Luis del Olmo
cumple diez mil
Allá donde las broncas matutinas
naufragan en la mar que es el vivir,
donde se afeitan todas las rutinas,
pongamos que hablo de don Luis.
Cómplice capataz de la osadía,
apuesta audaz, seis dobles del parchís,
confesor de la inmensa minoría,
cambio mi voz por la de Luis.
Nadie le pida más peras al colmo
ni cartas bomba ni granos de anís,
no hay rayo que doblegue a Luis del Olmo
ahora que cumple los diez mil.
Juro que lo que sale de mi boca
no me lo dicta el pisco ni el hashís,
yo quiero a quien me quiere y cuando toca
alzo mi copa por don Luis.
Cuando tengas frío
Usa mi llave cuando tengas frío,
cuando te deje el cierzo en la estacada,
hazle un corte de mangas al hastío,
ven a verme si estás desencontrada.
No tengo para darte más que huesos
por un tubo y un salmo estilo Apeles
y páginas anémicas de besos
y un cubo de basura con papeles.
Ni me siento culpable de tu lejos,
ni dejo de fruncir los entrecejos
que usurpan de tus ojos la alegría,
si quieres enemigos ya los tienes,
pero si socios buscas ¿cuándo vienes
a repartir conmigo la poesía?
Alrededor no hay nada
El moño, las pestañas, las pupilas,
el peroné, la tibia, las narices,
la frente, los tobillos, las axilas,
el menisco, la aorta, las várices.
La garganta, los párpados, las cejas,
las plantas de los pies, la comisura,
los cabellos, el coxis, las orejas,
los nervios, la matriz, la dentadura.
Las encías, las nalgas, los tendones,
la rabadilla, el vientre, las costillas,
los húmeros, el pubis, los talones.
La clavícula, el cráneo, la papada,
el clítoris, el alma, las cosquillas,
esa es mi patria, alrededor no hay nada.
Tomado de:
https://www.otraparte.org/agenda-cultural/literatura/sabina/
AHORA QUE NO HAY VACUNAS
Ahora que no hay vacunas
ni letanías.
Ahora que está en la luna
la policía.
Ahora que sueño de noche,
que duermo de día.
Ahora que estoy más vivo
de lo que estoy.
Ahora que nada es urgente,
que todo es presente,
que hay pan para hoy.
CERRADO POR DERRIBO
Este bálsamo no cura cicatrices,
esta rumbita no sabe enamorar,
este rosario de cuentas infelices
calla más de lo que dice
pero dice la verdad.
Este almacén de sábanas que no arden,
este teléfono sin contestador,
la llamaré mañana, hoy se me hizo tarde,
esta forma tan cobarde
de no decirnos que no.
Este contigo, este sin ti tan amargo,
este reloj de arena del arenal,
esta huelga de besos, este letargo,
estos pantalones largos
para el viejo Peter Pan.
Esta cómoda sin braguitas de Zara,
el tour del Soho desde un rojo autobús,
estos ojos que no miden ni comparan
ni se olvidan de tu cara
ni se acuerdan de tu cruz.
No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "condios" a los dos nos sobran los
motivos.
Esta paya tan lejos de su gitano,
este penal del Puerto sin vis a vis,
esta guerra civil, este mano a mano,
estos moros y cristianos,
este muro de Berlín.
Este virus que no muere ni nos mata,
esta amnesia en el cielo del paladar,
la limusina del polvo por Manhattan,
el invierno en Mar del Plata,
los versos del Capitán.
Este hacerse mayor sin delicadeza,
esta espalda mojada de moscatel,
este valle de fábricas de tristeza,
esta espuma de certeza,
esta colmena sin miel.
Este borrón de sangre y de tinta china,
este baño sin rimmel ni nembutal,
estos huesos que vuelven de la oficina,
dentro de una gabardina
con manchas de soledad.
No abuses de mi inspiración,
no acuses a mi corazón
tan maltrecho y ajado
que está cerrado por derribo.
Por las arrugas de mi voz
se filtra la desolación
de saber que estos son
los últimos versos que te escribo,
para decir "condios" a los dos nos sobran los
motivos.
