Ojos y pechos
23
Miro tus bellos ojos,
mujer, y miro tus graciosas mamas,
éstas de leche y aquéllos
fabricados en llamas.
Digo luego suspirando con aumentada sed:
“No debería, por Natura”
para aclarar de tan serenos polos
dos mundos de belleza en contraste con dos soles.
Mirada
22
Otra ocasión ya más
que es ser por ti mirado llegará,
ojos avaros y soberbios, lo negaste.
Al fin tú me miraste,
y se turbó el mirar bello y sereno
que me lanzaste, al menos
ya no podrás negarte
que otra vez me miraste.
Ojos
17
Ojos, si es verdad que un sabio
la luz clara puede
someter de las celestes rotaciones
¿por qué no puedo yo
poseerlas a ustedes, luminosas y bellas,
en el sol nacidas, estrellas terrenales?
Feliz astrología
si pudiera, besando un rayo suyo,
decirles: “Ya no temo a asesinos y reyes:
si ustedes, ojos, ya son míos”.
Ojos
19
Luces bellas y perversas,
las miradas que lanzan,
si desdeñosas o amables, son siempre iguales:
homicidas y mortíferas;
por qué si miran a los otros
de ira colmados y de orgullo
matan de preocupación y duelo,
y si piadosas se vuelven
entonces de dulzura matan.
Ojos
18
Ojos de mi vida,
si en el corazón yacen,
ustedes que en la llama donde ardo miran siempre,
vayan pues a comentarle a ella
mis graves incendios personales,
y que los tengo todavía,
estos ojos, pero es que el corazón
si vive es por ustedes y sin ustedes muere.
Ojos
20
Quién quiere ver, quién quiere
ver, amantes, en el mediodía claro
las estrellas frente al sol,
vengan a ver de mi ídolo amado
los ojos, donde el sol se ofusca:
que dan noche a los otros, a la luz del día.
versión de Alfredo Soto Guillén
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2019/01/cinco-poemas-de-giambattista-marino/
"Elogio de la rosa"
La Diosa que la rosa ensangrentara,
aun traspasado acerbamente el seno,
no se mostró indignada contra su hijo
por no ensoberbecerle. Mas guardando
dentro del corazón aquella herida,
se mordió el dedo, y dijo: «Te la guardo.
Por esta vez con el dolor ajeno
no quiero oscurecer tanta alegría».
Volvió la vista luego al monte, donde
la zarza que la hirió en el pie se hallaba,
se detuvo un momento a verla, y quiso
saludar a su flor antes de irse;
y al verla aún mojada y destilante
allí purpureando, así le dijo:
«De ultraje y daño el cielo te proteja,
fatal razón de mis felices cuitas.
Rosa, risa de amor, hija del cielo,
rosa que se ha hecho roja con mi sangre,
precio del mundo y prez de la natura,
hija virgen del sol y de la tierra,
de ninfa y de pastor gozo y cuidado,
honor de la odorífera familia,
de la hermosura tienes la alta palma,
sublime sobre el vulgo de las flores.
En bello trono emperatriz altiva,
en la natal ladera te aposentas.
Graciosa y lisonjera turba de auras
en redor te corteja y te secunda,
y de guardias punzante fila armada
te rodea y de todo te defiende.
Y de tu regia fama envanecida
llevas áurea corona y manto tirio.
Púrpura del jardín, pompa del prado,
ojo de abril, joyel de primavera,
de ti las Gracias y los Amorcillos
con collares se adornan y guirnaldas.
Tú cuando vuelve al alimento usado
gentil abeja o céfiro gracioso,
en taza de rubí beber les haces
rociados licores cristalinos.
El ambicioso sol no se envanezca
de triunfar sobre más pequeños astros,
pues tú entre las violetas y jazmines
tus pompas muestras bellas y soberbias.
Tú eres con tu hermosura único y solo
esplendor de esta tierra, y él de aquélla;
él en su esfera, y tú sobre tu tallo,
tú sol en tierra, y en el cielo él rosa.
Y conformes se harán vuestros quereres,
de ti el sol, y tú de él seréis amantes.
Él de tus galas, y de sus despojos
en su levante vestirá la Aurora.
Tú ostentarás en hojas y en cabellos
su librea dorada y llameante;
y para que lo imites plenamente
un solecillo siempre habrá en tu seno.
Y pues de mí, por tal servicio, ahora
algún precioso don debe esperarse,
tú has de ser entre todas las de Flora
mi favorita flor, mi preferida.
Y a la mujer más bella que honre el mundo
quiero que bella solamente llamen
mientras orle sus labios y mejillas
con tu vivaz color».
Y más no dijo.
Tomado de:
https://franciscocenamor.blogspot.com/2018/06/poema-del-dia-elogio-de-la-rosa-de.html
LA CABEZA DE MEDUSA EN UNA RODELA
DE MICHELAGNOLO DA CARAVAGGIO, EN LA
GALERÍA DEL GRAN DUQUE DE TOSCANA
¿Qué enemigos habrá ahora que en mármol frío
no se tornen de repente,
si miran, señor, en el escudo vuestro
aquella orgullosa Gorgona tan cruel,
con cabellos horriblemente
vueltos amasijo de víboras
provocan escuálida, y pavorosa pompa?
¡Mas qué! Entre las armas ventaja
apenas os procura el monstruo formidable:
ya que la auténtica Medusa es vuestro valor.
Posible versión de Luis Antonio de Villena
Tomado de:
https://porestarcontigo.blogspot.com/2014/06/un-poema-de-giambattista-marino.html
La mano de Schidoni
"Toma el hielo y la luz, ellos son sólo
los temerosos poderes oscuros de la sombra;
son también la palidez de muerte,
la condición indispensable, la mezcla extraña;
Toma lo que rescates de la oscuridad en el rastro negro,
el dolor y la oscuridad se entrelazan
la amargura amada, el nunca anhelaba la
suerte, la miseria de la naturaleza inacabada;
Veneno de jeringa en serpientes elegidas
si se mezcla y añade
a los colores de los suspiros
y a las muchas preocupaciones,
Entonces renace, Schidoni, la verdad
y no la mentira de mi retrato. "
Tomado de:
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