lunes, 19 de marzo de 2018

POEMAS DE NORMAN PABA ZARANTE



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 Magíster en Escrituras Creativas de la Universidad Nacional de Colombia en la línea de Poesía. Algunos de sus poemas han sido traducidos al francés y al inglés. Colaborador habitual de la editorial Piedra de Toque Poesía Ambulante. Participó, entre otras, en la antología de poesía colombo-peruana En Tierras del Cóndor del Taller de Edición Rocca; Antología Múltiple III, Luna Nueva (Diecinueve miradas a la poesía colombiana). Dirigió y dictó el taller de creación y apreciación en poesía Ruido Ciego para la Dirección de Museos y Patrimonio Cultural de la Universidad Nacional de Colombia. Ganador en el año 2017 de la convocatoria de Idartes Residencias Artísticas en Bloque Ciudad de Bogotá, con el proyecto Habitar el Relámpago (Fundación Poética de Espacios No Convencionales). Su libro de poemas La Noche Incinerada se encuentra inédito. Ha publicado la plaquette Habitar el Relámpago.

DORMIR


Dormir en sofás endurecidos por el frío.
Dormir en callejones, en puentes, en plazas, 
mientras las ratas bailan un vals con tu hambre.
Dormir 
con toxicómanas violentas aullando de emoción 
ante la posibilidad de una nueva dosis.
Dormir, perseguido por las jaurías del amor,
en un Cadillac dios de óxido y ruido.
Dormir con las luces encendidas por miedo al fin del mundo.
Dormir en habitaciones destruidas por la fiesta, 
en trincheras, en cráteres salvajes.
Dormir borracho y despertar en medio de un hospital 
ciego de golpes. 
Dormir enfermo en el altillo del apartamento 2 0 2
5 gatos furtivos y la amistad más generosa
desplegándose. 
Dormir esposado en estaciones de policía, dormir en bibliotecas, 
en taxis que regresan a ningún lugar.
Dormir en moteles del desierto
donde la certeza de la inminente y estruendosa derrota 
seduce a mi desesperación. 
Dormir 
en ese único avión 
que cae en medio del infierno.
Dormir con Angélica, su cuerpo perfecto de 1 metro 79
cuchillo de luz que parte el aire, parte la madrugada
irrumpiendo como milagro, 
breve tigre de Kafka, fogata alucinada.
Dormir 
arrullado por el resplandor de las bengalas, 
en altamar, 
escuchando la conversación subterránea de todas las cosas vivas.

 TEORÍA DEL VUELO

All things are one.
All things are joined
even beyond the edge of sight.
Mark Strand
A diez mil pies de altura todas las cosas están hermanadas.
Partículas de polvo igualan el tamaño de planetas
y en las calles
los árboles arden y los niños arden
como bestias heridas 
que segregan una única visión
de montaña enloquecida bajo un filo múltiple.
Y yo, perpetuo proyectil cayendo sobre los aeropuertos,
exhalo pasión por las piras funerarias
por el olor de la hierba mordida por la humedad.
A diez mil pies de altura
todas las cosas vuelven a ser una.
Luz aplastada hasta la ceniza.
Elemental equilibrio de fuerzas desatadas.
A diez mil pies de altura me desintegro
el pago por mis poemas no llega
y los días de oro son viejas amantes muertas 
bailando la dura canción de una nostalgia salvaje.
Arruinado nuevamente 
recurro a la poesía
ingrata puta de mil caras
prefiere una cena de piedra bajo la luz de las farolas
prefiere habitaciones calientes y el suave relámpago
de narcóticos aplicados vía intravenosa,
no la reprocho.
A diez mil pies de altura
lanzo un beso al libro de Miłosz olvidado sobre mi escritorio
¿Qué clase de poesía es aquella que no salva
naciones o pueblos?


