sábado, 31 de enero de 2015

CLIO: EL VIEJO ANARQUISTA

CLIO: EL VIEJO ANARQUISTA: EL VIEJO ANARQUISTA ¿Tornan de nuevo las grullas a ti, las naves el rumbo tuercen, van de tus playas en pos? ¿Serenas y ansi...

Avelina Lésper: LA VOLUNTAD DE CREAR.

Avelina Lésper: LA VOLUNTAD DE CREAR.: Felix Nussbaum Skeleton Playing the Clarinet 1944 Pencil and gouache on brown paper  “Escribir poesía después de Auschwitz es un acto ...

jueves, 29 de enero de 2015

UN CHOCOLATE EN SUS LABIOS

UN CHOCOLATE  EN SUS LABIOS

Como no pensar que un día cualquiera se pueda convertir en “EL DÍA”.

Igual que siempre llegué al paradero den transporte a las 6:30 de la mañana, reconocí los rostros de siempre, los hermanos Díaz que van al colegio, el mecánico del centro y la secretaria de la textilera del sur, también Helena, la veinteañera que estudia medicina y siempre lleva puesto un impermeable sobre su bata blanca de médica, ella, una trigueña de estatura media, ojos oscuros como su cabello, siempre parecía húmedo, pese a su impermeable y a que hace muchos días la lluvia no nos acompaña. Siempre me pareció amistosa, decían que era una chica problemática, pero como aquí nunca se habla, solo hay codazos y empujones a la hora de arribar el transporte.
Los hermanos estudiantes discutían severamente, por unos paquetes dorados que llevaban, Helena, que erra su nombre se les acercó, les preguntó por qué tanta algarabía, y ellos contestaron que no sabían cómo dividir unos chocolates que su abuela les había enviado, ella les dijo que podría ayudarlos si le participaban del tesoro. Ellos se miraron por un segundo, y antes de reiniciar su disputa asintieron de mala manera… Helena sacó de su bata blanca un afilado bisturí, tomó el chocolate luego de quitarle la cubierta, y lo intentó partir, pero el bisturí resbaló, y cortó su mano hasta la muñeca, un trozo del chocolate saltó hasta el pavimento, y ella salto sobre él su mano estaba ensangrentada, y los estudiantes se reían, ella, resbaló de su lugar, y al caer tomó su trozo de chocolate, cayó en mitad de la avenida, le di la mano, y vi en su rostro sangre… mucha sangre, entonces ella tomó su chocolate, lo puso entre sus labios, y al despedirse se volvió y me dijo adiós con la mano.


Un fuerte sonido inundó el sector, la última imagen de Helena fue su cabello al aire, y entre sus labios el chocolate, atravesado por un hilo de sangre…Este es mi último recuerdo, y el que me acompaña, desde siempre, la he pensado, ahora aparece en mis sueños, y escucho su grito… y recuerdo sus labios, y la imagen del chocolate en sus labios atravesado por un hilo de sangre.

¿Fantasía o realidad?: Descubren al 'dinosaurio-dragón' de las leyendas chinas

¿Fantasía o realidad?: Descubren al 'dinosaurio-dragón' de las leyendas chinas

UNA CREACIÓN DEL HOMBRE PARA SU SALVACIÓN “DIOS”


UNA CREACIÓN DEL HOMBRE PARA SU SALVACIÓN
“DIOS”
“Algo de temor por su conservación.”

1.)  Necesidad de temer

Sí, creo, que de las primeras maneras de reglamentar la convivencia entre los humanos, está la creación de la religión, pues a partir de esta se desprenden una serie de normas, una suerte de organización, que ha servido, bien sea para dominar, o encausar a la sociedad desde la primitiva, hasta esta que basa su fe en el capital individual.

2.)  ¿CREACIÓN HUMANA?

            En este mes, siempre he pensado, que el ser humano ha creado sus dioses, y en cada etapa de la historia, estos han mutado para responder a la necesidad de su tiempo, y aunque algunos han llegado a este abrumador siglo XXI, en otras épocas, otras creaciones del hombre han servido, para diversas situaciones. Baste recordar, toda la mitología, desde la egipcia, la greco-romana, y toda esa riqueza de mitologías fundacionales de nuestra América, y en general de cada uno de los pueblos de la tierra, pues cada uno tiene su universo mitológico, y de acuerdo a este, o viceversa, estos hacen parte de la cotidianidad humana.
Es necesario, tener en cuenta, que la religión, y el concepto de Dios es una creación humana, como parte del proceso de desarrollo del ser humano, en la infancia de la humanidad, igual que el niño, en su temprana edad se pregunta siempre ¿Por qué? Así la humanidad siempre se pregunta, y como respuesta creó un ser superior, un mito creacional, y por allí empezó a generar un sinnúmero de seres fantásticos, que le han venido acompañando, y a través de la historia, y de las geografías han mutado, de acuerdo a las necesidades de las comunidades, logrando sueños compartidos, y creando la religión.

En estos días siempre me pregunto:

Sí es válido, que hayamos creado dioses, sí son necesarios…

3.)  ¿Existen?

Esta me parece una la pregunta principal. Pues, esa solo la puede responder cada uno de nosotros, y a cada respuesta le tendremos que dar un soporte, si bien no válido para los otros, siquiera sea lo suficiente para nosotros mismos, pues en este fuero personal, y en todo lo que tiene que ver con las experiencias individuales, que cada uno saca sus propias conclusiones. Y es tan personal, que casi me atrevo a afirmar, que en la cabeza de cada uno de los casi seis mil millones de habitantes de este planeta, existe bien sea un mito creacional, o una serie de valores fundados en un grupo de creencias, afincado en lo más íntimo de cada uno, por eso no quiero ni afirmar ni desmentir la existencia de seres espirituales superiores, esa tarea tan engorrosa se la dejo a cada uno, como una reflexión en este tiempo, de descanso para algunos, y de bonanza para otros, pues es la pregunta que cada uno responde desde su propia experiencia, y basado si se quiere en la crianza.


miércoles, 28 de enero de 2015

UN CHOCOLATE PARA DIANA

UN CHOCOLATE PARA DIANA

De Diana me enamoré en el paradero del bus, siempre puntual la dama soñada, sus azules y profundos ojos, siempre como chispa de vida, ella baila cuando camina, y el viento le hace reverencia.

Adoró llegar al paradero, antes de tomar mi transporte para llegar a la importadora de chocolates donde soy, un almacenista más… un número más, un empleado oscuro, lo sé, callado, solo saben que en silencio desde hace un par de años Amo a Diana, amo que estudie para salvar al mundo, amo su caminar, ese aire de gacela que deja al pasar frente a todos.

