( Bogotá 9 de Marzo 1953, Colombia)
Lazos ocultos
Lazos invisibles hacen que aquellos se
mantengan
en su delirio en su doble voluntad terminó recluido
el otro se hizo poseer por un grupo de hombres
descubrió que la felicidad era una joven poseída
ella, figura única de mil matices
celebró nupcias con el amor.
Ellos transgresores, implacables
candentes en un desierto helado
intrincados como si fueran uno, más allá de lo visible.
Amor tan alto que da la libertad y la agonía
extraña paradoja donde los amantes atrapados
se ven arrojados a la fatalidad.
Viento
Le visita en la noche, su presencia es real
se traspasan, se barruntan, se prueban
ella le busca con el tacto, sólo un espacio.
Estará escondido en el armario esperando la noche sin luna
trata entonces de cincelar aquel rostro
le es imposible
su amado parece invisible.
Será el amor un sueño intenso
y luego un viento fuerte golpeando sin dejar huella
sólo un vacío, un hueco,
un hueco por donde sopla el viento.
FUNDACIÓN INVISIBLE
Sombras negras me siguen,
me persiguen
empujada por el viento
la nada el silencio se instala dramáticamente
sombras huidizas buscan la fundación invisible
casas destrozadas, concierto de gritos insostenible
la tierra recorrida, arrasada, abusada
el hilo de dolor cose unos cuerpos rotos, heridos
el miedo sopla en los corazones
las furias abrazan, se adentran, pisotean
lo que trae la noche asusta al más valiente
los caballos lloran
mi corazón roto busca la casa, la fundación invisible.
CAÍDA EN EL SILENCIO
El viento borra
huellas, levanta tejas, arrasa lugares
soledad sin violencia, sin voces
no se escucha ni el latido del corazón
figuras perdidas
si te quedas en la misma posición
el pensamiento no funciona, la sangre no circula.
Nadie detrás de la
puerta
el ser invisible odia esa realidad
nadie encuentra su lugar
los hombres quieren ser mujeres las mujeres
quieren ser hombres
lugar vacío, lugar perdido, resbala la mentira
los cerros se trasladan
fosas comunes bordeadas de múltiples cuerpos
la paz sobre la muerte
No hay una puerta, el
corredor atravesado
la dicha robada
los rostros al acecho, el rostro partido
la luz que se fuga, la vida que se inicia
silencio sobre la herida
¿Quién lamentará la perdida?
Soledad absoluta que
me hiere
ni espantos ni voces, una puerta gira sobre sí misma
una puerta se abre, nadie llega
arrojada al vacío
puertas cerradas, puertas abiertas a la nada
el horizonte infinito poblado de seres vistos a través de múltiples espejos
que toman rumbos diversos y propios
espacios verdes, amarillos, azules
bocas rojas, bocas negras
Múltiples rostros
sonrientes
nadie quiere a nadie
simulación, impostura
en el rostro, en la risa, en el cuerpo, en la palabra
casa vacía de voces, de soledad y deseo
el viento borra huellas, levanta tejas, agrede corazones.
VISIBLES ADEMANES
Era joven y esperaba un hijo
sirenas
desesperantes inquietaban su tensa resistencia
se veía implicada
Hermosas noches se convierten en monstruos
por calles vacías hombres brutales arrastran cuerpos lacerados
en camionetas de la muerte jóvenes sangran
sirenas, las puertas rotas, la joven violada
Era joven y esperaba un hijo
al amanecer llegaron a su puerta
fuertes golpes, risas hirientes
el goce de la maldad imponía su presencia
Escondida en un antiguo armario
deseaba que fuera un mal sueño
pero no, allí estaban
se decía a sí misma : la fuerza del amor, la fuerza del amor
Tanta tensión no se soporta
que todo termine
esperaba el momento con una Colt 38
era joven y esperaba un hijo.
