miércoles, 14 de junio de 2017

POEMAS DE RENÉ DEPESTRE

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(29 de agosto de 1926, Jacmel, Haití)

Hegel en el Caribe 


Papá Hegel es savia soberana 
en el olmo de la filosofía: 
sus germanas palabras de filósofo 
aún viajan triunfales 
en torno a los seres, a las aves 
y a las cosas bellas de la vida, 
mientras su faro sigue ciego 
al naufragio de los Negros del mar Caribe. 
¿Acaso por esto el mar 
es un poeta trágico? 
Papá Hegel se sabe de memoria 
como su pupitre, la dialéctica 
del ser y parecer en sociedad 
de plantación: amo y esclavo 
colono/indígena 
santo cristiano/loa vudú 
francés/criollo 
blanco/negro/mulato 
no obstante sus palabras forman sombras en torno 
a los problemas de la máscara y la verdad. 
¿Acaso por esto mi vida 
no es escalera de cristal? 
Papá Hegel tiene fuertes manos videntes 
de carpintero para alumbrar a giorno 
leyes y secretos de la gran historia 
de las humanidades, mas no tiene ojos de hermano 
para las venas que corren, alocadas, 
desoladas, por el bosque de la desdicha negra. 
¿Acaso por esto, mi negra, 
comemos y bailamos en la cocina 
cuando es noche de fiesta en Occidente? 





El neumático incendiado 

A Laënnec Hurbon 
A Hans Christophe Buch 

¿Conocéis la receta del tío Lebrun? 
buen solomillo de haitiano a la plancha, 
entrecot con patatas de nigromantes, 
ola de historia humana azulona 
de tanto sangrar en leña de infamias. 
Haitiano-bistec viviendo el infierno 
en un tercio de isla donde circula el destino 
lejos de los convidados a la comedia, 
sometidos los músculos, subastados en el templo 
de los mercaderes negros y blancos de la globalización. 
¡En el país primer productor mundial 
de desdichas y de zombis, 
voto en contra el neumático incendiado, 
en contra del espacio y del tiempo locos 
que nos hace la llama del tito Lebrun! 
Yo voto por Toussaint Louverture 
en contra del eterno retorno del látigo a mi lomo. 
Salgo huyendo del viejo 
orden gemelo bárbaro/civilizado; 
a todo correr dejo para siempre 
la casa en llamas de las barbaries: 
soy un matinal volver a empezar, 
mi carnaval madruga para ir 
a-votar-al-sol-de-un-arte-de-vivir-juntos. 



Omisión de socorro a poetas en peligro 


La ternura de los poetas viaja 
en ballena azul alrededor del mundo: 
ayudadnos a salvar esta especie 
en vías de extinción. 



El Caos haitiano 

A Yvonne Bador 

Abierta está una desdicha-tigre 
entre la vida y yo: ¿puede uno 
dominar el caos haitiano de sus días? 
¿puede uno contener en sus venas de nómada 
el flujo existencial de tiempos de soledad? 
todo el ultramundo mundial de nocturna desolación 
sigue ofreciendo brazos de mar que cruzar. 
Un mal-estar no interrupto se enrosca sin fin 
en adiós de ternura al golfo de Jacmel. 
Uno puede pasar su vida de poeta vencido 
exiliado en los siete días de la semana. 
Teniendo ante mí los años contados, 
soy el caballo sudoroso de mis raíces. 



Intemperies 99 

A Pierre Tournier 

Más allá de las viñas naufragadas 
más allá de las casas reventadas 
y de los sueños esfumados, 
más allá de los ojos que todo lo perdieron, 
más allá de las vidas que la lluvia humilló, 
en la herida más viva del espíritu 
la cicatriz va haciendo su obra de ternura: 
los inocentes pájaros aprenden a cantar 
de nuevo en el silencio de las gentes. 
Lézignan-Corbières, 
noviembre 1999 



Ralentizar, obras nocturnas en la bahía de Nueva York 


La casa propia haitiana y la casa ajena, 
americana y potente, juntas alumbran 
mi travesía de la rosa fervorosa de los vientos. 
La barbarie de los tiempos ya no me espanta. 
La libertad, estrecha en su jaula de hierro, 
baja a prestar su sortilegio a la noche en vela 
del poeta que trabaja en la bahía de Nueva York. 
La estatua neoyorquina es huésped conmovida 
de mis manos de alfarero: alegre y grave 
bajo mis caricias de animal marino, el hada 
de la pasta se abre a mi periscopio maravillado. 
Mi cabeza detectora sitia su cuerpo de sirena: 
metal caliente bajo el júbilo de mi honda, 
eje húmedo y tierno, entre risas mudamos 
la piel en la puerta donde renace la libertad. 