LA DEL PIRATA COJO
No soy un fulano
con la lágrima fácil,
de esos que se quejan sólo por vicio.
si la vida se deja yo le meto mano
y si no aún me excita mi oficio,
y como además sale gratis soñar
y no creo en la reencarnación,
con un poco de imaginación
partiré de viaje enseguida
a vivir otras vidas,
a probarme otros nombres,
a colarme en el traje y la piel
de todos los hombres
que nunca seré:
al capone en chicago
legionario en melilla
pintor en Montparnasse.
mercenario en damasco
costalero en Sevilla
negro en nueva Orleans.
viejo verde en Sodoma
deportado en Siberia
sultán en un harén.
¿policía? ni en broma
triunfador de la feria
gitanito en jerez.
tahúr en Montecarlo
cigarrillo en tu boca
taxista en nueva york.
el más chulo del barrio
tiro porque me toca
suspenso en religión.
confesor de la reina
banderillero en cádiz
tabernero en dublín.
billarista a tres bandas
insumiso en el cielo
dueño de un cabaret.
arañazo en tu espalda
tenor en rigoletto
pianista de un burdel.
bongosero en la habana
casanova en Venecia
anciano en shangri la.
polizón en tu cama
vocalista de orquesta
mejor tiempo en le mans
cronista de sucesos
detective en apuros
conservado en alcohol.
violador en tus sueños
suicida en el viaducto
guapo en un culebrón.
morfinómano en china
desertor en la guerra
boxeador en Detroit.
cazador en la india
marinero en Marsella
fotógrafo en play boy.
pero si me dan a elegir
entre todas las vidas, yo escojo
la del pirata cojo
con pata de palo
con parche en el ojo,
con cara de malo,
el viejo truhán, capitán
de un barco que tuviera
por bandera
un par de tibias y una calavera
PRINCESA
Entre la cirrosis
y la sobredosis
andas siempre, muñeca.
Con tu sucia camisa
y, en lugar de sonrisa,
una especie de mueca.
¿Cómo no imaginarte,
cómo no recordarte
hace apenas dos años?
Cuando eras la princesa
de la boca de fresa,
cuando tenías aún esa forma
de hacerme daño.
Ahora es demasiado tarde, princesa.
Búscate otro perro que te ladre, princesa.
Maldito sea el gurú
que levantó entre tú
y yo un silencio oscuro,
del que ya sólo sales
para decirme, "vale,
déjame veinte duros".
Ya no te tengo miedo
nena, pero no puedo
seguirte en tu viaje.
Cúantas veces hubiera dado la vida entera
porque tú me pidieras
llevarte el equipaje.
Ahora es demasiado tarde, princesa...
Tú que sembraste en todas
las islas de la moda
las flores de tu gracia,
¿cómo no ibas a verte
envuelta en una muerte
con asalto a farmacia?
¿Con qué ley condenarte
si somos juez y parte
todos de tus andanzas?
Sigue con tus movidas,
pero no pidas
que me pase la vida
pagándote fianzas.
Ahora es demasiado tarde, princesa
Búscate otro perro que te ladre, princesa
Tomado de:
https://poemas.yavendras.com/joaquin-sabina/
Hace Tiempo
Hace tiempo que no me hago caso,
hace tiempo que olvido que atraso,
que paso de mí.
Hace tiempo que no pido nada,
hace tiempo que la madrugada
no da más de sí.
Hace tiempo que mengua mi renta,
que cuadran las cuentas
de la soledad.
Hace tiempo que no me hago trampas,
hace tiempo que nieva, que escampa,
que vuelve a nevar.
Hace tiempo tiempo que el tiempo se esfuma,
hace tiempo que nadie perfuma
mi vieja canción.
Hace tiempo que el sol tiene pecas,
hace tiempo que las discotecas
no tienen razón.
Hace tiempo que no me acaloro,
hace tiempo que el tiempo, que es oro
no cura el dolor.
Hace tiempo que todo es mentira,
hace tiempo que el mundo no gira
a mi alrededor.
