domingo, 1 de enero de 2023

POEMAS DE MICHEL LEIRIS

 



Bella

Para descubrir la existencia de los extasiados filones

 

en las móviles profundidades de tu cuerpo

 

mis dedos son varitas mágicas.

 

Insólitas serpientes de la cólera

 

mis muebles se odian en mi dormitorio

 

y sus grandes batallas inmóviles recuerdan

 

las de nuestras manos las de nuestros labios

 

las de febriles vapores que brotan a medianoche en los puertos

 

las de mansiones que invisiblemente se rajan de alto en bajo

 

cuando los pasos de una mujer demasiado bella resuenan.

 

Ella era hermosa como el día.

 

Belleza es la corona ardiente

 

es el rumor que recorre el árbol

 

del corazón a la corteza por la albura.

 

Belleza es el esplendor de una boca que se pliega

 

herida por los remolinos de un lenguaje en excesivo amargo

 

como son todas las lenguas que pretender decir alguna cosa.

 

Ella era bella como un espejo

 

un deformante espejo donde se miran igualados por la común irrealidad

 

los que son feos y aquellos que poseen una insensata elegancia.

 

Los espejos se empañarán cuando sus labios hayan concluido

 

de dar en el espejito del bolso ese precario signo de vida

 

los espejos madurarán

 

porque madura cuanto se empaña.

 

Y en efecto.

 

es la muerte eterna quien –royendo cuerpos y rostros-

 

otorga a algunos ese encanto inolvidable

 

de las viejas cosas que han perdido el dorado Extremos de cordón roto

 

Troceados corazones Ojos perdidos Cortadas uñas.

 

Amo cuanto se deshace

 

maduros frutos que caen a tierra a tiempo de enmascarar

 

su fracaso en la noche.

 

Oh, inalterable blancura de las tenues aureolas.

 

Cuerpos destruidos Marchitos rostros.

 

Inseguras estatuas roídas por la lluvia y los hongos.

 

No amo sino vuestra forma desbastada

 

pareja a cuanto el amor amengua y de colora.

Tomado de:

https://blogs.20minutos.es/poesia/category/michel-leiris/

 

 

Juventud

 

Bello zaguán del alba

reposo de los árboles que peinan la crin de las nubes

¿beberé tu gran cubo de agua fresca

bajo el sol grávido de gavillas de mies?

 

En un teatro de la ciudad

ante vestidos negros envueltos en doradas pieles

se representa ese espectáculo detestable

la infancia del cuarto oscuro del pan seco y del agua

                        mas ni una lágrima borda las pestañas

                        ni un brillo resplandece

 

De un lado a otro me paseo

la sierra de mi mirada corta circularmente los horizontes

y permanezco erguido

punto negro del cetro

en medio de una corona circular

mi vida que se deshace tal un círculo en el agua

 

Me golpea la espuma El viento me arrastra

De niño no amaba el mar

a causa de sus manos frías

de su boca salada

lacio sabor anticipado de la muerte y las faunas polares

                           mas se iluminaban belenes

                           en la cripta de muchas pestañas

                           y esperaba muchos lechos de paja

                           nacarados por muchos reyes magos

                           con brazos repletos de regalos

 

Versión de Antonio Martínez Sarrión

Visor Madrid 1984

 

 

Lena

 

Pienso en ti

y tu imagen eleva en torno a mí una tan indestructible fortaleza

que ni el ariete de las nubes

ni la paz blanda de la lluvia

prevalecen

oh mi cisterna de silencio

contra el muro horadado de estrellas en el que me has plantado

 

Se arrastran los perros y la gente

se abre paso a codazos o lanza gritos

El tiovivo sin música del mundo

gira

Con su aureola de ojos infantiles

juego de sortijas del Paraíso

 

Sueño contigo

mi ciudadela sin fosos ni puentes levadizos

sin muros sin torres sin piedras ni matacanes

Me duermo bebiendo el vino demasiado denso de tu sombra

que cubre con su arquitectura sin más peso del que cabe en las balanzas

                     de luz y oscuridad

todos los montes y los campos

todas las viñas y países

 

Antes

se burlaba del buen tiempo mi boca

mientras que mis miradas nada temían tanto

como el ciclón del universo

ignorando si era una bestia

un árbol

un hombre

absurdos vientos me arrastraban

mis brazos batían los aires múltiples

y caía mi destino igual que las manzanas

 