Luego de un ligero desayuno, salí de casa apresurado, este día iba algo retrasado, y me preocupaba la congestión en las vías.

Llegué al paradero del bus, tomé mi puesto en la fila, como siempre, un segundo después me percaté de la presencia de Diana, joven estudiante de medicina; ella con su bolso de cuero atestado de libros, y su bata blanca colgando con algo de descuido hacían de la espera algo más digno. Me acerqué, lentamente como ladrón, miré fijamente el azul intenso de sus ojos, sudé un millón de dolores. Metí cuidadosamente la mano al bolsillo de la chaqueta; un par de maniobras con la mano, como lo aprendí viendo a los magos del circo. Un chocolate finamente envuelto en papel metálico, asomó de la palma de mi mano, se lo ofrecí, como si fuese el sacrificio a un Dios ancestral, y ella, sin mediar palabra lo arrebató con fuerza, lo llevó a sus labios, la envoltura voló por los aires, y el chocolate dio un fuerte grito, batió sus delicados brazos, empujando con sus confitados pies los dientes de Diana, oponiéndose a ser tragado, pero sus pequeñas extremidades, pronto cedieron derrotadas por la fuerza mandibular de Diana, finalmente entre chillidos, el chocolate abandonó su lucha, se dejo tragar por los carnosos y dulces labios de Diana, al final, en un fuerte suspiro, Diana se acercó a mí, posó sus achocolatados labios en mi mejilla y con una voz titilante me dijo gracias… nunca la vi como era realmente, y ese monstruo que acababa de ver rompió totalmente el encanto, desde ese día las pesadillas me acompañan,  miro sus profundos ojos azules y me doy cuenta, que realmente puede ser un monstruo si se lo propone.


Bogotá Noviembre 9 de 20014 Autor: Fausto Marcelo Ávila Ávila Contacto: Tel. 3 03 35 88- cel. 320 395 08 63. Correo faustomarceloavila@hotmail.com

martes, 27 de enero de 2015

¿ES REALMENTE FÁCIL UN ALTO AL FUEGO?

¿ES REALMENTE FÁCIL UN ALTO AL FUEGO?
Parte para no ir a la guerra…
Pensar con el deseo es lo que creo muchos colombianos hacemos, y es que imaginar  por un instante en dejar de escuchar el ruido de las armas disparándose, así como los cuerpos mutilados volando por los aires, que más parece el minucioso relato de una escena hollywoodense que el retrato de un campo de guerra colombiano, pero que como lo he escuchado muchas veces por parte de los protagonistas, es una realidad, que tanto soldados, como guerrilleros han vivido durante los más de 50 años de conflicto, y pues he tenido oportunidad de escucharlos, en la medida en que en un momento de mi vida me desempeñé como escolta y allí en medio del oficio conocí a muchos combatientes del ejército, más aun, luego de mi accidente, en varias jornadas de terapias, conocí a jóvenes soldados con un sinnúmero de lesiones que iban desde mutilación por minas, pasando por heridas de fusil, hasta los ya conocidos traumas de guerra, que no es solo propiedad de los combatientes sino de personas que como yo terminamos siendo heridos por armas de fuego. Y, si yo, que siempre he sido un pacifista, por cosas de la vida terminé empuñando un arma y por esta misma circunstancia terminé herido y con secuelas, pues arrastro igual un trauma de guerra, que será de esos niños, jóvenes que han pasado casi toda su vida esquivando balas, y es que para mí un joven de 18 años aun es un niño, como para estar jugándose la vida en el campo de batalla.

No, no es fácil pensar en un alto al fuego y cese de las hostilidades cada día se hace más necesario, si bien el estado decidió que para él era mejor negociar en medio de los tiros, no creo que sea la misma percepción de las madres, hijos o familiares de los combatientes, porque soldados y guerrilleros son colombianos, jóvenes y con sus respectivas familias, cada uno luchando por un ideal, sea o no sea válido, eso solo el tiempo lo dirá.

Pues cuales son los nobles ideales que pueden limpiar la sangre en las manos de nuestros jóvenes

Pues ningún ideal noble puede limpiar la sangre… un ideal noble igual será manchado por la muerte, y se convertirá en algo tan brutal y vano como la misma muerte.

Es realmente triste el escalonamiento en la espiral loca de la violencia colombiana, hemos pasado del combate.

En momentos en que reunidos en Cuba los dos actores principales del conflicto, intentan dar con una salida negociada, aquí las partes se trenzan en combates aun más fuertes y de manera beligerante, todo esto acompañado de un discurso lleno de odio y de mala fe.

Es el momento de pensar si de verdad lo que se quiere negociar en Cuba es lo que queremos para el país, y parte de eso es Necesariamente callar los fusiles, y eso requiere de una voluntad de las partes, la cual realmente creo que debe aclararse, pues si el estado insiste en que tiene derrotado a su contrincante, entonces no veo razón para temer su fortalecimiento en un escenario de cese al fuego, pues lo cierto es que luego de décadas están sentados, dialogando, atendiendo víctimas y dejando entrever un deseo de reconciliación.

Pienso, que si estamos dispuestos a jugar por la paz, necesariamente debemos considerar un alto al fuego, porque no podemos firmar, y cerrar los ojos esperando que el otro se evapore, se esfume, no, el otro existe, está vivo y está peleando, por eso se dialoga y no se habla de rendición, si se tratara de eso entonces necesitaríamos acabar con los cuarenta y pico millones de colombianos, pues siempre habrá descontento, en una sociedad, no existe UTOPÍA, existe una sociedad que puede avanzar en justicia social y mejoramiento de las condiciones de sus integrantes, pero jamás el paraíso lleno de canciones y gente brincando entre arco iris de colores, todas todas las sociedades tienen problemas, porque están compuestas por personas, y las personas no piensan todas igual, la diferencia radica en cómo se solucionan los conflictos, y como son menos desiguales.

Pero, pensar, en que la única vía hacia la paz es la aniquilación del otro, solo habla de una suerte de esquizofrenia militarista y guerrerista, para construir se construye con el contrario, encontrando puntos de acercamiento y no profundizando las diferencias, la discusión es necesaria, y de allí se fortalece el pensamiento y se generan un sinnúmero de ideas para avanzar como sociedad.

Es bueno pensar en un cese al fuego, mientras se prepara la firma de un documento final, que en realidad es un inicio, pero para qué seguir sumando pérdida y seguir abonando con sangre la patria, mejor paremos, un momento, y dejemos que en la mesa y no en el campo se continué la disputa.

