viernes, 14 de agosto de 2015

Poemas de Fernando Salazar Torres de su libro reciente "Visiones de otro Reino"

Meditación primera
(al momento de descender)

Cuanto existe emana de Ti  dice la Tradición
Pienso que ocultas el destino para vivir el mundo
El origen se esconde en el fondo de los espejos
y creo en otro reino  copia infiel de la existencia
También Tu Voz olvida nombrar los errores
y la dualidad simula ordenar el caos
Tu ausencia nos representa en este simulacro
Escritura de la vida que comienza

El péndulo ondula
y Tu pensamiento nos siente
nos mira  se mueve
y contemplas figuras para germinar cosas
circularidades  zonas geométricas

El aliento entra en la materia
y termina en la hora de la muerte

Idea inmortal habita la mortalidad
El Universo es una suma de Tus Imaginaciones

Dios es necesario
Día dos y los encuentros
en el infierno

Ya estoy en las comarcas de la tierra final
He bajado la escalera y un mar muerto
cubre el hocico de la entrada
Los años que me anidan
mueren detrás de mi sombra
Me abandono de la materia
y mi espíritu crece y gravita
Me adentro a la tormenta
del mar en calma y nado

A lo lejos un ser espectral
color ocre y aliento a luna podrida
me aguarda con los brazos colgantes
Su pecho está cubierto de rostros vivos

Altazor  mi norte  multiplica tu canto séptimo
Eres mi alba precipitada y desvelada
Blanco sol  descompone las horas
y crecen los colores como niños
Tu acento divino abre las puertas
Eres mi protector y mi lenguaje
Me permites cumplir con mis horas marcadas

Llueve
la caída de un nido en medio de este piélago
y desciendo otro tanto un sueño marino
El lunático guardia me permite el paso
y desaparece detrás de mí
mirándome con su mirar multiplicado mil

La vida me moja el pensamiento
Resucito en la muerte la vida muerta
El arco iris es una canción
volando de las mañanas
para volarme a la entrada del no Dios
Llueve la luz bella

A la mitad del agua cantora
hay una puerta chamuscada
Unos seres traslúcidos me esperan
La orden de los enamorados Grigori
y al frente Tamiel un ángel muerto
me toma la mano con sus dedos de luz
me mira con su rostro sin ojos
me piensa con su pensamiento encriptado
me lleva con su andar a las montañas

                                    Cae la poesía del siglo triste
                                   La partitura navega en sus alas
                                   Mueve sus notas
                                   Duerme a tiempo para nacer
                                   Llevo mi cítara para hacer vivo el cementerio
                                   para sembrar voz en los fantasmas
                                   para alumbrar los pozos de los muertos
                                   para crear luz en las fogatas abismales

¡Se aproxima la tierra de la Muerte
                                   o yo me estoy quedando ciego!

Nado en el cuerpo del agua pervertida Yo soy un naufragio de mal dolor Soy el nombre en la boca de los olvidados porque los nombres deshabitan cuerpos Este paisaje submarino ahorca mi pulso detiene mi sangre y habito otro lugar imposible para los vivos Incorpóreo navego anclas en la nave del Rojo escriba, y adentro ya del destierro arbitrario encuentro una flor de memoria marchita, es la rosa inflorada que crece y decrece en estas sales marinas Para no ahogarme miro hacia lo alto y mis brazadas siempre son un giro impulsado para tocar el cielo Termino el nado y persigo mi camino

Mis ojos cuelgan de las alturas
para no perder la senda racional
Estoy en el nido flamante que me esperaba
La cuna maldice mi tradición
El vaivén náutico destina mi fin
El lunar viaje de los astros trazan
en mi lecho la soñada espera de viajar

Detenido en el umbral del olvido
ya no recuerdo a qué vine
El Ser celeste crea en mí a otro
nace de mí otro ser  no soy yo
el inmortal ángel es una imagen muerta
La otredad rebelde habita mi cara  doble temor
Sale de mí Tu doble  Tu Otro Ser luminoso
He llegado a este lugar para cumplir la profecía

A la mitad de este Imperio la cruz divaga
Las alas de mi luz merodean los ríos de sangre
El sacrificio del Mundo y una pena
Absuelve sus sonrisas desvanecidas en las marcas
Se desmayan Tus signos desde las nubes
y caen sobre mí como una inclemencia vertical
Perdónala a ella  no sabe lo que hace
Perdónalos a todos porque ya saben lo que hicieron

El reloj se vela en sus bordes fríos
Sus funerales son mañana y hoy ya es tarde
para que ayer sea el tiempo

La siguiente puerta sigue esperando
El pájaro solar llega y abre las alas
y una blancura de alma rompe
la primera barca de Caronte
-la última ruta que me ata a la rosa-
y entro solitario a otro lago de fuego
Tamiel va en mi interior gestando anatemas
y Altazor (alas de alma) lo combate

Dentro mío hay una temible guerra de ángeles
Frente a mí está ella puliendo sus dientes
sobre los huesos de las lamentaciones
como un pájaro grita en medio de la cerrazón
Es una grulla sedienta que pita danzando
Es una mitología imprudente que caza precipicios
Es una ave bíblica emparejada con el horror