Pero hoy

oh tú tan pálida

porque tú eres mi cielo y el doble espejo que los muros repite

                   y viene el infinito en mi prisión

escucho el silbo de las nubes

no temo a nada ni a nadie

hablo a las nieves del invierno

 

Versión de Antonio Martínez Sarrión

Visor Madrid 1984

 

 

Nada ha concluido

 

No ha concluido de agitarse el mar

golpe de espuma y olas

que semejan ropajes desplegados

y la naturaleza se expande todavía

maremágnum de piedras y de hojas

 

Los restos de jornadas caedizas

sobre armarios de luna levantados

infectan las alcobas en donde el rayo irrumpe

la fulgura bastarda y vacilante

de todos los desagües

 

Sin embargo

                     Oh mi rayo

mi relámpago regio

                     Cuando desciendas sobre las montañas

rozándoles los belfos

oscuros toros cuyos flancos mugen

cual toneles que ruedan al fondo de las cavas

parodias de sarcófagos simulacros de tumbas

¿vendrás a rematar a esta bestia cansada

tú que sabes lucir abierto como el oro

tu destellante acero

tu capote de nubes

tus rodillas en tierra

                      como gallardo espada?

 

Versión de Antonio Martínez Sarrión

Visor Madrid 1984

 

 

Presagios

 

En torno a mi ojo

la tierra

En torno de la tierra

tu aire

el cielo que respiras mientras lo envenenamos

 

Oh mundo

escuché tu derrumbe de rayos

a través de la silenciosa hucha

donde duerme el pan dorado de los milagros solares

en la prisión del día cuyo río es el cántaro

 

Oh aire mío

¿se detendrán los rumores del corazón

porque habla la que conoce mi medida

como la playa conoce sus granos de arena

como la ciudad conoce sus calles y mansiones

como la mar mide en la grupa de sus golfos

el arco iris de las medusas

y la resaca de los muertos violentos?

 

Oh estación

¿se colmará el vacío del corazón

porque la tibia lluvia de un rostro

apareció entre las hojas?

 

Uniéndose dos bocas restañarán su desgarrón

                            estación de tempestad

                            estación de sombra

 

Versión de Antonio Martínez Sarrión

Visor Madrid 1984

 

 

 

Mi libro de canto dorado que no quiero leer de cabo a rabo.

Mi tarta de aniversario que no precisa de velas para estar iluminada.

Mi alcohol que transporta sin náuseas ni dolor de cabeza.

Mi banco para una inmaterial suerte de carpintería

Mi barco de recreo siempre listo para hacerse a la mar.

Mi violín que se hace melodía en cuanto mi mano roza sus cuerdas.

Mi arma de precisión no atacada por la herrumbre.

Mi aurora en los verdes jardines y en las pilas de carbón.

Mi sendero del bosque jalonado de blancos guijarros.

Mi fábula demasiado maravillosa para sufrir el post-scriptum de una moraleja.

Mi castillo de torrecillas múltiples, desvanecido apenas se baja el puente levadizo.

Mi unidad, en la presencia y en la ausencia.

Mi alfabeto -de arco iris a zodíaco- con viñetas pintadas en los tonos más ácidos,

                    y en los tonos más suaves.

Mi desgarrón y lo que zurce

Mi prueba por el nueve.

Mi parte y mi todo.

Mi panacea.

Mi suerte.

Mi razón y mi sinrazón.

Mi frescor y mi fiebre.

 

Versión de Antonio Martínez Sarrión

Visor Madrid 1984

 

 

Una noche

 

En el alba de los sentidos

entre dos jardines de cerradas verjas

elevados rastrillos de hierro aprisionando las hierbas y las gotas de agua

una negra mansión se perfila

de la cual amo la triangular pilastra

rematada por pesadas agujas a las que cual forzado sujeta está la noche

 

No existe tregua

crepúsculo o aurora permanece la torre de agudo tejado

el torreón sobrecargado de trampas

en torno al cual el tiempo monta guardia

auxiliado por sus nocturnos verdugos

 

A veces el ulular de una sirena

desciende de las oscuras orillas del río hasta las ventanas del sesgado caserón

y su grito penetra las cortinas

aplasta los dorados baldaquinos

para ir extendiéndose hasta formar coágulos en el pliegue de los tapices

fija desnudez

 

No existe tregua

el ladrido de los perros os acude a golpear la sensual fachada

tras los cristales hombres y mujeres siguen haciendo el amor

y más tarde los miasmas exhalados del río lentamente se aguzan

 

