lunes, 31 de julio de 2017

POEMAS DE ANA INÉS BONNIN ARMSTRONG

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(Ponce, Puerto Rico 1902)

Hombres descalzos


Grávida luz, me hiere tu silencio;
quéjate, grita, rómpeme la sangre
con un feroz escalofrío.
Será la muerte, sí, pero no importa.
¡Morir hasta que el mundo resucite!
Morir hasta que sean en el mundo
los hombres recorriéndolo descalzos:
¡la humanidad por fin enriquecida!

Hombres descalzos;
por su planta desnuda, justos, buenos.
Hombres que al ir andando en carne viva.
sintieran el dolor de cada hombre
latir en cada piedra que rozaran;
sintieran cada gota de rocío
temblar a cada sed, a cada lágrima,
morir a cada muerte, y gota a gota,
encadenando así nuevos rocíos.

Hombres descalzos;
por su planta desnuda,
sobre la tierra lentos y seguros,
como una enredadera sorprendente,
como si Dios sus águilas postrase,
y fueran en el mundo las palomas.

Vergüenza


(Ante una muerte)


Cae tu muerte en mi corazón, llenándolo de vergüenza.
Le grito a mi corazón: «¡Nunca!»
Pero él levanta una nota y me contesta:
«Siempre», murmuro. «¡Siempre!»
El eco repite sobre el mundo: «¡Siempre, siempre!»
y todos los poetas,
con tu muerte doliéndoles, avergonzándolos,
responden: «¡Siempre!»
Porque, mientras tú morías,
mientras tus manos que morían aún intentaban volar
todos los poetas abrazaban su canción.
¡Y oyeron su vergüenza!
La oyeron viva, con sangre y nervios,
como humana criatura
contra humana criatura.
Y esa vergüenza gritó señalándonos:
«¡Vosotros!»
No, no pudimos huir:
espigas, árboles, flores, se desbordaron,
una pared de alas se amontonó.
Senderos y caminos,
el mar,
enredaderas azules,
el agua de las fuentes,
luchaban, se oponían.
¡Amor! ¡Amor!
«¡Vosotros!»
Fue inútil; no, no pudimos huir:
notas, notas, notas, cubriéndonos, amarrándonos.

Nuestra muerte diaria,
¡qué parecida a la tuya!
¡Perdónanos!
Ya que como tú, mientras morimos,
aún nuestras manos intentan morir.

Y la pequeña sombra se hará mas descuidada


Seré para mí lo que otros fueron.
Y mi mano impiadosa no me mitigará.
Ni mis ojos sabrán verme.
Ni dulzura me daré sin regateármela.
Y me arrancaré toda moneda y toda luz.
Me haré pobre con el designio milenario
de la maldad del mundo.
Apretaré mis manos que lucharán por desasirse.
Cerca, el mar, acechará algo muy querido.
Y soñaré que grito y no gritaré.
Y gritaré más hasta romperme el corazón de angustia,
hasta poder ver mis manos cómo salen de sí mismas.
Muchas manos veré mientras las mías quedan atadas.
Y con tremenda lentitud volveré a quererlo.
A querer mis manos dos y libres,
dispuestas a mi voluntad, obedientes.
Cerca, el mar, por primera vez sin horizonte y sin color,
Su color estará en las manos que me dejan.
Que las que queden conmigo no tendrán color,
como el mar.
Y las convertiré en ávidas e impiadosas,
en capaces de ahogar algo muy querido.
Una pequeña sombra blanca y sumisa
seguirá junto al mar.
El mar me pedirá su color y yo se lo negaré.
Y la pequeña sombra se hará más descuidada.
Volveré a querer mis manos dos y libres.
Y ellas seguirán atadas como las manos de los muertos.
Pero las manos de los muertos se liberan.
Las libera Dios que retrocedió el mar.
Así liberará Él las mías,
que quedarán dos y libres.
Y aquellas que salieron de mí me perdonarán
porque serán perdonadas;
por toda moneda que les robé,
por toda luz que les mentí.

Y sonreirán ante las manos suyas obedientes
que sufrieron atadas hasta que Dios las separó.

Lejos, el mar.
Lejos, el designio milenario
de la maldad del mundo.
Cerca, mis manos, dos y libres,
generosas, azules, obedientes.
Y, otra vez, ¡el horizonte!

Tú venías


Tú venías.
Sobre un mar infinito de lumbre venias soñando.
Y en tus ojos, despierta, venia la flor en su nieve.
Tantos pájaros eran contigo, que arpegios gozosos
imantaron la seca llanura, ¡y todo fue vuelo!
Fue en el aire canción de azucena tejiendo su encaje.
Fue una danza de luz en espigas fervientes, despacio.
Fue clamor de rocíos abiertos a grávidas lunas
que soñaban tu aurora imposible, tu ansiado rescoldo.
Pude verte, sin ti, junto al eco de aquella «fontana»,
tu «bendita ilusión» abrazándote ya sin huida.
¡Pude verte!
Qué umbral te retrajo de mí? ¡Qué desiertos
sobre el mundo mis ojos, poetas! Y, oí tu mirada.
La escuché, derrotando caminos, abriéndome cauces
donde ardía la gota de agua, minúscula, y firme,
donde todo, la tierra y el cielo, mi nombre y tu mano,
era, ¡y eran! por ser con ternura de rosa y de nieve.
Uno a uno se alzaron los nidos.
¡Uno a uno! ¡Qué amor en tus ojos, poeta, qué amor!
¡Cuántos pájaros eran volándote!

Y venías.
Sobre un mar infinito de lumbre venías soñando.

Tú sabes


(...) Aunque me sepas, ¡mírame!
¿Y si yo no pudiera?
¿Si al buscarme,
me desmoronara. los desconociera,
¡tus ojos, ellos, sobre mí, como una brizna de calor!
y dejáramos de ser?
Ellos, sobre el mundo.
No nos importará repasar el camino,
andarlo y andarlo.
No me importará.
Ni la noche. Ni el mar que nunca duerme.
Ni ese dolor difuso de las cosas.
Ni un casi aliento imperceptible de espacios vacíos.
Ni ese tu «poco más» al que temo y abrazo
con todas mis fuerzas,
como si fuera un zumo mío que yo quisiera exprimir
para fugar en él
toda esta carne dolorosamente viva,
todo este corazón, miembro a miembro, ganado.
Porque era meta deseada y única!
Pero mi corazón está aquí, sin ellos, ¡mío!,
dándome soledad,
retorciéndose a cada muerte, a cada engaño,
queriendo engendrarse hijos que no se le mueran,
y odiándome porque se los destruyo si los nace.
se los destruyo después de haberlos amado
hasta preferir que mueran.
El sentirlos vivir es esta angustia, Señor,
esta extrañeza de mí, de los otros, del mundo,
es lo que balbuceo enajenada:
lenguaje del primer hombre que ya quiso desprenderse.


No me dejes, amor, en la añoranza...


No me dejes, amor, en la añoranza.
Dame, por fin, seguro y alto vuelo.
Desarráigame, fíjame. Recelo
que aquí no lograré paz ni bonanza.

Mi sed inextinguible se abalanza
y busca un ancho río, paralelo
de un mísero y exhausto riachuelo.
¡Amor! Sacia mi sed; dame pujanza

para volcarte en molde sin orillas.
¿Por qué, por qué te ciñes y encastillas
cuando posees fuerza de coloso?

Quisiera derramar esta ternura,
que rebasa mi pecho, en la mesura
de un pecho inmensamente generoso.



¡Oh buen amor!


¡Oh, ternura divina siempre en llamas!
¡Oh buen amor, paciente, generoso!
Llegas a mí, brindándome reposo;
no me impones tu afán, porque me amas.

¡Oh ternura divina! De tus ramas
presiento el florecer maravilloso.
Tú quieres que yo sea fruto hermoso,
cosecha de tu huerto. Me reclamas.

Escucho conmovida la voz tuya.
Me llega triste; no le doy consuelo;
rechazo su dolor y su agonía.

Perdóname, Señor. Cuando destruya
las ansias que me clavan en el suelo,
entonces iré a Ti sin rebeldía.


¡Si yo no pido tanto!