MOVIMIENTOS TEMIDOS
Desde mi
cama mirando la luna
escuche
unos ruidos extraños
pasos
lentos subían, subían
voces
susurrando subieron hasta el sexto piso
En esta
ciudad fría que he amado
llegaron
a mi apartamento
el miedo
era un globo a punto de reventar
allí
todos dormidos
las
escaleras oscuras, los pasos llegando
siniestros
hombres sin corazón
cumplían
un trabajo más
Una noche
lluviosa de mayo
la luna
oculta y mi optimismo intacto
en esta
ciudad fría que he amado
hombres
sin corazón nos asesinaron
Mi
pequeño hijo escondido en un armario ha sobrevivido
gritos,
gritos, gritos silenciados
nadie
aguanta tanto
los seres
invisibles se despojan de su invisibilidad.
PAISAJES SECRETOS
En el
espejo se miró mil veces y fue bella
tres
viudeces sombrearon su camino
en
lustrosos recintos fue el centro de atención
sus hijas
observan desde la primera fila.
El tiempo
fue un soplo
el frío
quebranta mis pulmones
mil veces
fui bella, el espejo ya no es el mismo
un ser
invisible traza un camino que no deseo
no logro
detenerme
lámparas
iluminadas, noches suntuosas
en el
hotel todos somos extranjeros.
En el
espejo se miro mil veces y fue bella
tres
rostros visitaron su lecho
desde el
fondo de la noche hay labios, amor y sonrisas
sus hijos
tiemblan en su sueño, tienden puentes movedizos.
Temo
mirar el espejo, allí el ser invisible
alguien
oculto me empuja
crece el
corazón, golpea a cada instante
en
fatigosas noches rostros blancos me visitan
mis hijos
tienden puentes movedizos
en mi
dedo la alianza entre la soledad y la noche
no logro
detenerme
extraños
ángeles elevan mi cuerpo
alguien
murmura al oído el adiós sobre mis ojos.
SEÑALES PARTICULARES
Al
mirarme al espejo no estaba allí
alguien
que no reconocía me observaba
de aquel
rostro sólo poseía mi pensamiento
levantaba
los brazos como pidiendo auxilio
mis
brazos se reflejaban
pero
aquel rostro continuaba en silencio
ningún
gesto delataba un rasgo común.
El día,
la noche caía uno a uno
permanecí
largo tiempo procurando recuperar mi imagen
a cambio
diversos rostros me atrapaban
no tenía
certeza de nada
en varios
espejos a la vez me buscaba.
Diversas
imágenes hacían gestos, reían
fui
asumiendo uno tras otro los múltiples rostros
me
acostumbre a ellos
la que
fui se perdió irremediablemente
ni la
memoria lograba retener un gesto
Alguien
murmuraba suave al oído : Nada es, nada es
observe
mis dientes transformados al filo del espejo.
FILIACIÓN DESCONOCIDA
Me perdí
en el piso trece de un edificio de Manhatan
mujeres
sin rostro dan la bienvenida
un coro
hermoso sobrecoge mi ser
una
flauta un piano me induce por un largo camino
olor a
palo santo embriaga la atmósfera
bellos
hombres muestran sus cuerpos.
La noche besa mi mejilla
en el
largo corredor figuras escurridizas
se mueven
ágilmente
¿A dónde
me conduce este camino?
un
concierto de murmullos tensiona mi espera
la
tristeza construye un rostro bello pero extraño
sombras
huidizas tocan mi espalda
un hombre
negro sonríe y muestra sus blancos dientes.
El viento sopla por un balcón
las
cortinas se mecen provocando una danza
reiterada
y extraña
un bello
hombre observa un lugar perdido
en su
imaginación ama, penetra, se extasía
mujeres
pequeñas sonríen desde diversas puertas
hombres
generosos ofrecen su desnudez
la noche
para el encuentro, la danza talentosa,
el piso
trece, Manhatan sin miedo.
