sábado, 24 de junio de 2017

POEMAS DE MATEJA MATEVSKI

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(13 de marzo de 1929, Estambul, Turquía)



Babel 

I
El polvo languidece en un círculo de palmeras 
y en este ígneo anillo desesperadamente se mezcla 
mi sueño con las huellas del tiempo

La lengua olvidada habla desde la polvareda
del amor que no se olvida
Las ruinas piensan en mi alargada sombra
sobre la que rueda silenciosamente el lejano ruido de las aguas

Aguas huidas jardines derrotados del cielo 
en donde el olvidado lenguaje lamenta 
el amor que no se olvida

Me está mirando el león por mí desea el dragón 
sueños hermosos de la inevitable muerte 
amontonada por el sol

El viento solar mezcla los lenguajes
y mezcla las canciones exclamaciones mezcla
hasta que no obtenga la síntesis del grito
el único idioma del planeta
las arenas movedizas de la vista 

II
El viento de los tiempos mezcló los lenguajes
bajo la sombra de la ceniza languidecen lejanas palabras
llevado por las olas del lenguaje
olvido que el polvo no tiene orillas

Sobre los cantos de los Súmenos caen las trompetas macedonias
las torres hermosas inclinan sus largos cuellos
como flores rotas por el viento repentino
se derriban los puentes inocentes de la defensa

Es áspera la lucha de la belleza y la espada 
chillan los dragones encendidos de los muros altivos 
y las pezuñas ordenan la gris geometría del alma 
sobre los hermosos signos de los idiomas

Ante los ojos se arruina la belleza del tiempo 
y se apagan los olores bajo las alas agotadas de los jardines 
El tiempo del tiempo cae del tiempo huye sobre el tiempo se amontona
mezclando el polvo de los albañiles y los destructores

Todo desapareció en olvido en silencio 
se callaron las canciones se desgranaron las palabras 
y solamente la canícula tiembla en vano sobre la arena 
despertando el hermoso sueño cubierto del insomnio


III
Quiero dedicarte este día de primavera
a ti
que desde la sombra de la arena
gritas a toda voz
sin saber a quién

La gente que camina curiosamente sobre estas grises ruinas
saben todo de ti
pero no puede comprender
el collar que ensarta el polvo
que en ti todavía mezcla
el viento
con el eco solar

Porque para que te comprendan 
cada uno debe adivinar 
en la sombra de su tiempo 
la voz de tu torre 
en sí mismo

IV
Acumula montones de miedo la repetición de los mitos
maléficos
de las calamidades
sordas para las sibilas y los brujos
ellos le juran al humo al grito del polvo
haciendo temblar a los siglos

Y tú que determinabas desde tus torres clavadas
jardines florales
el sentido de los signos astrales y los caminos de las espigas de trigo
tú que determinabas a este pobre globo del universo 
la trayectoria por la órbita del canto
de los frutos
eres testigo dominado del polvo
de la arena que corroe y destruye
los sueños hermosos de las rosas y las esperanzas del boj

El tiempo sordo no capturó tu sabiduría
que se quedó estéril para la escoria infértil de la mente
fiebre de la sangre que no sabe pronunciar
la palabra del espléndido arco iris
que calmará a la espada apagará el fuego
crepitante
en las profundidades desconocidas del hombre

V
Tu aventura vive todavía en el polvo
oh Mesopotamia
Busco elijo la palabra exacta
de las lenguas mezcladas
para describir triste y encantado
tu largo vuelo
desde la ceniza
hasta el polvo

Cuántos insomnios se amontonaron 
de los mudos constructores 
pero el tiempo destructor no respeta 
ni el vuelo suave del pájaro 
ni el paso del sembrador

Y los ríos apresurados fluyen bajo la gris quietud del cielo
fluyen turbios y tranquilos del látigo del desierto 
marchan desde su inexistencia hacia su muerte 
En su horquilla se cerró la gloria del tiempo 
el pájaro herido del sol

La canción es mi testigo de las bellas auroras en los jardines de palmeras
y el viento que vaga hermosamente entre los ríos 
Pero tú atravesaste rápido el gran camino del tiempo 
desde el fuego hasta la ceniza 
tuya y mía

