(1981, Minsk, Bielorrusia)
FÁBRICA DE LÁGRIMAS
Y de nuevo según el informe anual
los mayores resultados de productividad han sido alcanzados
por la Fábrica de Lágrimas.
Mientras el Departamento de Transportes se gastaba los talones
mientras el Departamento de Asuntos del Corazón
latía de forma histérica
la Fábrica de Lágrimas trabajaba en turnos nocturnos
marcando nuevos records
incluso en vacaciones.
Mientras el Centro de Refinería Alimenticia
intentaba digerir una nueva catástrofe
la Fábrica de Lágrimas adoptaba una nueva tecnología
económicamente ventajosa para reciclar
los desechos del pasado
(recuerdos, básicamente).
Los retratos de los empleados del año
colgaban del Muro de las Lágrimas.
Soy el recipiente de los trabajadores de la heroica Fábrica de Lágrimas.
Tengo callos en los ojos.
Tengo fracturas complejas en mis mejillas.
Recibo mi sueldo del producto que manufacturo.
Soy feliz con lo que tengo.
AMOR
El sonido más humano que un cuerpo puede oír:
alguien que se lava los dientes por la noche al otro lado del recibidor.
Incluso la langosta escucha confusa.
También ella, tumbada en un colchón desnudo sobre el suelo,
se sorprende de cuánto de su cuerpo hay en ese sonido,
como si acabara de darse cuenta de que tiene brazos.
El escupitajo escurriéndose por el lavabo
también lo cuenta como cuerpo.
El lazo de saliva sobre su coño
también lo cuenta como cuerpo.
Una maleta del cuerpo marcada
con pegatinas de cicatrices de cada lugar.
Se mete dentro
y se envía, se envía, se envía
a través de cantinas tras gasolineras, a través de mares,
a través de las manos de hombres de uniforme azul,
se envía urgente para tomar el primer camión de reparto.
Cuando se sienta bajo su falta
se ve impelida a confesarse.
Al otro lado del muro su vecino lee nombres de medicinas.
y ella piensa que el vecino cuenta piedras preciosas:
amiodarona, zofenopril, metropolol, mexifin.
Oh sí, ella heredará esas joyas.
Se pondrá esas joyas sobre la boca para ocultar su gesto.
Pero por ahora
se lava los dientes y la langosta permanece en silencio.
Se tumba en el recibidor oliendo
su ropa de todo el día tirada en el suelo del baño,
mientras su sudor emerge de los rincones del algodón
y se dispersa, se multiplica
como cucarachas.
BIELORRUSO I
incluso nuestras madres no
tienen idea de cómo es que nacimos
cómo nos abrimos paso
entre sus piernas arrastrándonos hacia el mundo
tal como te arrastrarías
sobre las ruinas después de un bombardeo
no podríamos decir cuál de
nosotros fue niño o niña
nos atragantamos de
inmundicia pensando que era pan
y nuestro futuro
un gimnasta sobre la
delgada urdimbre del horizonte
ejecutando su número ahí
en la cumbre absoluta
puta
crecimos en un país en el
que primero
tu puerta es rayada con
tiza y entonces
al obscurecer arriba un
carruaje
y nadie vuelve a verte más
pero era montado en esos
carros
en los que hombres armados
no
en los que tampoco
un vagabundo con guadaña
sino el amor amando
visitarnos de ese modo
y desgarrar nuestra velada
completamente libres solamente
en los baños públicos
en los que por un poco de
cambio a nadie
le importó lo que
estábamos haciendo
luchamos en cálido verano
la nieve del invierno
cuando descubrimos que
nosotros mismos éramos el idioma
pero nos fue cercenada la
lengua así que empezamos a hablar con los ojos
y cuando nos hubieron
arrancado los ojos hablamos con las manos
y cuando nos cortaron
ambas manos conversamos con los dedos de los pies
y cuando hubieron
disparado en nuestras piernas agitamos la cabeza para asentir
y sacudimos la cabeza para
decir no
y cuando ellos nos
tragaron vivos la cabeza
nos arrastramos de vuelta
hacia el vientre de nuestras madres dormidas
como si fueran refugios
antibomba
para nacer de nuevo
y allá en el horizonte
el gimnasta de nuestro
futuro
estaba saltando sobre el
hirviente aro de fuego
del sol
Abuela
mi abuela
no conoce dolor
piensa que
la hambruna es nutritiva
la pobreza es riqueza
la sed es agua
su cuerpo es como la vid
que se enrolla en su bastón
su cabello son alas de
abejas
se traga las manchas de
sol como pastillas
y llama al internet el
teléfono para américa
su corazón se ha vuelto
una rosa
que solo puedes oler
si la aprietas contra tu
pecho
nada más puedes hacer con
él
solo una rosa
sus brazos como patas de
cigüeña
varas rojas
y yo arrodillada
aullando como loba
a la argentada luna de tu
cráneo
abuela
te aclaro que no es dolor
es solo el abrazo de un
fornido dios
con su mejilla sin afeitar
esa que hace cosquillas
cuando te besa.
La crianza de mi padre
Las cuatro de la mañana.
Tengo diez años.
Golpeo a mi madre entre el
espejo y el zapatero.
La puerta principal
entreabierta. Un puente
presiona con su dedo una
franja de agua congelada.
La nieve cae cubriéndolo
como arena sobre cristal.
Ambos llevamos batas de
noches largas.
Observo a través de los
agujeros en su óvulo y apunto
a sus enormes pechos
evitando lastimar mis nudillos.
La abofeteo tanto como
cambio de canales.
