lunes, 24 de julio de 2017

POEMAS DE JOAN ROÍS DE CORELLA

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LOS QUE amáis, TOMAD ESTA CENIZA ... 

 
Los que amáis, tomad esta ceniza
sobre la cabeza, que no perdáis el árbitro:
Amor es tal que, por abre la puerta,
tarde ocurre que los demás la cierre;
la parte del muro que el fuerte enemigo rompe
muestra camino por donde se pueda vencer.
E somos tan locos, los heridos de esta fleje,
que todos pensamos tener un esmaragde
con tal virtud que nos hace encontrar la senda,
vedando aprendido algún otro no pase.
A mano Narciso a sí mismo en el agua;
Pigmaleon volcán bien una imagen
que él con sus manos esculpió en el mármol;
a estos dos solos no necesitaban nada temer
de sus amantes ajena hubiera triunfo.
Pero yo vivo mundo luminoso carbunco,
con gran reposo en manos del que amaba,
hacerle presente de fiesta tan bien escucha
que no permanecido de amor una centil·la
no s'acabàs, viniendo al último término.
E no creáis que hable nada en sueños,
que no es tan claro el sol alto en el círculo
como yo vivo claro este tan grande oprobio,
y, del recuerdo, tan grande dolor m'assombra
que mi corazón triste en cuatro partes vuelo romper.
 
  

De la TRAGEDIA DE Caldesa 

 
Moverá s corriente la tremuntana firme
y todos juntos los cielos caerán en pedazos,
volverá frío el fuego alto en la esfera,
y, en lo más fondo, del mundo verán el centro,
tinta de sangre se mostrará la luna
y, todo oscuro, el solo perderá la forma,
sino que jamás de mí seáis servida;
y mi cuerpo, del delgado cabello hasta la uña,
mirándolo vos, sea partido en piezas,
y, vuelto polvo, no tome sepultura,
ni reciba el mundo tan acelerada ceniza,
ni se pueda hacer alguien gire la lengua
decir «Buen pos!» al alma malditos,
si Dios permite mis ojos os puedan ver.
E, si es verdad os dije nunca señora,
no se encuentre en el año el día de mi nacimiento,
pero mi nombre, a todos abominable,
no sea el mundo persona que mencione;
años, del todo a raíz de las piensas humanas,
sea pasado como un viento mi ser,
tengan por falso lo que fue de mi vivir,
y nada de mí en el mundo no permanezca.
Y si, por caso, de mi cuerpo nada su resto,
sea comer a los animales salvajes:
prenga'n cascú la parte de una centil·la,
porque en tantos lugares sea mi sepulcro
que, el mundo finito, no se encuentre la carne mia
ni se pueda hacer que nunca yo resucite.
 
Respuesta Caldesa
 
Claramente veo que, en la mundana orla,
Dios no ha hecho persona tan culpable:
yo os he cometido abominable culpa,
que en el infierno no encuentro pena conforme.
Es-me la muerte más dulce que no azúcar,
si hacer se puede en sus brazos muera;
en vos está que toméis de mí venga:
por par que basto, por sus manos espías,
o, si se quiere, cubierta de Celico
iré por el mundo, peregrinando romera.
Dios no hará que el pasado hecho no sea;
pero, si esperáis enmienda de mi vivir,
yo la haré, siguiendo a Magdalena,
vuestros pies lavando con semejante agua.
 
  

POR Caldesa 

 
Si el hierro CALD enfría la mano casta,
calentar la has vos, aunque frío sea;
si todo el fuego en el mundo se perdía,
pendiente su de vos, que sois muy basta;
si en algún tiempo, quemando, la tierra se gasta,
no Perris vos, viviendo como salamandra,
ni perderá el uso de buena jaca de Irlanda
para que se deje de vuestra gentil casta.
Casta será, vuestra, no poco bella,
sin que jamás será huérfano de padres:
no creo el mundo os baste a compadres,
si nada parís; según su querella,
en duda estoy que fueran nunca doncella;
dote sin creces pide la ley vuestra,
y todo el mundo de su cuerpo tiene muestra:
fieles y infieles y los de la Ley vieja.
En llamas grandes funde verde el escaramujo,
y vos, sin fuego, tiene calor que te quema;
tomarán gran luz, si se acercan con tema
de batir en vos como en la pedernal;
por vos se dijo la mujer baratera,
que lleváis fuego bajo sus faldas
del que todos, pues no lo cerrad con baldas,
pendre'n Pora como de una gran hoguera.
Calda quemando más que el fuego en la espera,
para decir «no» haga vos apretar los dientes,
que no se puede decir alguien de los requirentes
en negun tiempo OIS de vos «espera».
 