La torre negra 


I

Lo principal ahora es comprender
descubrir y entender
lo que sucedió con la torre negra
oscura maldita
de la que venían todos los males
a través de miedos
sueños quebrados
heridas
de donde arrojaban fuegos en el cielo asustado
tal si fueran ojos de dragón
garganta de ogro
Y bajo la torre la ciudad escondida en el insomnio
en fiebre de pesadillas
durante siglos tiembla
de enfermedades de hambres de calamidades horribles
escuchando en lo alto sobre sí misma el batir de las espadas
el trueno de los fuegos
las ávidas voces
de los guerreros y los ejércitos
Les vomitaban
las puertas oscuras de la torre
negra
en la noche del hombre
caído de rodillas
en el polvo
junto a su ciudad
con las cercas
con los jardines
mientras queman hacia el universo desierto
los trigos aún no segados
de la esperanza 

II

Se eleva en una noche más oscura que las propias tinieblas
vientre oscuro de la penumbra
fortaleza invisible
Torre verdadera misteriosa y lejana
ala de pájaro negro pájaro del presentimiento del mal
de la hora maligna
que cubre el cielo
Se eleva mezclando el día con la noche
en una más negra oscuridad
puerta negra del insomnio con puertas de negros abismos
en donde caímos durante siglos
desde las cuevas de piedra hasta los signos pétreos
sobre la frente
en los que el no ser traga nuestra voz
en el pozo de la alarma
Se alza la torre negra para sobreelevar todo
el cielo el día el susto el sueño
para llenar todo el espacio el tiempo entero
con su sombra oscura
consigo misma
y todo lo que quizá sea bajo la bóveda de astros apagados
Ella se eleva amenazante y muda
la negra torre inadivinable
la torre de la pobre existencia
la inalcanzable e indestructible torre
que no la puede derribar la mano
ni la puede expulsar la idea
que traga en su tiniebla
la idea la mano
en la inexistencia del día
que estos días entierran 


III

Viene la torre negra tras de mí como una negra sombra
pájaro negro
fiera negra de los bosques negros de la mente
Observa en mi noche fisgonea y amenaza
la torre negra desde lejanías
desde el profundo no ser

Existe esa torre negra desde hace mucho está
allí donde quiera que el paso vuelva
de cada lado de la luz
de las venas de los surcos de las cataratas ruidosas
de las rojas cascadas de la sangre 
que me inundan la voz

Necesitaba mucho para descubrirla
para adivinar su altura su peso su silencio
la risa del fuego que incendia los pasados de la memoria
de los que queman bosques estallan rocas
y el mar se disuelve

Oscuras calamidades vienen desde las profundidades del hombre
semillas oscuras de las que nace la torre negra 
para hablarle con su distinta voz sombría 
que ella existe según su rostro 
en el espejo del silencio y la penumbra

Mientras él camina
mientras van juntos
el miedo y su sombra
bajo el esplendor estéril de los astros 
Fortaleza 
I
Sobre el muro de la fortaleza había crecido la grama
secas hierbas espinas secas secas raíces
entre las piedras
aferradas
en espasmo
bajo el sol
Los muros entonces son vulnerables tienen agujeros
puntos débiles
en los que hay sitio para huéspedes no invitados
Primero son fibras luego raicitas en las hendiduras
abiertas como bocas por el aire
después el mundo de la tierra golpeado por los vientos
las semillas del universo
entran habitándolas
Y miras luego tú también con los ojos de los abuelos
y los nietos con tus ojos
cómo se desplazan
cómo se alejan
como mandíbulas movidas
las piedras
En ellas las raíces profundizan
con la lluvia con el viento
con la gota del sol
destrozan la cal la arena los guijarros
desmenuzan la paja
Y el muro comienza a desprender piedras
en la hierba
Los codos diminutos del liquen y el musgo
las frágiles rodillas de la flor silvestre
la semilla olvidada y sin nombre
ponen de rodillas
al muro
La zona fuerte de la ciudad
el cosmos humano que desploma di polvo
en soledad
en inexistencia 
II
¿Dónde están las puertas adornadas abigarradas brillantes palancas pesadas
que protegen al boj de los siglos? 
¿Dónde están los anchos muros? 
¿Dónde están los refugios
los lugares de la espera
del disparo? 
¿Dónde están las altas hermosas torres
las lúcidas ventanas que iluminaban el mundo? 
¿Dónde están la risa de los pozos de los manantiales
las viñas suculentas las colmenas ruidosas
las mesas abundantes? 
¿Dónde están las voces los gritos los vítores
con los que gemía la fortaleza 
en el vasto cielo 
enviándole al mundo 
la serenidad

