viernes, 22 de noviembre de 2024

POEMAS DE JOAQUÍN SABINA EN EL DÍA DE LA MÚSICA

 


Luis del Olmo
cumple diez mil

Allá donde las broncas matutinas

naufragan en la mar que es el vivir,

donde se afeitan todas las rutinas,

pongamos que hablo de don Luis.

 

Cómplice capataz de la osadía,

apuesta audaz, seis dobles del parchís,

confesor de la inmensa minoría,

cambio mi voz por la de Luis.

 

Nadie le pida más peras al colmo

ni cartas bomba ni granos de anís,

no hay rayo que doblegue a Luis del Olmo

ahora que cumple los diez mil.

 

Juro que lo que sale de mi boca

no me lo dicta el pisco ni el hashís,

yo quiero a quien me quiere y cuando toca

alzo mi copa por don Luis.

 

 

Cuando tengas frío

Usa mi llave cuando tengas frío,

cuando te deje el cierzo en la estacada,

hazle un corte de mangas al hastío,

ven a verme si estás desencontrada.

 

No tengo para darte más que huesos

por un tubo y un salmo estilo Apeles

y páginas anémicas de besos

y un cubo de basura con papeles.

 

Ni me siento culpable de tu lejos,

ni dejo de fruncir los entrecejos

que usurpan de tus ojos la alegría,

si quieres enemigos ya los tienes,

pero si socios buscas ¿cuándo vienes

a repartir conmigo la poesía?

 

 

Alrededor no hay nada

El moño, las pestañas, las pupilas,

el peroné, la tibia, las narices,

la frente, los tobillos, las axilas,

el menisco, la aorta, las várices.

 

La garganta, los párpados, las cejas,

las plantas de los pies, la comisura,

los cabellos, el coxis, las orejas,

los nervios, la matriz, la dentadura.

 

Las encías, las nalgas, los tendones,

la rabadilla, el vientre, las costillas,

los húmeros, el pubis, los talones.

 

La clavícula, el cráneo, la papada,

el clítoris, el alma, las cosquillas,

esa es mi patria, alrededor no hay nada.

Tomado de:

https://www.otraparte.org/agenda-cultural/literatura/sabina/

 

 

AHORA QUE NO HAY VACUNAS

Ahora que no hay vacunas

ni letanías.

Ahora que está en la luna

la policía.

Ahora que sueño de noche,

que duermo de día.

Ahora que estoy más vivo

de lo que estoy.

Ahora que nada es urgente,

que todo es presente,

que hay pan para hoy.

 

 

CERRADO POR DERRIBO

Este bálsamo no cura cicatrices,

esta rumbita no sabe enamorar,

este rosario de cuentas infelices

calla más de lo que dice

pero dice la verdad.

Este almacén de sábanas que no arden,

este teléfono sin contestador,

la llamaré mañana, hoy se me hizo tarde,

esta forma tan cobarde

de no decirnos que no.

Este contigo, este sin ti tan amargo,

este reloj de arena del arenal,

esta huelga de besos, este letargo,

estos pantalones largos

para el viejo Peter Pan.

Esta cómoda sin braguitas de Zara,

el tour del Soho desde un rojo autobús,

estos ojos que no miden ni comparan

ni se olvidan de tu cara

ni se acuerdan de tu cruz.

No abuses de mi inspiración,

no acuses a mi corazón

tan maltrecho y ajado

que está cerrado por derribo.

Por las arrugas de mi voz

se filtra la desolación

de saber que estos son

los últimos versos que te escribo,

para decir "condios" a los dos nos sobran los motivos.

Esta paya tan lejos de su gitano,

este penal del Puerto sin vis a vis,

esta guerra civil, este mano a mano,

estos moros y cristianos,

este muro de Berlín.

Este virus que no muere ni nos mata,

esta amnesia en el cielo del paladar,

la limusina del polvo por Manhattan,

el invierno en Mar del Plata,

los versos del Capitán.

Este hacerse mayor sin delicadeza,

esta espalda mojada de moscatel,

este valle de fábricas de tristeza,

esta espuma de certeza,

esta colmena sin miel.

Este borrón de sangre y de tinta china,

este baño sin rimmel ni nembutal,

estos huesos que vuelven de la oficina,

dentro de una gabardina

con manchas de soledad.

No abuses de mi inspiración,

no acuses a mi corazón

tan maltrecho y ajado

que está cerrado por derribo.

Por las arrugas de mi voz

se filtra la desolación

de saber que estos son

los últimos versos que te escribo,

para decir "condios" a los dos nos sobran los motivos.

