jueves, 23 de agosto de 2018

POEMAS DE NIZAR QABBANI

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(21 de marzo de 1923, Damasco, Siria - 30 de abril de 1998, Londres, Reino Unido)

Poema Surrealista

Ni tú, amor mío eres razonable,
ni yo lo soy.
¿Es cualidad del amor
quebrar lo normal, lo cotidiano y lo razonable?
¿Es condición del amor, querida mía,
olvidarnos de nuestros nombres?
¿Es condición del amor, amada mía,
no mirar delante ni detrás?
¿Es condición de amor, cariño mío,
confesarme asesino, siendo víctima?

Ni tú, amor mío, eres razonable
ni yo lo soy.
Borra, cuando esté enfadado,
de mis palabras la mitad,
domestica mis sentimientos,
corta mis uñas
y recoge todos los espinos y los lodos.
Y créeme siempre que venga, amor mío,
con las flores, las lunas y las estaciones.

Ni tú, amor mío, eres razonable
ni yo lo soy.
A pesar de todo
siguen el rechazo y la aceptación.
A pesar de todo
siguen la risa, el grito, el amanecer y el atardecer.
¿Qué perderemos, cariño mío,
si me das la mano
y las mías viajan sobre el oro labrado?
¿Qué perderemos, reina mía,
si nos lanzamos, como dos pájaros, a los campos?
¿Qué perderemos, princesa mía,
si estampo un beso en el tímido rojo?
¿Qué perderemos, amor mío,
si nos elevamos como los místicos
al grado de arrobamiento y encarnación?
¿Qué perderemos, amor mío,
si bendecimos al mensajero?

PORQUE LAS PALABRAS HAN MUERTO


Porque las palabras de los diccionarios han muerto

Porque las palabras de las cartas han muerto

Porque las palabras de las novelas han muerto

... Quiero descubrir una forma de amor para amarte

Sin palabras.

PASIÓN


Entre tus pechos hay aldeas incendiadas,
millones de fosas,
restos de barcos hundidos
y armaduras de hombres asesinados.
 Ninguno de ellos han regresado.
Todos los que pasaron por tu pecho
desaparecieron
y los que permanecieron hasta el alba
se suicidaron.
 

CAMINANDO SOBRE LAS AGUAS


Lo más bello de nuestro amor
es que no tiene sentido ni razón.
Lo más bello de nuestro amor
es que camina sobre las aguas
sin hundirse.
 

SIN MANOS

No esperaba
que me atravesaras cual flecha pagana
No esperaba
que entraras en mi lenguaje, en mis palabras
y en los gestos de mis manos.

No esperaba
que te volvieras culta
No esperaba
perder la corona y mi derecho de sucesión:
era fuerte y famoso,
mis soldados llenaban la tierra y el mar
y mis banderas cubrían los orientes.

No esperaba que hubiera un terremoto,
que se partiera el mar,
y que un día, tus ojos me dividieran en dos.

No esperaba
cuando te besé, olvidarme los labios.
No esperaba
cuando te abracé, volver sin manos.

Te quiero


He escrito que te quiero
encima de los muros de la luna.
Que te quiero muchísimo,
como nunca pudiera amarte nadie.
Pero tú no has leído mis palabras escritas en la luna,
escritas en las sillas del jardín
y en la dura corteza de los árboles.
Escritas en el cauce de los ríos,
en las altas espigas y en la piel de los frutos.
Escritas, amor mío, en las estrellas cansadas del viaje.

He grabado “te quiero”

en el primer albor de la mañana.
Lo he grabado en los límites del cielo,
amor, y en el destino.
Que te quiero muchísimo.
Pero tú no las viste brillar entre los pétalos
ni escritas sobre el puente, el río y las colinas.
Grabado en cada gota de rocío y en las conchas del mar.
Amor, tú no lo viste
grabado en los luceros, los ramos y las piedras.

He escrito mis palabras, que te quiero,
en las hojas calientes del cuaderno del sol.
¡Ojalá las hubieras leído!…

EN TUS OJOS, EL MUNDO AJUSTA SU HORA




Antes de que fueras mi amada
había más calendarios para contar el tiempo:
los hindúes,
los chinos,
los persas
y los egipcios tenían sus calendarios.
Después de ser mi amada,
la gente comenzó a decir:
el año mil antes de sus ojos
y el siglo décimo después de sus ojos.



En tu amor alcancé el grado de evaporación,
el agua del mar se tornó mayor que el mar,
la lágrima del ojo mayor que el ojo
y la superficie de la herida
mayor que la de la carne.



No puedo quererte más aún
ni estar más unido a ti.
Mis labios no bastan para cubrir los tuyos,
mis brazos no bastan para ceñir tu cintura
y las palabras que conozco
son muchas menos
que los lunares que adornan tu cuerpo.



