jueves, 29 de junio de 2017

POEMAS DE ERIK LINDEGREN

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(5 de agosto de 1910, Luleå, Suecia - 31 de mayo de 1968, Estocolmo, Suecia)

VII


aquí en este silencio que extermina el límite
entre los muertos vivos y el vivo deseo de los muertos

allí dos mitades se asocian en doble ceguera
para mejor aún poder oír cómo cae la luz

lenta, traicioneramente como si supiese qué quiere
cuando la noche entró y el día está vacío

y el sentido se tiende saliendo de su torre
con sigilo de miedo por mejor conservarse

en la penumbra de las gargantas donde el guardaespaldas lancea
bloquea toda salida y la sabiduría de los ahogos

aquí en este silencio que extermina el límite
donde la luz cae y agrisa la angustia

licita la tormenta de la aniquilación la seca tierra del futuro
mientras la cegera sonríe sarcástica a través de su ventana sin cristal


Gladiador moribundo


¿Quién rasgó tu cintura con tridente?
¿Quién te arrojó la red a la cabeza
y jaló -en un ardiente triunfo-
para que tú cayeras
pataleando en la arena?

No ese cuyas piernas
ves como dos columnas sobre ti.
No esa mano de puñal mordiente
que lanza larga sombra
en la arena oscura de la noche,
no él, no el esclavo del grosero César.

Pero ¿quién te ve a ti?
¿Y acaso me oyes?

Ciego está el público.
En parte por oscuridad:
una ola blanca cual espuma que
golpea la cabeza contra la roca del Hades.
En parte por deseo:
una última frontera en la sangre de la niebla
que tiene miedo de sí misma en ti.

¿Quién te ha derribado?
¿Quién te ve?

Tú lo sospechas
mas no llegas a tiempo.
Por un instante
luchas eternamente.

Así tu vida se hace tuya.
Así surge tu muerte.
Traductor: Roberto Mascaró

POETA


Deslumbrado por el sol
iluminado por incendios
surgido de un remolino de ceniza
nunca el mismo

el  juego de la superficie con la profundidad
(con bancos de estrellas bulliciosamente vivas)
la amenaza de la profundidad contra la superficie
(con galaxias vertiginosamente muertas)
las palabras demasiado lejos
(como oro derritiéndose)
la vida demasiado cerca
(como plomo solidificado)
más disfrazado que la nada
más desnudo que el todo

en una tierra donde todo
ocurre demasiado pronto o demasiado tarde.


Traducción: francisco J. Úriz


PAUL ELUARD IN MEMORIAM

¿Puede el cántaro ser más bello que el agua?
¿Puede la muerte de un poeta alumbrar el mundo?
El día era de nácar, fue el día más hermoso
de aquel invierno. Un caballo de luz onduló el cielo.
Llegó una carta del vacío
y la campana de la nieve estalló con nítido sonido.
¡Escucha el susurro de las palabras rubias entre los labios del poema!
Escucha sus latidos, la fuerza elemental de la fuente.
Un farol de paja se mueve por nuestro jardín encantado:
es alguien que estudia minuciosamente la heráldica de los frutos.
¡Agua celeste, estación de metro, suburbio oprimido como un pecho!
Alguien ha muerto en París, la ciudad de sus múltiples nacimientos,
bajo el sol de la esperanza, bajo un amor desintegrado.
Un perro enfermo merodea por el umbral de la puerta.
Te veo anciano de ideas luminosas, nervioso
y transparente, te veo deshacerte en polvo,
te veo desvanecerte como tenue humo o nieve,
una nube de nieve negra en noches blancas.
Traducción: Francisco J. Úriz.


ARIOSO


Estamos siempre juntos,
en alguna parte dentro de nosotros nuestro amor nunca puede huir.
                 En alguna parte
                            en alguna parte
todos los trenes han partido y todos los relojes se han parado:
en alguna parte dentro de nosotros estamos siempre ahora y aquí,
somos siempre tú hasta confundirnos y fundirnos,
metamorfosis y la maravilla de maravillarnos,
ola que se quiebra, nieve y llama de la flor.
En alguna parte dentro de nosotros donde los huesos han blanqueado
después de la sed del buscar y la sed del dudar
hasta la huidiza negación
                                             hasta el secreto de ceder
                                             ¡nube de consuelo!
en alguna parte dentro de nosotros
donde estos huesos blanquean
y los espejismos se reconocen
brota la certeza en la lejanía como la ola en la oleada
reflejas nuestra lejanía como la estrella en la ola
y el sueño deja siempre la máscara y se vuelve tú
que te escapas
                          para volver a volver
                          para volver
                          más y más dentro de nosotros
                          más y más tú.




Traducción de Octavio Paz en "Versiones y Diversiones"  Galaxia Gutenberg


la 

[...] 

donde la palabra cometer harakiri al resplandor de las explosiones 
y la trompeta ha destruido la sangre porcelana sabor y morir 

en el salón de los espejos donde uno tiene demasiados 
y que iba a caer sin embargo como el rocío en la tumba de tiempo 

[...] 

V 

[...] 

sacude la mano de vértigo en la escala de asfixia 
tacaños lágrimas que asoman en el Nightingale jaula vacía 

el mismo sufrimiento requieren otras víctimas 
incluso un accidente de tren tartamudea perdón 

un ojo sin quemaduras párpado: cortocircuito y soledad 
y el fotógrafo destino todavía sorprendido cadáver 

[...] 

(Trans. Beatrice Luna) 

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