Tarde en una ciudad desconocida
¿Es esto la muerte?: en medio del alboroto de la fiesta.
Conversación, amigos y estrépito de música,
la amada descansando en mis brazos,
mientras el bramido como un zumbido melifluo
me invade el oído -me roza un frío helado.
Te vas. Detrás de ti se pierden las voces,
la música suena como un mosquito alto y lejano
O bien: un instante los salones estuvieron llenos
ahora la luz se apaga. Lo que esperas
ocurrió hace mucho tiempo. Cierro los ojos, los oídos,
intento recordar imágenes y palabras
entonces siento que una corriente gélida viene desde la
puerta,
y oigo acercarse pasos a mi mesa,
y una voz baja que me dice: Tiene que marcharse.
Autorretrato
Ascendíamos girando constantemente, a través de luz y
sombras, seguimos
hasta el paso, cerrado en invierno, acabado de desembarazar
de seis metros de nieve. Y después bajamos. Delante de
nosotros, muy abajo,
un arco iris: por primera vez en mi vida visto desde arriba,
por ello
no medio arco, no, entero, el perfecto círculo de luz,
la sombra del coche en el centro: un aéreo cubo negro
en el rojo y azul, violeta y púrpura de la flotante rueda
celeste.
La vista elevó el corazón creando un instante de comunión con
el milagro de la vida,
volvió a crear lo que dejábamos detrás, en un remolino, un
humo de luz,
la negra playa de lava, la bahía azul, el deslumbrante mar de
nubes y el marrón rojizo
de las sagradas islas de las montañas. Tan transparente y
nítido,
indestructible, efímero, fue el regalo de despedida de las
alturas.
Thorkild
Bjornvig (Aarthus, Dinamarca, 1918-Samso, Dinamarca, 2004), Poesía nórdica,
Ediciones de la Torre, Madrid, 1995
Traducción
de Francisco T. Uriz
Tomado
de Otra iglesia es imposible.
Tomado de:
http://unalbornozllenodenotas.blogspot.com/2015/10/thorkild-bjornvig-dos-poemas.html
el somormujo
Con la curva perfecta del cuello,
la lanza delgada del pico
me señala balanceándose
y sigue, como si fuera a bailar,
el más pequeño de mis movimientos,
elegante, fina y alerta –
pero su cuerpo es el de un pingüino,
mantenido erguido, pasivo, inerte.
No vuela como se esperaba –
en su pecho una mancha de aceite
se ha insinuado,
ha minado su poder y estropeado
su deseo de llamar, aparearse y reproducirse,
nadar, volar y bucear,
cazar, atrapar, devorar –
su alegría de estar vivo;
ha golpeado como una enfermedad mortal:
una gota, un germen que flota,
y la lepra mineral
pega las plumas a la capa pegajosa.
Reducido a solo jetsam
entre tablones y latas en la arena,
no sirve para nada, incapaz de pescar
arrojados por el agua, el aire y la tierra,
en su camino hacia el Hades del ciclo de vida:
cada cosa que disminuye lentamente -
observa mis movimientos atentamente
como a su alrededor camino en un círculo.
Pequeña deidad enferma,
perdido en las extensiones solitarias,
naturaleza, el poderoso nunca ha
los matices del deterioro tolerado
de la perfección a la pureza
obliteración; - sin problemas
que de fieras no dicta
reafirmaba el poder o la muerte directamente.
Por eso no lo intentaré en vano
para limpiar tu cuerpo de resbalones,
porque defenderías tu último descanso
con miedo salvaje, si tuviera que elegir
te levanta como si tuvieras que vivir. No,
la luna de esta noche es un amigo más íntimo
y las nubes, el cielo y que
tan tranquila esperas como tu fin.
Y te hundirás: tu último
movimiento perfecto - sin dejar rastro,
mentira extendida una forma sin forma
en este lugar fortuito.
http://johnirons.blogspot.com/2012/11/poem-by-danish-poet-thorkild-bjrnvig.html
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