¡Si yo no pido tanto!
Amor es lo que pido.
Briznas de amor para esta sed del mundo,
tan grande y tan sumisa.
Un diminuto amor, pero constante,
que dé su mano al que su mano tienda,
que limpie las miradas y los ojos
llene de dulcedumbre.
Algo de amor en esos corazones
que no aman a los niños,
que son capaces de cegar a un pájaro,
de aplastar las hormigas.
Algo de amor; apenas un murmullo
de amor en cada pecho de criatura
hacia todos los seres,
hacia todas las cosas.

¡Si yo no pido tanto!
Briznas de amor para esta sed del mundo.


Te busco y no te encuentro...


Te busco y no te encuentro. ¿Dónde moras?
¿Lates sin realidad? ¿Eres un mito,
una ilusión, un ansia de infinito?
Y si amaneces, ¿dónde tus auroras?

¿En qué tiempo sin tiempo van tus horas
desgranándose plenas? ¿Nunca el grito
humano dolor quiebra el bendito
silencio que te envuelve? ¿Nos ignoras?

Partículas de ti fueron llegando;
mi mar inquieto se convierte en río;
hay trinos en el aire, canta el viento.

Canta la vida toda. Por fin siento
que estés, pero, dime, dime: ¿cuándo
puedo saberte para siempre mío?



Arrurru



El niño me besa

Y me pide que le acompañe

En el lecho

Hasta que logre

Alcanzar el sueño.



Antes de dormirse

Me dice al oído

¡Papá, te quiero mucho!



Con la calidez

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domingo, 30 de julio de 2017

POEMAS DE JORGE CUESTA

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 (23 de septiembre de 1903, Córdoba, México - 13 de agosto de 1942, Tlalpan, México)

ELEGÍA


Después que mis ojos comprobaron que ya no la veía,
después que mis oídos penetraban en vano el silencio
que sus ruidos abandonaron,
sus paseos, sus palabras,
y que la muerte me dió una impresión certera y durable de su vacío,
la lluvia invadió súbitamente con su presencia nueva
mis sentidos desolados
y mi se apoyó mi vida en sentirla.
Y cuando alguien vino a hablarme de la civilización europea,
en vez de la lluvia, vi los trenes de Europa y sus paisajes a los lados,
los castillo que no hay en América
y recordé el castillo de Windsor
y cuando me estiré para verlo hasta que se perdía.
Pero se trataba de la fatiga de la vida,
de la pérdida de su frescura religiosa,
de la revolución social y de los hombres que no tienen ninguna fe
y se asoman a los ruidos confusos para discernir una voz,
y ven las nubes informes para sorprender una figura.
¿Y yo qué fe tenía?. Yo hablaba de la fe y eso me hacía vivir
durante ese momento
como tenerla hacía vivir más largamente,
y en los huecos de mi pensamiento y de mis palabras
renacía la lluvia y la puerta que enmarcaba sus hilos
y el tejado enfrente de donde escurrían los chorros más gruesos.
Pero hay todavía huecos
que no se abren ya sobre otra cosa distinta,
que no ven a otra lluvia, ni a más imágenes ni a más recuerdos:
hay huecos que se abren sólo a un vacío silencio
de donde ella partió y donde no crece nada...



NO AQUEL QUE GOZA, FRÁGIL Y LIGERO


No aquel que goza, frágil y ligero,
ni el que contengo es acto que perdura,
y es en vano el amor rosa futura
que fascina a cultivo pasajero.

La vida cambia lo que fue primero
y lo que más tarde es no lo asegura,
y la memoria, que el rigor madura,
no defiende su fruto duradero.

Más consiente el sabor áspero y grueso,
el color que a la luz se desvanece,
la materia que al tacto se destroza.

Y en vano guarda su variable peso
el árbol y su forma se endurece,
y el mismo instante se revive y goza.


HORA QUE FUE, FELIZ Y AUN INCOMPLETA


Hora que fue, feliz y aun incompleta,
nada tiene de mí más todavía,
sino los ojos que la ven vacía,
despojada de mí, de ella sujeta.

La vida no se ve ni se interpreta;
ciega asiste a tener lo que veía.
No es, ya pasada, suyo lo que cría
y ya no goza más lo que sujeta.

Es el eterno gozo quien apura
el ocio vivo y la pasión futura.
Sobreviviendo a su interior abismo,

el amor se obscurece y se suprime,
y mira que la muerte se aproxime
a la vana insistencia de mí mismo.



NO PARA EL TIEMPO, SINO PASA; MUERE


No para el tiempo, sino pasa; muere
la imagen de sí, que a lo que pasa aspira
a conservar igual a su mentira.
No para el tiempo; a su placer se adhiere.

Ni lleva al alma, que de sí difiere,
sino al sitio diverso en que se mira.
El lugar de que el alma se retira
es el que el hueco de la muerte adquiere.

Tan pronto como el alma el cambio habita,
no la abandona el cambio en lo que deja
ni de la vida incierta la separa;

se aventura y su riesgo sólo imita
al tiempo entonces su razón perpleja,
pues goza la razón, más no se para.


ESTE AMOR NO TE MIRA PARA HACERTE DURABLE


Este amor no te mira para hacerte durable
y desencadenarte de tu vida, que pasa.
Los ojos que a tu imagen apartan de tu muerte
no la impiden, sólo hacen más presente tu ruina.
No hay sitio en mi memoria
donde encuentre tu vida
más que tus ya distantes huellas deshabitadas.
Pues en mi sueño en vano tu rostro se refugia
y huye tu voz del aire real que la devora.
Dentro de mí te quema la sangre con más fuego,
los instantes que te absorben con más ansia, y tus voces,
mientras más duran,
se hunden más hondo en el abismo
de las horas futuras que nunca te han mirado.


ENTRE TÚ Y LA IMAGEN DE TI QUE A MÍ LLEGA


Entre tú y la imagen de ti que a mí llega
hay un espacio al cabo del cual eres sólo una memoria.
Tienes tiempo de abrir la puerta sin que te vea,
huir y regresar después de haber cambiado o muerto del todo.
Tienes tiempo de hacerte presente a otros ojos
y dejar en ellos otra visión deshabitada.
Tus palabras son hondas para contener en sus ecos
otras obscuras que escucharé precisas cuando te hayas apagado,
para sepultar en sus silencios dichas que no posees,
dicha que de ti apartan -porque no de tu ausencia-
los fragmentos de ti, que las sujetan,
distantes uno de otro, dispersos y recónditos,
sin reintegrarte nunca la vida que te arracan
y sólo tu muerte recupera.


TU AUSENCIA VIVA A TU PRESENCIA INVADE


Tu ausencia viva a tu presencia invade
que lentamente mueren si se mira;
pues no por verte más se acerca el horizonte de los ojos,
más vacío mientras más profundo.,
En la ventana, los cuadros y el espejo,
un aire indiferente y helado se aleja
de tu respiración, que renueva su asfixia,
inaccesible en ellos
el mundo inmóvil a donde no penetra
tu vida, tu presencia presa en el movimiento
de tu muerte fugaz y paulatina.


FUE LA DICHA DE NADIE ESTA QUE HUYE


Fue la dicha de nadie esta que huye,
este fuego, este hielo, este suspiro,
pero, ¿qué más de su evasión retiro
que otro aroma que no se restituye?

Una pérdida a otra substituye
si sucede al que fui nuevo respiro,
y si encuentro al que fui cuando me miro
una dicha presente se destruye.

Cada instante son dos cuando acapara
lo que se adhiere y lo que se separa
al azar de su frágil sentimiento,

que es vana al fin la voluntad que dura
y no transmite a su presión futura
la corrupción de su temperamento.


PARAÍSO PERDIDO


Si en el tiempo aún espero es que, sumiso,
aunque también inconsolable, entiendo
que el fruto fue, que a la niñez sorprende,
no don terreno, más celeste aviso.

Pues, mirando que más tuvo que quiso,
si al sueño sus imágenes suspendo,
de la niñez, como de un arte, aprendo
que sencillez le basta al paraíso.
El sabor embriagado y misterioso,
claro al oído (el mundo silencioso
y encantados los ruidos de la vida)

vivo el color en ojos reposados,
el tacto cálido, aires perfumados
y en la sangra una llama inextinguida.



PARAÍSO ENCONTRADO


Piedad no pide si la muerte habita
y en las tinieblas insensibles yace
la inteligencia lívida, que nace
sólo en la carne estéril y marchita.