Un niño abandonado construye bloques de sal
desvanecidos entre sus dedos
Sus manos se cosen se pudren y caen a trechos
Una jauría de lobas lo lame
y tres chacales jorobados luchan por los pedazos
El infante sueña dormir en la cuna de mis gracias
es el diminuto Autor que nos representaba
en el dibujo de tres que él resolvía
Ya no tiene manos para ordenar su idea
dice mi nombre  mi nombre es su trenecito
sílaba tras sílaba balbucea mis letras
Florece una mariposa
en medio de la nada
y el pequeño
muere calladito como una flor triste
Se estremece en sus labios
la querida cadencia del canto maternal
Él vuelve a dormir bajo el ala de la grulla
y de nuevo ya somos tres separados por el llanto

            Ella no habla no mira no escucha
            Es piedra dentro del mar muerto
roca vacía  figura maldiciones
            estatua de sal  cura mis hendiduras
            Madre que no aprende a ser madre

Estas alucinaciones vuelven cuando los ángeles luchan

Aquí abajo se concluye la eternidad
y desciendo un grado más en el sendero
Hábitat de la serpiente alada
Pájaro de piel mutante  me dejas ciego
Santa de cuerpo enroscado  te bañas
en las grutas paganas de la medianoche
























Día tres
o la negación del regreso

Un círculo del pensamiento
me hace andar frente a la misma sombra
Contemplo a Alicia  mi musa patética
Confunde el hueco de los árboles
con el grito del ojo no vivo
y su espanto es tanto que no grita
Mastica hondonadas con sus torpes manos
Huele las raíces en su cielo de agua ambiciosa
Se arrulla en el polvo de las tumbas vacías
Se arrima a la pasión de los cadáveres
Muta en todas las formas grotescas
Nacen de su aliento las enfermedades
Ella ve caminar los nombres de los cuerpos

Camino hacia el Mayor  Seña de la región perdida
Cúpulas de cráneos ennoblecen mi ingreso a este Templo
Al interior mis ojos no miran mi mente no olvida
Cuerpos se buscan a sí mismos en otros cuerpos
La muralla está hecha de niños anterior al nacimiento
La luz sonámbula viaja y alumbra a la pequeña muerte
-mística quimera de múltiples nacimientos-
posada entre dos torres gongorinas

En la misa de los funerales diarios
el Árbol de la Caída crece y germina nuevos caos
el Árbol es Eterno y siempre altera los pasajes
Todo está disipado en este sacro laberinto
Se mueven los ciclos y lo que estaba abajo sube
Quienes iban a nacer ahora son velados en las capillas
Los resucitados transitan  se pierden entre tanta vida

La ceniza es el espejo de los cadáveres
adonde llegarán todos los vivos
Los espejos tienen dos caras

Apenas vivos somos tiempo y accidente
Mi andar después de la caída
conserva las olas del otro reino
Caen tantos olvidos desconsolados

Mis restos poseen la mancha del Hombre
estigma de pena piedad y abandono

Los barcos nubosos deambulan de misterio
La luz está más allá de este antro fatuo
Se pierde de mi razón desilusionada
El sol del mediodía arde lejos de mí

En círculos inmortales viajo
y dentro mío crece otro mundo
no lo habito pero lo conozco
no lo vivo pero lo siento
Otro universo nace y su demonio
tierno ídolo cristiano
adquiere mis manías
y yo
olvido mi presencia
Presencio otra presencia
que me desorienta
Soy otro o un mito
que me deshabita
Se expulsa a sí mismo
de otro paraíso encontrado
Recobro mi memoria
y Tamiel más joven
me dirige a una encrucijada
donde una mujer aúlla

Tamiel rompe mis muñecas
el acto de la oración es imposible
Tamiel ahoga mi aliento
el milagro del lenguaje acaba
Tamiel entra en mi pensamiento
porque tu locura mordió a mi ángel

Otra vez frente a ella  Desconoce mi forma
Percibo en su rostro un recuerdo extraviado
Habla consigo misma siendo dos
Mira la ceniza del suelo y se pregunta
¿Cuántas soy de tantos días sonámbulos?
La efigie creada de sí
se desdobla y las imágenes se rompen
La Autista mira su silueta rota
multiplicada en hartas bolas de fuego
Sale corriendo perseguida por sí misma
Mi condena es repetir este encuentro
Replicar en mi interior la tensión entre lo blanco y lo oscuro

Negaste volver  sierpe
lo numinoso de tu propio recuerdo
no te permitirá renacer y perseguida por ti
seguirás cargando la piedra de Sísifo
y el Árbol de este territorio donde vives
crecerá fatigado y desconociéndose
desconociéndote y condenándote a este reino
Un jardín alrededor tuyo
pleno de máscaras descarnadas
en el perfume de sus flores
te mirarán una y mil infinitas veces más
Has extraviado el canto del mito
con tu piel de diosa-madre petrificada

