«Un poema»
Tú, cuya mano me ha bañado
de un fuego transparente las espaldas,
cuyos ojos en claros naufragios hundieron
algunos principios elementales de mi alma,
tú eres mi patria.
Tú, que no tienes apellido,
que no sé si eres pájaro o si alcándara,
que de todos tus brazos las letras de plomo
cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas,
tú eres mis padres
y mi patria.
Tú, que ni tú te acuerdas dónde
tendiste a orear las nubes blancas,
que de tantos amores que tienes confundes
el nombre de todos los días de cada semana,
tú eres mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Tú, que tan dulcemente besas
que el cielo bocabajo se volcaba,
y que no se sabía de quién ya la lengua,
de quién la saliva, de puro sabrosa y templada,
tú eres mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Tú, que apacientas calaveras
por las praderas de la verde África
y a los rojos leones les echas de pasto
las rosas de leche de luna de Nuruquimagua,
tú eres mi ejército
y mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Eres mi ejército y mis leyes
y mi Dios y mis padres y mi patria,
y el ejército y Dios y las leyes y todas
las patrias y padres se creen que tú no eres nada:
que no eres nada.
«¿Quién pintó la luna…?»
¿Quién pintó la luna
sobre los techos de pizarra?
¿Quién sembró los trigos
debajo del agua?
Tan tonto estás, almita mía,
tan tonto y tan.
Dormíase mi niña
y todos me la acariciaban,
padres solteros,
doncellas preñadas
Tan tonto estás, almita mía,
tan tonto y tan.
Donde no hay guerra parece
como si no pasara nada:
los gusanos tejen;
también las arañas.
Tan tonto estás, almita mía,
tan tonto y tan.
Si alguno llora es porque
sabe que hay lágrimas;
y cuando uno se ríe es
porque le da la gana
Tan tonto estás, almita mía,
tan tonto y tan,
mi alma.
Rabia ajena
Nada fuera de mí,
a excepción del enojo,
tiene un principio y un fin
determinado,
a excepción de la rabia,
que no es mía, ya lo digo, así desde el inicio,
como lo dicen en mi ciudad,
tan felices de la mañana
hasta la noche, mucho más felices, mucho más,
que no es mía, repito, porque aun más adentro
me nacen las ganas de morir,
y después de la rabia, mucho después, o no tan después,
sobresalta pensar que volverá de nuevo
la rabia o el enojo,
desde afuera, por supuesto,
fuera de mí, fuera de todos, vuelta a empezar,
vuelta y más vuelta, fuera, vuelta a empezar,
y así acaba todo.
Dos veces breve
REALIDAD TEÓRICA
Poesía y ciencia
son la misma
matemática del sinsentido.
Tomado de:
https://www.nodo50.org/anarcol/index.php/articulos/39-seleccion-de-poemas-de-garcia-calvo
Sereno estoy
Sereno estoy como la mar
serena.
Acude, amiga, a sollozar
tu pena.
No sepa ni diga
mi amiga carnal
que tiene el corazón
de sal.
Sereno estoy como la noche
serena:
¡Qué tiempo, amiga, qué derroche
de arena!
No espere ni quiera
mi amor la fortuna
de que en su pozo caiga
la luna.
Sereno estoy si tú lo estás
(serena).
Si yo soy bueno, tú eres más
que buena.
No esperes ni quieras,
amor; y llorar,
así como la noche
y el mar.
Tú, cuya mano
Tú, cuya mano me ha bañado
de un fuego transparente las espaldas,
cuyos ojos en claros naufragios hundieron
algunos principios elementales de mi alma,
tú eres mi patria.
Tú, que no tienes apellido,
que no sé si eres pájaro o si alcándara,
que de todos tus brazos las letras de plomo
cayéndose han ido, como si fueran nueces vanas,
tú eres mis padres
y mi patria.
Tú, que ni tú te acuerdas dónde
tendiste a orear las nubes blancas,
que de tantos amores que tienes confundes
el nombre de todos los días de cada semana,
tú eres mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Tú, que tan dulcemente besas
que el cielo bocabajo se volcaba,
y que no se sabía de quién ya la lengua,
de quién la saliva, de puro sabrosa y templada,
tú eres mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Tú, que apacientas calaveras
por las praderas de la verde África
y a los rojos leones les echas de pasto
las rosas de leche de luna de Nuruquimagua,
tú eres mi ejército
y mis leyes
y mi Dios
y mis padres
y mi patria.
Eres mi ejército y mis leyes
y mi Dios y mis padres y mi patria,
y el ejército y Dios y las leyes y todas
las patrias y padres se creen que tú no eres nada:
que no eres nada.
Tomado de:
http://museoliterario.blogspot.com/2017/09/tres-poemas-de-agustin-garcia-calvo.html
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