(1935 - 1991, Buenos Aires, Argentina)
NADA
Mis ojos se
ennegrecen
ante estos días
de luz y risas
ajenas,
de sal, de muerte
hueca
en la sangre.
Quisiera desnudar mi
grito
en la calle,
volcarlos en las
esquinas,
atravesar paredes
y canciones,
golpear en lo más
bajo,
trepar los
pensamientos,
devorar las raíces
del asombro.
Mis manos se
marchitan
abrazando la nada
como esas hojas
turbias
que se aferran al
árbol.
La burla sopla su
clarinete
y mi niebla se
desenrosca,
me pide libertad,
se marcha
y se estrangula las
horas.
AHORA
Las vida es prosa
coagulada en barro,
en piel,
en rojo tumefacto.
La vida es esta cosa
doméstica
que manoseo todos
los días
con indiferencia,
con la pasividad de
un ave de corral,
sin sueños.
La vida no tiene ese
color
que se presiente de
lejos,
nos hipnotiza
con su arco iris
de impúdica
esperanza.
¿Y después, después
qué?
Pero ahora pienso
en la vida.
Esa prostituta.
QUIÉN
¿Quién caerá
primero?
¿Quién estará solo
primero?
¿Quién
se resistirá
inútilmente
al cielo que avanza?
JUEGO
Despojémonos de todo
aquello
seguro
que se proyecta al
exterior
con trazos lentos
y definitivos.
Todos empleados en
la tarea
de ser, vivir,
sentir
sin otros lazos.
Y quien no atine a
sofocar
su amor por lo
prohibido,
reclame su derecho
al dolor,
su penitencia.
Despojémonos de todo
cuanto
nos conformó a
imagen y semejanza
nuestra
y gustemos
sabiamente para el recuerdo
el minuto absurdo y
libre.
De Edad sin tregua
(1958)
Tomado de:
Fundación
Como quien dice:
anhelo,
vivo, amo,
inventemos palabras,
nuevas luces y
juegos,
nuevas noches
que se plieguen
a las nuevas
palabras.
Hagamos
otros dioses
menos grandes,
menos lejanos,
más breves y
primarios.
Otros sexos
hagamos
y otras imperiosas
necesidades
nuestras,
otros sueños
sin dolor y sin
muerte.
Como quien dice:
nazco,
duermo, río,
inventemosla vida
nuevamente
Juego
Despojémonos de todo aquello
seguro
que se proyecta al
exterior
con trazo lentos
y definitivos.
Todos empleados en
la tarea
de ser, vivir,
sentir
sin otros lazos.
Y quien no atine a
sofocar
su amor por lo
prohibido,
reclame su derecho
al dolor,
su penitencia.
Despojémonos de todo
cuanto
nos conformó a
imagen y semejanza
nuestra
y gustemos
sabiamente para el recuerdo
el minuto absurdo y
libre.
32
vomitar sueños
croar de pena de
lejanía
llevar alimento a
una torre
abrir dos ojos a la
vez
aunque la cuerda
salte
y algo llore en la
noche del ropero
Tomado de:
LA ANTOLOGÍA
¿tú eres
la gran poetisa
Susana Etcétera?
mucho gusto
me llamo Petrona
Smith-Jones
soy profesora
adjunta
de la Universidad de
Poughkeepsie
que queda un
poquipsi al sur de Vancouver
y estoy en la
Argentina becada
por la Putifar
Comissión
para hacer una
antología
de escritoras en
vías de desarrollo
desarrolladas y
también menopáusicas
aunque es cosa
sabida que sea como fuere
todas las que
escribieron y escribirán en Argentina
ya pertenecen a la
generación del 60
incluso las que
están en guardería
e inclusísimamente
las que están en geriátrico
pero lo que importa
profundamente
de tu poesía y
alrededores
es esa profesión
—aaah ¿cómo se dice?—
profusión de íconos
e índices
¿tú qué opinas del
ícono?
¿lo usan todas las
mujeres
o es también cosa
del machismo?
porque tú sabes que
en realidad
lo que a mí me
interesa
es no sólo que
escriban
sino que sean
feministas
y si es posible
alcohólicas
y si es posible
anoréxicas
y si es posible
violadas
y si es posible
lesbianas
y si es posible muy
muy desdichadas
es una antología
democrática
pero por favor no me
traigas
ni sanas ni
independientes
"Ella"
De madrugada
(ella se tocó las
manos).
De madrugada,
apenas.
Ella recuerda que
nada importa
aunque su sombra
siga corriendo
alrededor de la
noche.
Algo se detuvo en
algún momento,
algo marchaba
débilmente
y se detuvo en algún
momento.
Ella tembló como un
sonido
congelado entre los
labios de un muerto.
Ella se deshizo como
un recuerdo
convocado hasta la
saciedad.
Ella se inclinó
sobre su respiración
y comprendió que aún
vivía.
Se tocó la libertad
y la dejó escurrirse
como una pequeña noche.
Se anudó la angustia
alrededor del cuello
y recordó su color
extraviado.
Ella mordió a ciegas
en la oscuridad
y escuchó gritar al
silencio.
Y aprendió a reírse
del olor a tiempo
que despedía su sangre.
De noche
(ella se cortó las
manos).
De noche, apenas.
Ella recoge su
pequeño crepúsculo.
Ella sueña en la
erección de la rosa.
"Habitante"
Eres habitante
de mis deseos
prohibidos.
Tu ritmo se levanta
cerca de mi latido
más tenue.
Tu credencial
es un gemido.
Tomado de:
Significado
Sabes,
no sabes,
sabes.
No, no sabes.
No sabes.
Me hiciste creer que
sabes.
Pero no.
No.
No, yo también.
Tampoco sabemos.
Búsqueda
Me acaricio el
instinto
y lo largo
junto a los otros
perros.
Me duelo,
pruebo la muerte
con la punta del
miedo.
De pronto,
en todo encuentras
una razón más
poderosa
y te sometes en
silencio
pero sin sonrisa.
Pierdes tu rebelde
equilibrio de
ser
humano
y un gusto a cosa
muerta
te puebla,
como una ciudad
recientemente abandonada.
Tomado de:
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