No pienso que exista la sociedad perfecta, pienso que existen formas de convivencia menos trágicas, en donde las relaciones de poder no sean tan injustas, y las diferencias sean negociables y el bienestar alcance sino para todos, si en un porcentaje bien equilibrado, y no es pensar en el comunismo o en el capitalismo no más, es pensar en una sociedad justa, con libertades y respeto, y no creo que sea esto un despropósito, no, creo que el despropósito ha sido la mirada personalista y muy egoísta de la sociedad en donde muchos sirven a muy pocos, y esos pocos se quedan con todo… y el peso de esos pocos lo llevan los muchos, que realmente viven en tristes situaciones, con una educación mediocre, unos salarios de miseria y un derecho siempre coartado a la protesta y al libre desarrollo.

Por eso pienso y hago votos para que pronto se proclame un cese al fuego y a las hostilidades, démonos cuenta que tenemos condenados a muerte a nuestros jóvenes sean del bando que sean, son colombianos y el futuro de la patria está en ellos. Que será de Colombia en el futuro si dejamos que se aniquilen nuestros jóvenes, si enarbolamos las banderas de la guerra y levantamos a unos niños en los campos de la muerte, que país ¿será?, que sociedad ¿nos espera?

A ¿dónde iremos a llorar nuestros muertos?

En que cielo o infierno ¿convertiremos al país?

Hay que pensarlo, con cabeza fría, sin odios y con  una fuerte dosis de esperanza.


Esta columna, hoy no es tan extensa, pero creo que es mejor así, pues lo poco es bueno para no olvidarlo.

sábado, 24 de enero de 2015

RENE CHAR






                                           
          
Reseña biográfica

Poeta francés nacido en Isle-sur-Sorgue, en 1907.
Pertenece a lo que podría llamarse segunda generación surrealista iniciada en 1929, coincidiendo con la primera crisis señalada por el segundo manifiesto de Breton aparecido ese año. En 1934, debido a su afán de perfección formal,  se  alejó paulatinamente del movimiento surrealista.
Durante la ocupación de Francia por los alemanes, se destacó como capitán de maquís en la resistencia, y allí aprendió, según él mismo dice, "a amar ferozmente a sus semejantes". De esta experiencia en la lucha clandestina surgió su  gran obra poética "Páginas de Hypnos".
Es uno de los poetas cuya fama ha crecido rápidamente en los últimos años. Elogiado ampliamente por la crítica, es
considerado como uno de los  máximos poetas de Francia.
Falleció en 1988. ©


Poemas de René Char:
   
Artina         


Bailemos en Baronnies
Cuatro edades        
La libertad    
Los soles canoros          
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Artina


                                                                      Al Silencio de aquella que permite soñar

En la cama que me prepararon había: un animal sanguinolento y maltrecho
del tamaño de un bollo, un caño de plomo, una ráfaga de viento, un molusco
helado, un cartucho sin pólvora dos dedos de un guante, una mancha de aceite;
no había una puerta de prisión, pero sí el sabor de la amargura, un diamante
de vidriero, un pelo, un día, una silla rota, un gusano de seda, el objeto robado,
una presilla de sobretodo, una mosca verde domesticada, una rama de coral,
un clavo de zapatero, una rueda de ómnibus.


   Ofrecer un vaso de agua al paso de un caballero que se lanza a rienda suelta en un
hipódromo invadido por la multitud supone, de una y otra parte, una falta absoluta
de habilidad; Artina traía a los espíritus que visitaba esa aridez monumental.

   El impaciente se daba perfecta cuenta de la clase de sueños que en adelante
frecuentarían su cerebro, sobre todo en el dominio del amor cuya actividad
voraz se manifestaba de ordinario fuera de la época sexual. La asimilación
alcanzaba su desarrollo en la noche profunda de los invernaderos herméticamente
cerrados.

   Artina cruzó sin dificultad el nombre de una ciudad. Es el silencio que hace surgir
el sueño.

   Los objetos designados y reunidos con el nombre de naturaleza-concreta forman
parte del escenario en el cual se desarrollan los actos de erotismo de las series fatales,
epopeya cotidiana y nocturna. Los ardientes mundos imaginarios que circulan sin interrupción por la campiña
en la época de las cosechas tornan el ojo agresivo y la soledad intolerable para aquel que dispone del poder de destrucción.
En los cataclismos extraordinarios, resulta directamente preferible apelar sin reservas a ellos.

   El estado de letargo que precedía a Artina suministraba los elementos indispensables
para la proyección de impresiones sorprendentes sobre la pantalla de ruinas flotantes: edredones llameantes
precipitados en el insondable abismo de tinieblas en perpetuo movimiento.

   Artina conservaba a despecho de los animales y de los ciclones una inagotable frescura.
Al andar adquiría una transparencia absoluta.

   Por más que surja en medio de la más activa depresión el aparejo de la belleza de Artina,
los espíritus curiosos no dejan de ser espíritus furiosos, los espíritus indiferentes, espíritus
extremadamente curiosos.

   Las apariciones de Artina superaban el marco de esas comarcas de sueño donde el pro y el
pro están animados de igual y asesina violencia. Ellas evolucionaban en los pliegues de una
seda quemante poblada de árboles con hojas de ceniza.

   El carruaje de caballos lavado y renovado superaba casi siempre al departamento tapizado
con salitre cuando se trataba de acoger en una velada interminable a la multitud de los
enemigos mortales de Artina. El semblante de leña muerta era particularmente odioso. La carrera jadeante
de dos enamorados al azar de los grandes caminos se volvía de golpe una distracción suficiente para permitir
que el drama se desarrollara, de nuevo, a cielo abierto.

   A veces una maniobra imprudente hacía caer sobre la garganta de Artina una cabeza que no era la mía. El enorme
bloque de azufre se consumía entonces lentamente, sin humo, presencia de por sí e inmovilidad vibrante.

   El libro abierto sobre las rodillas de Artina sólo era legible en los días lóbregos. A intervalos regulares los héroes acudían
a informarse de las desgracias que de nuevo se abatirían sobre ellos, de las sendas múltiples y terroríficas por las cuales
sus irreprochables destinos se empeñarían nuevamente. Sólo preocupados por la Facultad casi todos tenían un aspecto
agradable. Se desplazaban lentamente, se mostraban poco locuaces. Expresaban sus deseos mediante amplios e imprevistos movimientos  de cabeza. Parecía además que se ignoraban totalmente unos y otros.