Mitos esfumados

A Henri Bangou 


Mis viajes de alegre nómada antillano 
me condujeron hasta mi abismo natal: 
amo su espacio y su tiempo marinos en duelo, 
su vida hecha añicos sobre mi desierto. 
Lejos de mi infancia maravillada en Jacmel 
mis rebeldías de loa de la poesía 
son en mis viejos días estrellas muertas. 
La ternura de la leche ha dejado de subir 
a los pechitos de las hadas de mi generación. 
En un muelle expuesto a los tsunamis de la tarde 
mi odisea cabe en un pañuelo remendado 
que agita todo un país que se esfuma. 
Aquí está, presa de su autodestrucción, 
vive a temperatura de su suicidio, 
en mi corazón todo su azul sin norte 
en torno a mis ensueños de poeta en pedazos. 
¡Ay, perdiz mía, siempre en rumbo fijo hacia 
un ultrasufrimiento demente del sufrir! 
¡Ay, dulce loa de la paz y las armonías, 
concede a mi poema su última gira 
en esta hora del naufragar donde el ocaso haitiano 
enciende su quinqué en mi frente desolada. 



Ceremonia de los adioses 

A Sophanna y Miguel Igout 

He aquí su vida llevada por el flujo magnético 
que regula sus días y sus viajes de poeta; 
un trote de burro en camino de cabras 
un vuelo espiral de aeroplano sobre 
el viejo cementerio marino de infancias 
un tratado de erotismo chino justo antes 
de irse en los gritos de amor de las mujeres, 
de la campana basilical al carillón 
vaciado en el metal en fusión de la mujer. 
El porvenir pereció en la frente del viajero. 
El horizonte se fue, quedó solo en el mundo: 
¿qué tiempo de esperanza hará en el país natal? 
Un radiante otoño de sabiduría responde 
al espíritu protegido contra la morriña. 
Muy de mañana corre a lomos de rucio 
por tortas de yuca y leche del recuerdo. 
Con el cuerpo cerrado a utopías de presa toma 
la senda de la vida donde todo se envida. 
Un gran jardín de ensueño aporta a sus trabajos 
el embeleso de un perpetuo mes de junio. 
Es memoria de la vida y de la muerte. 
Es el acmé adulto culmen de la madurez. 
En la tarde del retorno al polvo 
la poesía de un eterno sol del membrillo 
abre sus exequias al adiós de las mujeres. 
Brillará su sol largo tiempo en sus cenizas. 
Retorna al limo loco del bien y del mal: 
a su vez se extingue en el lecho de tinieblas 
sobre sus islotes de sombra cae sin piedad la noche. 



Epitafio 


Cuando vuelva su canto al polvo 
de los caminos, plántenle un jardín 
con frutas mañaneras de un abril imposible. 


Poemas traducidos por el equipo de traducción dirigido por los profesores Joëlle Guatelli-Tedeschi y Adoración Elvira Rodríguez y cedidos para su publicación en El Cultural por la Fundación Sinsonte 




Flores en el buzón

I

Esta mañana, una mano puso flores en tu buzón:
¿será acaso un sol que te escribe
desde una cárcel de tu país?
¿O es un telegrama —SOS de la luna—
que de repente ve venir
las amenazas del hombre?
¿Será el último árbol romántico
de Nueva Zelandia que quiere
intercambiar sellos contigo?
¿Desde cuándo la lluvia envía
mensajes cifrados a sus amigos?
Puede que sea la carta certificada
de un ruiseñor necesitado de dinero.
¿Y si fuera la carta anónima de un
cocodrilo, alcalde de una aldea tenebrosa?
¿o la carta de algún maldito presidente
vitalicio de la república?
¿o la de un tiburón notario de un país racista?
¿Quizás sean flores explosivas, dotadas
de un maravilloso mecanismo de acción
retardada, flores cultivadas
en los invernaderos del Ku Klux Klan?