TALISMÁN
Vagaba
por calles de polvo
con los
ojos perdidos y una obsesión
no tenía
un lugar donde llegar
siempre
que veía uniformes
buscaba
el rostro del oficial que la había traicionado
aquella
afiebrada recorría las calles de Argelia
los niños
la perseguían asombrados
ese
rostro no era de estas tierras
Ella
vivía el amor como una entrega absoluta
para él
arrobamiento de máscaras
El
oficial amaba su juventud
en
extrañas fotos sonreía con un fusil
al lado
de cuerpos aun calientes sin vida
las
emanaciones de lo perdido y lo recuperado
disfrutaba
esas tierras
bellas
jovencitas habían besado sus ojos azules
por qué
no, solazarse en estas tierras ajenas
y esas
muchachas abandonadas
Ella
vivía el amor como una entrega absoluta
para él
sólo arrobamiento de mascaras
tanto
desamparo tanta pasión
un
talismán contra la oscura sentencia
un
disfraz más para enfrentar los rostros
suma de
nuestra extrañeza y estupor.
Señora del manto negro
¿Quién es aquél que
ausculta la verdad?
Vamos donde el viento
susurra al oído
donde el amor es la
ceguera y el olor el encuentro
todos amamos un
ilusionista
en las noches busco
un lugar donde descargar el pensamiento
en la tiniebla lo
persigo.
¿A dónde van
las palabras?
Al estremecimiento
que provoca la muerte
al lugar de la
simpleza donde un niño escribe sin reír
atúrdelos, ellos
dejarán escaparte.
¿Por qué te
abriste la camisa?
Por el aire, por el
rumor del mar
el océano repetido de
muertos
por el viento
incansable, que trae remotos secretos
¿acaso no valía la
pena
La dificultad de
superar lo repetido?
¿Para qué todo
este tiempo?
Para mirarnos, para
atravesar la cuerda más floja
para descubrir la
dificultad, los mil rostros sonrientes
¿Quién te nombró
señora del manto negro, señora del juicio?
Sorpréndelos, ellos
dejarán escaparte.
Liturgia
I
El hombre colgado con
los brazos en cruz
suplicios, desalojos,
desprecio por el cuerpo del otro
no hay ni conmoción
ni horror
la cultura de la
desvergüenza
los prisioneros
muestran sus cuerpos derrotados, apaleados
sangre en la pared,
en el piso, en las manos
un gran manchón en la
fiesta de los encapuchados
muertos con el horror
en sus miradas
el abuso como forma
de vida, de placer
rostros feroces y
sonrientes
imágenes del horror y
la risa como aleteo, aleteo bárbaro.
II
Miradas
entrecruzadas, cargadas de perplejidad
el agua nos invade,
nos ahoga, nos arroja
el miedo sube una
escalera sin fin
el hombre contra la
tierra y contra el mar
el saqueo, la tierra
no aguanta más.
Exposición permanente
Templar la piel hasta reventar
golpear, pisotear,
horadar hasta el extremo
moretón, hinchazón,
herida que sangra
gritos, bostezos,
murmullos
el puñal barrena el
cuerpo
templar la piel hasta
reventar
con sus propias
manos, manos que acarician
que golpean como
tambor en la noche
manos que esculpen,
que fijan lentamente la cicatriz.
Siglos de horror, de
trampas, de indiferencia
nadie se opone, todo
se vuelve natural
caída lenta
desde la montaña
hasta el azul
infinito y la profundidad del océano
con sus bestias
maravillosas.
Pieles expuestas,
atravesadas
exposición abierta a
la mirada
bocas abiertas
templar la piel,
colgarla de extremo a extremo
ponerle color,
exposición de cuerpos abandonados, ruinosos.
Galería
Protégeme noche
me interno por
pasadizos interminables
con sombras
bailarinas sobre muros
sin silencio pleno,
sería la muerte
sonidos a lo lejos,
voces llamando a alguien
sigilosa la noche
abre la puerta
los nocturnos, a
veces, caminan por una cuerda floja
esperan un roce o un
jalonazo
empujados vamos, la
noche no tiene fin
siempre vuelve
puntual
evocando…voces,
palabras, lugares, rostros
la máscara de cada
cual
voy abriendo puertas
el hilo tendido hacia
el sueño
sin centinelas, sin
juicios
el sueño y sus mil
puertas abiertas.
