sábado, 28 de febrero de 2015

¡NO MÁS TELETÓN!!

¡NO MÁS TELETON!!

No quiero con esto de meritar los grandes logros de esta institución, solo deseo llamar la atención, para que dejemos de ver a las personas con lástima, y le demos un lugar digno en la sociedad, no se trata de dar limosnas, se trata de hacer valer los derechos de todos y cada uno de los componentes de la sociedad, no se trata de dar una limosna, y sentir que hemos echo mucho, nooo. Se trata de luchar por la salud, por un sistema de salud digno, democrático y de calidad.

NO MÁS LIMOSNAS A TELETON, SI DESEAS AYUDAR, LUCHA POR UN SISTEMA DE SALUD QUE GARANTICE LOS MÍNIMOS DE CALIDAD Y DEMOCRACIA, NO TE CONVIERTAS EN CÓMPLICE DE UN SISTEMA ATRASADO, Y CON DEMASIADAS FALENCIAS.

viernes, 27 de febrero de 2015

Cuando un ejército empuña sus armas contra el pueblo

Cuando un ejército empuña sus armas contra el pueblo

Cuando un ejército, empuña sus armas contra el pueblo hablamos de un ejército traidor, un ejercito que abandonó sus ideales, y se ha vendido al mandatario de turno, y pasa por encima de sus principios, y se prepara para atacar lo que alguna vez juró proteger. Es que el ejército es parte del pueblo, y se debe al pueblo, y no a una clase del pueblo... sino a todo el pueblo en general, así, que si un ejército, sin importar la ideología del país que defiende se mancha las manos con la sangre de sus semejantes, es un  ejército vil, un grupo armado, al servicio de la represión, un cuerpo des legitimado, cobarde, y al que solo le espera el deshonor y la ruina

jueves, 26 de febrero de 2015

CAMILA ABUABARA, O LA DECIDIA DE UN SISTEMA

CAMILA ABUABARA, O LA DESIDIA DE UN SISTEMA 


Pensar que esta joven de verdad estuvo a punto de salvar su vida, y por un mero tecnicismo de un Juez indolente, a quien más le importó ahorrarle unos pesos al estado, que la prometedora vida de una enferma de Leucemia, debe más allá de entristecernos, indignarnos, y llamarnos a protestar contra un sistema de salud enfermo y carente de ética.

Cuantas muertes más debemos soportar, cuanta sangre más mancillará las blancas batas de los médicos de este país que se desmorona a pedazos, y con apenas unas cuantas lágrimas.

COMO EL DERECHO DE NACER IGUAL EL DERECHO DE MORIR

COMO EL DERECHO DE NACER IGUAL EL DERECHO DE MORIR

Reflexiones y apuntes

1.    / Derecho de nacer
Este discurso, encabezado por las diferentes religiones, y en especial por la judeo-cristiana, plantea que toda vida es sagrada, en virtud que es creación Divina, y este postulado se ha convertido, en un puntal de la lucha de quienes consideran el aborto como un asesinato, en especial, en países del tercer mundo, en donde aun la religión hace parte fundamental de los pueblos.

Mucho se debate alrededor de este principio, pues aun no está claro, en qué momento inicia la vida en un ser, si en el momento mismo de la fecundación, o en algún número de semanas después, y esta discusión que se ha llevado desde el punto de vista científico, y el religioso, no ha establecido aun con certeza cuál es el momento preciso en que se puede considerar una vida.

Por este motivo, se ha establecido en muchos países, que el aborto es un delito, y con esta consideración se ha declarado el aborto como un crimen, pero eso es una postura egoísta, y sesgada, que responde claramente al respeto a una posición religiosa y no a una consideración científica.

Así, que se considera el derecho a nacer, como un derecho inalienable de los seres humanos, incluso sin tener claro en qué momento se estima como ser vivo, o mejor como humano.

2.    /Derecho de Morir
Si considera la sociedad, que a todo ser humano, le concede el inalienable derecho de nacer, igualo, Yo, reclamo el derecho de Morir, pues así como me asiste el derecho a llegar a este mundo, si hablamos de justicia y equidad, de igual manera tengo el derecho inalienable a morir, y como sabemos la muerte es algo que tarde o temprano ocurrirá. Conocedor de esta realidad, entonces por qué las leyes de la sociedad, no me permiten elegir el momento, y la forma en que haga efectivo dicho derecho.

