Presencia de Miguel
Nadie,
–ni antes ni después de ti–
Supo, sabe
Pronunciar mi nombre.
Hacías una creación de la palabra,
Del tono, del sonido, del acento…
Entonces…
Te recuerdo en mi nombre
-aprendido de ti-
Que conmigo inseparable, llevo.
Inconsumible, ingrávido.
Sin muerte y sin dolor.
De <Poemas para un
silencio»
(en la muerte de Soledad)
I
Ahora que estas en la verdad,
Acercame al lenguaje de tu ausencia.
i,Que silencio es el tuyo que se abisma y envuelve, Me pregunta y escucha?
Todo to que vivo se abrasa y se deshace Por respuesta.
Dame emocion, palabras y belleza Para un poema
Que tu secreto alcance.
II
LDonde la claridad celeste de los dias y el hondo respirar del corazon?
hizo pedazos la sonrisa
y la entierra en pisadas de sombra?
La primavera abre sus costados de luz. Tierras, mares, en exaltada ofrenda, Sostienen los cobaltos de la altura.
En la soledad, las calladas lagrimas. En el silencio, la esperanza palpita.
III
La carta trae un grito
En el vacio blanco del sobre. Es para mi sola.
No puedo compartirla.
No esta quien descubria sus matices, Encontraba el calor de las palabras, Y vivia, tetra a letra,
El contenido amistoso. La envian solo a mi.
Soledad que se agranda, habla,
Permanece en este sobre blanco. Extraviado el nombre que le falta, Perdido entre los vientos y los soles De un camino en apretado asombro. El mio queda,
Sostenido, amargo.
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