No puedo
adentrarme más en la espesura de tu pelo:
llevan años
publicando en los periódicos que estoy perdido.
Sigo perdido
hasta próximo aviso.


 
El lenguaje es ya insuficiente para pronunciarte
y las palabras son como caballos de madera
que corren tras de ti noche y día,
sin alcanzarte.


Siempre que me acusan de quererte,
me siento superior;
convoco una rueda de prensa
y reparto tus fotos a los periodistas,
aparezco en la pantalla del televisor
con la rosa del escándalo
prendida en mi ropa.



Escuchaba a los enamorados
hablar de sus amores,
y me reía.
Pero cuando volví al hotel
y tomé el café, solo,
supe cómo penetra el puñal del amor en el costado
para no salir nunca.

Mi problema con la crítica

es que siempre que escribo un poema en negro,
dicen que lo he copiado de tus ojos.


 
Mi problema con las mujeres
es que siempre que niego mi relación contigo,
oyen el tintineo de tus pulseras
en la vibración de mi voz
y ven tu camisón
colgado en el armario de mi recuerdo.


 
No me acostumbres a ti:
el médico me ha aconsejado
que no mantenga mis labios en los tuyos
más de cinco minutos,
ni me siente bajo el sol de tus pechos
más de un minuto,
para no abrasarme.


Si conoces a un hombre
que te quiera más que yo,
preséntamelo
para felicitarlo
y luego matarlo.

ME DA MIEDO


Me da miedo
expresar mi amor por ti:
el vino pierde su fragancia
cuando se vierte en la copa.

¿QUIÉN ES LA MÁS BELLA?


Mi poesía y tu rostro
son dos piezas de oro,
dos palomas y dos flores de adelfa.
Ante ellas permanezco confundido,
sin saber cuál es la más bella.

CON ELLA EN PARÍS  


Ni la poesía satisface mis deseos, ni la canción.
En nombre de la poesía, pido perdón a tus ojos.
Intenté describirte y no pude.
Oh tú a cuyos pies se humillan las imágenes.
Divulgan noticias que no creo:
¿es verdad que entre tus pechos habita la luna?
¡Qué difícil es describirte y deletrearte!
Cuando te toco, lloran en mis manos las piedras.
¿Quién eres? ¿Quién serás?: Me fallan los nombres,
no me bastan el ingenio y la vista.
Con mi amor pintaba tus pechos
y fracasé: no soy más que un hombre.

Oh nube de música que me da sombra.
Así llovizna sobre el paraíso.
La letra, desde tus ojos emprende su viaje.
Sin ellos, todos los lenguajes se desmoronan.
Oh tú, por la que deseo que se me torne la sangre
vino con fuego de amor fermentado.
El amor viaja cual espada por mi cuerpo,
y yo no estaba preparado... ¡cosas del destino!
Mis derrotas en el amor parecen perfumadas:
en tu amor soy vencedor y perdedor.
Atrás dejé mis victorias... y héme
orgulloso de tu pelo hasta la cintura.
¿Qué es el amor sino aventura?
Y de ti, lo mejor del amor es el peligro.

Oh tú, por la que deseo hasta que se torne mi boca
en jardines con agua y fruta...
Las islas de kohol en tus ojos maravillan.
¿Qué hacer, si el viaje me reclama?

Morena: los campos de tabaco están iluminados
y las perlas del mar son transparentes y originales.
¿Te acordarás de nuestro vagar por París?
Caminabas perseguida por árboles.
Tus pasos por la plaza Vendôme eran una melodía
con el kohol de tus ojos extendiéndose por la Madeleine.
Amiga del restaurante chino: nuestro asiento
aún espera en nuestro rincón poético.
Todas las estatuas de París nos conocen,
y las floristas, los kioscos y la lluvia.
Hasta las fuentes de la Concorde nos recuerdan:
no sabía que el agua tuviera memoria.

El Burdeos que saboreo me vence
y tu cálida voz no deja piedra sobre piedra.
Mientras sigas siendo mía, son mi reino las fronteras del sol,
la tierra firme, la mar, las playas y las islas.
Si tu amor me otorga su manto,
¿cómo no voy a conquistar el mundo y triunfar?
Me echaré a la mar, loco y suicida:
el verdadero enamorado vive cuando se suicida.

HISTORIA DE LAS MUJERES


Léeme para que te sientas siempre orgullosa.
Léeme cada vez que busques en el desierto
una gota de agua.
Léeme cada vez que cierren las puertas
de la esperanza a los enamorados.
Yo no escribo la tristeza de una sola mujer.
Escribo la historia de las mujeres.

PRIMERA PÁGINA


Veinte años en el camino del amor
y aún no conozco el camino.
Veinte años, libro del amor,
y todavía voy por la primera página.