3.    /Morir es cuestión de Dignidad

Sí, la sociedad, concluye, que a partir de los 18 años soy un ciudadano pleno de garantías y derechos, por qué tanta oposición a que si está un ciudadano padeciendo cierta dolencia, enfermedad, o situación extrema, porque no le conceden el derecho a tomar las riendas de su vida, y ponerle fin a tanto padecimiento?, por qué, tomar el lugar de dios si así lo desean, y de la misma manera que defienden el derecho de nacer, por qué no respetan el derecho a tener una muerte digna y sin vergüenza, pues existen ciertas enfermedades y dolencias que pueden dejar al ser humano en una posición realmente vergonzosa y de infinito sufrimiento.

4.    /Cuando la vida es la muerte

Realmente, considero, que para muchas personas, el límite de resistencia se ha cruzado muchas veces, y presas de un sufrimiento extremo, son vistas por la sociedad, como seres dignos de lástima, y en lugar de mirarlos con pesar, y afectar su valor, sería mejor permitirles, y más allá de esto, propiciarles las herramientas jurídicas y científicas, para que pongan fin a sus vidas con dignidad y eficacia.


5.    / Conclusión y llamado

Conclusión

Sí, por un momento, la sociedad, dejara de lado la religiosidad, y por una vez hiciera honor a ser una sociedad Laica, en donde existe libertad de culto, y la religión es un poder fuera y separado de lo político. De ser respetado este criterio, o mejor este mandato constitucional, se haría de la sociedad colombiana una sociedad más abierta, más equitativa y en donde el respeto sería base de las relaciones sociales.

Llamado
Sea esta la oportunidad, para hacer un llamado a los diferentes estamentos sociales, para que de una vez por todas, el país aborde diversos temas, que hasta ahora son tabú, como el Matrimonio igualitario, La adopción de menores por parejas del mismo sexo, el aborto, y la eutanasia, sean abordados por el conjunto de la sociedad. Yo, desde esta pequeña tribuna, en donde me encuentro, cuestiona a esta sociedad, en donde matar es normal, pero elegir, mi muerte es un delito, hago un llamado a la honestidad, y a abordar estos temas espinosos, sin poner entre ellos, ni cristos, ni cruces, ni medias lunas, ni nada que sea distinto a esto que somos, seres libres, con conciencia del medio, de la época, y forjadores de nuestro propio destino.




miércoles, 25 de febrero de 2015

Un Chocolate en los Labios de Helena

Un Chocolate en los Labios de Helena

Quien pudiera creer, que en tanto me dirigía al trabajo, en el atestado transporte público de esta oscura ciudad, eran las 6:30 de la mañana, cuando de prisa me acerqué a la primera puerta de acceso al transporte, una fila de cerca de 8 personas, aun con sus cabellos húmedos se empujaban suavemente mientras con sus zapatos golpeaban el asfalto, muchos rostros conocidos, la verdad, somos casi siempre los mismos, dos hermanos de 13 y 15 años que siempre madrugan al colegio, la secretaria de una textilera, un mecánico del centro, un universitario del barrio, y Helena, la mujer de veinte años que estudia en la facultad de medicina, a ella la espero siempre, se ve tan bonita, sus ropas son sencillas, y siempre lleva un bolso de cuero, lleno de libros, además pocas veces se viste con faldas, es más creo que nunca la he visto en falda, pero se ve que sus piernas son bien proporcionadas, no creo que tenga novio, siempre está con sus padres… esta mañana, de manera extraña viste una falda muy a su estilo, de cuero, sus medias, con adornos de flores, y unas botas altas sobre el tobillo.

Yo, siempre visto muy informal, no deportivo, pero sí de jeans y buzos. Me quedé mudo, realmente eran las piernas que soñaba, o no, mejor como las imaginé, limpias y no muy gruesas, sus rodillas aparecían delgadas, sus tobillos apenas los imaginé… las personas de la fila empezaban a entrar en crisis, ya estaba casi 15 minutos retrasado el transporte, una agitación empezó a sentirse, pues todos estábamos afanados, los estudiantes no querían perder clase, y los demás esperábamos no recibir un regaño en las empresas.