Esta tragedia cambia la tradición y no soy yo el guía sino el extraviado quien mira mirar los lugares las fechas la historia y las acciones Mis ojos son jaulas de las cuales ha escapado el ave y su música Me pliego detrás de una roca donde un silencio evoca mi pasado y una loba merodea mis debilidades  Me siento con las jaulas inundadas de horas que quieren ser días de días que quieren ser pájaros de pájaros que quieren aprender a viajar Si este temporal me pide una canción no será la de Orfeo sino la mía

Eres más silenciosa que la balada del campanario
mecida entre las dos torres de la Catedral

Acuosa mujer  reflejo de mis días
Flor mordaz  savia de cáncer
Nube de anís  perfume de la rosa putrefacta
Pozo sin agua  piedra más piedra que el polvo

Aquel jueves tu grito abrió mi tumba
Tus palabras fueron la senda hacia estas heredades
Perdí el oído y el paisaje se ahogó en el lamento
Un atardecer borgeano saturó mis ojos
Un doble destierro me precipita lejos de ti
Navegamos en sentido contrario
de nuevo huyo involuntariamente

El silencio de tus ojos son dos simientes murmurantes
dos eclipses marianos plegados hacia la oscuridad
en la gruta donde tu rostro se deslava y crea otros rostros

El ave solar  guía de colores santos
es la misma luz que me ciega de ti
porque tus pupilas son múltiples vacíos consumiendo todo
y me vuelven a tierra con el esfumado aroma de tu voz
Altazor ¿por qué me expusiste a este mito?

Desde el mañana hacia el nunca
                                    mi memoria se limpia la ansiedad

El pasado arde en mi sombra que crece…
…crece un fuego de locos en mis recuerdos

Todas las sendas lastiman   También el futuro

                       Cómo nombrarla si está ahogada
                      Cómo reconocerla si está oscura

                                              Cómo llamarte si los espíritus no llevan nombre


Día uno: Responso para mi caída

Arriba y abajo dos seres se encuentran y desencuentran
A derecha e izquierda el alba amanece y cae
Olvido que soy efímero  Buscaré mi alma bajo tierra
Apunto mis días en las hojas temporales
Me poso a la mitad de los dos Reinos y descubro
a la estrella Altazor suspendida en el horizonte
Reconoce mi paso a seguir  su luz es mi guía
Estoy al medio de la ignorancia  mi Maestro ya me espera

La constelación me desvela el rumbo al cielo caído
Cruzo el lienzo aéreo y líquido de los paisajes
Voy bajando por las interminables sonrisas del mundo
Una nave de aire me dirige hacia las raíces
Desciendo como un otoñal aliento

Las letras de la noche son imprecisas
Cómo decir cielo si estoy abismado
Cómo recordarla
si olvidó todos nuestros lugares
¡Cuándo volveremos al sitio en llamas
donde las voces te hablan y me niegan!


Nacida de las opacidades de mis sueños
tu delirio inventó en mí todas las mañanas
Creaste los espacios donde puedo decir tu nombre
Habitamos el mundo
Lo inventamos en cada desencuentro
y lo destruimos en todo encuentro
Iré al infierno para recuperar mi vida
La vida, ¿qué es la vida, muerte que viene?

Ahora atravieso el lamento de mi época
El sol es un durazno amargo
sobre la hojarasca submarina del otro valle
Da calor a los desaparecidos
y la rosa nunca florecida
siempre anochece su edad
ante los pliegues caprichosos de los instantes

El reloj se derrite con mi meditar
porque mi búsqueda no se agota
y una premonición me despierta
Una mano pequeñita me significa

Yo dormía en un dibujo imaginario
Una manita nos esbozaba junto a él
El infante Autor me decía  tú acá ella aquí
Los tres caminamos del jardín a la casa
Los tres vimos la sombra de los naranjos en el verano
Los tres sentimos caer la fruta a nuestros pies
y se pudrió en tu boca tres veces durante tres noches
y desperté al sueño de una muerte sonámbula

Anhelo tus manos para cubrir la gruta de mi pecho
Rebusco tus huellas para significar mi canto

Antes de caer entro a la Iglesia
Toco tu rostro ficticio para santificar mi vía
y cubrir de flores mis pasos hacia ti
Melancolía lejana navegas un pañuelo
en la geografía de tus dedos de diabla

Estoy detenido en el pabellón celeste
Voy de luto bajando con agua buena
Voy de negro implorando los rosarios
resbalando en cada escalón
cayendo como nace todo hombre

Medito mi descensión por la escalera en espiral

Se abre la caverna que ya cruzó Dante
y la aurora me acompaña
es vapor que no quema  agua consagrada
rojo sopor    misterio amoroso   negación melusina
morada de los no nacidos  fuente de resurrección
cúpula de ángeles  crepúsculo despeñado

La lágrima divina y sangrante es mi talismán
Tomo el número de Dios
Abro la puerta endiablada
Rompo las cabezas delirantes del Cerbero
para salvarla del polvo y su mal
para regresar por el río del olvido
para fijar mi mirada a la entrada de la tierra
para anillar los días que nos restan
y reconstruir los astros abatidos

Al final
             tu mirar será la oración
             donde descanse mi gloria o mi fracaso

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