II

Las llevo a mi oficina
para descifrar sus olorosos mensajes:
son flores del fondo del mar. Un olor
de marea alta invade mi casa. En la firma
de alga marina. Estas flores son
los besos de una princesa de alta mar,
es el alfabeto de su vida, la morsa
gloriosa de su sangre en flor.
Es el violento misterio de su cuerpo
cuando el orgasmo la proyecta conmigo
a la cima del reino vegetal. Ella,
desde el fondo de las aguas, me envía
las noticias de las hierbas inocentes
del mundo. Me da los buenos días de las
primeras mariposas del año, los buenos días
de los primeros peces y los primeros besos
de adolescentes que reclaman un poco de ternura,
de paz y dignidad, con una luz fresquísima,
para todos los ojos que acaban de llorar.


Testamento de Ernesto Che Guevara


Largo es el camino del Che en el hombre 
Largo el río, largo el surco 
Que espera las semillas, largo 
El paso marino de Ulises en nuestros pasos 
Largo el sable vegetal para avanzar 
por la selva desconocida!



A nuestras puertas siempre tendremos 
Cada mañana su olor de café fuerte 
Y una gran necesidad del Che siempre 
Nos estará esperando en el arca de la noche!

Él será un oriente de sal en nuestras olas! 
Largo es el brazo del Che en nuestro cielo 
Largo —el árbol que lleva sus verdades 
Largo el peñasco al que está encadenado su destino 
Largo el silencio en que su voz nos habla del hombre del siglo XXI!
Y su voz es escuchada 
Hasta en las entrañas de los mares! 


Él ha hablado más alto que los escándalos del dinero! 
Más alto que la Estatua de la Libertad! 
Más alto que las acciones compradas sobre la salud del hombre
Él ha hablado más alto que las orgias de los valores bursátiles! 
Más alto que la vergüenza que rasca los cielos de Nueva York! 
Más alto que las mil especies de fraudes y de mentiras 
Que han aplastado contra su muro las frentes de rinocerontes ebrios!

Él ha hablado más alto que los siete pecados capitales! 
Más alto que los hombres de paso de vicios de mil patas
Más alto que los hombres de paso de ignominias de cien cabezas
Más alto que las magias de la violencia de dieciocho mil garras!



Nos deja su estrella de hombre del siglo XXI! 
Nos deja las líneas de su mano! 
Nos deja sus gritos de guerra! 
Nos deja su arcilla y su escudo! 
Nos deja cien fábricas de balas y de libros!

Nos deja la edad de Vietnam 
Para que la llevemos sobre los hombros 
Con las lágrimas y la sangre que corren, 
La más alta escala del hombre!

Una nueva edad de la ternura En el hombre! 
Nos deja la contraescalada del hombre, 
Con su paciencia y su tenaz belleza, 
Con sus pequeñas dudas 
Y su rigor obstinado, 
Con sus nostalgias
Y su más suntuosa razón!

Nos deja un patío 
Que permanecerá verde todo el año. 
Nos deja un radar que guíe 
Rosas hacia el corazón del hombre. 
Nos deja una pantalla donde seguir 
La marcha de la belleza en el hombre!

Nos deja sus hormigas, sus herramientas, 
Su barba, su boina, su camisa horadada, 
Su fusil y su hierba mate.
Nos deja tres letras para navegar en alta mar! 

Nos deja un hombre sin paz ni tregua consigo mismo.
Mientras quede sobre la tierra 
Un solo hombre humillado! 
Nos deja una fraternidad 
De riberas de diamante! 

Nos deja sus heridas 
Y sus cicatrices 
Y sus pies que dolían 
De tanto haber andado en lugar 
          de nuestros pies! 
Y su asma que tanto había velado 
          en nuestras fronteras en peligro

Nos deja su barco de Ulises 
Como un gran arco en el cielo 
Nos deja un avemaría 
Más puro que el más puro 
Del pozo de nosotros mismos!

Nos deja la muerte que organiza 
Y la muerte que cura. 
Nos deja la violencia 
Que golpea y que forma 
En el dolor
La nueva ley del hombre!

Nos deja las tres letras 
Del gran soleamiento del hombre 
Por el hombre: Che!



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