lunes, 13 de julio de 2015

ALGUNOS POEMAS DE VINKO KALINIĆ

MEDIA CANCIÓN


Me desperté esta mañana con media canción en mi cabeza
Yo recuerdo, soñé contigo - sí, esos eran tus labios
y manos! y  nariz! y oreja! - y yo podría escribir una canción
una canción absolutamente horrible, decente y apasionada
digamos, sobre un hombre que murió en su sueño, mientras te besaba
pero no sé cómo transfundir tus ojos en palabras,
esos ojos tentadores que me dividen en dos nuevamente,
a un mí que moriría por ellos
y a un mí que moriría sin ellos
- esos ojos, frente a la cual ninguna canción
será cantada hasta el final

  
Traducción: Noris Roberts, Venezuela



RÉQUIEM PARA DOS


No puedo escribir nada esta noche.
la luna, las estrellas
esta noche no son otra cosa
que pantomimas cósmicas,
trucos de un mago sin éxito
grafemas sarcásticos de nuestra civilización,
sonidos desarticulados
que no nos dejan conocer
los designios del universo silencioso.

Y la tierra
seca como la pólvora del cañón,
esta noche
está inmóvil.

Como un punto.

Como un gran agujero negro
en el cual yazgo enredado en los lazos
- superfluo y acabado! - como antes,
pleno de una emoción desenfrenada,
extendido
sobre el claro
de tu ombligo.


Nunca treparé más sobre la punta de tu nariz,
ni tampoco saltaré de una de tus pestañas a otra.

No seré bañado más por tu mirada
que despertaba en mi un sinfín de cuentos de hadas.

Nunca más una mañana será inocente,
sin un recuerdo doloroso.

El viento se ha llevó hasta la última parte de ti,
y nada quedó en mi.

No renaceré jamás
bajo el simple efecto simple del tacto,
ni me meceré más el la cuna de tus labios.

El corazón sigue sin esperanza el reloj.
Nosotros no existimos.

No puedo escuchar tu voz,
ni tu sangre latiendo.

Menos aún allá donde las cosas están muertas
no dejamos nuestras tumbas atrás.
Ni nuestros huesos.

Lo que quedó no es más que la eternidad vacía:
existencia muda y larga como el hastío.

Sólo cartas muertas,
sólo palabras vacías.

Los pensamientos esparcidos flotan, una niebla húmeda se difunde
sobre los abruptos acantilados de los sueños.
Un motón de conchas petrificadas y aún sensibles
hacen el eco y quedan abiertos como murallas de ciudades en ruina.

Esta noche es ciega.
Esta noche es muda.
Esta noche la poesía está muerta.

Esta noche todo aquello que vive
- es profundo como un abismo.



CLARO LLAMADO SELVÁTICO  
(Čisti zov divljine)

A veces tengo la sensación de que hace mucho que estoy perdido
en este mundo y de que todo está al revés:    
y los nombres de las ciudades y los nombres de las calles,
y los nombres de la gente,
las señales en las calles y los certificados de nacimiento
y los colores en las banderas.
Que de los textos aprendimos
lecciones erróneas
y que los profesores deberían ser alumnos
y aprender de nosotros que fuimos niños,
y que nosotros deberíamos habernos quedado así  
ignorando los puntos cardinales,  
los datos estadísticos sobre el crecimiento económico
y de ¿cuándo se llevó a cabo tal batalla?    

Me parece que seríamos más inteligentes
con la sonrisa del niño
que sonríe descuidado delante del mapamundi
poniendo a África allá donde tiene que estar
América, Europa allá donde está Asia.

Y que nuestra escapada de la hora escolar fue más sabia
que las aburridas fórmulas de física y química.
Porque – así está a veces en mi cabeza –
me parece que si la gente no supiera nada
sobre los compuestos químicos y las leyes de física,
viviría aún en las cavernas y jugaría
a mamá y papá.
Y que sin el noticiero, el internet y la prensa diaria
conoceríamos más los unos a los otros. Y como corren las lágrimas
y como suena la risa. Y de como a veces se contrae
el corazón a pesar de todas las leyes, frente a cosas
sobre las que la gente ni siquiera piensa y sobre las que en los libros
no hay nada escrito.

A veces de verdad tengo la sensación de que me he perdido.
Y me parece que el lado izquierdo tendría que ser el lado derecho,
y el lado derecho, el izquierdo,
y que lo que está arriba, tendría que estar abajo,
y viceversa. Y lo cambiaría todo.
Porque me parece que a veces la gente
se quiere o se odia por inercia y por costumbre.
Y que todo lo hace sólo porque alguien se lo dijo,
que está bien hacerlo justamente así
como nos lo enseñaron,
y en realidad no es así; porque podría ser diferente.
Y así, todo se me ocurre y me parece,
a veces y lo predigo y en verdad es así
como en la predicción y no así como nos lo han dicho.

Se me ocurren pensamientos raros. Entre más viejo estoy, todavía más.
Y a veces lamento el no haber vivido nunca en una cueva,
sin refrigerador, horno microondas y control remoto.
Imagina que cada mañana tengas que restregar piedra
contra piedra para hacer fuego, perseguir jabalíes o pescar.
¿Qué pensamientos te pasarían entonces por la cabeza y  
tendrían tus manos la misma sensibilidad por las cosas?
¡ Bueno! Reconozco que sería duro. Es mucho más fácil así.
Pero no, ¿qué pasa con el sentimiento por las cosas? ¿Es nuestra hambre igual
a aquella original? ¿Y aquel fuego como este del microondas?  
¿Gruñe el puerco doméstico igual que el salvaje? O todos nos hemos perdido
entre todos estos países, lenguas, culturas, herramientas técnicas y mentales?
¿Y si aquello fue salvaje sólo porque nos han mimado o nosotros somos salvajes
a los que no les fue suficiente el pescado para el almuerzo así que construimos un barco, la fábrica, y….
dibujamos a Europa, América, Asia…?

- Si pudiera entrar en tu cabeza, pienso que me sentiría como Alicia en el
País de las maravillas – así me dijo una vez mi hermana.

¡Y no estuvo lejos!

En este planeta de maravillas, si no existieras tú,
amor mío, no sé a dónde iría,
ni que haría. 

En eso pienso mirando tu cara.
De la que nadie me ha dicho nada,
y en la que está escrito todo, absolutamente todo
lo que es importante.

Claro llamado selvático. 
  
Traducción: Elsa Salas Burich, Rosario, Argentina






NO QUIERO TENERTE
(Ne želim te imati)


¡tener! ¡tener! ¡tener! ese verbo gira por el globo terrestre como un tornado.  Egoísmo íntimo y pequeño que empezó a rodar. ¡y pisa! ¡pisa! ¡pisa!... hasta que no atropella todo lo que tiene sentido. y es bonito.

hasta nosotros mismos.

leo que algunos locos compran parcelas en la Luna. y hasta estrellas.
¡imagínate el cielo sin estrellas! – éstas, de las que tú podrías con un lápiz de deseos irrealizables dibujar un rostro. en miles de versiones. cada vez diferente. y la playa en la que en la noche profunda yo escucharía el mar que me susurra acerca de ti. o en la temprana mañana. y a veces durante el día. cuando queramos. ¿en la Luna?

¡no quiero tenerte!                  

a ti, de la que – ¡ como del viento! – y cuando no estás todo está lleno. sólo quisiera darte un poco de mí. eso que soy. y todo lo que tengo. sólo saber que estás aquí. que te oigo a mi oído. que me desenredas el cabello. que acaricias mi cara.

para que no olvide temblar con el calor.





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