Y se derrumbó esa fortaleza y aquel ejército se agotó
ante un más fuerte y maligno ejército
entre los truenos en los golpes en las humaredas que chillan
hacia el cielo alto
enrojecido
por la sangre fresca de las lenguas
mezcladas 
III
Por la fortaleza pasaron muchos ejércitos trompetas auspicios
y quejidos y sangre
fluía con las profundas aguas del dolor
por los jardines arruinados
de la ciudad

Y así unos iban construyendo
otros destruyendo
mientras se amontonan siglos y esperanzas
y se mezclan dioses y santos
alrededor de las mismas hogueras
y ahora ya se ignora lo que aquí ha sucedido
y si realmente algo ha sucedido
salvo la existencia de estos montones
de estas gramas
como mudas apariciones hacia los astros
que hablan de las tenebrosas fuerzas del hombre
sobre las esperanzas del siglo 


Vértigo


Me despierta mientras estoy tendido en la hierba con los ojos abiertos
En ellos un insecto se arrastra por el borde de una brizna 
Transparentes alas cerúleas levantándose hacia el sol 
La hierba tiembla por el no peso 
de la sombra 
apenas visible
y rechaza el minucioso cuerpo hacia arriba en el aire del verano 
Las ramas del álamo plateado lo recogen 
como centenares de alas grandes en ascensión veloz 
Luego un repentino vuelo de bandadas de perdices temerosas 
desde la linde
como arrojado grano de trigo 
como camisas al viento
busca en ellos su nido ante el fuego de la madrugada 
Arriba se deshilacha el vellón de las nubes 
a través de él fluye el azul celeste 
y la sangre gotea 
en la región
azules círculos azules aros cúpulas azules del silencio 
caen en el pozo azul de la mudez
La tierra gira lentamente por el vértigo de la mirada exhausta 
después el ojo se cierra 
y en su alberca tenebrosa lleva 
todo el mundo 
incluso el mediodía estival 
ya desierto.



EL NACIMIENTO DE LA TRAGEDIA

Cuando Aristóteles aprobado
de las Cosas 
y ordenado el camino de cómo transformar la clara en el nublado 
Y cuando la sonrisa se convirtió en apretones 
El dolor ya estaba allí 
porque la mano que ya fue modelada por un lado 
y la palabra por una palabra 
Para expulsar el mal de el mundo 
Pero el mal acatado el interior 
y en los principios inexorables 
y en los inevitables comportamientos 
porque a partir de vino y el Sol los borrachos 
Dionisio agitaba alrededor con su falo y la espada 
Forzar a los animales de piel para cantar 
Así que la canción nació 
Mientras que las mujeres envolvieron en negro 
mientras que las torres quemadas y los chips se hundieron 
y en los caballos probado del maíz en el suelo 
y el Sol se convirtieron en una montaña de ceniza seca 
y la sangre abandonaron el cuerpo 
no tenía una gran conexión con el heroísmo 
ni el grito de solitarios ni las lágrimas de los residuos en casa 
del filósofo que sería incluso ahora establecidos 
Todo lo que la carnicería en principios agradables 
del juego 
Mientras que la audiencia continúe 
Aplaudiendo a la muerte


MARATÓN

Pensó que, después de cumplir su tarea 
había llegado el momento adecuado 
para su acción a ser registrada aceptada y celebrada 
en los tiempos por venir 
pero al estar tan envuelto en su pensamiento de ardiente gloria 
que no podía comprender 
que muchos otros antes que él había cubierto 
la gran distancia entre la espada y la ciudad 
y que podría ocurrir sólo una vez 
que el valle de Maratón fue conquistado 
por esa sola palabra que sobrevive 
incluso a su propio polvo


DELPHI

     Esquilo Orestes y Euménides
Y así llegamos al vientre de la tierra 
Será esta sima sordos desatar la palabra 
esta sequedad en la boca en medio de cerros secos 
¿Se aproxima la voz 
es el eco que nos envía el mensaje 
de las madrigueras abandonadas de la oscuridad 
hacia el cielo enorme vacío 
todo se puede entendida de manera diferente 
y todavía ser verdad 
el destino del mundo 
es la sombra del hombre 
la esperanza es en vano 
sino santa 
lo que se dice 
es maldecido 
y vienen a lo largo de caminos enredados 
de ser 
mientras que las voces conocidas y desconocidas 
arden 
en la nada


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