   El poeta ha asesinado a su modelo.
                                                                                                                                                             Artine
Versión de Aldo Pellegrini


Bailemos en Baronnies

Vestida con falda de olivo
                                              la Enamorada
había dicho:
                      Cree en mi muy infantil fidelidad.
                                    Y desde entonces,
un valle abierto
                                                            una cuesta que brilla
un sendero de alianza
                               han invadido la ciudad
donde el libre dolor se halla bajo las aguas vivas
Versión de Jorge Riechmann


 
Bebedora

Por qué seguir entregando las palabras del propio porvenir
ahora que toda palabra hacia lo alto es boca ladradora de
cohete, ahora que el corazón de cuanto respira es caída
hedionda?
      Para que puedas exclamar en un soplo: "¿De dónde
vienes, bebedora, hermana con las uñas quemadas? ¿ Ya quién
satisfaces? Nunca hallaste albergue entre tus espigas. Mi guadaña
lo jura. No te denunciaré, yo te precedo."

Versión de Jorge Riechmann

Bienvenida

¡Ojalá vuelvas a tu desorden, y el mundo al suyo. La asimetría
es juventud. No se mantiene el orden más que el tiempo que se tarda en odiar su carácter de mal. Entonces se avivará
en ti el deseo del porvenir, y cada peldaño de tu escalera desocupada y todos los rasgos inhibidos de tu vuelo te llevarán,
te elevarán con un mismo sentimiento gozoso. Hijo de la oda ferviente, abjurarás del gigantesco enmohecimiento.
Los solsticios cuajan el dolor difuso en una dura joya adamantina. El infierno a su medida que se habían esculpido
los limadores de metales volverá a bajar vencido a su abismo. Delante del olvido nuevo, la única nube en el cielo
será el sol.
Mintamos esperanzados a quienes nos mienten: que la inmortalidad inscrita sea a la vez la piedra y la lección.

Versión de Jorge Riechmann

Consuelo
     Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa
a dónde vaya en este roto tiempo. Ya no es mi amor: el
que quiera puede hablarle. Ya no se acuerda: ¿quién en
verdad le amó?

     Mi amor busca su semejanza en la promesa de las
miradas. El espacio que recorre es mi fidelidad. Dibuja
la esperanza y en seguida la desprecia. Prevalece sin
tomar parte en ello.

     Vivo en el fondo de él como un resto de felicidad.
Sin saberlo él, mi soledad es su tesoro. Es el gran meridiano
donde se inscribe su vuelo, mi libertad lo vacía.

     Por las calles de la ciudad va mi amor. Poco importa
a dónde vaya en este roto tiempo. Ya no es mi
amor: el que quiera puede hablarle. Ya no se acuerda:
¿quién en verdad le amó y le ilumina de lejos para que
no caiga?


Cuatro edades

I
El otoño para la hoja
El agua hirviendo para el cangrejo
Y el favorito el zorro
Ebrio sobre los hombros luminosos de la Actriz

Adherido al balcón naranja
Un ventisquero de rizos
Acampa en la ansiedad de mi corazón.

II
He estrangulado a mi hermano
Porque no gustaba de dormir
Con la ventana abierta
Hermana mía
Dijo antes de morir
Pasé noches enteras
Mirándote dormir
Inclinado sobre tu brillo en el cristal.
III
Apretados los puños
Rotos los dientes
Con lágrimas en los ojos
La vida
Apostrofándome empujándome y riendo a medias
Yo espiga anticipada de las siegas de agosto
Distingo en la corola del Sol
Una yegua
Me abrevo en su orina.

IV
Mi amor es triste
Porque es fiel
No interpela el olvido de los demás
No cae de la boca como un diario del bolsillo
No es flexible en la angustia que en común se arremolina
No se aísla en las rompientes de la península simulando
pesimismo
Mi amor es triste
Pues está en la naturaleza turbada del amor ser triste
Como la luz es triste
La dicha triste
No has pasado libertad tus correas de arena.
Versión de Jorge Onfray
 

Curso de las arcillas

Mira, portero agudo, de la mañana a la mañana,
Largas, adujando su chorro, a las zarzas frenéticas,
Cómo la tierra nos acucia con su mirada ausente,
Cómo el dolor se embota, grillo de canto parejo,
Y cómo un dios no brota sino para aumentar la sed
De aquellos cuya palabra se dirige a las aguas vivas.

Por tanto alégrate, querida, del destino siguiente:
No clausura esta muerte la memoria amorosa.
Versión de Jorge Riechmann



Desherencia

Antigua era la noche
Cuando la entreabrió el fuego.
Igualmente mi casa.

No se mata a la rosa
En las guerras del cielo.
Destierran a una lira.

Mi pena persistente
De una nube de nieve
Gana un lago de sangre.
La crueldad ama vivir.

Oh fuente que mentiste
A nuestros destinos gemelos,
Del lobo trazaré
Este único retrato pensativo.
Versión de Jorge Riechmann


Dyne

Dejando atrás al hombre extensible y al hombre traspasado
llegué ante la puerta de todos los júbilos, la del Verbo desellado
de sus restos mortales, formando lo nuevo, creando fuego
a partir de la verdad, y fortalecido por mi verde fe llamé.
     Así llegarás tú al país lavado y desierto de tu desafío. Hasta
entonces, sin fechas fijas, lo irás edificando. ¡Severa vanidad!
¿Pero quién hubiera apostado y optado por ti, desde los parajes
inmemoriales hasta la lira fugitiva del padre?

Versión de Jorge Riechmann


El beso
Maciza lentitud, lentitud martillada;
Humana lentitud, lentitud forcejeada;
Desierta lentitud, desanda tus ardores;
Sublime lentitud, sube desde el amor;
Que la lechuza ha vuelto.
Versión de Jorge Riechmann


 
El desnudo perdido
Llevarán ramos aquellos cuyo aguante pueda desgastar la
noche nudosa que precede y sigue al relámpago. Su palabra
recibe existencia del fruto intermitente que la propaga
dilacerándose. Son los hijos incestuosos de la cortadura y del signo,
que alzaron hasta los brocales el círculo florido de la tinaja
de la adhesión. La furia de los vientos los mantiene aún desvestidos.
Contra ellos vuela una pelusa de noche negra.

Versión de Jorge Riechmann
 


El juicio de octubre 

Mejilla contra mejilla dos pordioseras en su desamparo rígido;
La helada y el viento no las han instruido, las han ignorado;
Niñas de intrahistoria
Caídas de las estaciones que dejan atrás, y allí apretadas de pie.
No hay labios que las traspongan, la hora pasa.
No habrá ni rapto ni rencor.
Y el caminante pasa sin mirada ante ellas, ante nosotros.
Dos rosas perforadas por un anillo profundo
Ponen en su extrañeza algo de desafío.
¿Se pierde la vida de otro modo que por las espinas?
Claro que sí: por la flor, los largos días lo supieron.
Y el sol ha dejado de ser inicial.
Una noche, el día bajo, todo el riesgo, dos rosas,
Como la llama a cubierto, mejilla contra mejilla con quien
la mato.
Versión de Jorge Riechmann


El molino
Un ruido largo sale por el techo
golondrinas siempre blancas
agua que salta, agua que brilla
el grano salta, el agua muele
y el recinto donde el amor se arriesga
centellea y marca el paso.
Versión de Jorge Teiller
 

 

El refugio maltratado

Siempre me ha gustado la proximidad, sobre un camino de tierra,
de un hilillo de agua caída del cielo que viene y va persiguiéndose
a sí mismo, y la tierna torpeza de la hierba mediana a la que una carga
de piedras detiene -igual que un revés oscuro pone fin al pensamiento.
Versión de Jorge Riechmann


En las alturas

Espera aún a que yo venga
A romper el frío que nos retiene.

