(1921 - 1985, Atenas, Grecia)
El número plural
El amor,
nombre sustantivo,
muy sustantivo,
número singular,
género ni femenino ni masculino,
género desvalido.
Número plural:
los amores desvalidos.
El miedo,
nombre sustantivo,
al principio número singular
y luego plural:
los miedos.
Los miedos
por todo a partir de ahora.
La memoria,
nombre propio de los pesares,
número singular,
sólo número singular
e indeclinable.
La memoria, la memoria, la memoria.
La noche,
nombre sustantivo,
género femenino,
número singular.
Número plural:
las noches.
Las noches de ahora en adelante.
(Poemas, 1998)
La coartada
Cada vez que te visito
sólo el tiempo transcurrido
de una vez a otra ha cambiado.
Por lo demás, como siempre
se desliza desde mis ojos como un río
turbio tu nombre grabado
—padrino del guión pequeñín
entre las dos fechas,
no vaya a pensar la gente que ha muerto
sin bautizar la duración de tu vida.
A continuación limpio las mustias
cagaditas de las flores añadiendo
algo de arcilla roja donde se ha depositado
negra
y le cambio, finalmente, el vaso a la
lamparilla
por otro limpio que traigo.
Nada más volver a casa
a conciencia lavaré el sucio
desinfectando con lejías
y cáusticas espumas de espanto que echo
cuando me agito con fuerza.
Con guantes siempre y manteniendo mi cuerpo
a gran distancia del pequeño lavabo
para que no me salpiquen las aguas muertas.
Con estropajo metálico de dura aversión rasco
la grasa pegada en los labios del vaso
y en el paladar de la apagada llama
mientras la ira aplasta el ilegal paseo
de algún caracol, usurpador
de la inmovilidad vecina.
Enjuago luego enjuago con escaldante furia
bulle mi intento de volver el vaso a su
primer
su alegre su natural uso
el de saciar la sed.
Y queda ya del todo limpio, reluce
ese mi afán hipocondríaco de no querer morir
querido mío, míralo de otro modo:
¿cuándo no ha temido a la muerte el amor?
(De un minuto juntos, 1998)
Este eres tu
Para los laberintos que necesitabas
una madeja de hilo, y alguien
mantenlo en la entrada - donde
ya podrías haberlo atado
evitando así el amor
que empeoran los errores.
Necesitabas minotauros
tu fuerza Y sería suficiente
solo bastaría con cambiar las velas
para que Aigaias sobreviva.
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