martes, 23 de agosto de 2016

VALZHYNA MORT



(1981, Minsk, Bielorrusia)

FÁBRICA DE LÁGRIMAS

Y de nuevo según el informe anual
los mayores resultados de productividad han sido alcanzados
por la Fábrica de Lágrimas.

Mientras el Departamento de Transportes se gastaba los talones
mientras el Departamento de Asuntos del Corazón
latía de forma histérica
la Fábrica de Lágrimas trabajaba en turnos nocturnos
marcando nuevos records
incluso en vacaciones.

Mientras el Centro de Refinería Alimenticia
intentaba digerir una nueva catástrofe
la Fábrica de Lágrimas adoptaba una nueva tecnología
económicamente ventajosa para reciclar
los desechos del pasado 
(recuerdos, básicamente).

Los retratos de los empleados del año
colgaban del Muro de las Lágrimas.

Soy el recipiente de los trabajadores de la heroica Fábrica de Lágrimas.
Tengo callos en los ojos.
Tengo fracturas complejas en mis mejillas.
Recibo mi sueldo del producto que manufacturo.
Soy feliz con lo que tengo.


AMOR

El sonido más humano que un cuerpo puede oír:
alguien que se lava los dientes por la noche al otro lado del recibidor.
Incluso la langosta escucha confusa. 
También ella, tumbada en un colchón desnudo sobre el suelo, 
se sorprende de cuánto de su cuerpo hay en ese sonido, 
como si acabara de darse cuenta de que tiene brazos.

El escupitajo escurriéndose por el lavabo 
también lo cuenta como cuerpo. 
El lazo de saliva sobre su coño 
también lo cuenta como cuerpo.

Una maleta del cuerpo marcada 
con pegatinas de cicatrices de cada lugar. 
Se mete dentro 
y se envía, se envía, se envía 
a través de cantinas tras gasolineras, a través de mares, 
a través de las manos de hombres de uniforme azul, 
se envía urgente para tomar el primer camión de reparto.

Cuando se sienta bajo su falta 
se ve impelida a confesarse.

Al otro lado del muro su vecino lee nombres de medicinas. 
y ella piensa que el vecino cuenta piedras preciosas: 
amiodarona, zofenopril, metropolol, mexifin. 
Oh sí, ella heredará esas joyas. 
Se pondrá esas joyas sobre la boca para ocultar su gesto.

Pero por ahora 
se lava los dientes y la langosta permanece en silencio. 
Se tumba en el recibidor oliendo 
su ropa de todo el día tirada en el suelo del baño, 
mientras su sudor emerge de los rincones del algodón 
y se dispersa, se multiplica 
como cucarachas.


BIELORRUSO I


incluso nuestras madres no tienen idea de cómo es que nacimos
cómo nos abrimos paso entre sus piernas arrastrándonos hacia el mundo
tal como te arrastrarías sobre las ruinas después de un bombardeo
no podríamos decir cuál de nosotros fue niño o niña
nos atragantamos de inmundicia pensando que era pan
y nuestro futuro
un gimnasta sobre la delgada urdimbre del horizonte
ejecutando su número ahí
en la cumbre absoluta
puta

crecimos en un país en el que primero
tu puerta es rayada con tiza y entonces
al obscurecer arriba un carruaje
y nadie vuelve a verte más
pero era montado en esos carros
en los que hombres armados no
en los que tampoco
un vagabundo con guadaña
sino el amor amando visitarnos de ese modo
y desgarrar nuestra velada

completamente libres solamente en los baños públicos
en los que por un poco de cambio a nadie
le importó lo que estábamos haciendo
luchamos en cálido verano la nieve del invierno
cuando descubrimos que nosotros mismos éramos el idioma
pero nos fue cercenada la lengua así que empezamos a hablar con los ojos
y cuando nos hubieron arrancado los ojos hablamos con las manos
y cuando nos cortaron ambas manos conversamos con los dedos de los pies
y cuando hubieron disparado en nuestras piernas agitamos la cabeza para asentir
y sacudimos la cabeza para decir no
y cuando ellos nos tragaron vivos la cabeza
nos arrastramos de vuelta hacia el vientre de nuestras madres dormidas
como si fueran refugios antibomba
para nacer de nuevo

y allá en el horizonte
el gimnasta de nuestro futuro
estaba saltando sobre el hirviente aro de fuego
del sol

Abuela

mi abuela
no conoce dolor
piensa que
la hambruna es nutritiva
la pobreza es riqueza
la sed es agua
su cuerpo es como la vid que se enrolla en su bastón
su cabello son alas de abejas
se traga las manchas de sol como pastillas
y llama al internet el teléfono para américa
su corazón se ha vuelto una rosa
que solo puedes oler
si la aprietas contra tu pecho
nada más puedes hacer con él
solo una rosa
sus brazos como patas de cigüeña
varas rojas
y yo arrodillada
aullando como loba
a la argentada luna de tu cráneo
abuela
te aclaro que no es dolor
es solo el abrazo de un fornido dios
con su mejilla sin afeitar
esa que hace cosquillas cuando te besa.

