COBRA NORATO
Traducción de Ángel Crespo
I
Un día
tengo yo que vivir en tierras del Sin Fin.
Voy andando caminando caminando.
Me confundo con el vientre del bosque mordiendo raíces.
Después
hago un filtro de flor de tayá de laguna
y mando llamar a Cobra Norato.
—Quiero contarte una historia.
¿Vamos a pasear por aquellas islas despejadas?
Supón que hay luz de luna.
La noche llega suavemente.
Las estrellas conversan en voz baja.
Juego entonces a atarle una cuerda al pescuezo
y estrangulo a la bicha.
Ahora sí
me enhebro en esta piel de seda elástica
y salgo a correr mundo.
Voy a visitar a la reina Lucía.
Quiero casarme con su hija.
—Entonces tienes que cerrar los ojos primero.
El sueño ha resbalado por los pesados párpados.
Un suelo de lama roba la fuerza de mis pasos.
II
La sombra ha escondido los árboles.
Sapos bezudos acechan en la oscuridad.
Un pedazo de bosque está aquí castigado.
Los arbolitos se acuchillan en el charco.
Un hilo de agua atrasada lame la lama.
—¡Lo que yo quiero es ver a la hija de la reina Lucia!
Ahora son los ríos ahogados
bebiéndose el camino.
El agua va llorando ahondando ahondando.
Allá adelante
La arena ha conservado las huellas de la hija de la reina
Lucía.
—Ahora sí
Voy a ver a la hija de la reina Lucía.
Pero antes hay que pasar por siete puertas.
Ver siete mujeres blancas de vientres deshabitados
guardadas por un yacaré.
Hay que entregar la sombra al bicho del fondo.
Hay que armar gresca con la luna nueva.
Hay que beber tres gotas de sangre.
Bostezan los árboles somnolientos.
Ay que la noche se ha secado. ¡El agua de! río se ha roto.
Yo tengo que irme.
Me hundo sin rumbo en lo hondo del bosque
donde los viejos árboles grávidos dormitan.
De todas partes me llaman:
—¿Dónde vas, Cobra Norato?
Tengo aquí tres arbolitos jóvenes esperándote.
—No puedo.
Hoy voy a dormir con la hija de la reina Lucía.
XXXI
Esta es la entrada de la casa de la Boyuna.
Allí abajo hay un tremedal.
Unas arañas peludas están de guardia.
—Con humo de múcura se las amasa.
Me hundo en esta gruta oscura.
El suelo hueco resuena.
Hay fosas con la boca hinchada.
—¿A dónde irá a salir esto?
—Sale a la garganta del Antro.
Allí adelante
por unas aguas embrujadas
está pasando una canoa cargada de esqueletos.
Ay, que el Abuelo-murciélago del mal agüero me ha visto.
Pues disimula, compadre,
Que aquí hay un sitio oscuro donde escondemos.
En este agujero de observación
Podemos ver a la novia de la Culebra Grande.
Compadre, he temblado del susto.
Se me ha cortado la respiración.
Sabes quién es la moza que está allí abajo ...
desnudita como una flor?
—? ¡Es la hija de la reina Lucía!
—Corre de prisa con ella
desnudita como está.
No pierdas tiempo, compadre.
¡El yacaré está en la boca de! pozo.
Hazle una higa para atontarle.
La Culebra Grande se ha despertado.
—¡Los Cuatro Vientos me ayuden!
Quiero fuerzas para huir.
La Culebra Grande viene-que-viene a cogerme.
Yo-te-cojo. Yo-te-cojo.
—La Sierra del Ronquido se despeña,
corta e! camino detrás de mí.
Yérganse tres muros de espino,
con humos de ouricuri.
—Tira ceniza para atrás para ganar distancia.
Yo-te-cojo. Yo-te-cojo.
Tamacuaré, cuñado mío,
la Culebra Grande viene-que-viene.
Corre imitando mi rastro.
Haz como si fuera yo.
Entrega mi pixé en la casa del Payé-pato.
Tuerce de prisa el camino
que ya viene la Boyuna
como tormenta de piedra.
Viene aplastando bosque.
Uéh!
Ha pasado rompiendo el camino.
Los arbolitos se han quedado con el pescuezo torcido.
Los otros han rodado aplastados con las raíces bocarriba.
El horizonte se ha aplanado.
El viento corrió corrió
iba mordiéndose el rabo.
El Payé-pato, allí adelante, le ha indicado el camino
equivocado.
—¿Cobra Norato con una moza?
lba para Belén. lba a casarse.
Culebra Grande salió echando chispas para Belén.
Le dio un escalofrío.
Entró por la alcantarilla de la Catedral
y se quedó con la cabeza desmayada debajo de los pies de
Nuestra Señora.
XXXII
— Y ahora, compadre,
me vuelvo para el Sin-Fin.
Me voy a las tierras altas
donde se eleva la sierra,
donde corren los ríos de aguas claras
por bosques de mulungú.
Quiero llevar a mi novia.
Quiero estarcito con ella
en casa donde morar
con puerta azul pequeñita
pintada con un lápiz de color.
Quiero sentir el calor
de su cuerpo de va-y-ven.
Quierito quedarme cerca
cuando la quiero bien bien.
Allí a la sombra del bosque
oír la yurucututú
aguas que pasan cantando
para que nos despertemos.
Y cuando esperando estemos
que otra vez la noche vuelva
historias le contaré
(de las que no dicen nada)
pondré nombres en la arena
para que 105 borre el viento.
POEMA ERÓTICO
Traducción de ÁNGEL CRESPO
En el balcón de la Señorita
la mucama mece la red blandamente
—Señorita tiene un cuello oloroso...