En el otro orbe en que el placer gravita,
dicha tenga la vida y que la enlace,
y de ella enamorada que rehace
el sueño en que la muerte azul medita.

Sólo la sombra sueña, y su desierto,
que los hielos recubren -y protejan-,
es el edén que acoge al cuerpo muerto

después de que las águilas lo dejan.
Que ambos tienen la vida sustentada,
el ser, en gozo, y el placer, en nada.


UNA PALABRA OSCURA


En la palabra habitan otros ruidos,
como el mudo instrumento está sonoro
y al inhumano dios interno el lloro
invade y el temblor de los sentidos.

De una palabra oscura desprendidos,
la clara funden al ausente coro,
y pierden su conciencia en el azoro
preso en la libertad de los oídos.

Cada voz de ella misma se desprende
para escuchar la próxima y suspende
a unos labios que son de otros el hueco.

Y en el silencio en que sin fin murmura,
es el lenguaje, por vivir futura,
que da vacante a una ficción un eco.


AMOR EN SOMBRA


Abro de amor a ti mi sangre rota,
para invadirte sin saberte amada.
El íntimo sollozo es negra espada
que en la dureza de su luz se embota.

Al borde de mi sombra tu alma brota,
así mi linde está más amparada.
Y aunque la fuga es más precipitada
tu ausencia es cada vez menos remota.

Tu luz es lo que más me apesadumbra
y si enciendes mis ojos con tu vida
el corazón me dobla la penumbra.

Mi soledad tu nombre dilapida
a la sombra del aire que te encumbra
y apaga el lujo de tu voz vencida.


COMO ESQUIVA EL AMOR LA SED REMOTA


Como esquiva el amor la sed remota
que al gozo que se da mira incompleto,
y es por la sed por la que está sujeto
el gozo, y no la sed la que se agota.

La vida ignora, más la muerte nota
la ávida eternidad del esqueleto;
así la forma en que creció el objeto
dura más que él, de consumirlo brota.

Del alma al árido desierto envuelve
libre vegetación, que se disuelve,
que nace sólo de su incertidumbre,

y suele en el azar de su recreo
ser la instantánea presa del deseo
y el efímero pasto de su lumbre.


REMA EN UN AGUA ESPESA Y VAGA EL BRAZO


Rema en agua espesa y vaga el brazo,
pero indeciso su ademán suspende,
y aislado del impulso que lo tiende
la mano ignora que lo dé al acaso.

La suya inútil flota con retraso,
pero ningún fugaz apoyo aprehende
en el vacío, de que se desprende
lo mismo que del yugo de su paso.

Oscila sin esfuerzo, consumido
el mundo en torno, y como del olvido
una memoria mutilada emana

que ya no habita el alma que la mira,
aun muerto se desata y se retira
del brazo inerte la presencia vana.



DE OTRO FUE LA PALABRA ANTES QUE MÍA


De otro fue la palabra antes que mía
que es el espejo de esta sombra, y siente
su ruido, a este silencio, transparente,
su realidad, a esta fantasía.

Es en mi boca su substancia, fría,
dura, distante de la voz y ausente,
habitada por otra diferente,
la forma de una sensación vacía.

Al fin es la que hoy, obscura y vaga,
otra prolonga en mí, que no se apaga,
sino igual a sí misma oye su sombra

al hallarla en el ruido que la nombra
y en el oído hacer crecer su hueco
más profundo cavándose en el eco.


TIENES DOS NOMBRES, LUZ, DOS PENSAMIENTOS...*


Tienes dos nombres, Luz, dos pensamientos,
en los más puro de mi voz centrados,
a retener tu imagen consagrados
en la frágil prisión de dos lamentos.

Espejos a tu noble gracia atentos
reproducen los dos, aunque empañados,
los contornos del ánfora, delgados,
en que bullen tus finos movimientos.

Así el uno te encierra en su estructura
de no más una sílaba madura
que, luz al fin, el corazón inflama,

y aunque también el otro te refleja
Amor nunca respondes a su queja
¡ay, pues te nombra, pero no te llama!

*Poema escrito a los 14 años.


CANTO A UN DIOS MINERAL


Capto la seña de una mano, y veo
que hay una libertad en mi deseo;
ni dura ni reposa;
las nubes de su objeto el tiempo altera
como el agua la espuma prisionera
de la masa ondulosa.

Suspensa en el azul la seña, esclava
de la más leve onda, que socava
el orbe de su vuelo,
se suelta y abandona a que se ligue
su ocio al de la mirada que persigue
las corrientes del cielo.

Una mirada en abandono y viva,
si no una certidumbre pensativa,
atesora una duda;
su amor dilata en la pasión desierta
sueña en la soledad y está despierta
en la conciencia muda.

Sus ojos, errabundos y sumisos,
el hueco son, en que los fatuos rizos
de nubes y de frondas
se apoderan de un mármol de un instante
y esculpen la figura vacilante
que complace a las ondas.

La vista en el espacio difundida,
es el espacio mismo, y da cabida
vasto y nimio al suceso
que en las nubes se irisa y se desdora
e intacto, como cuando se evapora,
está en las ondas preso.

Es la vida allí estar, tan fijamente,
como la helada altura transparente
lo finge a cuanto sube
hasta el purpúreo límite que toca,
como si fuera un sueño de la roca,
la espuma de la nube.

Como si fuera un sueño, pues sujeta,
no escapa de la física que aprieta
en la roca la entraña,
la penetra con sangres minerales
y la entrega en la piel de los cristales
a la luz, que la daña.

No hay solidez que a tal prisión no ceda
aun la sombra más íntima que veda
un receloso seno
¡en vano!; pues al fuego no es inmune
que hace entrar en las carnes que desune
las lenguas del veneno.

A las nubes también el color tiñe,
túnicas tintas en el mal les ciñe,
las roe, las horada,
y a la crítica muestra, si las mira,
por qué al museo su ilusión retira
la escultura humillada.

Nada perdura, ¡oh, nubes!, ni descansa.
Cuando en un agua adormecida y mansa
un rostro se aventura,
igual retorna a sí del hondo viaje
y del lúcido abismo del paisaje
recobra su figura.

Íntegra la devuelve el limpio espejo,
ni otra, ni descompuesta en el reflejo
cuyas diáfanas redes
suspenden a la imagen submarina,
dentro del vidrio inmersa, que la ruina
detiene en sus paredes.

¡Qué eternidad parece que le fragua,
bajo esa tersa atmósfera de agua,
de un encanto el conjuro
en una isla a salvo de las horas,
áurea y serena al pie de las auroras
perennes del futuro!

Pero hiende también la imagen, leve,
del unido cristal en que se mueve
los átomos compactos:
se abren antes, se cierran detrás de ella
y absorben el origen y la huella
de sus nítidos actos.

Ay, que del agua el imantado centro
no fija al hielo que se cuaja adentro
las flores de su nado;
una onda se agita, y la estremece
en una onda más desaparece
su color congelado.

La transparencia a sí misma regresa
y expulsa a la ficción, aunque no cesa;
pues la memoria oprime
de la opaca materia que, a la orilla,
del agua en que la onda juega y brilla,
se entenebrece y gime.

La materia regresa a su costumbre.
Que del agua un relámpago deslumbre
o un sólido de humo
tenga en un cielo ilimitado y tenso
un instante a los ojos en suspenso,
no aplaza su consumo.

Obscuro perecer no la abandona
si sigue hacia una fulgurante zona
la imagen encantada.
Por dentro la ilusión no se rehace;
por dentro el ser sigue su ruina y yace
como si fuera nada.

Embriagarse en la magia y en el juego
de la áurea llama, y consumirse luego,
en la ficción conmueve
el alma de la arcilla sin contorno:
llora que pierde un venturero adorno
y que no se renueve.

Aun el llanto otras ondas arrebatan,
y atónitos los ojos se desatan
del plomo que acelera
el descenso sin voz a la agonía
y otra vez la mirada honda y vacía
flota errabunda fuera.

Con más encanto si más pronto muere,
el vivo engaño a la pasión se adhiere
y apresura a los ojos
náufragos en las ondas ellos mismos,
al borde a detener de los abismos
los flotantes despojos.

Signos extraños hurta la memoria,
para una muda y condenada historia,
y acaricia las huellas
como si oculta obcecación lograra,
a fuerza de tallar la sombra avara
recuperar estrellas.