 VISIÓN DE SAN VICTORINO

A la manera de Hieronymus Bosch
Niños visionarios arrojados a la hoguera 
y viejos toxicómanos destruidos 
ofreciendo sus llagas a tambaleantes ángeles del vértigo 
detectives del fulgor 
que ofrecieron su mente en sacrificio 
para despertar tan solo a los tres días 
con oro en sus libretas 
y la certeza de un nuevo astro 
alumbrando el material cambiante de la furia. 
Suicidas de cristal paranoico estallando 
la calma sorda de las avenidas. 
Siniestros productores pornográficos 
ejercitando carne podrida 
desde el doceavo piso de una pesadilla 
con gabanes de cuero sintético y paredes cubiertas en plástico.
Pederastas constelados de horror 
cuyos dientes 
como los dientes de una cantante muerta
resplandecen en teatros y azoteas. 
Putas vestidas de un rojo violento 
inestables traficantes de Mini Uzis 
enseñando que la belleza sucede 
a una cadencia de 950 disparos por minuto.



SUMA

Ser un violento ángel de Caravaggio 
visión narcótica de la Gracia. 
Ser la pantalla borrosa de un cine pornográfico.
Ser el amante baleado a media noche
gacela herida en la tela del sueño. 
Ser la calma anterior,
el jardín cercado por las llamas, 
una ciudad aplastada por la artillería de dioses enemigos.
Ser Chet Baker, un diamante tallado y robado en Oklahoma, 
delirio de trompetas volando entre lujosos hoteles
y la muerte. 
Ser un monje salvaje en perpetuo éxtasis
adusta serenidad sobre el lomo curvado del relámpago. 
Ser la fuga, la lluvia, un fuego de hojas secas.
Ser
el más hermoso cuchillo 
clavado en el corazón del mundo.




CALMA

Para Verónica Ardila
Lanzarse a las vías de un tren que no existe
en una ciudad bombardeada y olvidada en el sueño.
Vivir en los libros, en la pantalla de un cine, 
en minúsculas habitaciones donde solo palpita
tu respiración de puro fragor, 
pulso de ruinas doradas 
bajo el ojo salvaje del amanecer. 
Bailar con cuchillos 
mientras las ambulancias rugen y el mundo ruge
y la tranquila apariencia de las grietas 
es la única música posible. 
Derrochar todo dinero en cerveza y cocaína,
y una angustia tan bella 
como para huir travestido en aerolitos de furiosa carne.
Jugar con las ilusiones perdidas hace tanto tiempo,
una tarde de agosto, 
cuando atravesábamos la avenida Santander
en un viejo Mazda 
y tú mirabas a través del parabrisas 
a las gaviotas sobrevolando como diosas del destierro
la orilla del mar,
y yo pensaba que podíamos estar allí
en la carretera, para siempre, amándonos.

AÚN NOMBRO LAS ESTRELLAS

Vuelve, amor mío, aún nombro las estrellas
para que las vistas de luz y las lances a la noche.
Vuelve, te prometo que huiremos a otra ciudad,
que cambiaremos nuestros nombres,
que robarás una buena peluca rubia
y conduciremos entre el polvo y el futuro.
Viviremos allí donde el camino sea vibrante
deslizándonos decididamente entre los brazos del aire.
Vuelve, amor mío,
aquí hay una soledad tan grande
que se puede sentir
en los pájaros y su música que colma el universo.
Vuelve,
pero trae contigo la dulce furia de esos días
hermosos días donde el olor de tu sexo se derramaba
más allá de las ventanas, más allá del sol.
Ven, entra a esta habitación,
traspasa mi cuerpo de nervios y humo,
asesíname lenta y suavemente como si aún me amaras.
Yo sigo enfermo de infancia, esperando,
asediado en la oscuridad por ejércitos de oro
que me enseñan con paciencia
el arte de olvidar bajo la lluvia.
***