RUMOR EN LA NOCHE
No sé de dónde viene tanto rumor en la noche
los sonidos adquieren una presencia fundamental
tanto hombre enfundado en su fuerza
Siloe, El Salado, Ituango
tanto cuerpo magullado, desgonzado
miradas idas
las furias filtran todos los intersticios
los espejos dejan ver rostros sonrientes
besan su arma, el placer de la agresión
La impostura el sacrificio el
buen juicio
ojos que alimentan el placer de la sangre
Hombres embelesados apuntan
diversos blancos
Apartadó, Barranca, La Chinita
gritos, rostros picoteados por aves
la tierra tiembla
cada medalla un rostro desencajado
la victoria sobre territorios arrasados por la calamidad.
CAÍDA EN EL SILENCIO
El viento borra huellas, levanta
tejas, arrasa lugares
soledad sin violencia, sin voces
no se escucha ni el latido del corazón
figuras perdidas
si te quedas en la misma posición
el pensamiento no funciona, la sangre no circula.
Nadie detrás de la puerta
el ser invisible odia esa realidad
nadie encuentra su lugar
los hombres quieren ser mujeres las mujeres
quieren ser hombres
lugar vacío, lugar perdido, resbala la mentira
los cerros se trasladan
fosas comunes bordeadas de múltiples cuerpos
la paz sobre la muerte
No hay una puerta, el corredor
atravesado
la dicha robada
los rostros al acecho, el rostro partido
la luz que se fuga, la vida que se inicia
silencio sobre la herida
¿Quién lamentará la perdida?
Soledad absoluta que me hiere
ni espantos ni voces, una puerta gira sobre sí misma
una puerta se abre, nadie llega
arrojada al vacío
puertas cerradas, puertas abiertas a la nada
el horizonte infinito poblado de seres vistos a través de múltiples espejos
que toman rumbos diversos y propios
espacios verdes, amarillos, azules
bocas rojas, bocas negras
Múltiples rostros sonrientes
nadie quiere a nadie
simulación, impostura
en el rostro, en la risa, en el cuerpo, en la palabra
casa vacía de voces, de soledad y deseo
el viento borra huellas, levanta tejas, agrede corazones.
Piel
El amor se nombra
en su piel más oscura
nada lo detiene
tiende su mano sobre el amante dormido
veloz le jalona a un cuarto vecino
El fiel en la sala sueña
sueña que ella le traiciona
Ellos se palpan
excitados
se adentran rápidos con el placer que sólo el miedo brinda
el amante en su sueño traicionado
el amor se nombra en su piel más oscura.
Burla del Juicio
Me entregué
buscando un pasado que no existía
su joven marido no la amaba
su madre la quería de una manera particular
ella jugaba a una fortaleza que no tenía
a una racionalidad estúpida
nada tenía su lugar.
El tiempo inclemente y
seguro cedía su espacio
la palabra imponía su desvarío
frutos atrapados bajo la madera
el viento levanta techos agrede corazones
el que soporta tanto soporta aún más.
Torpe y abusiva recurro
a la palabra
mejor desaparecer totalmente
sin recordar un perfume, una calle, una palabra,
desaparecer radicalmente sin opción.
El árbol de las voces
En este
pueblo la luz se va temprano
la gente se sienta en la oscuridad del parque
un árbol inmenso guarda
los secretos de habitantes
siempre distintos a través del tiempo:
los enamorados y sus locas peleas
los sigilosos a la espera de su momento
el ladrón asustado por su sombra
la viuda lista a la caricia
el árbol en su maravillosa dignidad
guarda los secretos de las voces del tiempo.