Nube, en tu vida tan amenazada como la mía.

(Había un precipicio en nuestra casa.
Por eso hemos partido y nos hemos establecido aquí).


Gozo
¡Con cuánta ternura ríe la tierra cuando la nieve se despierta encima de ella! Día tras día, yacente besada, llora y ríe.
El fuego que la evitaba se casa con ella apenas desaparece la nieve.
Versión de Jorge Riechmann


Hambre roja

Estabas loca.

¡Qué lejos queda!

Moriste, con un dedo delante de los labios,
En noble movimiento,
Para atajar la efusión;
En el sol frío de un reparto verde.

Estabas tan hermosa que nadie se dio cuenta de tu muerte.
Más tarde, era de noche, te pusiste en camino conmigo.

Desnudez sin desconfianza.
Pechos podridos por tu corazón.
A sus anchas en este mundo circunstancial,
Un hombre, que te hab+ia estrechado entre sus brazos,
Se sentó a la mesa.
Estate bien, no existes.
Versión de Jorge Riechmann


Juego mudo
Con los dientes
Apresé a la vida
Sobre el cuchillo de mi juventud.
Con los labios hoy,
Con mis labios solamente...

Corta advenediza,
La flor de los taludes,
El dardo de Orión
Ha vuelto a aparecer.


 

La compañera del cestero

Yo te amaba.
Amaba tu rostro de manantial abarrancado por la tormenta y la cifra de tu dominio que cercaba mi beso.
Hay quien se confía a una imaginación redonda. A mí me basta ir.
He traído de la desesperación un cestillo tan pequeño, amor mío,
que ha sido posible trenzarlo con mimbre.



 
La eternidad en Lourmarin

                                                                                                                                               A Jean-Paul Samson


       No subsiste línea recta ni carretera iluminada hacia un ser que nos ha dejado.
¿Dónde se aturde nuestro afecto? Un anillo de árbol tras otro, si se acerca es para hundirse al punto. Su rostro a veces viene a apretarse contra el nuestro, sin producir otra cosa que un relámpago helado. El día que alargaba la dicha entre él y nosotros
no se halla en ningún sitio.
      
       Todas las partes -casi excesivas- de una presencia se han dislocado de golpe. Rutina de nuestra vigilancia... Sin embargo
ese ser suprimido persiste en algo rígido, desierto, esencial que en nosotros hay, donde nuestros milenios juntos alcanzan exactamente el espesor de un párpado cerrado.

       Hemos cesado de hablar con el que amamos, y sin embargo no reina el silencio. ¿Qué es de él, entonces? Sabemos, o creemos saber. Pero solamente cuando el pasado que significa se abre para darle paso. Aquí le tenemos a nuestra altura, más lejos,
por delante.
En el momento, de nuevo contenido, en que interrogamos a todo el peso del enigma, súbitamente comienza el dolor,
el de compañero a compañero, que esta vez el arquero no traspasa.
Versión de Jorge Riechmann


La libertad
Vino por esta línea blanca que puede significar la salida del alba
o la palmatoria del crepúsculo.

Pasó los arenales maquinales; pasó las cimas destripadas.

Fin de la renunciación de rostro cobarde, la santidad de la mentira,
el alcohol del verdugo.

Su verbo no fue un ciego ariete sino la tela donde se inscribió mi aliento.

Detrás de la ausencia, con pasos que no la extraviaron, cisne sobre la
herida, vino por esta línea blanca.


Versión de Jorge Riechmann


 

La lujuria

El águila ve como se borran gradualmente las huellas de la memoria helada
La extensión de la soledad hace apenas visible la presa que huye
A través de cada una de las regiones
Donde uno mata donde a uno lo matan libremente
Presa insensible
Proyectada indistintamente
Más acá del deseo y más allá de la muerte

El soñador embalsamado en su camisa de fuerza
Rodeado de utensilios efímeros
Figuras que se desvanecen apenas formadas
Su revolución celebra la apoteosis de la vida que declina
La desaparición progresiva de las partes lamidas
La caída de los torrentes en la opacidad de las tumbas
Los sudores y malestares que anuncian el fuego central
Y finalmente el universo con todo su pecho atlético
Necrópolis fluvial
Después del diluvio de los rabdomantes

Ese fanático de las nubes
Tiene el poder sobrenatural
De desplazar a considerables distancias
Los paisajes habituales
De romper la armonía acumulada
De tomar irreconocibles los lugares fúnebres
Al día siguiente de los homicidios provechosos
Sin que la conciencia originaria
Se cubra con el deslizamiento purificador del suelo.

De "Le Marteau Sans Maître"
Versión de Aldo Pellegrini


 
La rosa de roble

Cada una de las letras que componen tu nombre,
oh Belleza, en el cuadro de honor de los suplicios,
desposa la llana simplicidad del sol, se inscribe
en la frase gigante que cierra el cielo, y se asocia
al hombre encarnizado en engañar a su destino
con su contrario indomable: la esperanza.


Las murallas y el río

No querría marcharme precediéndote, semejante a una hierba
segada, a llamarte contra Thouzon desierto y su corazón
no destruido.
Versión de Jorge Riechmann


Lied de la higuera
Heló tanto que las ramas lechosas
Importunaron a la sierra, se rompieron en las manos.
la primavera no vio verdecer a las graciosas.
La higuera pidió al amo del yacente
El arbusto de una fe nueva.
Pero la oropéndula, su profeta
-Su retorno calentaba al alba-,
Al posarse sobre aquel desastre
En vez de morir de hambre lo hizo de amor.
Versión de Jorge Riechmann


Los parajes de Alsacia

¡Te he enseñado La Petite Pierre, la dote de su bosque, el cielo
          que nace en las ramas,
La amplitud de sus pájaros cazadores de otros pájaros,
El polen dos veces vivo bajo la llamarada de las flores,
Una torre que se iza a lo lejos como la vela del corsario,
El lago que ha vuelto a ser la cuna del molino, el sueño de un
          niño.