Hace tiempo que bajo la cuesta,
que pierdo la apuesta
contra el porvenir.
Hace tiempo que sueño despierto,
que se muere de sed un desierto
delante de mí.
Un soneto emocionado
«No faltaron tormentas aquel año,
me echaron de las barras de los bares,
desgarré mi camisa de lunares,
dejamos de jugar a hacernos daño.
Rimando la canción del desengaño,
deserté de los fuegos malabares,
cambié las alegrías por soleares
y al tipo que te amó por este extraño.
Me acosaron alarmas imprevistas,
sufrí, te perdí, fui tropezando
extramuros del furo del artista. Prófugo de un dolor
que ya no existe,
llevo 500 noches celebrando
la impúdica belleza de estar triste
Este ya
Este ya no camufla un hasta luego,
esta manga no esconde un quinto as,
esta precinto no juega con fuego,
este ciego no mira para atrás.
Este notario avala lo que escribo,
estas vísperas son del que se fue,
ahórrate el acuse de recibo,
esta letra no la protestaré.
A este escándalo huérfano de padre
no voy a consentirle que taladre
un corazón falto de ajonjolí.
Este pez ya no muere por tu boca,
este loco se va con otra loca,
este masoca no llora más por ti.
Puntos suspensivos
Lo peor del amor, cuando termina,
son las habitaciones ventiladas,
el solo de pijamas con sordina,
la adrenalina en camas separadas.
Lo malo del después son los despojos
que embalsaman los pájaros del sueño,
los teléfonos que hablan con los ojos,
el sístole sin diástole ni dueño.
Lo más ingrato es encalar la casa,
remendar las virtudes veniales,
condenar a galeras los archivos.
Lo atroz de la pasión es cuando pasa,
cuando, al punto final de los finales,
no le siguen dos puntos suspensivos
Tomado de:
https://elcircoylabruma.com/joaquin-sabina-poemas/
CALLE MELANCOLÍA
Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,
por la ciudad camino, no preguntéis adónde.
Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,
y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.
Las chimeneas vierten su vómito de humo
a un cielo cada vez más lejano y más alto.
Por las paredes ocres se desparrama el zumo
de una fruta de sangre crecida en el asfalto.
Ya el campo estará verde, debe ser primavera,
cruza por mi mirada un tren interminable,
el barrio donde habito no es ninguna pradera,
desolado paisaje de antenas y de cables.
Vivo en el número siete, calle Melancolía.
Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.
Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía
y en la escalera me siento a silbar mi melodía.
Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,
que viene de la noche y va a ninguna parte,
así mis pies descienden la cuesta del olvido,
fatigados de tanto andar sin encontrarte.
Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,
ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;
me enfado con las sombras que pueblan los pasillos
y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.
Trepo por tu recuerdo como una enredadera
que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy
esa absurda epidemia que sufren las aceras,
si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.
Vivo en el número siete, calle Melancolía...
A LA ORILLA DE LA CHIMENEA
Puedo ponerme cursi y decir
que tus labios me saben igual que los labios
que beso en mis sueños,
puedo ponerme triste y decir
que me basta con ser tu enemigo, tu todo,
tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.
y si quieres también
puedo ser tu estación y tu tren,
tu mal y tu bien,
tu pan y tu vino,
tu pecado, tu dios, tu asesino...
o tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.
Puedo ponerme humilde y decir
que no soy el mejor
que me falta valor para atarte a mi cama,
puedo ponerme digno y decir:
"toma mi dirección cuando te hartes de amores
baratos de un rato... me llamas".
Y si quieres también
puedo ser tu trapecio y tu red,
tu adiós y tu ven,
tu manta y tu frío,
tu resaca, tu lunes, tu hastío...
o tal vez ese viento
que te arranca del aburrimiento
y te deja abrazada a una duda,
en mitad de la calle y desnuda.
y si quieres también
puedo ser tu abogado y tu juez,
tu miedo y tu fe,
tu noche y tu día,
tu rencor, tu por qué, tu agonía...
o tal vez esa sombra
que se tumba a tu lado en la alfombra
a la orilla de la chimenea
a esperar que suba la marea.
Tomado de:
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