Mi padre se encuentra
en la puerta. Desde su camisa
el lápiz labial me sonríe
con la calidez del orín.
Como si me hubieran
lanzado rodajas
de una toronja desollada.
Cada vez que ella lo
golpea—yo la golpeo.
Observa. Mira lo que has
criado.
Cómo podría ver si lo
cubre su rosado vómito.
Pero su cuerpo sonríe—
no puede parar de hacerlo.
Posando como un signo de interrogación
Qué difícil es abandonar
nuestra pose de signo de interrogación
para asumir una de
exclamación.
La labia izquierdista de
Polonia y la derechista de Rusia se separan
y de nuestras cabezas
surge …
¿Qué?
Ya contamos con dieciséis
nombres para la nieve—
Ya es hora de salir con
dieciséis nombres para la oscuridad.
Posando como un signo de
interrogación
con todo y nuestro cuerpo
estamos en tela de juicio
una mancha de orín nos
respalda
¿Somos nosotros en realidad
quienes estamos en tela de juicio?
O es la adolescencia que
acaba de parir
una arrugada toalla de
playa.
Tan desafiladas estaban
las tijeras de la partera
que con el tiempo se
convirtieron
en avenidas brillantemente
pulidas
articuladas por un obelisco
militar.
Una fábrica de tractores
comenzó a producir rodillos para el cabello
y cada domingo esa madre
recibía
una canasta con obsequios.
Su cabeza con rodillos—
la construcción ideal del
sistema solar—
fue fotografiada para
álbumes y calendarios.
La moda de estirarse el
cabello con rodillos
superó la producción
nacional de segadoras.
Esta fue mi primer
metáfora
esa que engullí hasta
echar espumas
como si tragaba el Lago de
los Cisnes.
Mi cuerpo ya no me
pertenece.
Torcido con dolor,
su profesión era ser un
signo de interrogación
en la empresa del idioma.
La burocracia de este
cuerpo me arrinconó:
la cabeza no quería
pensar—
dejé que los ojos vieran
pero no quisieron
observar—
dejé que los oídos oyeran
pero no quisieron
escuchar—
dejé que las manos tocaran
pero no quisieron tocar—
dejé que la nariz oliera
ese cuerpo
que brota con el tilo y
flores de angustia
¿Qué se han hecho mis
abejas?
¿Acaso ya no les soy
suficientemente dulce?
Para A. B.
Es tan difícil creer
que alguna vez fuimos más
jóvenes
que ahora
nuestra piel era tan fina
que las venas azulaban a
través
como un cuaderno
que el mundo era un perro
vagabundo
que jugaba con nosotros
después de clases
hasta pensamos en
llevárnoslo a casa
pero alguien se nos adelantó
le dio un nombre
y lo amaestró para ser un
“extraño”
contra nosotros
y por eso nos despertamos
a media noche
y encendemos las velas de
nuestros televisores
y en el calor de sus
llamas reconocemos
rostros y ciudades
y muy valientemente por la
mañana
destronamos omelets de sus
sartenes…
pero nuestro perro creció
con otra correa
de repente nuestras madres
dejaron de acostarse con hombres
y hoy que las vemos
se nos hace muy fácil
creer en la inmaculada concepción
y ahora imagina:
en algún sitio existen
pueblos
con casas de piedras
blancas
dispersas en la costa
marina
como huevos de enormes
aves acuáticas
y cada casa guarda la
leyenda de algún capitán
y cada leyenda comienza
así
“joven y guapo…”
Un poema sobre manzanas blancas
blancas manzanas, las
primeras del verano,
con piel tan delicada como
la de un bebé,
crujiente como la nieve
del invierno.
tu olor no me deja dormir,
así es como los hombres
muertos
cazan los sueños de sus
asesinos.
manzanas blancas,
así es como cada julio la tierra
se vuelve más pesada bajo
tu peso.
y aquí solo la basura
huele a basura…
y aquí solo las lágrimas
son saladas…
las recogemos
como conchas en el verde
océano del jardín,
recién abandonábamos los
pechos de nuestras madres
aprendíamos
a llegar al núcleo de las
cosas con los dientes.
entonces por qué nuestros
dientes están como algodón ahora…
manzanas blancas,
en aguas oscuras, los
pescadores,
por ti amamantados, se
están ahogando.
Prefacio
en un árbol desnudo—una
bestia roja,
tan inmóvil que ya es
parte del árbol.
ahora es el árbol el que
acecha a la bestia,
cauteloso animal.
una piedra lanzada a su
pecho es
tan veloz—la piedra se ha
convertido en bestia.
ahora la bestia se lanza
como piedra.
la sangre parece un rosal
silvestre en un día ventoso,
y la luna se mide tu
rostro
para la mascarada anual de
los muertos.
la muerte decide esperar
para escuchar un poco más.
luego murmulla:
primero—tu historia,
después—yo.
BALL fue contado
Me fue contado balón
la rueda de la lotería
haciendo saltos mortales
y el baile
un foxtrot rápida
que el anuncio de salida
atención a la pelota como
Nunca en toda la eternidad
dejará a mi bola.
y huir de allí la fidelidad
este hemorroides persistentes
que insiste en el número de mi
para escapar de la miseria.
y sigue las bolas de cristal
como el branquinha tormenta de nieve
ventana.
y mientras se enciende mi tómbola
mientras gira sin parar
Siento que a la inactividad
convertido en mi hermana plomo.
y expulsarme de la rueda
vestido de plata -
gratis!
y cualquier persona fascinada
escóndeme en el corazón
y me viste sobre el rojo.
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