Oscura
Cuántos rostros
creí hallar que hablaban del amor
escudriñé tu mirada mil veces
creí en el amor, y lo retuve en instantes transparentes
en cada abrazo, los caminos abiertos, los días vibrantes
el viento y su canto perpetuo, la banca en el parque solitario
la mujer insomne recorriendo calles de asombro
los encuentros en penumbra, mil veces busqué tu mirada
“luna quebrada en la noche de mi desvelo”.
Volver a tenerte,
retenerte
cabellos dorados, sol quemante
escurrirme en tus brazos, noches iluminadas
piel brillante, manos que abrazan, acarician, aprisionan
el frío me abraza, me soporta, me eleva.
Plateadas figuras de
agua
piedra milenaria que atesora palabras de instantes luminosos
palabra mágica que arrebata, atraviesa, estremece
¿cuántos rostros tuviste?
la capa roja calienta la tierra, ya nada es transparente
en la noche del frío una mujer se adelanta a su destino.
Pendiente
Su rostro no
permanecía idéntico a sí mismo
se entregaba con frenesí a un amor no correspondido
aquella joven lo tenía extraviado
paseaba interminables horas esperando encontrarla
cafetines ruidosos, parques solitarios, cines olvidados
casi siempre ella estaba con alguien
El frío acomodándose en
su cuerpo
escribía de manera delirante
había perdido su ser, muchos lo invadían plenamente
su conciencia se agudizaba cada vez más
no tenía límites entre lo real y lo irreal
asumía diversas personalidades
Buscaba su amada
inexistente
una furia incontenible
lo arrojaba cada vez a hacerse daño
permanecía largas temporadas oculto
alguna vez que lo vi, huía de sí mismo
mujeres enamoradas le ofrecían su cuerpo
Se adentraba en la noche
huía de la gente, la simulación, la risa
del buen juicio que crecía como globo
nada lo detenía, el amor se le había extraviado.
Viento
Le visita en la
noche, su presencia es real
se traspasan, se barruntan, se prueban
ella le busca con el tacto, sólo un espacio.
Estará escondido en el
armario esperando la noche sin luna
trata entonces de cincelar aquel rostro
le es imposible
su amado parece invisible.
Será el amor un sueño
intenso
y luego un viento fuerte golpeando sin dejar huella
sólo un vacío, un hueco,
un hueco por donde sopla el viento.
Circulo
Un cuerpo en el asfalto
dos pieles deseosas de tacto
en el bar alguien se acerca con un beso en la
mano
una joven corre seguida por perros blancos
adolescentes siniestros esperan el gran momento
una navaja se adentra, un cuerpo en el asfalto
gritos en la noche
la danza del viento eleva cuerpos, prendas,
mugre
cuánta multiplicidad de actos.
Dos pieles deseosas de tacto se adentran
espejos invisibles hieren un cuerpo
un hombre trasnochado recorre un largo corredor
amenazado abre puertas
ellos en el lecho no vieron el alba
cuánta multiplicidad de actos, un círculo, un
círculo de miedo.
En el bar la sensual se entrega al ritmo
desde la oscuridad alguien observa
espera el justo momento de asirla a su piel
ojos, ojos, lamparones en la noche
el vino se derrama en los manteles
los ebrios se buscan y se adentran
cuánta multiplicidad de actos, un cuerpo en el
asfalto.
Perros blancos ansían la carne más pura
vapores indeseables recorren un barrio sin luz
una joven corre seguida por perros blancos
adolescentes siniestros fuman
tranquilamente a la sombra del frío
un centinela desde su banco hace siluetas de
humo
perros blancos desgarran la carne más pura
un cuerpo en el asfalto, un círculo, un círculo
de miedo.
El Olor del Océano
Hay un hilo que entrelaza a los paseantes
el calor prepara sus dragones
negros ondulan a mediodía
el ritmo en sus perfectos muslos
las prendas vuelan, liberan los hermosos cuerpos
el calor prepara sus dragones
hembras beben jarras de agua
gruesos labios muerden mangos maduros
siento el olor del océano
mi piel se dispone al fastuoso encuentro
hombres fuertes bajo el sol deslizan su húmeda
lengua
el calor prepara sus dragones
arena, arena caliente, el trópico en su
esplendor
pieles aceitadas en manos del océano
perpleja me sumerjo en el abismo.
