Una antigua alfombra del Tíbet
Amantes, tu alma y mi alma
en un Tíbet de alfombra se entretejen.
Rayo en rayo, apasionados colores,
astros que por los cielos se enamoran.
Reposan nuestros pies en el precioso paño,
vastedad de mil puntos y mil más.
Dulce hijo de Lama en el trono de almizcle,
¿desde cuándo tu boca besa la mía,
y mejilla a mejilla, en irisada urdimbre de los tiempos?
Doctor Benn
Lloro—
Mis sueños caen hacia el mundo.
En mi oscuridad
ningún pastor se aventura.
Mis ojos no muestran el camino
como los astros.
Siempre mendigo ante tu alma:
¿lo sabes?
Si fuera ciega-
Pensaría que yazgo en tu cuerpo.
Todas las flores llevarían
a tu sangre.
Múltiple y rica soy,
nadie quien puede cosecharme.
O mis dones llevan
hogar.
Quiero enseñarme tiernamente a ti;
tú ya sabes nombrarme.
Mira mis colores,
negro y estrella.
Y no me gusta el frío día,
tiene un ojo de vidrio.
Todo está muerto,
sólo tú y yo no.
Despedida
Pero nunca viniste con la noche–
yo sentada en manto de estrellas.
…Si a mi puerta golpeaban,
era mi propio corazón.
Ahora de cada jamba pende,
también ante tu puerta;
rosa de fuego que se extingue entre becerros
en el marrón de la guirnalda.
El cielo te pinté de color zarzamora
con sangre de mi corazón.
Pero nunca viniste con la noche–
…yo de pie en zapatos dorados.
Mi pueblo
(A Paul, mi amado hijo)
Se carcome la roca
de donde broto
y mis canciones a Dios canto…
Súbitamente caigo del camino
y me deslizo toda en mí,
lejos y sola sobre muro de lamentos
hacia el mar.
Tanto me he desaguado
de mi sangre
y su crepitación de mosto.
Y siempre, siempre el eco
en mí,
si al este, pavoroso,
carcomido esqueleto de roca,
mi pueblo
clama a Dios.
Sulamita
¡Oh, de tu boca dulce yo aprendí
venturas en exceso!
Ahora siento los labios de Gabriel
quemar mi corazón…
Y la nube nocturna bebe
mi profundo sueño de cedros.
¡Oh, cómo clama a mí tu vida!
Y me consumo
en pesadumbre que florece
y en el vasto universo me disipo,
en el tiempo,
en la eternidad,
y se abrasa mi alma en los colores de la tarde
de Jerusalén.
Estigia
Oh, quisiera dormir sin desear…
Si de un caudal supiera, como mi vida honda,
fluiría con sus aguas.
Sebaot
Oh Dios, te amo en tu manto de rosas,
cuando del jardín sales, Sebaot.
Tú, Dios adolescente,
Tú, poeta,
de tus aromas bebo solitaria.
Se alzó a ti el florecer primero de mi sangre,
ven pues,
Dios dulce,
Dios amigo de infancia:
el oro de tu puerta se funde ante mis ansias.
Caos
Los astros, pálidos de espanto, huyen
del cielo de mi soledad,
y el ojo negro de la medianoche
mira fijo, más y más cerca.
¡Ya no me puedo hallar
en este abandono de muerte!
Como si, a mundos de distancia de mí misma,
me viera envuelta en gris noche de miedo…
¡Quisiera que un dolor se desatara,
me derribara, cruel,
y hacia mí me atrajera bruscamente!
Y un ansia de creador
me volviera a mi tierra
bajo el seno materno.
Desolada mi tierra madre,
ya no florecen allí rosas
en el cálido aliento.
¡Ah, si tuviera a alguien muy amado,
para en su carne hundirme!
Fin del mundo
Hay en el mundo un llanto
como si Dios hubiera muerto,
y la sombra plomiza que desciende
pesa como una lápida.
Ven, cobijémonos más cerca…
Yace la vida en todo corazón
como en sarcófagos.
¡Oh, tú! Besémonos muy hondo…
A la puerta del mundo está llamando una nostalgia
de que tendremos que morir.
Tomado de:
https://rialta.org/else-lasker-schuler-poemas/#Una_antigua_alfombra_del_Tibet
Creo que nunca más volveremos a vernos
Creo que nunca más volveremos a vernos,
La mañana esconde su ojo ante mí.
He estado demasiado tiempo arrodillada
Ante tu silencio crepuscular.
