miércoles, 19 de octubre de 2022

POEMAS DE RAUL BOPP


COBRA NORATO

 

Traducción de Ángel Crespo

 

I

 

 

 

Un día

 

tengo yo que vivir en tierras del Sin Fin.

 

 

 

Voy andando caminando caminando.

 

Me confundo con el vientre del bosque mordiendo raíces.

 

 

 

Después

 

hago un filtro de flor de tayá de laguna

 

y mando llamar a Cobra Norato.

 

 

 

—Quiero contarte una historia.

 

¿Vamos a pasear por aquellas islas despejadas?

 

Supón que hay luz de luna.

 

 

 

La noche llega suavemente.

 

Las estrellas conversan en voz baja.

 

Juego entonces a atarle una cuerda al pescuezo

 

y estrangulo a la bicha.

 

 

 

Ahora sí

 

me enhebro en esta piel de seda elástica

 

y salgo a correr mundo.

 

 

 

Voy a visitar a la reina Lucía.

 

Quiero casarme con su hija.

 

 

 

—Entonces tienes que cerrar los ojos primero.

 

 

 

El sueño ha resbalado por los pesados párpados.

 

Un suelo de lama roba la fuerza de mis pasos.

 

 

II

 

 

 

La sombra ha escondido los árboles.

 

Sapos bezudos acechan en la oscuridad.

 

Un pedazo de bosque está aquí castigado.

 

Los arbolitos se acuchillan en el charco.

 

 

 

Un hilo de agua atrasada lame la lama.

 

 

 

—¡Lo que yo quiero es ver a la hija de la reina Lucia!

 

 

 

Ahora son los ríos ahogados

 

bebiéndose el camino.

 

El agua va llorando ahondando ahondando.

 

 

 

Allá adelante

 

La arena ha conservado las huellas de la hija de la reina Lucía.

 

 

 

—Ahora sí

 

Voy a ver a la hija de la reina Lucía.

 

 

 

Pero antes hay que pasar por siete puertas.

 

Ver siete mujeres blancas de vientres deshabitados

 

guardadas por un yacaré.

 

 

 

Hay que entregar la sombra al bicho del fondo.

 

Hay que armar gresca con la luna nueva.

 

Hay que beber tres gotas de sangre.

 

 

 

Bostezan los árboles somnolientos.

 

Ay que la noche se ha secado. ¡El agua de!  río se ha roto.

 

Yo tengo que irme.

 

 

 

Me hundo sin rumbo en lo hondo del bosque

 

donde los viejos árboles grávidos dormitan.

 

 

 

De todas partes me llaman:

 

—¿Dónde vas, Cobra Norato?

 

Tengo aquí tres arbolitos jóvenes esperándote.

 

 

 

—No puedo.

 

Hoy voy a dormir con la hija de la reina Lucía.

 

 

 

XXXI

 

 

 

Esta es la entrada de la casa de la Boyuna.

 

 

 

Allí abajo hay un tremedal.

 

Unas arañas peludas están de guardia.

 

—Con humo de múcura se las amasa.

 

 

 

Me hundo en esta gruta oscura.

 

El suelo hueco resuena.

 

 

 

Hay fosas con la boca hinchada.

 

—¿A dónde irá a salir esto?

 

—Sale a la garganta del Antro.

 

 

 

Allí adelante

 

por unas aguas embrujadas

 

está pasando una canoa cargada de esqueletos.

 

 

 

Ay, que el Abuelo-murciélago del mal agüero me ha visto.

 

Pues disimula, compadre,

 

Que aquí hay un sitio oscuro donde escondemos.

 

 

 

En este agujero de observación

 

Podemos ver a la novia de la Culebra Grande.

 

 

 

Compadre, he temblado del susto.

 

Se me ha cortado la respiración.

 

 

 

Sabes quién es la moza que está allí abajo ...

 

desnudita como una flor?

 

—? ¡Es la hija de la reina Lucía!

 

 

 

—Corre de prisa con ella

 

desnudita como está.

 

No pierdas tiempo, compadre.

 

 

 

¡El yacaré está en la boca de!  pozo.

 

Hazle una higa para atontarle.

 

La Culebra Grande se ha despertado.

 

 

 

—¡Los Cuatro Vientos me ayuden!

 

Quiero fuerzas para huir.

 

La Culebra Grande viene-que-viene a cogerme.