—Oh negra boba
—Durmiendito así sin nadita en la red
señorita está muy bonita...
—Oh negra boba...
Cinturita pequeñitita...
—Boba...
—Ah pero yo sé una cosa. ¿Quiere que se la diga?
—Di, negra boba
—Sé que ese mozo viene Dicen que viene Dicen que viene...
—Ah ¿Quién te lo ha dicho, negra boba?
—Viene a buscar a la Señorita de noche...
—¡Calla esa boca, negra boba!
—... lleva a la Señorita a un cuarto adornado de encajes...
Después hace un
sueñecito mansito…
— Boba...
Señorita
ablandó los ojos con una sonrisa
La red se
enrolló a su cuerpo
Cual piel
de fruta madura.
Tomado de:
http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/brasil/raul_bopp.html
TUPANCIRETÃ
En un
principio eran campos propiedad de la madre de Dios.
Entonces no sé
cómo fue.
llegaron las
huellas. Todo cambió.
había tres
balnearios, la estación, el galpón Vê Correia
y la casa de
mi padre,
con talleres
de talabartería y curtiduría.
Un día me llevaron en tren a otra parte,
estudiar
tablas de multiplicar y geografía.
Cuando regrese
la población
había crecido.
Ya había luz
eléctrica.
La farmacia
del Doctor Vaz fue un punto de encuentro
con tocadiscos
por la noche.
Pero lo que
realmente me gustó
era ver el
tren
que pasó en el
patio trasero
y quien me
enseñó lecciones de viaje.
El tiempo
corrió. Crecí. Fui a un gimnasio.
Todo lo que
aprendí lo desaprendí.
Las noches
bohemias terminaron al amanecer.
El doctor
Catarino pronunció discursos
Y el hijo de
doña Porfiria habló de Haeckel en la droguería.
Otra vez
estuve ausente. Caminé. ya no volví.
La geografía
me atrapó.
Me convertí en
mundo. fui lejos Años pasados.
Los sonidos de
guitarra vibran, a veces, en la memoria.
Extrañé lo que
dejé.
Tomado de:
https://revistaoresteia.com/2020/12/16/raul-bopp-e-o-modernismo-no-rio-grande-do-sul/
CIUDAD SALVAJE
Esta es la galería de las raíces afligidas,
Condenadas a alimentar la gran jungla de arriba, la enemiga
del hombre.
Se retuercen, como enormes clavículas, aplastadas por el
peso de los tallos.
Los sapos, escondidos en la sombra, espían los árboles que
no trabajan.
Y los troncos sabios, arrugados en un sanitario del
paleolítico,
Estudian, durante la noche, una nueva geometría salvaje
para las hojas.
Las enredaderas dobladas susurran en lo alto, tejiendo
intrigas en el borde de las ramas,
Donde se mecen las lánguidas orquídeas.
Las hojas del açaí se mueven, como patas de araña clavadas
en un tallo.
Grita un mono aullador, sacudiendo los árboles
somnolientos.
Al fondo, un trozo de selva exige silencio.
Sola, abrazando las primeras flores,
Se despierta llena de susto, un pie de miratuá, embriagada
y frágil.
Miran a través de las hojas castañeteando en un claro en el
bosque.
De repente, un cururú, centinela, grita ¡ALTO!
QUÁ QUÁ QUÁ
Entre los asombrados arbustos, pasa lentamente la austera
sombra de Jacques Hubert
Catalogando umbelíferas.
Un pío… un silbido largo, entre risitas anónimas.
Entonces todo el bosque, alarmado, ante la ingenua
irreverencia del sabio,
Desenreda desde lo alto de las ramas, en grandes
carcajadas, un abucheo:
QUÁ QUÁ QUÁ
Tomado de:
https://www.revistaaltazor.cl/raul-bopp-2/
Principio
Al principio era sol sol sol
El Amazonas aún no estaba listo.
las aguas atrasadas
derramado en desorden por el monte
El río se bebió el bosque
Luego vino la Gran Cobra Amasó la tierra elástica
y pidió que llamara a dormir
Los árboles cansados del
sol combinaron el silencio
El inmenso bosque incubando un huevo
Cobra Grande tuvo una hija. se convirtió en niña
Un día
ella dijo que quería conocer a un hombre
Pero no encontraron rastro de un hombre.
Después
empezó a adivinar horizontes
y enviaron por un joven de lejos
¡Ahí! que hubo una fiesta en el bosque!
Pero la hija de Cobra Grande no quería acostarse con su
prometido.
porque a esa hora no había noche
La noche se escondió detrás de la selva.
dentro de un pozo de tucunã
¡Vaya! entonces vamos a por el tucumã
para dar como regalo de bodas
También vino la tortuga sapo
El Camaleón estaba esperando el sueño
El Jaguar no pudo venir porque le había prestado sus
zapatos
caminó caminó
Las voces se adelantaron buscando un camino
Árboles aterrizados Raíces perforaron el barro
el bosque creció
Cho que después de mucho caminar llego
- ¿Es esta la noche?
- ¿Es realmente de noche?
- ¡Vaya! no creo
Así que echemos un vistazo a lo que hay dentro
Cuando abrieron el pozo
hubo una gran explosión
que cubrió todo en la oscuridad
el bosque creció
se acabaron los arboles
Un trozo de la noche entró en el vientre de la Rana.
Después
La hija de Cobra Grande pudo dormir con su prometido.
Tomado de:
https://banzeirotextual.blogspot.com/2009/09/raul-bopp-poema.html
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