Me quedé mirando a Helena, sabía su nombre, porque alguna vez que se le quedó algo en casa, su mamá llegó afanada dando gritos ¡Helena!, ¡tu libro!!, y entonces supe su nombre, desde entonces imaginaba conversaciones con ella, pero nunca me atreví y solo dejaba pasar el tiempo esperando algún momento alguna cosa que nos acercara, pero nunca ocurrió, y no pensé que este fuera el día… y por eso seguí parado esperando ansioso mi transporte, y bastante preocupado por su tardanza, otro regaño del coordinador daría como resultado un memorando con copia a la hoja de vida, y eso no era para nada conveniente.

Vi de lejos el color amarillento del techo del transporte, y de un brinca traté de tomar un mejor lugar, pero esa pared de codos y puños me impidió tomar por asalto un mejor lugar, sin embargo alcancé a tomar la varilla, y cuando me disponía a dar ese paso… un grito quebró el aire en medio de los gritos, miré y tres personas más adelante Helena, como en cámara lenta caía de espalda, estaba pálida, casi traslúcida, y su rostro mostraba no solo su juventud, sino una marca de enfermedad que hasta entonces no había notado, un frío de pánico corrió por mi cuerpo, sacando fuerzas y dejando atrás mi timidez dispuse mis brazos a recibirla, pero estaba lejos aun, así que cayó con todo el peso de su cuerpo, y su figura se hizo una con el asfalto, todos gritaban temerosos, fue un instante de pánico, yo de nuevo me paralicé, sin embargo, me adelanté con cuidado y miré su palidez, trate de hacerla hablar, le hice preguntas, la llamé por su nombre, pero la respuestas no se daba… me sentí frustrado y recordé con nostalgia que no quise asistir a ese curso de primeros auxilios que se dictó en la papelería… pero era tarde, ahora esperaba que alguien más astuto si lo hubiera tomado, intenté sacar mi teléfono, pero no sabía bien que hacer, estaba aterrorizado

Dejé mi temor, algo dentro de mi me dijo que tenía que ver qué pasaba, me abrí paso y dije lo que alguna vez escuché en una película: Abran espacio, dejen que circule el aire, no la toquen, no se acerquen, volví al teléfono móvil y marqué a la línea de emergencias, una voz lejana me hizo varias preguntas, detalle lo que había ocurrido, ellos me pidieron que le tomara la mano, estaba muy fría y sudorosa, su frente estaba enjugada, y sus brazos y piernas temblaban, estaba fría, muy fría, y su corazón saltaba aceleradamente. Al transmitirle estos datos al operador este me dijo que por esos síntomas, era posible que estuviera sufriendo una baja de azúcar, ante la imposibilidad de un diagnóstico mejor, me aconsejaron darle algo de dulce; empecé a preguntar a los que aun quedaban si tenían algo de dulce, los hermanos se miraron, y sonrieron, me dijeron: Tenemos unos chocolates que mandó mi abuela, te los vendemos, son dos, si los quieres valen cinco mil pesos cada uno. Los miré y les reclamé: No tienen corazón- ¿no ven que es una emergencia?- ellos se miraron y dijeron “el amor de mi abuela no tiene precio”.

Mi dinero era muy poco, si los compraba tendría que acudir a pedir prestado. Pero no me importó, saque de mi bolsillo el billete de diez mil pesos y se lo entregué, ellos sonrieron y sacaron de la maleta dos chocolates envueltos en papel dorado.

Suavemente tomé los chocolates, me acerqué al rostro de Helena, le vi sus ojos cerrados y me asusté, le miré su rostro, no me parecía justo, pero algo en mi me hizo mirarla detenidamente, su piel trigueña estaba muy blanca y temblorosa, sus labios estaban blancos, y sudorosos, y aun así no perdía su encanto, me sentí culpable, pero saqué el chocolate y lo partí, luego puse un trozo no muy grande en su boca, ahora entre-abierta me seducía, no quise pensar y deposité el chocolate entre sus labios, allí se fue consumiendo lentamente, los segundos eran una eternidad… poco a poco el chocolate se iba derritiendo entre su boca, yo solo miraba… estaba aterrado…

Pero mis ojos no perdían de vista el rojo profundo de sus labios ahora salpicados de pequeños y deliciosos trozos de chocolate.