 

[LA BALADA DE LA GARZA Y EL esmerejones] 

 
Con los pies verdes, los ojos y cejas negras,
pennatge blanco, he visto una garza,
sola, sin par, de las otras dispersa,
que, del mirar, mis ojos quedan alegres.
Y a su lado estaba un mirlo
con un tal gesto, las plumas y el lustre,
que no es el mundo poeta tan ilustre
que pudiera decir las alabanzas de tal perla.
Y con dulce voz, por arte bien acordada,
canto y tenor, cantaban tal balada:
«Del mal que paso no puedo curar
si no me miráis
con ojos tales que pueda decir
que ya no por favor
que yo por vos haya morir.
Si muero por vos, entonces creeréis
el amor que os,
y no se puede hacer que no lloréis
la triste muerte
de aquel que ahora no desea.
Que el mal que paso no me puede Jaques
si no Girau
vuestros ojos que me quiero decir
que ya no por favor
que yo por vos haya morir. »
 

 MIS OJOS, CERRADOS ... 

 
Mis ojos, cerrados porque otra no mire,
si los abre más, la muerte suplico los cierre;
el agua de llanto, pues no se puede hacer se estanque,
un poco espacio tomará, por donde espiar.
Sol por el desierto, huyendo la primavera,
en ramo florido no tomaré jamás puesta;
ab lloroso canto, en agua reposada
nunca beberé, en fuente ni en ribera.
Flor de honestidad, estará en la bandera,
sobre mi vaso, una palabra de letras negras:
«Corella está muerto, quien en días poco alegres
siempre vixqué, por amó con espera.»
 

COBLA esparsa

 
Si en el mal tiempo la serena bien canta,
yo debo cantar, pues dolor me atormenta
en tanto extremo que mi pensamiento es contenta
de presta muerte; de todo el aldre asusta.
Mas, si desea que bajo su manta
muera, cerca vos deberán fin mes dolores:
seré el pájaro que en la cama lleno de olores
muere, ya contento de su vida ser tanta.
 
  

A SA ENAMORADA 

 
Es su corazón de acero, con tan fuerte temple
que los diamantes miedo acunçar y romper,
y los toros leones vence en el ser áspero,
y, en crueldad, de Oriente las tigres.
Y la alta mar, movida hasta el centro,
escucha más el canto de las serenas
que vos, cruel, mi triste llorar y lamentar,
a mi gran plant más sorda que no la aspis.
E conociendo que eres tal como blasone
y que por vos mi vida se debe de perder,
estoy ya contento por amor sea martre,
por cuanto dentro mí os tengo en bella forma,
sacada del vive en perfecta figura,
con las colores sobre el fresco, y la huella
que ni la muerte ni el tiempo ni el otro siglo
radicar no te puede, ni del río Lete del agua.
Es todo mi daño porque en su imagen
mostrar no se puede la crueldad cubierta,
años su gesto, que par sea benigno,
cuando quiero pintar, tengo ante por ejemplo.
 
 
 

DESCRIBE LA SEPULTURA DE SA ENAMORADA

 
En letras de oro tendréis en el sepulcro
mi muerte por excelente triunfo,
donde claro verán me habéis lanzado del siglo
con honestidad matando mi vida muerta.
E yo, esculpido a sus pies en mármol,
arrodillado, mostraré gesto tan simple
que todos dirán, con los ojos corrientes agua:
«Cruel virtud, que no pudo vencer
gesto tan humilde de éste, quien fue un fénix
en vera amor, más amante que todo otro! »
Estaréis vos de alabaust en figura
sacada del vivo, imagen de Helena,
en dicho cuarto teniendo un esmaragde
y, en la otra mano, un ramo de agnus castus,
sobre el cual planyerà una Tourtrès.
E dirá la palabra, escrito sobre verdes lirios:
«Si por alguien virtud se debiera perder,
solo para vos yo la quisiera romper;
pero el mal no se debe jamás concebir
para esperar algún bien en pueda nacer.
Si no pude restaurar sesión el vivir
solo por temor de honestidad ofender,
no quiero negar como aprendí de lamentar:
a Dios rogando guardase del fondo Cárcar
su espíritu, que en mi era conforme. »
Mudar el gesto mi forma en piedra
cuando leerán esta palabra en la tumba,
pensando: «para mí habéis aprendido de lamentar!»
Y no me dolerá mi vida triste,
que solo para vos la pude bien desprender.
  