La mirada a los aires se transporta,
pero es también vuelta hacia adentro, absorta,
el ser a quien rechaza
y en vano tras la onda tornadiza
confronta la visión que se desliza
con la visión que traza.

Y abatido se esconde, se concentra,
en sus recónditas cavernas entra
y ya libre en los muros
de la sombra interior de que es el dueño
suelta al nocturno paladar el sueño
sus sabores obscuros.

Cuevas innúmeras y endurecidas,
vastos depósitos de breves vidas,
guardan impenetrable
la materia sin luz y sin sonido
que aún no recoge el alma en su sentido
ni supone que hable.

¡Qué ruidos, qué rumores apagados
allí activan, sepultos y estrechados,
el hervor en el seno
convulso y sofocado por un mudo!
Y graba al rostro su rencor sañudo
y al lenguaje sereno.
Pero, ¡qué lejos de lo que es y vive
en el fondo aterrado y no recibe
las ondas todavía
que recogen, no más, la voz que aflora
de una agua móvil al rielar que dora
la vanidad del día!.

El sueño, en sombras desasido, amarra
la nerviosa raíz, como una garra
contráctil o bien floja;
se hinca en el murmullo que la envuelve,
o en el humor que sorbe y que disuelve
un fijo extremo aloja.

Cómo pasma a la lengua blanda y gruesa,
y asciende un burbujear a la sorpresa
del sensible oleaje:
su espuma frágil las burbujas prende,
y las prueba, las une, las suspende
la creación del lenguaje.

El lenguaje es sabor que entrega al labio
la entraña abierta a un gusto extraño y sabio:
despierta en la garganta;
su espíritu aun espeso al aire brota
y en la líquida masa donde flota
siente el espacio y canta.

Multiplicada en los propicios ecos
que afuera afrontan otros vivos huecos
de semejantes bocas,
en su entraña ya vibra, densa y plena,
cuando allí late aún, y honda resuena
en las eternas rocas.

Oh, eternidad, oh, hueco azul, vibrante
en que la forma oculta y delirante
su vibración no apaga,
porque brilla en los muros permanentes
que labra y edifica transparentes,
la onda tortuosa y vaga.

Oh, eternidad, la muerte es la medida,
compás y azar de cada frágil vida,
la numera la Parca.
Y alzan tus muros las dispersas horas,
que distantes o próximas, sonoras
allí graban su marca.

Denso el silencio trague al negro, obscuro
rumor, como el sabor futuro
sólo la entraña guarde
y forme en sus recónditas moradas,
su sombra ceda formas alumbradas
a la palabra que arde.

No al oído que al antro se aproxima
que al banal espacio, por encima
del hondo laberinto
las voces intrincadas en sus vetas
originales vayan, más secretas
de otra boca al recinto.

A otra vida oye ser, y en un instante
la lejana se une al titubeante
latido de la entraña;
al instinto un amor llama a su objeto;
y afuera en vano un porvenir completo
la considera extraña.

El aire tenso y musical espera;
y eleva y fija la creciente esfera,
sonora, una mañana:
la forman ondas que juntó un sonido,
como en la flor y enjambre del oído
misteriosa campana.

Ése es el fruto que del tiempo es dueño;
en él la entraña su pavor, su sueño
y su labor termina.
El sabor que destila la tiniebla
es el propio sentido, que otros puebla
y el futuro domina.



sábado, 29 de julio de 2017

POEMAS DE RICHARD CRASHAW

Resultado de imagen para RICHARD CRASHAW
(1612, Londres, Reino Unido - 21 de agosto de 1649, Loreto, Italia)
 POEMAS DE RICHARD CRASHAW

613 - 1649)
Y los hombres amaron más las tinieblas que la luz.
(But Men Loved Darkness rather than Light)

Brilla la luz del mundo, brilla como quiere, *
El mundo amará la quietud de su oscuridad.
Lo dudo, aunque cuando el mundo está en el infierno,
No va a amar su tiempo de oscuridad tan bien.
*ver Juan iii 19.
De: Pasos hacia el Templo (1646).

Epigramas Divinos: De el etíope bautizado.
( Divine Epigrams: On the Baptized Ethiopian)
No lo dejes tener más esperanzas vanas
un etíope se baña;
Él bañó , su piel oscura de un tono suave,
Puesto que su alma blanca está hecha;
Y ahora, no lo dudo, a la Paloma Eterna
Una casa de rostro negro le encantará.
Nota: Publicado por primera vez en “pasos hacia el templo”, 1646. Algunos de los epítetos fueron revisados en la edición ampliada de 1648, y en Carmen Deo Nostro (1652). También hay versiones latinas anteriores.

Epigramas Divinos: En el milagro de los panes multiplicados.
(Divine Epigrams: On the Miracle of the Multiplied Loaves)
Ves aquí una fiesta fácil que no conoce herida,
Que bajo los dientes del hambre será necesario estar en buen estado;
Una cosecha sutil de pan sin límites,
¿Qué queréis más? Aquí la comida en sí misma es alimento.

Epigramas Divinos: De Sansón a su Dalila.
(Divine Epigrams: Samson to his Delilah)
¿No podrías una vez enceguecerme, cruel, es suficiente?
Cuando por primera vez que me fijé en ti, he perdido mis ojos.

Epigramas Divinos: A nuestro Señor, sobre el agua hecha vino.
(Divine Epigrams: To our Lord, upon the Water Made Wine)
Tú agua vira al vino, amigo leal de la vida,
Tu enemigo, atraviesas el arte dulce de tu reinado,
Destila de allí las lágrimas de ira y los conflictos,
Y así se convierte el vino al agua de nuevo.

Dos subieron al templo a orar.
(Two Went up into the Temple to Pray)
¿Dos fueron a orar? O más bien dicho*
Uno fue a presumir, el otro a orar:

Uno se para cerca y pisa en lo alto,
Cuando el otro oso no poner su ojo.

Uno más cerca del altar pisado de Dios,
El otro en el altar de Dios.
* Ver: Lucas xviii 10-14.

Un Cantar.
(A Song)
Señor, en el sentido de tu dulce gracia
Envía a mi alma a buscar tu rostro.
Tus benditos ojos reproducen tal deseo,
Muero en el delicioso fuego del amor.
O el amor, yo soy tu sacrificio.
Permaneced inmóviles triunfantes, ojos benditos.
Aún brillan en mí, ¡soles hermosos! que yo
Aún puedo contemplar, aunque todavía moribundo.

Aunque todavía Moribundo , vivo de nuevo;
Aún anhelando por lo que aún estoy muerto,
Así gratificada es la pérdida de la respiración.
Moribundo incluso en el deseo de la muerte.
Aún vive en mí esta lucha amorosa
De vivir la muerte y el morir la vida.
Porque mientras tú dulcemente me das muerte
Muerto por mi mismo, yo vivo en ti.


El corazón llameante


Oh corazón, el mismo equilibrio de las dos partes del amor, 
Grandes iguales con heridas y dardos, 
Vivan en estas hojas conquistadoras; Vivan todos iguales, 
y caminen por todas las lenguas una llama triunfante; 
Vive aquí, gran corazón, y ama y muere y mata, 
Y sangrar y herir, y ceder y conquistar todavía. 
Que esta vida inmortal, donde venga, 
Camine en una multitud de amores y martirios; 
Que las muertes místicas esperen y las almas sabias sean los 
testigos matados por el amor de esta vida de ti. 
¡Oh dulce incendiaria! Muéstreme aquí tu arte, 
sobre este cadáver de un corazón duro y frío, 
Deja que todos tus esparcidos flechas de luz, 
Que juegan entre las hojas de tus grandes libros de día, 
Combin'd contra este pecho, a la vez romper adentro 
Y quitar de mí mi uno mismo y pecado; 
Este gracioso robo será tu recompensa, 
Y mis mejores fortunas, tales justos despojos de mí. 
¡Oh, hija impertérrita de los deseos! 
Por toda tu dow'r de luces y fuegos, 
por todo el águila en ti, toda la paloma, 
por todo tu vida y muerte de amor, 
por tus grandes proyectos de días intelectual, 
y por tu sed de amor más grandes que ellos, 
Por todas tus copas de relleno lleno de deseo feroz, 
Por su bosquejo de fuego líquido de la última mañana, 
Por el reino completo de ese beso final 
Que seiz ' 
D tu alma de despedida y seal'd thee suyo, Por todos los heav'ns tu tienes en él, 
hermana justa de los serafines! 
Por todo lo que tenemos en ti, 
no dejes nada de mí mismo en mí: 
Permítame leer tu vida que yo 
a toda mi vida puede morir. 

