(Bogotá, 1870 - 1919)
EL ÚLTIMO AMIGO
A la luz de una vela lee el anciano
Su querido Quijote, aquel testigo
De sus años alegres y el amigo
De su vejez más firme y más cercano.
Vuelve las hojas con temblorosa mano
Que saca de los pliegues de su abrigo,
Y al entrar juguetón por el postigo
Retoza el aire en su cabello cano.
En la sumida boca, sin un diente,
Una infantil sonrisa se remeda.
Inclina el viejo la rugosa frente…
Se le cierran los párpados… Se queda
Dormido… y por sus piernas, lentamente,
La carcajada de los siglos rueda.
EN LA CARAVANA
A
Federico Bravo
Abandonó,
saciado hasta las heces,
“su
viejo vaso y su taberna oscura”,
y
ve, sin entusiasmo y sin pavura,
la
senda recorrida tantas veces.
Todo
revuelto: triunfos y reveses,
pasión
y engaño, ensueños y locura,
hambre
y hartazgo, trono y sepultura;
laurel
y ajenjo, mirtos y cipreses.
Va
en el tumulto mientras arda el foco
del
Arte y el Amor, que hacen acaso
digna
la vida de vivirse un poco.
Y
aquí pisando espinas, allí alfombras,
sigue,
sin mucho afán, y se abre paso
con
sus sueños…camino de las sombras.
EN LA TUMBA DE SILVA
A
Eduardo Castillo
I
Rasgando
la helada tiniebla
los
ámbitos puebla
del
reloj el cantar doloroso
que
las horas marca;
y
a la fría mansión del reposo
do
reina la Parca,
llega
el triste din-dán misterioso
lento,
rítmico, lúgubre, igual…
II
Al
mezclarse los largos gemidos
de
las hojas que el ábrego barre
a
los alaridos
que
allá en su aquelarre
dan
duendes, y trasgos, y brujas,
y
a los raros dúos
que
desde la torre de altivas agujas
entona
la amante pareja de búhos
con
voz gutural…
¡se
oye una canción funeral!
III
En
sus alas los vientos dispersos
y
la brisa inquieta,
y
el aura que gira,
van
trayendo del muerto poeta
las
canciones tristes, los alados versos
de
su regia lira
de
cuerdas de oro…
y
en ágil y límpido coro,
prorrumpen
rasgando el silencio letal…
¡en
una canción inmortal!
Poema antirepublicano
Si pública es la
mujer
que por puta es conocida,
república viene a ser
la puta más corrompida.
Y siguiendo el parecer
de esta lógica absoluta,
todo aquel que se reputa
de la República hijo,
debe ser, a punto fijo,
un grandísimo hijueputa.
que por puta es conocida,
república viene a ser
la puta más corrompida.
Y siguiendo el parecer
de esta lógica absoluta,
todo aquel que se reputa
de la República hijo,
debe ser, a punto fijo,
un grandísimo hijueputa.
Este soy: Un pobre diablo
que a tragos pasa la vida
en verso y prosa perdida
en el juego del vocablo.
El alma, como un venablo
me hirió el amor enemigo,
más no importa: sumo y sigo,
que aún me queda corazón
para darlo con pasión
a la madre y al amigo.
Salud a ti, el más ardiente
bohemio, gentil “cuartazo”.
Padre y señor del Chispazo,
Sultán de la carambola,
te tiro de ‘bola a bola’
mis más cariñoso abrazo.
En algún sueño de esos
que tengo yo a porfía,
soñé que la cogía,
que la cogía a besos
y besos y más besos…
y que me la comía!
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