 

 

 

Yo-te-cojo. Yo-te-cojo.

 

 

 

—La Sierra del Ronquido se despeña,

 

corta e! camino detrás de mí.

 

 

 

Yérganse tres muros de espino,

 

con humos de ouricuri.

 

—Tira ceniza para atrás para ganar distancia.

 

 

 

Yo-te-cojo. Yo-te-cojo.

 

 

 

Tamacuaré, cuñado mío,

 

la Culebra Grande viene-que-viene.

 

Corre imitando mi rastro.

 

Haz como si fuera yo.

 

Entrega mi pixé en la casa del Payé-pato.

 

Tuerce de prisa el camino

 

que ya viene la Boyuna

 

como tormenta de piedra.

 

 

 

Viene aplastando bosque.

 

 

 

Uéh!

 

Ha pasado rompiendo el camino.

 

 

 

Los arbolitos se han quedado con el pescuezo torcido.

 

Los otros han rodado aplastados con las raíces bocarriba.

 

 

 

El horizonte se ha aplanado.

 

 

 

El viento corrió corrió

 

iba mordiéndose el rabo.

 

 

 

El Payé-pato, allí adelante, le ha indicado el camino equivocado.

 

 

 

—¿Cobra Norato con una moza?

 

lba para Belén. lba a casarse.

 

Culebra Grande salió echando chispas para Belén.

 

 

 

Le dio un escalofrío.

 

 

 

Entró por la alcantarilla de la Catedral

 

y se quedó con la cabeza desmayada debajo de los pies de Nuestra Señora.

 

 

 

 

 

XXXII

 

 

 

— Y ahora, compadre,

 

me vuelvo para el Sin-Fin.

 

 

 

Me voy a las tierras altas

 

donde se eleva la sierra,

 

donde corren los ríos de aguas claras

 

por bosques de mulungú.

 

 

 

Quiero llevar a mi novia.

 

Quiero estarcito con ella

 

en casa donde morar

 

con puerta azul pequeñita

 

pintada con un lápiz de color.

 

 

 

Quiero sentir el calor

 

de su cuerpo de va-y-ven.

 

Quierito quedarme cerca

 

cuando la quiero bien bien.

 

 

 

Allí a la sombra del bosque

 

oír la yurucututú

 

aguas que pasan cantando

 

para que nos despertemos.

 

 

 

Y cuando esperando estemos

 

que otra vez la noche vuelva

 

historias le contaré

 

(de las que no dicen nada)

 

pondré nombres en la arena

 

para que 105 borre el viento.

 

 

POEMA ERÓTICO

 

Traducción de ÁNGEL CRESPO

 

 

 

En el balcón de la Señorita

 

la mucama mece la red blandamente

 

 

 

—Señorita tiene un cuello oloroso...

 —Oh negra boba

 

 

 

—Durmiendito así sin nadita en la red

señorita está muy bonita...

—Oh negra boba...

 

 

 

Cinturita pequeñitita...

—Boba...

 

 

 

—Ah pero yo sé una cosa. ¿Quiere que se la diga?

—Di, negra boba

 

 

 

—Sé que ese mozo viene Dicen que viene Dicen que viene...

 

—Ah ¿Quién te lo ha dicho, negra boba?

 

 

 

—Viene a buscar a la Señorita de noche...

—¡Calla esa boca, negra boba!

 

 

 

—... lleva a la Señorita a un cuarto adornado de encajes...

 

 

 

   Después hace un sueñecito mansito…

 

          — Boba...

 

            Señorita ablandó los ojos con una sonrisa

          La red se enrolló a su cuerpo

          Cual piel de fruta madura.

Tomado de:

http://www.antoniomiranda.com.br/iberoamerica/brasil/raul_bopp.html

 

 

TUPANCIRETÃ

       En un principio eran campos propiedad de la madre de Dios.

       Entonces no sé cómo fue.

       llegaron las huellas. Todo cambió.

       había tres balnearios, la estación, el galpón Vê Correia

       y la casa de mi padre,

       con talleres de talabartería y curtiduría.

       Un día me llevaron en tren a otra parte,

       estudiar tablas de multiplicar y geografía.

       Cuando regrese

       la población había crecido.

       Ya había luz eléctrica.

       La farmacia del Doctor Vaz fue un punto de encuentro

       con tocadiscos por la noche.