La crianza de mi padre


Las cuatro de la mañana.
Tengo diez años.
Golpeo a mi madre entre el espejo y el zapatero.
La puerta principal entreabierta. Un puente
presiona con su dedo una franja de agua congelada.
La nieve cae cubriéndolo como arena sobre cristal.
Ambos llevamos batas de noches largas.
Observo a través de los agujeros en su óvulo y apunto
a sus enormes pechos evitando lastimar mis nudillos.
La abofeteo tanto como cambio de canales.
Mi padre se encuentra en  la puerta. Desde su camisa
el lápiz labial me sonríe con la calidez del orín.
Como si me hubieran lanzado rodajas
de una toronja desollada.
Cada vez que ella lo golpea—yo la golpeo.
Observa. Mira lo que has criado.
Cómo podría ver si lo cubre su rosado vómito.
Pero su cuerpo sonríe—
no puede parar de hacerlo.

Posando como un signo de interrogación


Qué difícil es abandonar nuestra pose de signo de interrogación
para asumir una de exclamación.
La labia izquierdista de Polonia y la derechista de Rusia se separan
y de nuestras cabezas surge …
¿Qué?
Ya contamos con dieciséis nombres para la nieve—
Ya es hora de salir con dieciséis nombres para la oscuridad.

Posando como un signo de interrogación
con todo y nuestro cuerpo estamos en tela de juicio
una mancha de orín nos respalda
¿Somos nosotros en realidad quienes estamos en tela de juicio?
O es la adolescencia que acaba de parir
una arrugada toalla de playa.

Tan desafiladas estaban
las tijeras de la partera
que con el tiempo se convirtieron
en avenidas brillantemente pulidas
articuladas por un obelisco militar.
Una fábrica de tractores comenzó a producir rodillos para el cabello
y cada domingo esa madre recibía
una canasta con obsequios.
Su cabeza con rodillos—
la construcción ideal del sistema solar—
fue fotografiada para álbumes y calendarios.
La moda de estirarse el cabello con rodillos
superó la producción nacional de segadoras.
Esta fue mi primer metáfora
esa que engullí hasta echar espumas
como si tragaba el Lago de los Cisnes.

Mi cuerpo ya no me pertenece.
Torcido con dolor,
su profesión era ser un signo de interrogación
en la empresa del idioma.

La burocracia de este cuerpo me arrinconó:
la cabeza no quería pensar—
dejé que los ojos vieran
pero no quisieron observar—
dejé que los oídos oyeran
pero no quisieron escuchar—
dejé que las manos tocaran
pero no quisieron tocar—

dejé que la nariz oliera ese cuerpo
que brota con el tilo y flores de angustia

¿Qué se han hecho mis abejas?
¿Acaso ya no les soy suficientemente dulce?

Para A. B.


Es tan difícil creer
que alguna vez fuimos más jóvenes
que ahora
nuestra piel era tan fina
que las venas azulaban a través
como un cuaderno
que el mundo era un perro vagabundo
que jugaba con nosotros después de clases
hasta pensamos en llevárnoslo a casa
pero alguien se nos adelantó
le dio un nombre
y lo amaestró para ser un “extraño”
contra nosotros

y por eso nos despertamos a media noche
y encendemos las velas de nuestros televisores
y en el calor de sus llamas reconocemos
rostros y ciudades
y muy valientemente por la mañana
destronamos omelets de sus sartenes…

pero nuestro perro creció con otra correa
de repente nuestras madres dejaron de acostarse con hombres
y hoy que las vemos
se nos hace muy fácil creer en la inmaculada concepción

y ahora imagina:
en algún sitio existen pueblos
con casas de piedras blancas
dispersas en la costa marina
como huevos de enormes aves acuáticas
y cada casa guarda la leyenda de algún capitán
y cada leyenda comienza así
“joven y guapo…”

Un poema sobre manzanas blancas


blancas manzanas, las primeras del verano,
con piel tan delicada como la de un bebé,
crujiente como la nieve del invierno.
tu olor no me deja dormir,
así es como los hombres muertos
cazan los sueños de sus asesinos.
manzanas blancas,
así es como cada julio la tierra
se vuelve más pesada bajo tu peso.

y aquí solo la basura huele a basura…
y aquí solo las lágrimas son saladas…

las recogemos
como conchas en el verde océano del jardín,
recién abandonábamos los pechos de nuestras madres
aprendíamos
a llegar al núcleo de las cosas con los dientes.

entonces por qué nuestros dientes están como algodón ahora…

manzanas blancas,
en aguas oscuras, los pescadores,
por ti amamantados, se están ahogando.

Prefacio


en un árbol desnudo—una bestia roja,
tan inmóvil que ya es parte del árbol.
ahora es el árbol el que acecha a la bestia,
cauteloso animal.
una piedra lanzada a su pecho es
tan veloz—la piedra se ha convertido en bestia.
ahora la bestia se lanza como piedra.
la sangre parece un rosal silvestre en un día ventoso,
y la luna se mide tu rostro
para la mascarada anual de los muertos.
la muerte decide esperar para escuchar un poco más.
luego murmulla:
primero—tu historia, después—yo.

BALL fue contado


Me fue contado balón
la rueda de la lotería
haciendo saltos mortales
y el baile
un foxtrot rápida
que el anuncio de salida
atención a la pelota como
Nunca en toda la eternidad
dejará a mi bola.

y huir de allí la fidelidad
este hemorroides persistentes
que insiste en el número de mi
para escapar de la miseria.
y sigue las bolas de cristal
como el branquinha tormenta de nieve
ventana.

y mientras se enciende mi tómbola
mientras gira sin parar
Siento que a la inactividad
convertido en mi hermana plomo.

y expulsarme de la rueda
vestido de plata -
gratis!
y cualquier persona fascinada
escóndeme en el corazón

y me viste sobre el rojo.

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