ENTRE DIOSES

Viajando por constelaciones moribundas
hemos aprendido a navegar abismos;
sobre lejanos cráteres
erigimos laboratorios, cocinamos la maldición.
Nuestros dealers rondaron esquinas del paraíso.
Y una eterna generación de soñadores clandestinos
alucinó el sol púrpura en otras pieles.
El tiempo arde desde la vasta condena,
ardería aún más
pero no ha nacido entre dioses
quien ame o se drogue lo suficiente.
***

POEMA

Dentro de mi pecho
un incendio
y una casa hecha de palabras.
Hablo de soles que celebran su presencia,
de mañanas nacidas
para justificar su jardín.
Hablo
del circo que allí vuelve con la lluvia,
de los trapecistas
que saltan de un lado a otro de mi corazón.
El incendio baila enamorado de la brisa
internándose en su centro, expandiéndose en sus límites.
Casa e incendio son un mismo cuerpo en mi cuerpo.
En su barriga
la caravana y su música, las carpas, los colores,
la respiración, la piel. Todo
es sacrificado, todo se integra y canta.
Fiebre por siempre, fiebre en mis manos y luz en mi pecho.
Con cenizas escribo el poema.
***

MALDICIÓN ANTI-KIPLING

Si has podido mantener una calma enfermiza
aun cuando mil caballos embalados
combaten en el charco de mierda que es tu mente.
Si has amado en el abismo
y tú eres el único sobreviviente
a la asfixiante felicidad
del descenso.
Si todos los seres que has sido desde siempre
están brutalmente desesperados.
Si cada mañana al tomar la Uzi
que intentas negociar
sueñas volar cabezas de soñadores.
Si aún no has enloquecido en los manicomios
donde te confinaron para silenciar tu don profético.
Si eres indiferente ante la masacre
y puedes mirar tranquilo en tu televisor
la exhumación de millones de invisibles.
Entonces, hermano,
el mundo es tuyo
y toda la sucia pureza que habite sus alrededores.
***

PERDEDORES HERMOSOS

Cerveza y mujeres
y el sol huyendo a toda prisa
travestido de luna:
breves visiones del paraíso,
imágenes como postales de lluvia
exacerbadas
por el delirio de nuestros corazones al aire.
Bebedores lacónicos oscilándose como navajas,
evitando los bordes,
porque nadie roza a nadie
pero todos aman
peligrosamente a todos,
en los bares,
en las esquinas donde ángeles puntuales
venden perfectas dosis
de lírica eternidad.
Perdedores hermosos
de brazos que se extienden en el espacio-tiempo,
como versos,
como pájaros que enseñan un camino aparente
hacia una iluminación conseguida
mientras se come mierda en las calles.
Días embrujados hermosamente
por el gigantesco útero de la vida
que lo expulsa y lo contiene todo
***

LA DIETA

Come toda la luz que puedas antes del desayuno.
Si tienes ansiedad
cálmala con cerveza
y espera, pero sé precavido
el tiempo es un cazador ciego.
Al almuerzo
traga países como manzanas, continentes completos.
Y toma tu intemperie y viértele mares y ríos y duras calles.
Repite esta rutina como respirar,
siempre cuida tus espaldas,
nunca confíes completamente en nadie.
Al cabo de no pocos años
habrás ganado un alma de lluvia,
inundarás las calles, regarás las cosechas,
te rebasarás y escaparás de ti mismo.
Y tu casa será la soledad, allí aprenderás a amar.
Y te hallarás libre y completo
porque no ardiste lentamente hasta desaparecer
como todo lo que alguna vez ha vivido en este mundo.
Tu camino es otro:
Un beso prolongado. Una ruta salvaje entre las estrellas.
El Dios que vive en mis manos 
me inclino, 
el dios que vive en mis manos 
también se inclina. 
Todo lo que vive en él se 
concentra en mí en oración, 
y por un momento, 
ardemos en el mismo fervor, 
por un momento 
somos humo que asciende y se convierte en pájaro 
pájaro que surca el espacio hecho 
espejo lunar de noche incinerada.


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