       Pero lo que realmente me gustó

       era ver el tren

       que pasó en el patio trasero

       y quien me enseñó lecciones de viaje.

       El tiempo corrió. Crecí. Fui a un gimnasio.

       Todo lo que aprendí lo desaprendí.

       Las noches bohemias terminaron al amanecer.

       El doctor Catarino pronunció discursos

       Y el hijo de doña Porfiria habló de Haeckel en la droguería.

       Otra vez estuve ausente. Caminé. ya no volví.

       La geografía me atrapó.

       Me convertí en mundo. fui lejos Años pasados.

       Los sonidos de guitarra vibran, a veces, en la memoria.

       Extrañé lo que dejé.

Tomado de:

https://revistaoresteia.com/2020/12/16/raul-bopp-e-o-modernismo-no-rio-grande-do-sul/

 

 

CIUDAD SALVAJE

 

 

 

Esta es la galería de las raíces afligidas,

 

Condenadas a alimentar la gran jungla de arriba, la enemiga del hombre.

 

Se retuercen, como enormes clavículas, aplastadas por el peso de los tallos.

 

 

 

Los sapos, escondidos en la sombra, espían los árboles que no trabajan.

 

Y los troncos sabios, arrugados en un sanitario del paleolítico,

 

Estudian, durante la noche, una nueva geometría salvaje para las hojas.

 

 

 

Las enredaderas dobladas susurran en lo alto, tejiendo intrigas en el borde de las ramas,

 

Donde se mecen las lánguidas orquídeas.

 

 

 

Las hojas del açaí se mueven, como patas de araña clavadas en un tallo.

 

Grita un mono aullador, sacudiendo los árboles somnolientos.

 

Al fondo, un trozo de selva exige silencio.

 

 

 

Sola, abrazando las primeras flores,

 

Se despierta llena de susto, un pie de miratuá, embriagada y frágil.

 

Miran a través de las hojas castañeteando en un claro en el bosque.

 

De repente, un cururú, centinela, grita ¡ALTO!

 

QUÁ QUÁ QUÁ

 

 

 

Entre los asombrados arbustos, pasa lentamente la austera sombra de Jacques Hubert

 

Catalogando umbelíferas.

 

 

 

Un pío… un silbido largo, entre risitas anónimas.

 

Entonces todo el bosque, alarmado, ante la ingenua irreverencia del sabio,

 

Desenreda desde lo alto de las ramas, en grandes carcajadas, un abucheo:

 

QUÁ QUÁ QUÁ

Tomado de:

https://www.revistaaltazor.cl/raul-bopp-2/

 

 

Principio 

 

Al principio era sol sol sol

El Amazonas aún no estaba listo.

las aguas atrasadas

derramado en desorden por el monte

 

El río se bebió el bosque

 

Luego vino la Gran Cobra Amasó la tierra elástica

y pidió que llamara a dormir

Los árboles cansados ​​del sol combinaron el silencio

El inmenso bosque incubando un huevo

 

Cobra Grande tuvo una hija. se convirtió en niña

Un día

ella dijo que quería conocer a un hombre

Pero no encontraron rastro de un hombre.

 

Después

empezó a adivinar horizontes

y enviaron por un joven de lejos

 

¡Ahí! que hubo una fiesta en el bosque!

 

Pero la hija de Cobra Grande no quería acostarse con su prometido.

 

porque a esa hora no había noche

La noche se escondió detrás de la selva.

dentro de un pozo de tucunã

¡Vaya! entonces vamos a por el tucumã

para dar como regalo de bodas

 

También vino la tortuga sapo

El Camaleón estaba esperando el sueño

El Jaguar no pudo venir porque le había prestado sus zapatos

 

caminó caminó

 

Las voces se adelantaron buscando un camino

 

Árboles aterrizados Raíces perforaron el barro

el bosque creció

 

Cho que después de mucho caminar llego

 

- ¿Es esta la noche?

- ¿Es realmente de noche?

- ¡Vaya! no creo

 

Así que echemos un vistazo a lo que hay dentro

 

Cuando abrieron el pozo

hubo una gran explosión

que cubrió todo en la oscuridad

 

el bosque creció

se acabaron los arboles

Un trozo de la noche entró en el vientre de la Rana.

 

Después

La hija de Cobra Grande pudo dormir con su prometido.

Tomado de:

https://banzeirotextual.blogspot.com/2009/09/raul-bopp-poema.html

 

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