¡Allí donde me oprimió mi cinturón de nieve,
Bajo el saledizo de una roca moteada de cuervos,
He dejado la necesidad de invierno.
Nos amamos hoy sin más allá y sin prole,
Ardientes o difuminados, diferentes pero juntos,
Apartándonos de las estrellas cuya naturaleza estriba en
          volar sin llegar a destino.

El navío se encamina hacia la alta mar vegetal.
Con todas las luces apagadas nos acoge a bordo.
Estábamos levantados desde antes del alba en su memoria.
Albergó nuestras infancias, lastró nuestra edad de oro,
El llamado, el hospedero itinerante, mientras sigamos
creyendo en su verdad.
Versión de Jorge Riechmann


 

Los soles canoros 

La desapariciones inexplicables
Los accidentes imprevisibles
Los infortunios quizá excesivos
Las catástrofes de todo orden
Los cataclismos que ahogan y carbonizan
El suicidio considerado crimen
Los degenerados intratables
Los que se enrollan en la cabeza un delantal de herrero
Los ingenuos de primera magnitud
Los que colocan el féretro de su madre en el fondo de un pozo
Los cerebros incultos
Los sesos de cuero
Los que ivernan en el hospital y conservan la embriaguez
                                                                           de las ropas desgarradas
La malva de las prisiones
La ortiga de las prisiones
La higuera nodriza de ruinas
Los silenciosos incurables
Los que canalizan la espuma del mundo subterráneo
Los enamorados en éxtasis
Los poetas excavadores
Los que asesinan a los huérfanos tocando el clarín
Los magos de la espiga
Imperan temperatura benigna alrededor de los
                                           sudorosos embalsamados del trabajo.
De "L’Action de la justice est éteinte"
Versión de Aldo Pellegrini


Ni eterno ni temporal
¡El trigo verde en una tierra que todavía no ha sudado, que no ha
hecho más que tiritar! A distancia feliz de los soles precipitados
de los fines de la vida. Rasante bajo la larga noche. Saciado de agua
encima de su luminoso color. Como guardia y viático dos puñales
de cabecera: la alondra, el pájaro que se posa, el cuervo, el espíritu
que se graba.

Versión de Jorge Riechmann


Permanente invisible de cazas codiciadas...

Permanente invisible de cazas codiciadas,
Cercano, cercano invisible tan cercano a mis dedos,
Oh presa mía distante la noche en que me inclino
Para un novel cuerpo a cuerpo.
Beber friolentamente, ser brutal restablece.
Sobre este jardín doble se redondea tu tapa.
Tienes la densidad de la rosa que se hará.
Versión de Jorge Riechmann


Redoble

Sobre la mediana de la tarde, el bamboleo intermitente, el
malecón iluminado de una dársena, y su rechazo del sueño.
      El rostro de la muerte y las palabras del amor: el tálamo
de una playa interminable con olas que lanzan a ella guijarros
-interminablemente. Y la lluvia atemorizada haciendo puente,
para no apaciguar.

Versión de Jorge Riechmann


Remanencia

¿Qué te hace sufrir? Como si se despertara en la casa sin ruido
el ascendiente de un rostro al que parecía haber fijado un agri0 espejo. Como si, bajadas la alta lámpara y su resplandor
encima de un plato ciego, levantaras hacia tu garganta oprimida la mesa antigua con sus frutos. Como si revivieras tus fugas
entre la bruma matinal al encuentro de la rebelión tan querida, que supo socorrerte y alzarte mejor que cualquier ternura.
Como si condenases, mientras tu amor está dormido, el pórtico soberano y el camino que lleva a él.
¿Qué te hace sufrir?
Lo irreal intacto en lo real devastado. Sus rodeos aventurados cercados de llamadas y de sangre.
Lo que fue elegido y no fue tocado, la orilla del salto hasta la ribera alcanzada, el presente irreflexivo que desaparece.
Una estrella que se ha acercado, la muy loca, y va a morir antes que yo.

Versión de Jorge Riechmann


 
Septentrión

He paseado a orillas de la Folie.
A las preguntas de mi corazón,
Si no las planteaba,
Mi compañera cedía
-Así de imaginativa es la ausencia.
Y sus ojos decrecientes como el Nilo violeta
Parecían contar interminablemente sus ganancias que se extendían
Bajo las piedras frescas.

La Folie se tocaba con largas cañas cortantes.
En alguna parte aquel riachuelo vivía su doble vida.
El oro cruel de su nombre, súbitamente invasor,
Acudía a presentar batalla a la fortuna adversa.
Versión de Jorge Riechmann


Textos en colaboración con André Breton y Paul Éluard
Página blanca
El mármol de los palacios es hoy más duro que el sol
Primera  proposición

La segunda es algo menos estúpida
El ayuno de los vampiros tendrá como consecuencia la sed que
          alienta la sangre de ser bebida
La sed que tiene la sangre de desposar la forma de los arroyos
La sed que tiene la sangre de brotar en los lugares desiertos
La sed que tiene la sangre del agua fresca del cuchillo

El cuerpo y el alma se reúnen en un abrazo

Tercera proposición ésta de carácter deshonesto
Porque el cuerpo y el alma se comprometen juntos
Porque se sirven de excusa el uno al otro
Ralentur traveaux

* * * * *

Bajo palabra
Hay llamas
Más vistosas que las manos que hacen rodar las pesadillas
Sobre la memoria

Se llega al sol por encantamiento
El amor tiene un acentuado sabor a vidrio
Es el coral que surge del mar
Es el perfume desaparecido que vuelve al bosque
Es la transparencia que paga su deuda
Es siempre esa cabeza
De labios deliciosamente entreabiertos
De este lado del muro
Y del otro lado quizás en la punta de una pica
Ralentir traveaux
Versión de Aldo Pellegrini


Último escalón

Almohada roja, almohada negra,
Sueño, con un seno de costado,
Entre la estrella y el cuadrado
¡Cuántas banderas en ruinas!

Cortar, acabar de una vez con vosotros,
Como el mosto se halla en la cuba
Esperando labios dorados.

Cubo del aire fundamental
Que endurece el agua de las marismas blancas,
Sin sufrir, sin sufrimiento al fin,
Admitido en el verbo friolento
Diré: "sube" al círculo cálido.
Versión de Jorge Riechmann



Yvonne

La sed hospitalaria

Quién la oyó nunca quejarse?

Nadie más que ella hubiera podido beber las cuarenta fatigas
          sin morir,
Esperar, muy adelantada, a quienes venían después;
Desde el alba hasta el crepúsculo era su esfuerzo viril.