UNA PATRIA EN EL ABRIGO DE PIEL


Cuando llueve en Beirut
necesito un poco de cariño.
Entra en mi abrigo húmedo,
entra en el jersey de lana, en mi
piel, en mi voz.
Concédeme una patria en el abrigo de piel gris.
Come, cual caballo, en la hierba de mi pecho.  

AMOR AL ESTILO ESPAÑOL


¿Cómo alejarme de ti? Si nuestra historia
es más bella que la llegada de la primavera,
más bella que una gardenia
en el pelo negro de una mujer española.


SUFICIENTE


Tu presencia es suficiente
para que el lugar deje de existir.
Tu llegada es suficiente
para que nunca llegue el tiempo.

PECES INESPERADOS


No te he amado hasta ahora, pero
la inevitable hora del amor llegará
y el mar lanzará peces inesperados
en tus pechos.

PULSERAS


Todas las pulseras del mundo son pequeñas para ti
excepto la pulsera de mi amor.

ME CASÉ CONTIGO, LIBERTAD  

Yo tenía un palacio
que albergaba a las mujeres más bellas del mundo:
árabes,
bizantinas,
turcas
y kurdas.
En mi palacio había juguetes fabricados en París
y un ejército de gatos de Damasco.

Era el único hombre de la historia
sin hijos, criados ni descendientes.
Era el príncipe del amor,
un día viajaba por las pupilas verdes
y otro por las pupilas color miel.
Allí estaban el perfume negro, las primeras lluvias
y las flores silvestres,
allí había ojos
que nadaban como gaviotas por mi circulación sanguínea,
allí había labios devoradores cual conchas marinas,
allí había un pez vivo bajo la axila
y acullá olor a mar,
allí había unos pechos que sonaban en torno a mí
como tambores africanos.

Yo era el santo de las palabras,
el sheij de las vías místicas,
lavaba con música el rostro de las ciudades de piedra,
era el observador, el explorador
y el poseído por el fuego eterno de la poesía.
Como Moisés
sembré en las aguas del Mar Rojo,
fui un Mesías antes de que llegara el cristianismo,
la mano de cada mujer que tocaba
se convertía en un lirio acuático.

Allí había mil mujeres en mi historia,
pero de todas las mujeres del mundo
sólo me casé con la libertad.

Trotar

Nos quedamos en columnas
como ovejas antes de la matanza
. Corrimos sin aliento.
Nos apresuramos a besar
los zapatos de los asesinos. . . .
Robaron a Jesús, el hijo de María,
cuando todavía era un bebé.
Nos robaron el recuerdo de los naranjos,
los albaricoques, la menta
y las velas en las mezquitas.
En nuestras manos dejaron
una lata de sardinas llamada Gaza
y un hueso seco llamado Jericó.
Nos dejaron un cuerpo sin huesos.
Una mano sin dedos.
Después de este romance secreto en Oslo
salimos estériles.
Nos dieron una tierra natal
más pequeña que un solo grano de trigo
una tierra natal para tragar sin agua
como pastillas de aspirina.
Oh, soñamos con una paz verde
y una media luna blanca
y un mar azul.
Ahora nos encontramos
en un montón de estiércol.

Jerusalén

Lloré hasta que mis lágrimas estuvieron secas
Oré hasta que las velas parpadearon
Me arrodillé hasta que el piso crujió
Pregunté por Mahoma y Cristo
Oh Jerusalén, la fragancia de los profetas
El camino más corto entre la tierra y el cielo
Oh Jerusalén, la ciudadela de las leyes
Un niño hermoso con dedos chamuscados
y ojos abatidos
Tú eres el sombrío oasis pasado por el Profeta
Tus calles son melancólicas
Tus alminares están de luto
Tú, la joven doncella vestida de negro
¿Quién toca las campanas en la Natividad el
sábado por la mañana?
¿Quién trae juguetes para los niños el
día de Nochebuena?
Oh Jerusalén, la ciudad del dolor
Una gran lágrima vagabunda en el ojo
¿Quién detendrá la agresión
en ti, la perla de las religiones?
¿Quién lavará tus sangrientas paredes?
¿Quién salvaguardará la Biblia?
¿Quién rescatará el Corán?
¿Quién salvará a Cristo?
¿Quién salvará al hombre?
Oh Jerusalén mi pueblo
Oh Jerusalén mi amor
Mañana florecerán los limoneros
y los olivos se regocijarán
Tus ojos bailarán
Las palomas migratorias regresarán
A tus tejados sagrados
Y tus hijos volverán a jugar
Y los padres y los hijos se encontrarán
En tus colinas rosadas
Mi pueblo
La ciudad de la paz y las aceitunas.
traducciones de María Luisa Prieto

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