Semáforo
Mejor es que los ojos como lámparas trémulas se apaguen
Que los sonidos sean transparentados a donde nunca se
los
/oiga
Que no acepten el vuelo de los vocablos
Que no haya casos cuando yo poeme
Pido la cesantía de las buenas costumbres del lenguaje
La defunción de la gramática
El aniquilamiento del sentido doméstico en el canto
Exijo ausencias cuando yo poemo
Propugno el culto de la errata
El celeste relámpago de la equivocación
El juego mágico de malentendidos entre versistas y
leyentes
Para que juntos poememos en perseveración de este
prodigio
El poemar repuebla al tiempo
Acrecienta el espacio de perspectivas y alrededores
Y en tanto que se espacia poemando
Se tiempa para siempre quien poema
El Misti
Soberbio, lleno de altivez, ufano
de su bella apostura y gallardía,
cuando amanece, el Misti con humano
sentimiento bendice el nuevo día.
Los gallos le saludan desde el llano
con una orquestación de algarabía,
que él contesta, arrogante, con un vano
gesto de nieve de su testa fría.
Al ocultarse el Sol en el poniente,
parece un inca de nevada frente
coronado de innúmeras centellas.
Y resurge del fondo de la noche,
cuando comienza el sideral derroche,
como una copa derramando estrellas.
Ellas solas comprenden
En los mundos que salen de mi laboratorio a integrar lo
/imposible hay azucenas de
clavel jazmines de magnolia
uvas de naranja plátanos de limón
trigales en que el pan ya está hecho en la espiga
cultivos obtenidos en terrenos de poema o de música
porcelanas de hierro
una industria con relaciones exteriores y por eso
secretas
Una palabra es almoperitud
y otra sebrotelena
ambas en este único momento sorprendidas
Quién no las reconoce bellas y significativas
cómo negar que expresan claramente algo que no se entiende
Jesús de un orbe al fin inaugurado digo
dejad a las palabras que vengan a mí
Tomado de:
https://www.poeticous.com/alberto-hidalgo?locale=es
“FUNCIÓN DE TU PRESENCIA LEJANA”
Sólo el recuerdo nos separa con su empecinamiento de
montaña
Sólo el recuerdo nos desune con su hacer ver que estás
distante.
Mujer por todos lados, de la cabeza a los pies,
principio a fin, mujer sin treguas,
en este lado de mi vida y al otro lado de mis años
todavía te alcanzo, todavía
Entre los dos hay un incendio de llamas cárdenas
perladas,
pues por servirte cambia color el mismo fuego.
Entre los dos hay llamaradas horizontales,
pues en tu honor cambia la geometría de las cosas
Entre los dos está tu cuerpo
Tus dos propósitos bien realizados de dar mirada a lo
profundo
como si fueran expresión de la fatiga de los siglos,
por los rincones de mis noches me persiguen
e iluminan el remanso de mi sueño con su luz negra,
y sé por eso que lo negro no es tan negro como el color
triste de tus ojos.
Paso en medio de
avenidas de campanas,
con armónica sucesión de escuchados terciopelos,
o tus silencios a mis lados forman filas
y yo me tiendo entre ellas como un camino largo que
inevitablemente lleva a ti.
Te acumulé en mis oídos y aún me siento millonario de tu
voz.
Te bebí me bebiste no bebimos
con la saciada sed que encendiera el ardor de nuestras
tardes
Entonces todos fueron alivios en tu boca,
desde la que partían a reventarse en mi alma, hecha ya
espacio,
tus cohetes luminosos en profusión de grados y colores.
Y hoy me queman, me queman esos besos.
¡Cicatrices de besos me dejaste!
Pero el recuerdo nos separa porque es echar de menos
En la memoria sólo vive lo sucedido, no lo actual,
y no hay dolor más grande que saberlo sucedido.
La posesión otra vez es una forma de anular la memoria,
la ausencia lo contrario que el olvido requiere.
Y si al recuerdo sólo lo cura la presencia,
¡Ven de nuevo a mis brazos para olvidarte un poco!
Tomado de:
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