El Manantial

¡HALA, manantiales hermanas, 
padres de patas de plata! 
   Siempre borboteando cosas, 
Thawing cristal, colinas nevadas! 
   Aún gastando, nunca gastado; Me refiero a 
   tus hermosos ojos, dulce Magdalena. 

   Cielos tus hermosos ojos; 
Cielo de estrellas que siempre caen; 
   Tis tiempo de la semilla todavía con ti, 
Y las estrellas que siembras tu cosecha se atreve 
   Prometo la tierra para countershine 
   Cualquier cosa que hace la frente del Cielo bien. 

   Cada mañana de aquí 
Un querubín enérgico algo sorbe 
   Cuya suave influencia 
Añade dulzura a sus labios más dulces; 
   Luego a su música: y su canción 
   Sabores de este desayuno todo el día. 

   Cuando un huésped nuevo y brillante 
toma entre las estrellas una habitación, 
   Y el cielo hará un banquete, 
Ángeles con sus botellas vienen, 
   Y sacar de estos ojos llenos tuyo 
   El agua de su Maestro, su propio vino. 

   El rocío ya no llora 
La pálida mejilla de la prímula a cubierta; 
   El rocío ya no dormirá 
Nuzzled en el cuello del lirio: 
   Mucho más temblaría aquí, 
   Y dejarlos a ambos para ser tu lágrima. 

   Cuando el dolor se veía 
en su majestad más brillante, 
   -Porque ella es una reina- 
Entonces no es nadie más que por ti. 
   Entonces y sólo entonces ella lleva 
   sus perlas más ricas - quiero decir, tus lágrimas. 

   No a los ojos de la tarde, 
Cuando rojas de llorar son 
   Para el Sol que muere, 
Siente dolor con una cara tan bella. 
   En ninguna parte, pero aquí se han encontrado 
   dulzura tan triste, la tristeza tan dulce. 

   ¿Se levanta la noche? 
Todavía tus lágrimas caen y caen. 
   ¿La noche pierde los ojos? 
Todavía la fuente llora por todos. 
   Que el día y la noche hagan lo que quieran, 
   Tú tienes tu tarea, tú lloras aún. 

   No Tanto tiempo que vivió 
Tu informe de la tumba de ti; 
   Pero tanto tiempo se afligió: 
Así debemos salir con tu memoria. 
   Otros por días, por meses, por años, 
   Medir sus edades, tú por lágrimas. 

   Di, hermanos brillantes, 
Los hijos fugitivos de esos bellos ojos 
   Tus fructuosas madres, 
¿Qué te hacen aquí? ¿Qué esperanzas pueden ayudarte 
   a nacer? ¿Qué causa puede tomar prestado 
   de esos nidos de noble pena? 

   Adonde lejos tan rápido 
Para seguro la tierra sórdida 
   Tu dulzura no puede probar, 
Ni el polvo merece tu nacimiento. 
   Dulce, ¿a dónde te apasiona entonces? O decir, 
   ¿por qué tan rápido viaje? 

   No vamos a buscar 
Los queridos de la cama de Aurora, 
   La mejilla modesta de la rosa, 
Ni la humilde cabeza de la violeta. 
   Ninguna cosa semejante: vamos a encontrar 
   un objeto digno - los pies de nuestro Señor. ¿Qué te hace aquí? ¿Qué esperanzas pueden ayudarte a nacer? ¿Qué causa puede tomar prestado de esos nidos de noble pena? Adonde lejos tan rápido Para seguro la tierra sórdida Tu dulzura no puede probar, Ni el polvo merece tu nacimiento. Dulce, ¿a dónde te apasiona entonces? O decir, ¿por qué tan rápido viaje? No vamos a buscar Los queridos de la cama de Aurora, La mejilla modesta de la rosa, Ni la humilde cabeza de la violeta. Ninguna cosa semejante: vamos a encontrar un objeto digno - los pies de nuestro Señor. ¿Qué te hace aquí? ¿Qué esperanzas pueden ayudarte a nacer? ¿Qué causa puede tomar prestado de esos nidos de noble pena? Adonde lejos tan rápido Para seguro la tierra sórdida Tu dulzura no puede probar, Ni el polvo merece tu nacimiento. Dulce, ¿a dónde te apasiona entonces? O decir, ¿por qué tan rápido viaje? No vamos a buscar Los queridos de la cama de Aurora, La mejilla modesta de la rosa, Ni la humilde cabeza de la violeta. Ninguna cosa semejante: vamos a encontrar un objeto digno - los pies de nuestro Señor. ¿ Tienes que nacer? ¿Qué causa puede tomar prestado de esos nidos de noble pena? Adonde lejos tan rápido Para seguro la tierra sórdida Tu dulzura no puede probar, Ni el polvo merece tu nacimiento. Dulce, ¿a dónde te apasiona entonces? O decir, ¿por qué tan rápido viaje? No vamos a buscar Los queridos de la cama de Aurora, La mejilla modesta de la rosa, Ni la humilde cabeza de la violeta. Ninguna cosa semejante: vamos a encontrar un objeto digno - los pies de nuestro Señor. ¿ Tienes que nacer? ¿Qué causa puede tomar prestado de esos nidos de noble pena? Adonde lejos tan rápido Para seguro la tierra sórdida Tu dulzura no puede probar, Ni el polvo merece tu nacimiento. Dulce, ¿a dónde te apasiona entonces? O decir, ¿por qué tan rápido viaje? No vamos a buscar Los queridos de la cama de Aurora, La mejilla modesta de la rosa, Ni la humilde cabeza de la violeta. Ninguna cosa semejante: vamos a encontrar un objeto digno - los pies de nuestro Señor. Tampoco el polvo merece tu nacimiento. Dulce, ¿a dónde te apasiona entonces? O decir, ¿por qué tan rápido viaje? No vamos a buscar Los queridos de la cama de Aurora, La mejilla modesta de la rosa, Ni la humilde cabeza de la violeta. Ninguna cosa semejante: vamos a encontrar un objeto digno - los pies de nuestro Señor. Tampoco el polvo merece tu nacimiento. Dulce, ¿a dónde te apasiona entonces? O decir, ¿por qué tan rápido viaje? No vamos a buscar Los queridos de la cama de Aurora, La mejilla modesta de la rosa, Ni la humilde cabeza de la violeta. Ninguna cosa semejante: vamos a encontrar un objeto digno - los pies de nuestro Señor. 