 

 

LA DEL PIRATA COJO

No soy un fulano

con la lágrima fácil,

de esos que se quejan sólo por vicio.

si la vida se deja yo le meto mano

y si no aún me excita mi oficio,

y como además sale gratis soñar

y no creo en la reencarnación,

con un poco de imaginación

partiré de viaje enseguida

a vivir otras vidas,

a probarme otros nombres,

a colarme en el traje y la piel

de todos los hombres

que nunca seré:

al capone en chicago

legionario en melilla

pintor en Montparnasse.

mercenario en damasco

costalero en Sevilla

negro en nueva Orleans.

viejo verde en Sodoma

deportado en Siberia

sultán en un harén.

¿policía? ni en broma

triunfador de la feria

gitanito en jerez.

tahúr en Montecarlo

cigarrillo en tu boca

taxista en nueva york.

el más chulo del barrio

tiro porque me toca

suspenso en religión.

confesor de la reina

banderillero en cádiz

tabernero en dublín.

billarista a tres bandas

insumiso en el cielo

dueño de un cabaret.

arañazo en tu espalda

tenor en rigoletto

pianista de un burdel.

bongosero en la habana

casanova en Venecia

anciano en shangri la.

polizón en tu cama

vocalista de orquesta

mejor tiempo en le mans

cronista de sucesos

detective en apuros

conservado en alcohol.

violador en tus sueños

suicida en el viaducto

guapo en un culebrón.

morfinómano en china

desertor en la guerra

boxeador en Detroit.

cazador en la india

marinero en Marsella

fotógrafo en play boy.

pero si me dan a elegir

entre todas las vidas, yo escojo

la del pirata cojo

con pata de palo

con parche en el ojo,

con cara de malo,

el viejo truhán, capitán

de un barco que tuviera

por bandera

un par de tibias y una calavera

 

 

PRINCESA

Entre la cirrosis

y la sobredosis

andas siempre, muñeca.

Con tu sucia camisa

y, en lugar de sonrisa,

una especie de mueca.

¿Cómo no imaginarte,

cómo no recordarte

hace apenas dos años?

Cuando eras la princesa

de la boca de fresa,

cuando tenías aún esa forma

de hacerme daño.

Ahora es demasiado tarde, princesa.

Búscate otro perro que te ladre, princesa.

Maldito sea el gurú

que levantó entre tú

y yo un silencio oscuro,

del que ya sólo sales

para decirme, "vale,

déjame veinte duros".

Ya no te tengo miedo

nena, pero no puedo

seguirte en tu viaje.

Cúantas veces hubiera dado la vida entera

porque tú me pidieras

llevarte el equipaje.

Ahora es demasiado tarde, princesa...

Tú que sembraste en todas

las islas de la moda

las flores de tu gracia,

¿cómo no ibas a verte

envuelta en una muerte

con asalto a farmacia?

¿Con qué ley condenarte

si somos juez y parte

todos de tus andanzas?

Sigue con tus movidas,

pero no pidas

que me pase la vida

pagándote fianzas.

Ahora es demasiado tarde, princesa

Búscate otro perro que te ladre, princesa

Tomado de:

https://poemas.yavendras.com/joaquin-sabina/

 

 

Hace Tiempo

 

Hace tiempo que no me hago caso,

hace tiempo que olvido que atraso,

que paso de mí.

Hace tiempo que no pido nada,

hace tiempo que la madrugada

no da más de sí.

 

Hace tiempo que mengua mi renta,

que cuadran las cuentas

de la soledad.

Hace tiempo que no me hago trampas,

hace tiempo que nieva, que escampa,

que vuelve a nevar.

 

Hace tiempo tiempo que el tiempo se esfuma,

hace tiempo que nadie perfuma

mi vieja canción.

Hace tiempo que el sol tiene pecas,

hace tiempo que las discotecas

no tienen razón.

 

Hace tiempo que no me acaloro,

hace tiempo que el tiempo, que es oro

no cura el dolor.

Hace tiempo que todo es mentira,

hace tiempo que el mundo no gira

a mi alrededor.

 

Hace tiempo que bajo la cuesta,

que pierdo la apuesta

contra el porvenir.

Hace tiempo que sueño despierto,

que se muere de sed un desierto

delante de mí.

 

 
Un soneto emocionado

 

«No faltaron tormentas aquel año,

me echaron de las barras de los bares,

desgarré mi camisa de lunares,

dejamos de jugar a hacernos daño.

 

Rimando la canción del desengaño,

deserté de los fuegos malabares,

cambié las alegrías por soleares

y al tipo que te amó por este extraño.

