(30 de abril de 1948, Madrid - 16 de agosto de 1988, Madrid, España)
Ballenas perfumadas
Ballenas perfumadas paseamos cruzando el hilo de la
muerte
Los heridos parecen haber roto sus ataduras
y salimos tranquilos viejos planetas rotos
por paredes de noche hacia el barco que espera
Niños muertos cadáveres de sencillas sonrisa
Llueven plomo musitan palabras que son máscaras
Ponen gafas de niebla y de té
para ocultar el deseo que informa nuestras tardes y todas
nuestras noches
Hierve el agua en sus teteras intentamos el sexo más
nuevo
y dormimos en camas de siempre espacio yerto
Cocodrilo del aire mi viejo amigo el saurio
se oculta en todas las esquinas y sólo exhibe
su sonrisa en los pliegues
Por las calles vigilan enemigos de un tiempo que antes
estaba vivo
y los templos dormidos se estremecen en brillos
Ametrallada la noche
se descubre sin horas
y engarza en los cuerpos
Tomado de:
El muchacho eléctrico
Para Eugenio, Jaime y Fernando, en
un albor de inventos sonoros.
ciertas formas de bar caliente diorama
siempre avanzamos en círculos polifonía estrecha
Madrid se estremece como un animalito
es agua Asesinado el Muchacho Eléctrico en cualquier
parte
sólo queda lo gris lo submarino
infinitos gaseosos en torno al Bar Humano
bola contra bola de metal asesino
las glándulas generan
recuerdos como aquellos labios muertos Lotte Lenya
sonríe desde su viejo cliché
una estatua otra estatua y mil estatuas
o sombras o recuerdos luces y pulsaciones
de un astro en la ventana
y hay cuerpos muy calientes lo recuerdas
sin matriz así la mano blanda
se retuercen los pocos que están ahí copulan
mueren los ciegos en sus garitas transparentes
entrañas arrancadas y olor a niebla matinal sin sangre
bocas abiertas a las puertas de un solo
que no calienta más que mármoles
sus piernas milagro de leche y un libro abierto recuerda
él ya murió se lo dijimos es la cámara de torturas un
lugar sombrío
junto al monte de Venus -verdad del rinoceronte
junglas de terciopelo- no no recuerdas nada
pero existe una línea directa tendrás pecho y vientre
crepúsculos de muchacho eléctrico una bandada de ojos oh
qué lejos
nubes vendidas al mejor postor en los escaparates
ciudadanos
es todo igual
y siempre habrá cerveza en tus cabellos
[De Pérdidas Blancas (1978)]
¿Adiós a la vida?
Para José Luis Téllez
Cuando el amable antaño desayuno
(comparto reina corazones rojos
y picas negras y tréboles negros
luego diamantes rojos otra vez y Blanca)
el suave Nescafé por la mañana
deja un regusto de podrido y falso
y el chocolate mismo de la noche
(alta madrugada Se vislumbran
ya rosas contra el aire rascacielos
y llaman las sirenas a gritos como siempre como todos los
días
al cotidiano fatigar de muchos)
no borra los temblores ni el desastre
de la noche sin sueños pesadilla
despierta sin efectos especiales
Cuando el sexo no tiene la tranquila
Suavidad del humo tan libre y escogido
y la soledad misma está poblada
de insectos vertebrados horrendos y poseedores
de vocecillas malas que ni siquiera insultan
sino repiten nadas y nonadas
Y el corazón funciona con horas de adelanto
y los peces se ahogan en sus estanques
pues que sal en el agua o minerales
Cuando –en fin- me descubro
a escondidas fusilo mis ideas
pues se agotó mi pluma y no hay recambio
es una triste gracia este pijama
Y es un lugar común este poema
¿Es hora ya de ser Cavaradossi?
[De En rojo (1985)]
Tomado de:
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