Al Nombre Sobre Cada Nombre, El Nombre De Jesús


Yo canto el Nombre que Ninguno puede decir 
Pero no toca con un Rayo interiour: 
El Nombre de nuestra Nueva Paz; Nuestro Bien: 
Nuestro Blisse: y Supernaturall Blood: 
El Nombre de Todas Nuestras Vidas y Amores. 
¡Oye, y ayuda, santos pombos! 
La cría nacida del Día; que brillantes 
candidatos de blissefull luz, 
los herederos electo de Amor; Cuyos Nombres pertenecen 
A la vida eterna de la Canción; 
Todos los Sabios sabios, que en el rico Brest 
de este nombre ilimitado construir su nido caliente. 
Despierta, Mi gloria. Alma, (si es así, 
Y esa Palabra justa en todos se refieren a Ti) 
Despertar y cantar 
Y ser Toda Ala; 
Trae aquí todo tu Ser; 
Y déjame ver ¿Qué de tu Padre Cielo todavía habla en ti, 
O eres Poore 
De noble Powres, veo, 
Y lleno de nada más que vacío Yo, 
Estrecho, y baja, e infinitamente lesse 
Entonces, estas grandes mañanas Busynes poderoso. 
Un pequeño Mundo o dos 
(¡ay!) Nunca lo harán. 
Debemos tener tienda. 
Goe, Alma, de tu Ser, y busca Más. 
Goe y pedir la 
gran naturaleza para la llave de su pecho enorme 
de Heavns, el uno mismo que implica Sett de Sphears 
(qué mortalidad más embotada más Feeles entonces heares) 
entonces despierta el nido 
del ágil, arte, y atraviesa alrededor de 
la tienda de Aiery del alma-apaciguando el sonido : 
Y golpear una convocatoria en el mismo 
Nombre Todos-soveraign 
Para advertir cada tipo severor 
Y la forma de los dulces, Que sean tales 
Como suspiro con el viento flexible 
O respuesta Artfull Touch, 
Que se reúnen y vienen 
A esperar en el amor coronado Doores de 
Este Día Ilustre. 
¿Podemos atrevernos esto, mi alma? Lo haremos y 
no traeremos otra nota, sino el nombre que cantamos. 
Wake Lute y Harp 
Y cada dulce-lipp't Thing 
Que habla con tunefull cadena; 
Empezar en la vida, Y saltar conmigo 
En una armonía apasionada Fitt-tun'd. 
Tampoco debes pensar mucho en 
mi tono más atrevido; 
Tengo Autoridad en el nombre del Amor para llevarte 
Y al trabajo del Amor esta mañana te despierto; 
Despertar; En el nombre 
de él que nunca duerme, todas las cosas que son, 
o, qué es igual, 
son Musicall; 
Responde a mi llamada 
Y ven. 
Ayúdame a meditar la mía Immortall Song. 
Venid, ministros suaves de dulce y triste alegría, 
traed vuestro hogar de la tierra de Heavn sobre la tierra; 
Tú, las Alas más ciertas de mi Alma, 
Tubos Quejumanos y Cuerdas Prácticas, 
Trae toda la tienda 
de Dulces que tienes; Y murmura que no tienes más. 
Ven, né a parte, 
Naturaleza y Arte! 
Ven; Y vienen fuertes, 
A la conspiración de nuestra canción Spatious. 
Traigan todas las fuerzas de alabanza que 
sus Provincias de mundos bien unidos pueden suscitar; 
Trae todos tus laúdes y arpas del cielo y de la tierra; 
Lo que conviene a la comunidad común son las 
voces de vocalistas, 
o Ustedes, los arquitectos más nobles del ruido intelectual, los 
bolos de hebreo, o los escritos humanos, los 
sollicitadores de Soules o Eares; 
Y cuando vengas, con Todo lo 
que puedes traer o podemos llamar; 
O fijar 
para siempre aquí, y mezclar 
sus sí mismos en la 
serie larga y eterna de un canto inmortal; 
Mezcle todos sus muchos mundos, arriba, 
y déjelos en uno del amor. 
¡Chear thee mi corazón! 
Porque tú también tienes tu parte 
y lugar en la Gran Tríada 
de esta canción ilimitada y sin límites. 
¡Powres de mi alma, sea orgulloso! 
Y digo 
a todas las naciones queridas compradas este nombre redentor, 
y en la riqueza de una Palabra Rica proclaman 
nuevos Similios a la Naturaleza. 
Que no 
os falte a vosotros, y vuestra canción de Superiore, 
Que nosotros, oscuros Hijos del Polvo y de la Pena, 
Un tiempo nos atrevamos a pedir prestado 
el nombre de vuestros Dilights y nuestros deseos, 
y lo adaptamos a las Lyres inferiores. 
Nuestros Murmullos también tienen su Musick, 
Ye Orbes poderoso, así como usted, 
ni yeilds el nido más noble 
de Serafín ruidoso a los eares del amor, 
Una lección preferida, entonces la joya de Brest 
De una pobre tortuga-tortuga jadeante. 
Y nosotros, Worm bajos tenemos permiso para hacer lo 
mismo Busynes brillantes (vosotros Terceros Cielos) con vosotros. 
Los espíritus suaves, no se quejan. 
Tendremos cuidado 
Para mantenerlo justo, 
Y enviarlo de nuevo a usted otra vez. 
¡Ven, nombre precioso! Aparezca de adelante las 
regiones brillantes de la luz pacífica, 
mire de su propio hogar ilustre, 
rey justo de nombres, y venga. 
Deja a todas tus glorias nativas en su nido Georgeous, 
y dé thy Self un rato El huésped gracioso 
de los humbles Soules, que buscan encontrar 
los dulces ocultados 
que el corazón del hombre se encuentra 
cuando usted es el amo de la mente. 
Ven, nombre precioso; Vida de nuestra esperanza! 
¡Tenemos nuestros corazones opuestos! 
Desbloquea tu Gabinete de Día 
Querida Dulce, y vete. 
¡Lo que las Sedosas Tierras 
Suspiran por tus Showres de Oro! Con manos largas. 
Lo cómo la tierra que trabaja 
que espera ser 
todo el cielo por Thee, 
Leapes en su nacimiento. 
El mundo que asiste, para esperar tu elevación, 
primero se vuelve a los ojos; 
Y entonces, sin saber qué hacer; 
Los pasó a Teares, y los pasó también. 
Come Royall Name, y paga la expence 
de toda esta paciencia Pretious. 
Ven 
y mata la muerte de este retraso. 
O ver, 
Tantos Mundos de años áridos Derretidos y medidos son Mares de Teares. 
O vea, Las lágrimas Cansadas de Esperanza de Estela 
(las ventanas orientales del Amor) Todo el ope amplio 
con Cortinas dibujadas, 
Para coger El Día-romper de Tu Amanecer. 
¡Oh amanecer, al fin, largo tiempo para el Día! 
Toma tus propias alas, y vete. 
Lo, donde Aloft viene! Viene, entre 
la Conducta de los Espíritus Adoradores, esa multitud 
como abejas diligentes, y enjambre sobre ella. 
O son sabios; 
Y sé qué dulces son chuparse de él. 
Es la colmena, 
por la cual prosperan, 
donde toda su Hoard de Hony lyes. 
Lo que viene, sobre la paloma nevosa de 
Soft Back; Y trae un Bosom grande con Loves. 
¡Bienvenidos a nuestro mundo oscuro, Thou 
Womb of Day! 
Despliega tus bellas Concepciones; Y exhiba 
el nacimiento de nuestros Ioyes brillantes. 
O compacto 
cuerpo de bendiciones: el espíritu de Soules extraído! 
O disipa tu picante Powres 
(Clowd de dulces condensados) y romper en nosotros 
En balsas showrs; 
O llenar nuestros sentidos, y tomar de nosotros 
Toda la fuerza de tan Prophane una falacia 
Pensar debe dulce, pero lo que huele a ti. 
Fair, flowry Nombre; En ninguno más que Thee 
Y Thy Nectareal Fragancia, 
Cada hora allí se encuentra 
Un sínodo universal de todos los dulces; 
Por quien se define Así 
Que ningún Perfume 
Para siempre presumirá 
Pasar por Odorífero, 
Pero tan solo cuyo Sagrado Pedigrí 
Puede probarle un pariente (dulce nombre) a Ti. 
Dulce Nombre, en Tuyo Cada Sílaba 
Habita Mil Blest Arabias; 
Mil colinas de incienso; 
Montañas de mirra, y camas de especies, 
y diez mil paraísos, 
El alma que te prueba toma de allí. 
¡Cuántos Mundos desconocidos hay 
de las comodidades que Tú guardas! 
¡Cuántas Mil Mercy hay allí 
en el suave regazo de Pitty! 
Feliz el que tiene el arte de 
despertarlos, 
y llevarlos a 
casa, Y los acogerá en su Corazón. 
¡Oh, que era como era costumbre! 
Cuando tus viejos amigos de fuego, todos llenos de ti, 
lucharon contra los ceños fruncidos con sonrisas; Dio gloriosa persecución 
a las persecuciones; Y contra la Cara 
de la Muerte y los Peligros más febriles, oscureció con Bravo 
y sobrio ritmo marchando para encontrarse con A Grave. 
En sus valientes Brests sobre el mundo te llevaron. 
Y a los Dientes del Infierno se levantaron para enseñarte, 
En el centro de sus más profundos Soules te llevaron, 
Donde Rackes y Tormentos se esforzaron en vano para alcanzarte. 
Poco, por desgracia, pensaron 
Aquel que rasgó a los justos Brests de tus amigos, a 
su furia, pero hizo camino 
para ti; Y los serviste en Tus gloriosos fines. 
¿Qué hicieron sus armas, pero con los poros más amplios? 
Enriquece a tus amantes ardientes, 
Más libremente para transpirar 
Que impaciente Fuego 
El Corazón que te esconde apenas cubre. 
¿Qué hicieron sus Armas, sino que pusieron de par en par las Doores 
Para Ti? 
Las ventanas de Rubí que inrich't el Oriente 
de Thy tan repetido Rising. 
Cada herida de Ellos era Tu nueva Mañana; 
Y te reintrinó en tu Nido Rosado, 
Con el rubor de tu propia sangre, tu día adornando, 
Fue el amor de amor - rebotó los Límites 
de la Ira, y te hizo camino a través de Todas esas heridas. 
¡Bienvenido querido, Nombre Todo-Adorado! 
Seguro que no hay rodilla 
que no te conozca. 
O si hay tales sonrisas de vergüenza, 
¡Ay! ¿Qué harán? 
Cuando las Rocas obstinadas se inclinarán 
Y las Colinas cuelgan sus Cabezas Heavn-saludantes 
Para buscar camas humildes 
de Polvo, donde en las sombras Bashfull de la noche 
Al lado de su propia nada Nada Quizá, 
y cante delante de la luz deslumbrante de tu temida majestad. 
Ellos que por el suave Dictado del Amor ahora 
no Te adorarán, 
Entonces, con Confusión Justa, se inclinarán 
y romperán delante de ti. ¡Ay !, ¿qué harán? Cuando las Rocas obstinadas se inclinarán Y las Colinas cuelgan sus Cabezas Heavn-saludadoras Para buscar las humildes Camas de Polvo, donde en las sombras Bashfull de la noche Al lado de su propia baja Nada ellos pueden ly, Y el sofá antes de la luz dazeling De tu majestad temible. Ellos que por el suave Dictado del Amor ahora no Te adorarán, Entonces, con Confusión Justa, se inclinarán y romperán delante de ti. ¡Ay !, ¿qué harán? Cuando las Rocas obstinadas se inclinarán Y las Colinas cuelgan sus Cabezas Heavn-saludadoras Para buscar las humildes Camas de Polvo, donde en las sombras Bashfull de la noche Al lado de su propia baja Nada ellos pueden ly, Y el sofá antes de la luz dazeling De tu majestad temible. Ellos que por el suave Dictado del Amor ahora no Te adorarán, Entonces, con Confusión Justa, se inclinarán y romperán delante de ti. 