Una reja de cuerdas dejará que se filtre la acuidad del sonido

Esta voz ajustándose al hueco de todos los oídos

se ocultará en los nidos de termitas

en los huecos de muralla

propalándose por las canales gota a gota como el agua

y gracias a ella sabrá mañana toda la ciudad

que cuando la lámina de las realidades materiales termine de usar prodigiosa vaina de sueño

se desplomará la mansión

abismándose los durmientes

ahogados espantosos

en la reflectante marisma de los antípodas viciados

 

Versión de Antonio Martínez Sarrión

Visor Madrid 1984

Tomado de:

http://amediavoz.com/leiris.htm

 

sin título

A Jacques Baron

 

 

Cuando nació

algunos dijeron que tenía

filamentos de angustia en el lugar del corcho

de sus cabellos

un tapón de corazón en el lugar del corcho

un tapón de corcho en el lugar del corazón

 

 

Padeció toda la familia

crujió el artesonado

más las hadas de bocas grandes como esos ríos que arrastran las fiebres

cantaron al unísono

He ‘s a jolly fellow ¡Por Cristo!

He ‘s a jolly fellow

 

 

Sus manos eran labios

sus labios narices

y su frente un haba

seca y apretada como el peso del genio

cuando deja caer a plomo su peste pulmonar

sobre las espaldas de un adolescente que ha crecido muy rápido

que cree todavía en la locura del viento

y en la frescura de las rosas de las huertas

 

 

Jovencísimo ya amaba la piratería

-o más bien la atroz bufonada- de las luchas amorosas

las bocas pegadas a sus pies de cejas

el ataúd de los ombligos

los dientes clavados en sus uñas burlonas

 

 

Jovencísimo se aprovechaba ya de las amantes

de sus caricias deletéreas

pero más que nada le gustaba embriagarse

y vomitar como para escupir

todas las porquerías del cielo y de la tierra

Es un tipo jovial ¡Por Cristo!

Es un tipo alegre

 

 

Paseando silbaba

y los aires que salían de sus labios

divertían hasta a las hortalizas

que crecían en pequeños recintos extremadamente desagradables

regadas por los llantos

las secretas poluciones de la tierra

 

 

A un ragtime sigue otro Una aventura vale por otra

en ese baño de cristales vacíos donde morimos literalmente de hambre

Se encaprichó de un barco Se encaprichó de una negra

Más tarde de un tocador

de un escabel

de un castigo

En fin, lleva la existencia de un palo de silla carcomido

mientras su viejo tapón cordial danza y se agita como los pliegues de una cortina

Es un tipo jovial ¡Por Cristo!

Es un tipo alegre

 

Aún descansan los navíos en los muelles

mas los bolsillos están secos

Todos los pañoles no obstante descienden

y dan una vuelta en torno a los cristales des lustrados en los antros de la nada

 

 

Cuando regresan

sus dedos y los cabos que penden de sus ropas

aparecen enmarañados de mujeres

pero él sólo silba y vomita de asco

porque no cogió nada

 

 

Transcurre toda su vida

 

 

de bar en bar para hacer llamear sus cálidas borrachografías

de ciudad en ciudad

de plegaria en plegaria

Sus pies de manos están cubiertos de duras callosidades

que oscurecen también sus pulmones de párpados

Mas un hermoso día se colgó

y alrededor de él se burlaban los pájaros

Entonces vomitó como solía

y de modo natural se dilataron sus ojos

«un buen trozo de salchicha nos sentaría mejor

gritaron los gusanos que le roían

 

Es un tipo jovial ¡Por Cristo!

Es un tipo alegre

Ahora hay que comerse su cuerpo de glorioso mártir»

 

 

La dulce nieve de su cuerpo

de su vientre de rostro

de su pueblo de axilas

se fundió lentamente y sin canciones

bajo la caricia de esta miseria calma de las vajillas

Un campanario se alza

crujen las persianas

más tarde las aves vuelven en bandadas

y más de un cántaro se raja

 

 

Danzaron hasta la noche los marineros

los vasos se vaciaron y se los separa

mas en una oscura calleja algunos mendigos hasta el alba cantaron

Es un tipo jovial ¡Por Cristo!

Es un tipo alegre

 

 

Pero ahora quién

quién ahora abrirá la ventana?

 

 

Versión de Antonio Martínez Sarrión

Tomado de:

https://blogpoemas.com/42769-2/

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