UNA LÁGRIMA EDIFICÓ LA LLUVIA
Y decimos
que anoche soñamos
en colocar las heridas aisladas de los nervios
o que éramos pulpos
que algún sol les traicionó su mar
para dejamos mutilados hasta los poros.
Y al poco tiempo
una lágrima edificó la lluvia
y nos quedamos solos
mirando desteñir los cuerpos caminantes
y les vimos los ojos, las manos, los pies
y nos parecía que estábamos amarrados
a sus esquinas serpientes
para luego darnos cuenta
que no teníamos nada.
Todo le pertenecía a la temperatura de ser.
Porque debimos comprender
que hay un espejo en cada palabra
y a veces en una palabra
miles de espejos se miran.
Tomado de:
http://ntcpoesia.blogspot.com/2014/06/una-lagrima-edifico-la-lluvia-farias-el_7.html
Aves de confianza
Me he reconciliado
con la sencilla astucia de los pájaros.
Me he dado a su vuelo
que me avisa el desangre del verano.
He comido de su pesca milagrosa
en la misma playa
donde el aceite y los niños se confunden.
He conversado contigo
como anfitriona de palmeras
que apuntan el atardecer
de los bienes terrenales.
No me he cansado de entender
a estas discretas
aves de confianza
que nos permiten hablar
de las cosas imposibles.
La tumba se hizo a imagen y semejanza del sueño
I
Morir al cuadrado
y restarle los suicidios
es impacientar la colgada del vacío
y trabajar en la fábrica de cáscaras.
Se ofrecieron matemáticos
para contarle los resbalones al plátano.
Calcularon
que morir al cuadrado
y dividirlos por ‘yo’
da una impotencia a millones.
(Y trataron de encontrar la fórmula
de restarle las mentiras).
Mas
los primeros árboles dijeron
que ellos dieron la idea
de que se hiciera la tumba
a imagen y semejanza del sueño.
II
Se escapa la llegada a la cocina.
Sólo alcancé a ver un lado de la estufa.
La muchacha hablaba de riñones
al subir a su barrio
y yo pensaba todavía
en la impotencia de cuatro ojos para adentro
y terminar saludando a mi vecina.
Después de todo
temí por eso de que mi madre grita:
no digan nada
los que dicen algo.
Mi hijo prefirió a los vegetales
luchó junto con ellos.
Yo os pido un favor por esta tierra:
hay que incrementar la producción de cáscaras.
El pez y la red
Si bajamos
a la orilla
pleamar que me viene
a tantas otras orillas
de mis labios
desterraríamos el olvido
del anzuelo hechizado
que nos trajo
para siempre la palabra.
Rito del recuerdo
¿Acaso
las propias ilusiones
deben desgarrar
el corazón más lejano?
Me pregunto
cuando asomo
al rito del recuerdo.
Respondo:
Somos obsequiados a los ríos
para ser más sutiles a la muerte.
Torre de murciélagos
De ser así
sólo la torre de murciélagos
nos hizo la vida a sustos.
Tan solo ella
nos regaló
la memoria de los ríos
como párpados sin nombre
a los manglares.
Ahora devuelvo
la sombra de los cuartos
para subir la escalera sin mi sombra.
Allí nadie espera
—como antes—
que alguien
solloce amargura.
Tomado de:
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