Oh, nuestros labios ansían juegos
Florecientes nos hubiéramos besado bajo las grandes
estrellas.
Velos fúnebres envuelven
Los elementos del cielo resplandecientes de oro.
Creo que nunca más volveremos a vernos.
Versión de Sonia Almau
Mi piano azul
Tengo en casa un piano azul
Aunque no sé ninguna nota.
Está a la sombra de la puerta del sótano,
Desde que el mundo se enrudeció.
Tocan cuatro manos de estrella
-La mujer-luna cantó en la barca-,
Ahora bailan las ratas en el teclado.
Rota está la tapa del piano…
Lloro a la muerta azul.
Ah, queridos ángeles, abridme
-Comí del pan amargo-
A mí con vida la puerta del cielo-
Incluso contra lo prohibido.
Versión de Sonia Almau
Sueño tan en silencio contigo
Siempre vienen por la mañana colores dolientes,
Son como tu alma.
Oh, tengo que pensar en ti,
Y por todas partes florecen ojos tan tristes.
Y te hablé de grandes estrellas,
Pero tú mirabas a la tierra.
Noches crecen de mi cabeza,
No sé a dónde ir.
Sueño tan en silencio contigo-
Blanca cuelga ya la seda sobre mis ojos.
Por qué no has dejado
La tierra en torno a mí- dí
Versión de Sonia Almau
A Giselheer rey
Estoy tan sola
Ojalá encontraras la sombra
De un corazón dulce.
O alguien
Me regalara una estrella
Siempre lo cogían
Los ángeles al vuelo
Así, de un lado a otro.
Tengo miedo
De la tierra negra
¿Cómo puedo salir?
Desearía ser enterrada
En las nubes,
Dondequiera que crezca el sol,
Te quiero tanto
¿Tú a mí también?
Dímelo entonces…
Versión de Sonia Almau
Tomado de:
https://blogpoemas.com/else-lasker-schuler/
Luna llena
Leve desciende la luna por mi sangre…
sonidos del sueño son los ojos del día
transformación – vértigo –
Tus labios no puedo hallar…
¿dónde estás, lejana ciudad,
con bendecidores aromas?
Siempre se me hunden los párpados
Sobre el mundo – todo duerme.
Mi vergüenza
¡Tú! ¡Ya no me envíes el aroma
del ardiente bálsamo
de tus dulces jardines nocturnos!
En mis mejillas sangra el pudor
y en torno a mí vibra el aire estival.
Tú… refresca mis mejillas
con inaromáticas, inapetentes
hierbas nocturnas.
Pero ya no más el hálito de tus anhelantes rosas,
pues atormenta mi rubor.
Oh, quiero salir del mundo
Entonces llorarás por mí.
Hayas sangrantes avivan
mis sueños guerreros.
Por lóbregas malezas
debo ir,
por zanjas y aguas.
Siempre rompe impetuosa ola
en mi corazón;
enemigo interior.
¡Oh, quiero salir del mundo!
Pero incluso desde lejos
enloqueceré, titilante luz,
junto a la tumba de Dios.
Jacob
Jacob era el búfalo de su manada.
Cuando pisoteaba con las pezuñas,
chispeaba bajo él la tierra.
Mugiendo dejó a sus hermanos machacados.
Del bosque primordial hacia los ríos corrió
ahí calmó la sangre del mordisco de simios.
Por los cansados dolores de los tobillos
cayó ante los cielos afiebrado
y su rostro de buey creó la sonrisa.
Tomado de:
https://circulodepoesia.com/2011/05/albala-else-lasker-schuler/
Jerusalén, de Baladas hebreas
"Dios hizo de su columna vertebral:
Palestina de un solo hueso Jerusalén
Camino entre mausoleos -
nuestra ciudad santa se ha petrificado.
Piedras descansan en el lecho de sus lagos muertos
en vez de las aguas sedosas que allí jugaban: venir,
parecer.
Abismos miran con dureza al caminante -
Que se hunde en sus estáticas noches.
Tengo un miedo que no puedo superar.
Si tu vinieras…
envuelto en el claro manto alpino -
y tomaras la penumbra de mi vida –
mi brazo te enmarcaría como a la imagen de un santo.
Como antes cuando sufría en la oscuridad de mi corazón –
tus ojos: nubes azules.
Me alejaban de mi tristeza.
Si tú vinieras –
Al país de los ancestros –
Me dirías como a un niño:
Jerusalén - ¡resucita!
Nos saludan
las banderas del único Dios,
retoños en las manos que siembran la vida. "
Tomado de:
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