro;
Párese alto donde ahora descansan,
Y tratar la muerte como una broma.
Miro el destino en el ojo,
No he dicho un adiós,
Pero quiero hombres cuando muera
Para decir sólo esto de mí:
'Hizo bien muy mal,
Servido mal con la voluntad honesta,
Sucumbió mientras luchaba todavía,
Sin temor, vivió su llenura,
Intolerante y libre.
De Collected Poems (Verzamelde gedichten, 1999)
Traducido por Paul Vincent.


En Holanda...

Holanda no es lugar para mí vivir,
Pasión cruda allí no pueden perdonar.
Lo que los vecinos piensan
¿Quién mira y jadea a través de cada grieta?
Dame las estepas, los cielos abiertos,
Donde los compañeros no estropean el día:
Ninguna garza huirá de mis gritos lujuriosos,
Ninguna vixen comienza y scoot lejos.
Holanda no tiene lugar para morir,
Rotting en tierra empapada para mentir
Donde uno nunca ha vivido realmente.
Más bien vaga, anhelo, baja y alta,
La compañía de los nómadas se mantiene.
-Ha fracasado -refunfuñan mis compatriotas.
Es verdad, me gustaría cortar más profundo;
Eso le ha costado caro a este hombre libre.
Holanda no es lugar para mí vivir,
Su vida a perseguir metas que usted da,
Pensar en los demás constantemente.
Debo doler sólo furtivamente,
Nunca golpee la cara fea de alguien
Cuando no puedo soportar su maldita mueca.
Atacar a las personas sin causa
Muestra falta de respeto a las leyes morales.
En casas poky no voy a vivir
Qué fealdad surgió en esta orilla
En las ciudades y pueblos en abundancia.
Todos andan rígidos, en mangas negras
- No con estilo, pero sólo para dar
La sensación de que saben lo que pasa.
Cada ciudadano el otro saluda,
Desfilando por las calles dominicales.
Holanda no tiene lugar para mí,
Me osificaba, metia dentro.
La vida es demasiado sólida, demasiado tranquila,
Los hombres pesan sus palabras, desapasionados.
Nunca se pegarían el cuello,
Los indefensos, sin embargo, se destacan.
Ninguna cabeza de yokel encogida encontró este extremo norte,
Ningún delito glorioso de la pasión nunca resplandece.
De Collected Poems (Verzamelde gedichten, 1999)
Traducido por Paul Vincent.

Sin Hogar

Mis poemas son mi única morada, 
Ningún otro refugio podría encontrarme; 
Los anhelos de nostalgia nunca llenan mi mente, 
Las tiendas no pueden soportar la devastación de la tempestad.
Mis poemas son mi única morada. 
Aunque todavía sé que en el desierto, 
En estepas, pueblos, bosques o en algún lugar de la creación 
Un techo se encuentra, no hay angustia.  
Un día lejano traerá la consumación: 
Antes de que llegue la noche, mi fuerza anterior se desvanecerá, 
En vano llamaré palabras suaves a mi ayuda, 
Una vez que mi edificio bloquea; Mi alojamiento 
Estará en la tierra, y en postración profunda 
Me inclinaré hacia donde mi tumba se abre a la sombra.

Historia de la creación


El niño de Dios guardaba bloques en el bolsillo de su delantal, 
Con la que había estado jugando en las nubes. 
Pero cuando ella, cansada, aburrida, entonces deseaba despejar las cubiertas 
Ella vio en la caja y no podía sondar
Cómo siempre para adaptarse a ellos, bien ordenados apilados. 
Porque Dios era severo, pero dormía, así que no había peligro. 
Los dejó caer, sin mirar más 
Y hecho derecho para un ángel bastante esculpido.
Los bloques cayeron por cielos vacíos, 
Y llegó a un mundo vacío, donde 
Permanecieron como arrojados.
La mayoría se rompió en colinas y valles; 
Y aquellos, enteros, de una sola pieza, formados aquí y allá 
Las ciudades más lejanas y las ciudades más pequeñas.