A La Más Noble Y Mejor De Las Damas, La Condesa De Denbigh


Persuadiéndola a la resolución en la religión, y 
Rindiéndose sin más demora a la 
Comunión de la Iglesia Católica. 


¿Qué corazón suplicante es este, 
Estando temblando a la puerta de la bienaventuranza? 
Se aferra a la puerta, pero no se atreve a aventurarse 
a abrirla y entrar; 
Cuya definición es una duda 
'Twixt vida y muerte', twixt dentro y fuera. 
Diga, persistente justo, ¿por qué el nacimiento 
de su alma valiente tan lentamente? 
Exponga sus pretensiones, O usted fuerte 
En la debilidad, por qué elige tanto tiempo 
En el trabajo de ti mismo para mentir, 
No atrevido a vivir ni morir. 
¡Ah, no te quedes, alma amada! Un lento 
y tardío consentimiento era un largo no; 
Quien concede al fin, mucho tiempo lo intentó 
e hizo todo lo posible para negarlo. 
Lo que la magia de pernos, lo místico barras 
Mantener la voluntad en estas extrañas guerras! 
¡Qué bandas fatales, pero fantásticas, 
mantienen el corazón libre de sus propias manos! 
Así que cuando el año se hace frío vemos 
aguas pobres sus propios prisioneros; 
Encadenados y encerrados rápidamente se encuentran 
En un triste auto-cautiverio. 
Las ninfas asombradas de su inusitado destino extraño deploran, 
Para verse a sí mismos su propia costa más severa. 
Tú que solo puedes descongelar este frío, 
Y sacar el corazón de su fortaleza, 
¡Amor Todopoderoso! Terminar esta guerra larga, 
Y de un meteorito hacer una estrella. 
Oh, arreglar esta feria indefinida, 
Y ' 
Entre tus flechas de luz soberana Elige ese dardo decisivo seguro 
Que tiene la llave de este corazón íntimo, 
Conoce todos los rincones de, y puede controlar 
El gabinete cerrado de una alma no buscada. 
Oh, que sea por fin la hora del Amor; 
Levanta este alto trofeo de Tu poder; 
Ven una vez el camino conquistador, no para confundir 
Pero matar a esta palabra rebelde, 'irresoluta', 
que así, a pesar de toda esta fuerza 
de debilidad enfadada , ella puede escribir, "Resuelto por fin". 
Despliega por fin, despliega, flor blanca, 
Y usa el tiempo de la ducha del Amor; 
¡Conoce Sus heridas bien intencionadas, corazón sabio! 
Y prisa a beber el dardo sano, 
ese eje curativo, 
Que el Cielo hasta ahora tiene en el aljaba del Amor escondido para ti. 
O dardo del amor! Flecha de la luz! 
¡Oh feliz, si golpea bien! 
No debe caer en vano, no debe 
marcar el seco, independientemente del polvo. 
Justo uno, es tu destino, y trae 
mundos Eternos sobre sus alas. 
Conózcalo con los brazos abiertos y vea 
Su asiento, el centro de tu alma. 
Disuelva temores opacos, dé fe al día; 
Para salvar tu vida, mata tu retraso. 
Es el asedio del Amor, y seguro que será 
Tu triunfo, a través de Su victoria. 
Es la cobardía que guarda este campo, 
Y la falta de valor para no ceder. 
Rendir, pues, O, que el Amor pueda ganar 
El fuerte al fin, y dejar la vida; 
Rendimiento rápido, 
No sea que pruebes la presa de la muerte, antes que el premio del amor. 
Este fuerte de tu ser justo, si no se gana, 
Él es repelido de hecho, pero estás deshecho. 

Versos del Himno de los Pastores


Te vimos en tu nido apacible, 
   Joven amanecer de nuestro eterno día; 
Vimos que tus ojos se rompían de Oriente, 
   y perseguían las sombras temblorosas. 
Te vimos y bendijimos la vista. 
Te vimos con tu luz dulce. 

Pobre mundo, dije yo, ¿qué harás 
   para entretener a este extraño estrellado? 
¿Es esto lo mejor que puedes dar? ¿ 
   Un frío y un pesebre no tan limpio? 
Contender, los poderes del cielo y la tierra, 
Para encajar una cama para este nacimiento enorme. 

Mundo orgulloso, dije yo, cesa tu contienda, 
   Y deja que el poderoso bebé esté solo; 
El fénix construye el nido del fénix, 
   la arquitectura del amor es suya. 
El bebé, cuyo nacimiento abraza esta mañana, 
Hizo su propia cama antes de que él naciera. 

Vi las gotas curvadas, suaves y lentas, Se acercan a 
   la cabeza del lugar, 
con las hojas de nieve más blancas, 
   Para proveer la cama del niño. 
-Permítame, dijo yo, que no seas demasiado atrevido; 
Su vellón es blanco, pero es demasiado frío. 

Yo vi a los serafínes obsequiosos. 
   Su vellón rosado de fuego otorga, 
porque bien ahora pueden ahorrar sus alas, 
   puesto que el cielo mismo miente aquí abajo. 
Bien hecho, dije yo; Pero ¿estás seguro de 
Tu caída, tan cálida, pasará por puro? 

No, no, tu Rey aún no ha de buscar 
   dónde reposar su cabeza real; 
Vea, vea cuán pronto Su mejilla nueva-florida 
   ' Twixt mamas de la madre se ha ido a la cama! 
Dulce elección, dijimos nosotros; No hay manera, pero por lo tanto, 
No para acostarse frío, usted duerme en la nieve! 

Ella canta Tus lágrimas dormidas, Y sumerga 
   Sus besos en Tu ojo llorón; 
Ella extiende las hojas rojas de Tus labios, 
   Que en sus capullos aún se ruborizan. 
Ella mira a los diamantes de la madre los 
puntos de los ojos de su joven águila. 

Bienvenido - no a esas moscas gay, a 
   los rayos 
dorados de los reyes terrenales, a las almas resbaladizas en los ojos sonrientes - 
   Pero a los pastores pobres, a las cosas caseras, 
cuyas riquezas son sus rebaños, cuyo ingenio es ser 
Bueno Leer en su sencillez. 