Quien ha excavado el pozo y sube el agua yacente
arriesga el corazón en la separación de sus manos.
Versión de Jorge Riechmann

viernes, 23 de enero de 2015

TRISTAN TZARA





                                           
                 
Reseña biográfica
Nació en Moinesti, Rumania, el 4 de abril de 1896.
Su verdadero nombre parece ser Samy Rosenstock aunque Tzara lo negó rontundamente.
En 1916 encontrándose en Zürich, fundó con el judío rumano Marcel Janco, los alemanes Hugo Ball y Huelsenbeck, y el alsaciano Arp, el movimientoDada. Publicó diversos números de la revista "Dada" cuya influencia fue muy notoria en Alemania y posteriormente en Francia.
En 1919 llegó a París, donde estableció el centro del movimiento
dadaísta con los colaboradores de "Littérature" : Breton, Aragon, Soupault, Picabia y Jacques Rigaut entre otros.
En 1922 se distanció de Breton y sus amigos, que empeñados en una obra más constructiva desembocarían en el surrealismo.
En 1929 se reconcilió con los surrealistas hasta 1935, fecha en la que se separó definitivamente para adherir a la política del partido Comunista.  Falleció en 1963. ©


Poemas de Tristan Tzara:
Agua salvaje           

Amiga
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Georgia


Agua salvaje

los dientes hambrientos del ojo
cubiertos de hollín de seda
abiertos a la lluvia
todo el año
el agua desnuda
oscurece el sudor de la frente de la noche
el ojo está encerrado en un triángulo
el triángulo sostiene otro triángulo

el ojo a velocidad reducida
mastica fragmentos de sueño
mastica dientes de sol dientes cargados de sueño

el ruido ordenado en la periferia del resplandor
es un ángel
que sirve de cerradura a la seguridad de la canción
una pipa que se fuma en el compartimiento de fumadores
en su carne los gritos se filtran por los nervios
que conducen la lluvia y sus dibujos
las mujeres lo usan a modo de collar
y despierta la alegría de los astrónomos

todos lo toman por un juego de pliegues marinos
aterciopelado por el calor y el insomnio que lo colora

su ojo sólo se abre para el mío
no hay nadie sino yo que tenga miedo cuando lo mira
y me deja en estado de respetuoso sufrimiento
allí donde los músculos de su vientre y de sus piernas inflexibles
se encuentran en un soplido animal de hálito salino
aparto con pudor las formaciones nubosas y su meta
carne inexplorada que bruñen y suavizan las aguas más sutiles

De nos oiseaux
Versión de Aldo Pellegrini



Amiga 

Amiga
Mamie, no comprenderás pero escucha
el dolor no me lo puedo llorar en un pañuelo
Las palabras son graves como una procesión de reyes
para tu alma con lagos secos y tristes.

Te he llamado con mucho amor
Tus senos son flores sin tiestos
y punzan frambuesas con sabor de leche
la almohada nube traspasada por la noche

En tu cabello hay cáscaras de naranja, en el deseo manada de caballos
En tus ojos hay sol, en los labios ganas de comer
La carne huele a hierba después de llover
durazno maduro, miel de mayo y frescura

Te compraré sin falta pendientes
de los joyeros judíos
Te daré semillas de flores raras
para enriquecer tus gatos literarios

¿Quieres? Acaríciame, arrúllame
se me ha muerto la novia
Pregúntame quién era
y dime cuándo te vas

Mamie, no comprenderás
pero es cosa bella estar en un poema
Has entrado como un insecto florido en
mi cuerpo con moho y aperos de fragua

Versión  de Darie Novácenau


Canción antigua

En las orillas del mar he escrito esta canción
Escuchadla: y dígansela al encontrarla
Es alta, tiene los ojos hermosos y tranquilos
y es rubia como la hierba que ha sentido el estremecer de la guadaña

¡Oh! Te has ido, te has ido, amada, en una tarde de invierno
y mi corazón es una flor marchita
hoja de un poema viejo hace tiempo arrugada
echada al cesto o debajo de la mesa

He buscado defenderte el rostro de la tristeza del atardecer
colocarlo con cuidado en un clavo al icono
para rezar delante de él cuando llueva en el jardín
o cuando sentiría en la noche la canción del olvido

Otrora los pollos se amontonaban a tu alrededor, amada, sin llamarlos
como si fueras su madre y los acariciabas con dulces palabras
Ya no les darás de comer, no saldrás para llevarles a dormir
Ahora el viento amontona círculos de hoja en torno a los troncos secos

¡Oh! Amada, sufro por haberte ido al extranjero
Los pollos no tendrán comida -estás lejos
Me estoy leyendo la infelicidad en un libro
Por una calle vieja llegan al hospital las hermanas de la caridad
Si supieras cuánto sufro por no tenerte ahora a mi lado
para preguntarme: qué es lo que te duele, te has resfriado, pero ya estás mejor...

Versión  de Darie Novácenau


Dudas

-He sacado el antiguo sueño de la caja como sacas tú el sombrero
cuando te pones el traje de muchos botones
cuando agarras el conejo por las orejas
cuando regresas de cacería
como eliges la flor de la maleza
y al amigo de entre los cortesanos.

Mira lo que me pasó
cuando llegó la noche lentamente como una cucaracha
buena para muchos como remedio, cuando enciendo
en el alma el fuego de los versos
me acosté. El sueño es el jardín preparado para las dudas
no sabes lo que es verdad, lo que no lo es
te parece que es un ladrón y lo fusilas
y después te comunican que ha sido un soldado
así ocurrió conmigo exactamente
por esto te llamé para decirme -sin error
lo que es verdad- lo que no lo es

1914-1915
Versión  de Darie Novácenau

 


Elegía

El alma vieja, amada, quieres que sea como las flores del verano
durante el invierno los pájaros están encerrados en sus jaulas

Te quiero como espera la colina el cuerpo del valle
o como la tierra espera la lluvia espesa y fértil

Te espero en todos los atardeceres en la ventana, deshilando abalorios
colocando los libros, leyendo mis versos

Y ahora me alegro cuando en el patio ladran los perros ladran los perros
y cuando llegas para quedarte conmigo hasta mañana hasta mañana

Mi alma feliz es como nuestro cuarto cálido
cuando sé que está nevado y las calles se visten de blanco.