Evocando a María Luisa Bombal
Al amanecer ebrio aún le conoció
desde ese día quiso atarlo a su cuerpo
por todos los costados
pero él hábil y enamoradizo se escabulló
extranjero en Bogotá, en Estambul, en Florencia
a cualquier lugar donde llegaba
su habla inagotable enamoraba a viejos y jóvenes
las mujeres ofrecían su desnudez para cualquier
desvarío.
Un día en una céntrica calle una mujer olvidada
por él
le llamó por su nombre
él la miró, sorprendido trataba de memorizar un
pasaje perdido
al lado de aquella hermosa quien le apuntaba con
un revolver.
Herido en medio del delirio y el gentío
balbuceaba : es la loca, la poeta, la mujer que
me inventa.
DOMINIOS DEL ESTRAGO
Un hombre desnudo camina bajo la lluvia
en el silencio de su casa escribe el último libro
en medio de la gente toca la guitarra
una voz sostenida desata el fervor
noches calientes, pieles húmedas
Segovia los muros sangran
en ese cuerpo, miles de cuerpos
sus ojos abiertos miran al cielo.
En el patio de la casa
una mujer enamorada lava la espalda del marido
espera el silencio para susurrar sus secretos
él en su hermosa desnudez quita los tacones blancos
palabras de múltiples colores y sonidos habitan su estancia
noches calientes, pieles húmedas
Segovia los muros sangran
en ese cuerpo miles de cuerpos
sus ojos abiertos miran al cielo.
La noche para la muerte
esta ciudad da miedo, el silencio injuria, da puñales
¡ay! descargas brutales, el suelo suda
una sombra se agiganta en el muro
Segovia los muros sangran
un hombre desnudo camina bajo la lluvia
sus ojos abiertos miran al cielo.
Para Julio Daniel Chaparro
TRAMPAS
Desde una ventana observo cómo se adentran
cómo se traspasan
él habla a su oído, ella infinitamente gozosa
con una expresión de extravío murmura:
ven, ven conmigo, lo oculto me jalona.
Desde una ventana observo cómo se entrecruzan
una oleada de calor y uno ha desaparecido
pero no..., allí siguen jadeantes... y son hermosos.
Desde mi ventana les envidio
ella sonríe y hace una seña
me mira como mirándose a un espejo
dudo en bajar
me siento invadiendo espacios que no son míos.
Recorro el lecho
me atraen como un imán y no hago nada por evitarlo
él dice dulcemente, ¿Cuándo nos dejarás libres?
ella besando mis ojos afirma
esta prisión también duele
no queremos estar más en tu memoria.
ESPACIO HABITADO
Alguien se mueve discreto en la noche
fuma largamente mientras el sonido de una armónica
penetra cuerpos y paredes
la vecindad de un ser desconocido que observa los cerros
espantaría en las noches cualquier alma sosegada.
Movimientos imprevistos sobresaltan mi descanso
el corazón a galope me arroja
una mujer torpe sale al pasillo
seres de la noche pueblan mi espacio
absoluta quietud, brillantes ojos persiguen la sombra
avanzo, avanzo
tropiezo con rojas manzanas que ruedan a mi paso.
Alguien en el fondo de la habitación
bajo la luz de la luna escribe:
Entrégate al hombre apostado en tu estancia
yo soy la noche tu eres la soledad
el deseo es un árbol donde la luz se ahoga
todo lo que poseemos está en este fuego.
VERDE
El día y la noche son un canto alegre en mi oído
la ciudad con sus múltiples verdes acostados al sol
hombres y mujeres de mi ciudad con búsquedas particulares
la mujer con su voz negra
mi entusiasmo abierto a los demás
el silbido del adolescente en búsqueda del amor
el canto ceremonioso y contundente
de fuertes voces me hace temblar de emoción
el cielo azul y este clima esplendido
ciudad abierta a todos
con sus cometas de múltiples colores.
