jueves, 9 de septiembre de 2021

POEMAS DE ALASTAIR REID

(22 de marzo de 1926, Whithorn, Reino Unido - 21 de septiembre de 2014, Manhattan, Nueva York, Estados Unidos)


Escocia

 

Fue un día peculiar en esta parte del planeta,

cuando las alondras se levantaron en largas y delgadas cuerdas de canto

y el aire se movió con el brillo de los ángeles reales,

el verdor entró en el cuerpo. Las hierbas

se estremecieron con presencias, y la luz del sol

permanecía como un halo sobre el heno, los brezos y las colinas.

Caminando hacia la ciudad, vi, con un impermeable radiante,

a la mujer de la pescadería. “¡Qué día es este!”

grité yo, como un loco golpeado por el calor.

¿Y qué tenía que decir ella al respecto?

Su frente se puso sombría, sus antepasados se enfurecieron en sus tumbas

mientras hablaba con angustiosa miseria:

“¡Vamos a pagar por ello, vamos a pagar por ello, vamos a pagar por ello!”

Tomado de:

https://buenosairespoetry.com/2021/09/07/escocia-alastair-reid/?fbclid=IwAR00QDBiZm9b4nvphLh10WZFC2Zwp7__ZtPRonLfmLp9FWEF5fy1AU9dd5M

 

Ascenso, vuelo, suceso

Di el nombre de la mullida ave, pero no te sorprendas

al verla caer precipitadamente,

fulminada en el vacío, hacia el casillero

columba palumbus, donde habrá de morir,

encajonada, ceñida, sin alas, en tu cabeza.

Que esa cosa de negro lomo y alas harapientas

que raya el agua del puerto y luego cae en picada

para levantarse, con la cabeza lisa y erguida

y un arenque acuñado en su pico,

es un arao, no está en ningún sitio

del asombro que causa su vuelo,

con esas alas que cortan el aire rígido y salino.

Que a esa planta giratoria de hojas puntiagudas,

vestida con la umbela púrpura más pálida,

multicéfala, teñida de azul, de tallo zancudo

al borde del arroyo, uno debe llamarla

angélica por brevedad, está por demás (pero admite

que el nombre mismo es hermoso).

Admite también que cualquier nombre

crea su propia música, que el sonido de brionia

o flor del cuchillo estalla y se convierte en flor,

y que falcón y falaropo echan a volar en el oído,

aun así, los nombres son para decirse en casa.

El punto es ver la gracia

más allá del reconocimiento, las formas

del ave que se alza, innominada, desconocida,

más allá del lenguaje, más allá de su sustantivo.

Los ojos se abren al ascenso, al vuelo, al suceso

y se siguen abriendo. Diverso, el mundo se ilumina

en los ojos que perciben sin reconocer.

Lo importante es el arrobamiento.

No el amor, sino el asombro de amar.

 

La espiral

Las estaciones de este año van en mi equipaje.

Ahora, al descolgar el último cuadro de la pared,

cierro los ojos de la habitación. Las pisadas

retumban en la desnudez de la escalera.

Los fantasmas de la familia se desvanecen en el aire.

Los espejos reflejan el silencio. No hay mensaje.

En la quietud del salón espero la llegada de un auto.

Atrás, la casa quedará reducida a un nombre.

Lugares, direcciones, rostros abandonados.

El presente es un viento artero

que arrasa días y promesas.

El mañana es la adivinación de un gitano.

Abandonado en ciudades, soñando con el verdor

o aturdido por los viajes, temo la llegada

del cambio, el cambio es donde vivo.

Sólo por posibilidad

elijo dejar atrás

cada lengua, cada país.

¿Será este lugar un fin

o habrá algún otro,

más verdadero, más raro?

A menudo, en el sueño,

llegan paisajes abandonados

representando un tema constante:

¿Nos has dejado atrás?

¿Qué te falta aún por hallar?

En todo el espiral de la distancia,

a través del tiempo y la turbulencia,

el ser arraigado que hay en mí

cartografía su verdadero país.

Y así como mi padre encontró

su pequeña isla erosionada,

yo llegaré a la tierra

donde ese pequeño hombre, mi hijo,

pueda pasar sus años.

Para él, también, llegará el tiempo.

 

La curiosidad

pudo haber matado al gato; es más probable

que haya tenido mala fortuna, sino es que curiosidad

de ver cómo era la muerte, al no hallar la razón

de seguir lamiéndose las patas o de procrear

camada tras camada de mininos, predeciblemente.

Sin embargo, ser curioso

tiene su riesgo. Desconfiar

de lo que siempre se dice, de lo que parece,

hacer preguntas raras, intervenir en los sueños,

abandonar el hogar, olisquear ratas o tener corazonadas

aleja a los gatos de esos círculos caninos donde

canastas olorosas, esposas decentes y buenos almuerzos

son el orden de las cosas, y donde prevalecen

los meneos de colas y las cabezas poco curiosas.

Acéptalo. La curiosidad

no nos causará la muerte:

más bien la falta de ella.

Jamás querer mirar

el otro lado de la colina

o aquel improbable país

donde vivir es un idilio

(aunque quizá un infierno)

nos mataría a todos.

Sólo los curiosos,

si es que viven, tienen una historia

que vale la pena contar.

Los perros dicen que los gatos aman demasiado,

que son irresponsables y volubles, que tienen muchas esposas

y abandonan a sus hijos, que estremecen las cenas

con las historias de sus nueve vidas.

Bueno, son afortunados. Déjenlos tener

nueve vidas y ser contradictorios,

bastante curiosos para cambiar y resignarse a pagar

el precio felino, que es morir

y morir una y otra vez,

cada vez con más dolor.

Una minoría de un solo gato

es todo cuanto hace falta

para decir la verdad. Y lo que los gatos han de decir

cada vez que regresan del infierno

es esto: que morir es lo que hacen los vivos,

que morir es lo que hacen los amantes,

y los perros muertos son quienes no saben que,

para vivir, morir es lo que cada uno debe hacer.

Tomado de:

https://lapaginaimpresablog.wordpress.com/2020/12/10/poemas-de-alastair-reid-1926-2014/

 

Lo que se pierde / What gets lost

 

I keep translating traduzco continuamente

entre palabras words que no son las mías

into other words which are mine de palabras a mis palabras.

Y, finalmente, de quién es el texto? Who has written it?

Del escritor o del traductor writer, translator

o de los idiomas or language itself?

Somos fantasmas, nosotros traductores, que viven

entre aquel mundo y el nuestro

between that world and our own.

Pero poco a poco me ocurre

que el problema the problem no es cuestión

de lo que se pierde en traducción

is not a question

of what gets lost in translation

sino but rather lo que se pierde

what gets lost

entre la ocurrencia —sea de amor o de desesperación

between love or desperation—

y el hecho de que llega a existir en palabras

and its coming into words.

 

Para nosotros todos, amantes, habladores

as lovers or users of words

el problema es éste this is the difficulty.

Lo que se pierde what gets lost

no es lo que se pierde en traducción sino

is not what gets lost in translation, but rather

what gets lost in language itself lo que se pierde

en el hecho, en la lengua,

en la palabra misma.

Tomado de:

https://enlalunadebabel.com/tag/alastair-reid/

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