Versión  de Darie Novácenau

 


Elegía para la llegada del invierno

Amada, (escucha) se quejan los chopos porque te estás yendo
y yo pienso: que no tengas frío
Abrígate bien, llévate libros para leer
(Encontrarás una noche una azucena marchita)

Sé cómo será; (comedia) me llevaré un pañuelo limpio
para llorarme todo el dolor -y para toser por resfriado
Después la extenderé al viento cuando estés lejos -pensamiento honrado
y pensaré en el tiempo de otrora buscando en la calle otra muchacha

Piénsatelo; allá tal vez nadie te esperará
y llorarás, tendrás remordimientos, la vida es triste es triste
Recordarás siempre el ondear del pañuelo
que desatará un viento cruel sobre tu jardín
vaciando los senderos, desarraigando el pensamiento casero

Escucha mis consejos cuerdos
Quédate junto a la mesa callada y sigue cosiendo
No has acabado aún el vestido de seda
Escucha mis consejos cuerdos.

Amada, llega el invierno y tú estás yéndote
y el caballo viejo y podrido en el jardín
ya no tiene crines ni orejas; yo espero la luna llena
para cabalgar sobre él y correr detrás de ti, luz   (Entiendes...)

Versión  de Darie Novácenau


En el camino de las estrellas marinas 

Qué viento sopla en la soledad del mundo
Para que yo me acuerde de los seres queridos
Frágiles desolaciones aspiradas por la muerte
Más allá de las torpes persecuciones del tiempo
La tempestad se deleitaba ante su fin tan próximo
Que la arena no redondeaba ya su dura cadera
Pero en las montañas las bolsas de fuego
Vaciaban con seguridad su luz de presa
Pálida y corta como un amigo que se extingue
Del cual nadie puede decir ya su contorno con palabras
Y ninguna llamada en el horizonte tiene tiempo de socorrer
Su forma mensurable inicuamente a su desaparición

Y así de un relámpago a otro
El animal tiende siempre grupa amarga
A lo largo de los siglos enemigos
A través de los campos unos por ostentación otros por
avaricia
Y en su ruptura se perfila el recuerdo
Como el tronco que cruje en señal de presencia
Y de dispar necesidad

Existen también los frutos
Y no olvido los trigales
Y el sudor que les ha hecho crecer sube a la garganta
Sabemos sin embargo el precio del dolor
Las alas del olvido y las perforaciones infinitas
A flor de vida
Las palabras que no llegan a apoderarse de los hechos
Apenas por servirse de ellos para reír.
El caballo de la noche galopó desde los árboles al mar
Y unió las riendas de mil oscuridades piadosas
Se arrastró a lo largo de los setos
Donde pechos humanos contenían el asalto
Con todas las protestas colgadas a sus costados
Entre inmensos rugidos que se agarraban
Huyendo de la fuerza del agua
Inconmensurables ellos se sucedían mientras que muy
pequeños murmullos
No podían ser abogados y sobrenadaban
En la invencible soledad por donde desfilaban los túneles
Las selvas los rebaños de ciudades los mares enjaezados
Un solo hombre en el aliento de muchos países
Reunidos en cascada y resbalando sobre una ola lisa
De fuego desconocido que se introduce a veces en la noche
Por la pérdida de quienes el sueño congrega
En su profundo recuerdo

Pero no hablemos más de los que están unidos
A las frágiles ramas a los malos humores de la naturaleza
Aquellos incluso que sufren los golpes duros
Tienden la nuca y en la alfombra de sus cuerpos
Suenan las botas rígidas de los conquistadores
Ellos han salido de mi memoria
Los pájaros buscan otros primaverales empleos
En sus cálculos remunerados
Por rebaños deliciosos de enloquecimientos
Con el viento en sus talones
Que el desierto les sea contado
Al diablo las delicadas advertencias
Las diversiones amapolas y compañía
El frío escarba
El miedo sube
El árbol se seca
El hombre se agrieta
Los postigos golpean
El miedo sube
Ninguna palabra es bastante tierna
Para traer de nuevo al hijo de los caminos
Que se pierde en la cabeza
De un hombre al borde de la estación
Él mira la bóveda
Y mira al abismo
Tabiques estancos

Versión  de Darie Novácenau


Ha girado en torno al faro el nimbo de los pájaros azules...

Ha girado en torno al faro el nimbo de los pájaros azules
en las mitades de la oscuridad taladrando la lejanía de los barcos
y se han caído al agua cual cenizas de arcángeles

Se ha alterado el pan y la flor
En las leproserías yacen como gavillas nuestros amigos
Tú sigues cosiendo sola pensamientos para tu hijo

Solamente el tren arrastra sus vapores
Animal malherido que corre, destripado

Versión  de Darie Novácenau


He sembrado en tu cuerpo, amada, la flor...

He sembrado en tu cuerpo, amada, la flor
que esparcirá pétalos sobre tu cuello, mejillas y manos
y hará brotar mañana tus senos -primavera
Me gustan las cejas y tus ojos con destello de metales
y los brazos que ondulan como las serpientes, las olas, el mar

De tu cuerpo quisiera levantar palacios, arquitectónicos jardines
y terrenales paraísos monumentales
Quiero enterrarme en sus tierras cuando me muera
Quiero enterrarme en tu carne cuando me muera

En tu cabello siento el olor de los racimos de naranjas
En tus ojos anublados veo sol y en los labios ganas de comer
Con tus dientes querrás Cortar carne del alma
querrás cambiar las uñas en garras

Quisiera morder tus senos como muerden el pan
Los hambrientos que mendigan monedas en la calle
Quisiera que florecieran en tus miradas jardines arquitectónicos
Alinear tu pensar a los sueños terrenales, mamie.

Versión  de Darie Novácenau
 


Inscripción sobre un sepulcro

Y sentía tu alma pulcra y triste
como sientes la luna que se desliza calladamente
     detrás de los visillos corridos.
Y sentía tu alma pobre y encogida,
como un mendigo, con la mano tendida delante de la puerta,
     sin atreverse a llamar y entrar,
y sentía tu alma frágil y humilde
como una lágrima vacilando en el borde de los párpados,
y sentía tu alma ceñida y húmeda por el dolor
como un pañuelo en la mano en el cual gotean lágrimas,
y hoy, cuando mi alma quiere perderse en la noche,
solamente tu recuerdo lo detiene
con invisibles dedos de fantasma

Versión  de Darie Novácenau


Introducción a Don Quijote

Trote de caballo ágil y veloz me ha sido la vida
He sabido recorrer todo el mundo
Solamente una muchacha ha sido mi amor
y he dormido hasta muy tarde en las mañanas

El viejo caballo se ha disipado en pedazos
que serán roídos por gusanos y ratones
Mi amor: he aquí la sabiduría que no está en los libros
Quédate callada junto a la mesa y siga cosiendo

Yo te diré lo que te está esperando de ahí en adelante
Siga cosiendo mi pensamiento en un vestido de seda
hasta que te duelan los ojos -y serás novia
hasta que mi pensamiento será libre.

Versión  de Darie Novácenau