lunes, 8 de marzo de 2021

POEMAS DE VADIM SHERSHENEVICH

(Kazán, 25 de enero de 1893 Moscú, Rusia 18 de mayo de 1942.)


LA LLUVIA DE PRIMAVERA

 

Atravesaste los peldaños celestiales,

Los nubarrones, acelerando paso,

Bajaste encarnada en las gotas,

Borrar del alma las últimas copas…

 

Aunque no sabías tú, rebelde, que

La pradera cansada del arado

Bajo la blancura del mantel

Esconde las huellas de tortura.

 

Por las palabras envuelta

Se derritió, la capa se evaporó,

Pero como la enseña profanada

La tierra en su silencio permaneció callada.

 

Tan solo en tus ojos mira

Con reproche el silencio de la oscuridad:

¿Por qué le insultaste la vergüenza

Con su afrenta imprevista?

 

No hay palabras más cortas que en los versos…

 

No hay palabras más cortas que en los versos,

¡Es por eso que son eternos!

No hay pecado más sagrado

Que el derecho de amar con descuidado.

 

Que pasajero lo es todo en los siglos:

El paso colado del capitán,

¡La vergüenza por victorias y el todopoderoso miedo:

Tan solo el delirio de corazones mana sin parar!

 

Es por eso que entre la batalla dura

Me acuerdo, rodeado de la podredumbre:

¡Puede que el cielo sea azul por paraíso,

Pero aún más de la enamorada son los ojos!

 

Puede que la sangre sea roja, el amor lo es más aún,

¡Desteñido y opaco al lado suya parece

Color purpúreo, la daga asesina, e,

Incluso, la noche que se prolonga muchos años!

 

No importa el trueno de la dinamita,

Ni el arder de la rebelión,

Todos los ruidos del mundo sofoca

El pávido respiro de la amorosa declaración.

 

Es por eso que dura un siglo

El amor cuya vida tan solo son cenizas de la noche,

¡Y sigue repitiendo ser humano

Las palabras de amor más cortas que los versos!

Tomado de:

https://transruspoetry.com/tag/vadim-shershenevich/

 

"Soy el último imaginista"

                          V. Shershenevich

 

 

 

 

ÍNTIMO

 

 

Me acostumbré a Su comedor de tono castaño oscuro,

al té de la tarde, al sonido del cristal,

a las tazas blancas y al ladrido del perro.

Siempre estoy con Usted por las tardes.

¡Todo es tan agradable! A veces triste.

Desde la ventana veo a la lejana iglesia.

El caos de la armonía de múltiples tonos.

El sonar del teléfono en el cuarto contiguo.

Y el aire canta: "¡mirá, mirá,

como cerraron silenciosamente las puertas, las cortinas!"

En las habitaciones sopla la niebla del amor,

¡me es tan familiar este sofá abigarrado!

Acá conocí por primera vez la intimidad;

la trajo Su sala clara.

Y entendí que todo lo otro - es un error,

que el sol - es la sonrisa de los niños ingenuos,

que el corazón caza la respuesta en las estrellas,

que yo soy un tonto, un tonto poeta.

 

 

1910

Tomado de:

http://animalesenbruto.blogspot.com/2010/10/vadim-shershenevich.html

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