Sin embargo, cuando el esposo de April, 
   Rs Bendecirá la fructuosa cama de Maia, 
traeremos al primogénito de sus flores, 
   para besar tus pies y coronar tu cabeza. 
¡A ti, teme al Cordero! Cuyo amor debe guardar 
Los pastores mientras alimentan a sus ovejas. 

A Ti, Majestad mansa, Suave Rey 
   de gracias sencillas y dulces amores! 
Cada uno de nosotros su cordero traerá, 
   Cada uno su par de palomas de plata! 
¡Por fin, en el fuego de Tus ojos justos, 
Nosotros mismos somos nuestro mejor sacrificio! A Ti, Majestad mansa, Suave Rey De gracias sencillas y dulces amores! Cada uno de nosotros su cordero traerá, Cada uno su par de palomas de plata! ¡Por fin, en el fuego de Tus ojos justos, Nosotros mismos somos nuestro mejor sacrificio! A Ti, Majestad mansa, Suave Rey de gracias sencillas y dulces amores! Cada uno de nosotros su cordero traerá, Cada uno su par de palomas de plata! ¡Por fin, en el fuego de Tus ojos justos, Nosotros mismos somos nuestro mejor sacrificio! 

Desea a Su (supuesta) Maestra


Quien sobre ella sea, 
eso no imposible ella 
que comandará mi corazón y mí; 

Donde ella miente, 
Bloqueado de ojo mortal 
En hojas sombrías del destino: 

Hasta que el nacimiento maduro 
Del destino estudiado se levante, 
Y enseñe sus pasos justos a nuestra tierra; 

Hasta que la divina 
Idea tome un santuario 
De carne cristal, a través de la cual brillar: Conocerla 

, mis deseos, 
Bespeak ella a mis bliss, 
Y se llaman mis besos ausentes. 

Le deseo su belleza, 
que no debe todo su deber 
a un neumático chillón, o una corbata de zapatos; 

Algo más que 
Taffata o tejido puede, 
o pluma desenfrenada, o ventilador rico; 

Más que el estropicio 
De la tienda, o el trabajo del gusano de seda, 
O un rubor comprado, o una sonrisa del sistema. 

Un rostro que es el mejor 
Por su belleza propia drest, 
Y solo puede elogiar el resto: 

Una cara compuesta 
De ninguna otra tienda 
Que lo que la mano blanca de la naturaleza pone ope. 

Una mejilla donde la juventud 
Y la sangre con la pluma de la verdad 
Escriba lo que el lector ru'th suavemente. 

Una mejilla donde crece 
Más de una rosa de la mañana, 
Que a ninguna caja su ser debe. 

Labios, donde todo el día 
Un beso amantes puede jugar, 
Sin embargo , llevar nada de allí. 

Miradas que oprimen 
Sus neumáticos más ricos, pero visten 
Y visten su más simple desnudez. 

Ojos, 
Que desplaza El diamante vecino, y que desplaza 
ese sol por sus propias dulces gracias. 

Tresses, que llevan 
joyas, pero declaran 
cuánto más preciosos son; 

Cuyo rayo nativo 
puede domar el día libre 
de las gemas que en sus tonos brillantes juegan. 

Cada rubí allí, 
O la perla que se atreven a aparecer, 
Sea su propio rubor, sea su propia lágrima. 

Un corazón bien domesticado, 
Para cuyo 
amor más noble y inteligente puede ser largo elegir un dardo. 

Ojos, que otorgan 
Zancudas completas en el arco del Amor, 
Sin embargo , pagan menos flechas de las que deben. 

Sonrisas, que pueden calentar 
la sangre, pero enseñar un encanto, 
Que la castidad no tomará ningún daño. 

Se ruboriza 
Ese bin El brillo de ningún pecado, 
Ni llamas de algo demasiado caliente dentro. 

Joyas, que confiesan 
Virtud a su amante, 
Y no tienen otra cabeza para vestirse. 

Miedos, cariño y vuelo 
Como la novia tímida de la noche En 
primer lugar hace el derecho amante de la nostalgia. 

Las lágrimas, huyeron rápidamente 
Y vanidosos como los que se derraman 
Por una virgen moribunda. 

Días, que necesitan pedir prestado 
Ninguna parte de su buen mañana 
De una noche forspent de dolor. 

Días, que, a pesar 
de la oscuridad, por la luz 
De una mente clara son día toda la noche. 

Noches, dulces como ellos, 
Hecho corto por el juego de los amantes, 
Sin embargo largo por la 'ausencia del día. 

La vida, que se atreve a enviar 
Un desafío a su fin, 
Y cuando llegue decir Bienvenido Amigo. 

Duchas de Sydneian 
del discurso dulce, cuyos poderes 
pueden coronar la cabeza del invierno viejo con las flores. 

Horas blandas de seda, 
Soles abiertos, sombras sombrías 
. Nada dentro de ese lours. 

El deleite de Whate'er 
puede hacer la frente del día brillante, 
o dar abajo a las alas de la noche. 

En todo su marco 
Tenga la naturaleza todo el nombre, 
Arte y ornamento la vergüenza. 

Su adulación 
Imagen y poesía, 
Su consejo su propia virtud. 

Deseo que su tienda 
de valor pueda dejar a su pobre 
de deseos; Y no deseo más. 

Ahora bien, si el Tiempo conoce a 
Aquella, cuyas cejas 
radicales las tejen una guirnalda de mis votos; 

Ella, cuyas bahías justas 
Mis esperanzas futuras pueden elevar, 
Un trofeo a su alabanza actual; 

Ella, que se atreve a 
lo que estas líneas desean ver: 
no busco más, es ella. 

Es ella, y aquí 
Lo! Desmontar y borrar 
el carácter nublado de Mis deseos. 

Que disfrute, 
cuyo mérito se atreva a aplicarlo, ¡ 
Pero la modestia se atreve a negarlo! 

Tanta valía como esto Es 
fijar mis deseos voladores, 
Y determinarlos a besos. 

Que su gloria plena, 
Mis fantasías, vuela delante de vosotros; 
Sean mis ficciones, pero su historia. Que se atreve a ser Lo que estas líneas desean ver: no busco más, es ella. Es ella, y aquí Lo! Desmontar y borrar el carácter nublado de Mis deseos. Que disfrute, cuyo mérito se atreva a aplicarlo, ¡ Pero la modestia se atreve a negarlo! Tanta valía como esto Es fijar mis deseos voladores, Y determinarlos a besos. Que su gloria plena, Mis fantasías, vuela delante de vosotros; Sean mis ficciones, pero su historia. Que se atreve a ser Lo que estas líneas desean ver: no busco más, es ella. Es ella, y aquí Lo! Desmontar y borrar el carácter nublado de Mis deseos. Que disfrute, cuyo mérito se atreva a aplicarlo, ¡ Pero la modestia se atreve a negarlo! Tanta valía como esto Es fijar mis deseos voladores, Y determinarlos a besos. Que su gloria plena, Mis fantasías, vuela delante de vosotros; Sean mis ficciones, pero su historia. A quien el mérito se atreve a aplicarlo, ¡ Pero la modestia se atreve a negarlo! Tanta valía como esto Es fijar mis deseos voladores, Y determinarlos a besos. Que su gloria plena, Mis fantasías, vuela delante de vosotros; Sean mis ficciones, pero su historia. A quien el mérito se atreve a aplicarlo, ¡ Pero la modestia se atreve a negarlo! Tanta valía como esto Es fijar mis deseos voladores, Y determinarlos a besos. Que su gloria plena, Mis fantasías, vuela delante de vosotros; Sean mis ficciones, pero su historia. 


Un epitafio para los espososque murieron y fueron enterradosjuntos

Para estos que la muerte desposó de nuevo
fue este sepulcro tálamo segundo.
Porque aunque pudiese la mano del destino
forzar de alma y cuerpo un divorcio,
no pudo separar al marido de la esposa
pues ambos no vivieron si no una sola vida.
Paz, lector. No llores.
Paz, que duermen los amantes.
Las dulces tórtolas ahí se abrazan
en el lazo último que amor anudar pudiera.
Déjales que duerman, que sigan durmiendo
hasta que pase esta noche de tormenta,
hasta que amanezca la inmortal mañana.
Se descorrerán entonces las cortinas
y despertarán a la luz de un día
que ya nunca habrá de morir.