  

PIDE MOSSÉN FENOLLAR A MOSSÉN CORELLA 

 
Ma voluntad, no menos fría que mármol,
en servir a Dios pus dura viene que piedra;
queriendo mirar de la virtud en el árbol,
con el corazón verde me encuentre ceñido de hiedra.
A vos, señor mosén Corella, busca
mi espíritu le demostrar la causa
ni que hace hacer ma voluntad tieso,
pues tanto en vos la Teulegia pausa.
 
Responde mosén Corella
 
Tres causas son que, con frialdad de mármol,
lo nuestro corazón hacen muy pus duro que piedra:
el primer crimen del hombre, cometido en el árbol
bello y florido, parecida a la verde hiedra,
y nuestro cuerpo, que los sus apetitos búsqueda,
aquellos solos que el sensual le causa,
hoc y también la voluntad tieso,
por ser en nosotros los malos hábitos la pausa.
Fenoll muy dulce, esculpir sesión han mármol
donde seréis salvo vive en hermosa piedra,
y dirá la palabra: «Este es el hermoso árbol
que habla flores en RIMS pus verdes que la hiedra.»
 
 

esparsa 

 
Desde que perdí a vos, dios de mi vida,
porque vejau lleve corona casta,
está mi cuerpo que extrema septiembre el gasta,
pues yo solo bebo agua descolorida.
Ni me ponga nunca en rama verde florida,
pero voy por el bosque pasando vida ermitaña,
y presto respondo, si alguna me pide,
que sola vos de mí seréis servida.
 
  

ORACIÓN A LA sacratísima VIRGEN MARIA, TENIENDO SON HIJO DIOS JESÚS EN LA FALDA Devall DE LA CRUZ 

 
Ab llanto tan grande que nuestros pechos abreva
y grave dolor que nuestro corazón rasga
venimos a ti, hija de Dios y madre;
que nuestra carne de los huesos se arranca
y el espíritu desea el ser perder,
pensando que, muerto por nuestros graves delitos,
ver Dios y hombre, el hijo de Dios y su
yace todo extendido en sus castas faldas.
Ab fuentes de sangre regó el virgen estrado
donde, poco niño, el bolcàs con risas,
y sus ojos ESTILL tan grande agua
que puede lavar las sus crueles llagas,
haciendo con la sangre un Engure y colirio
de infinito precio , para quitarnos las manchas
que el primer hombre, como vasallo rebele,
nos ha causado, al mismo tiempo con nuestra culpa.
Vuestro corazón, partido con fuerte escarpado
de gran dolor, os mostró tan grande lamentar
que los serafines, conjunto con todos los ángeles,
mirando a vos llanto, aprenden doler.
Lamento en el mundo, cubierto de áspero Celica;
llama el solo, llorando con pelo negro,
y todos los cielos, vestidos de negro sarga,
llevan acuerdos al plant de idioma:
«O hijo todo mío, oïu mí que os hable, 
que en el duro palo habéis oído el ladrón,
pues no desea que de presente yo muera
y sea con vos cerrada en el sepulcro.
Yo os acogió en mi virgen vientre;
ahora vos, hijo, recibid me dentro de la tumba,
que no se puede hacer entre los vivos yo converse,
por cuanto, vos muerte, es ya mi vida muerta.
En mayor sitio no piense yo me extienda
lo que vos, hijo, durante dentro en la piedra.
Acuestan mí primera en la fosa,
que no es nuevo para dormir en mis brazos.
Cubrir-os ha el manto que a mí cobre,
y, si no te par os baste tal mortaja,
mi carne, que vive habéis vestida,
no os sea grave que, muerte, aunque le cobra. »
Virgen, humilde todo tiempo y virgen,
luz de este mundo, del cielo reluciente carbunco,
mirra traemos de nuestra vida amarga,
malo hacernos fuerte como hemos hecho ofensa
a su hijo, Dios y señor benigno;
incienso tenemos que nuestro corazón perfuma,
que somos contentos se haga sacrefici
de nuestra carne, si su hijo lo manda.
 Fi
E no gosam nuestras manos extender
para untar de su hijo insigne
el cuerpo sagrado, pero tomad este bálsamo;
que sin temor nuestra lengua el confiesa
redentor Dios, a Dios placentero oferta,
quien, en el tercio día, sacando del fondo Cárcar
los santos cautivos, el verá en la cámara
más amaneciendo que el sol alto en el círculo. 


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