 

Me acosaron alarmas imprevistas,

sufrí, te perdí, fui tropezando

extramuros del furo del artista. Prófugo de un dolor que ya no existe,

llevo 500 noches celebrando

la impúdica belleza de estar triste

 

 

Este ya

 

Este ya no camufla un hasta luego,

esta manga no esconde un quinto as,

esta precinto no juega con fuego,

este ciego no mira para atrás.

 

Este notario avala lo que escribo,

estas vísperas son del que se fue,

ahórrate el acuse de recibo,

esta letra no la protestaré.

 

A este escándalo huérfano de padre

no voy a consentirle que taladre

un corazón falto de ajonjolí.

 

Este pez ya no muere por tu boca,

este loco se va con otra loca,

este masoca no llora más por ti.

 

 

Puntos suspensivos

 

Lo peor del amor, cuando termina,

son las habitaciones ventiladas,

el solo de pijamas con sordina,

la adrenalina en camas separadas.

 

Lo malo del después son los despojos

que embalsaman los pájaros del sueño,

los teléfonos que hablan con los ojos,

el sístole sin diástole ni dueño.

 

Lo más ingrato es encalar la casa,

remendar las virtudes veniales,

condenar a galeras los archivos.

 

Lo atroz de la pasión es cuando pasa,

cuando, al punto final de los finales,

no le siguen dos puntos suspensivos

Tomado de:

https://elcircoylabruma.com/joaquin-sabina-poemas/

 

 

CALLE MELANCOLÍA

 

Como quien viaja a lomos de una yegua sombría,

por la ciudad camino, no preguntéis adónde.

Busco acaso un encuentro que me ilumine el día,

y no hallo más que puertas que niegan lo que esconden.

 

Las chimeneas vierten su vómito de humo

a un cielo cada vez más lejano y más alto.

Por las paredes ocres se desparrama el zumo

de una fruta de sangre crecida en el asfalto.

 

Ya el campo estará verde, debe ser primavera,

cruza por mi mirada un tren interminable,

el barrio donde habito no es ninguna pradera,

desolado paisaje de antenas y de cables.

 

Vivo en el número siete, calle Melancolía.

Quiero mudarme hace años al barrio de la alegría.

Pero siempre que lo intento ha salido ya el tranvía

y en la escalera me siento a silbar mi melodía.

 

Como quien viaja a bordo de un barco enloquecido,

que viene de la noche y va a ninguna parte,

así mis pies descienden la cuesta del olvido,

fatigados de tanto andar sin encontrarte.

 

Luego, de vuelta a casa, enciendo un cigarrillo,

ordeno mis papeles, resuelvo un crucigrama;

me enfado con las sombras que pueblan los pasillos

y me abrazo a la ausencia que dejas en mi cama.

 

Trepo por tu recuerdo como una enredadera

que no encuentra ventanas donde agarrarse, soy

esa absurda epidemia que sufren las aceras,

si quieres encontrarme, ya sabes dónde estoy.

 

Vivo en el número siete, calle Melancolía...

 

 

A LA ORILLA DE LA CHIMENEA

 

Puedo ponerme cursi y decir

que tus labios me saben igual que los labios

que beso en mis sueños,

puedo ponerme triste y decir

que me basta con ser tu enemigo, tu todo,

tu esclavo, tu fiebre, tu dueño.

y si quieres también

puedo ser tu estación y tu tren,

tu mal y tu bien,

tu pan y tu vino,

tu pecado, tu dios, tu asesino...

 

o tal vez esa sombra

que se tumba a tu lado en la alfombra

a la orilla de la chimenea

a esperar que suba la marea.

 

Puedo ponerme humilde y decir

que no soy el mejor

que me falta valor para atarte a mi cama,

puedo ponerme digno y decir:

"toma mi dirección cuando te hartes de amores

baratos de un rato... me llamas".

Y si quieres también

puedo ser tu trapecio y tu red,

tu adiós y tu ven,

tu manta y tu frío,

tu resaca, tu lunes, tu hastío...

 

o tal vez ese viento

que te arranca del aburrimiento

y te deja abrazada a una duda,

en mitad de la calle y desnuda.

 

y si quieres también

puedo ser tu abogado y tu juez,

tu miedo y tu fe,

tu noche y tu día,

tu rencor, tu por qué, tu agonía...

 

o tal vez esa sombra

que se tumba a tu lado en la alfombra

a la orilla de la chimenea

a esperar que suba la marea.

Tomado de:

https://lapalabraesmagica.blogspot.com/2020/04/sabina.html

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