Me deslizo por caminos abiertos donde sombras palpitantes
escudriñan
la luna ilumina la noche
jóvenes despiertos se mecen en el baile
la música telón de fondo apaga las voces estridentes
ebrios son jalados por indeseables
mujeres desprovistas de pudor se pasean por calles colmadas de gente
parejas abrazadas a su momento palpitan locamente
el amor iluminado un instante.
Todo se agita, todo se mueve y desvanece en el aire
la noche prestada para abandonos sublimes
por paredes de la noche suben hombres musculosos
la noche se ilumina con destellos de fuegos artificiales
desde diversos lugares voces contundentes nos llaman, nos cantan
toda la diversidad y las lenguas del mundo
todo es leve y sin peso
mi ciudad anhelada desprovista de miedo.
BAJO LAS SOMBRAS
Alguien con su quebrada voz canta por las calles de la
noche
siento miedo, miedo de un disparo al aire
un disparo que deje en el asfalto a un hombre
alguien con hambre lanza su quebrada voz al aire
desde mi cuarto deseo saltar por uno
de los cuadros que me
acompañan
perderme en espacios de tormentas o de asombros,
besar una bella de Botticelli
tal vez arrullar un pequeño solo en medio del parque
o hacer parte para siempre de una pintura de Modigliani
cualquier cosa preferible
a la voz quebrada de ese hombre en medio de la noche.
PENUMBRA
Hombres abandonados por mujeres con ansias de vida
hombres felpudos de mirada triste
la amplia noche que nos alberga y desaloja
hombres sinceros con un parche en el ojo
olvidados en el último escalón del tren que parte sin rumbo fijo
mirada llorosa del solitario
en la penumbra de su apartamento.
Hombres con miedo convencidos de no tenerlo
lluvia pertinaz sobre los rostros idos
orejas rotas mirada perdida, ¿para qué nacer?
si la vida joven se pierde a cada instante
el cuerpo dejo de ser sagrado
el odio, el fanatismo, las furias se abrazan a jóvenes cuerpos
la ceremonia de la guerra, el olor a plomo redime a los bárbaros
las escaleras infinitas recorriendo los mismos lugares del miedo
las ciudades, los tiempos, los rostros, pasan los siglos
pero sigue detenido el tiempo del miedo y del odio
mirada llorosa del solitario en la penumbra de su abandono.
TUMULTO DE VOCES
Las puertas abiertas, el viento mece la cortina
el sonido insistente de una ambulancia
delata la posible muerte
un hombre joven pierde el sentido
rueda por las escaleras aferrado a sus libros
el dolor, la soledad, la enfermedad.
Sombras escurridizas se mecen
los ojos, las bocas abiertas
una puerta produce un sonido seco
nadie llega, pero hay un tumulto de voces
en el suelo el hombre inconsciente
incisivas miradas se pegan a su piel
las manos se agitan produciendo calor, agotamiento.
Ese hombre solo, enfermo, con su ojo herido llora
posee una fortaleza que no lo abandona
portones, calles, ventanas de madera
miradas escondidas en la penumbra de las luces
seres silenciosos se pasean por las calles
la noche sobre la noche.
DOMINIOS CRUZADOS
Las furias no pueden seguir avasallando
el viento trae lágrimas de dolor
los cuerpos son saqueados
el aire huele a plomo
los caballos huyen de jinetes bestiales.
Un niño sonríe frente a rostros vaciados de odio
la fiebre de poder, atrapa, pisotea, asesina
con máscara de amor oscurece, silencia al amigo
murmullos, sombras, sigilo, la noche sin sueño
mal nacidos con ganas de muerte
El silencio recobra el orden
la extraña voz de los sin voz
más allá de la muerte, la vida recurrente, hermosa
el deseo contra el tumulto de miedo
la vida contra las furias, un día donde la noche duerma.
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