La vi alejarse, por la avenida, en tanto yo, tomé los chocolates restantes, los acomodé en mi saco, seguros en un lugar, en donde no pudieran ser dañados por la presión o el calor del transporte público a esa hora tan congestionada.

Al llegar a la oficina, después de ese largo recorrido de una hora, en donde por fortuna pude hacerme a un lugar y hacer el viaje cómodamente sentado, entré en la oficina, pasé revista brevemente al rostro de mis compañeros y compañeras, la mayoría mujeres de cerca de 30 años, encontré la mirada amable de Magdalena, la de contabilidad, ella, con sus ojos de profundo negro azabache, y una expresión de nobleza, me ofreció una sincera sonrisa de buenos días, y me preguntó por qué estaba agitado; pensé unos instantes, y le comenté lo sucedido, en mi relato era un héroe, y una sonrisa se dibujo en sus labios, al terminar5 mi relato, y a modo de agradecimiento puse los chocolates restantes en sus manos, y me dirigí a mi cubículo, a continuar, con las tareas del día. Toda la jornada estuve recordando el incidente, y cada vez con finales diferentes, siempre pensando en que pude actuar de una u otra manera.


A la tarde regresé a casa, tan solo como en la mañana, pero esta vez era un héroe, y el rostro de Helena alegraba mis sueños.

Gioacchino Rossini - La gazza ladra - Overture

Recomendación del autor MURAKAMI

martes, 24 de febrero de 2015

CLIO: UNA TEMPORADA EN EL OLIMPO

CLIO: UNA TEMPORADA EN EL OLIMPO: " Lo cierto es que vivimos postergando todo lo postergable; tal vez todos sabemos profundamente que somos inmortales y que t...

Poema de Lautréamont

Cantos de Maldoror.
Isidore Lucien Ducasse, conde de Lautréamont (1846-1870).


Canto primero.

Me propongo, sin estar emocionado, declamar con voz potente la estrofa seria y fría que vais a oír. Prestad atención a su contenido y no os dejéis llevar por la impresión penosa que al modo de una contusión ha de producir seguramente en vuestras imaginaciones alteradas. No creáis que yo esté a punto de morir, pues todavía no me he vuelto esquelético ni la vejez está marcada en mi frente. Descartemos, por lo tanto, toda idea de comparación con el cisne en el momento en que su existencia lo abandona, y no veáis ante vosotros sino un monstruo cuyo semblante me hace feliz que no podáis contemplar: si bien es menos horrible que su alma. Con todo, no soy un criminal…

Pero dejemos esto. No hace mucho tiempo que he vuelto a ver el mar y que he puesto los pies sobre los puentes de los barcos, y mis recuerdos son tan vivos como si lo hubiera dejado ayer. Tratad, con todo, de mantener la misma calma que yo en esta lectura que ya estoy arrepentido de ofreceros, y de no enrojecer ante la idea de lo que es el corazón humano. ¡Oh pulpo de mirada de seda!, tú, cuya alma es inseparable de la mía, tú, el más bello de los habitantes del globo terráqueo, que mandas sobre un serrallo de cuatrocientas ventosas, tú, en quien residen noblemente como en su morada natural, en perfecto acuerdo y unidas por lazos indestructibles, la dulce virtud comunicativa y las divinas gracias, ¿por qué razón no estás junto a mí, tu vientre de mercurio contra mi pecho de aluminio, ambos sentados sobre alguna roca de la costa, para contemplar ese espectáculo que idolatro?

Viejo océano de ondas de cristal, te pareces, guardadas las proporciones, a esas marcas azuladas que se ven en el dorso magullado de los grumetes, eres una inmensa equimosis que se muestra sobre el cuerpo de la tierra: me encanta esta comparación. Así, al primer golpe de vista, un soplo prolongado de tristeza, que se tomaría por el murmullo de tu brisa suave, pasa, dejando rastros inefables sobre el alma profundamente sacudida, y recuerdas a la memoria de tus amantes, sin que ellos lo adviertan, los duros comienzos del hombre en los que inicia sus relaciones con el dolor, que no ha de abandonarlo nunca más. ¡Te saludo, viejo océano!

Viejo océano, tu forma armoniosamente esférica, que regocija la cara grave de la geometría, me recuerda demasiado los ojos del hombre, parecidos por su pequeñez a los del jabalí, y a los de las aves nocturnas por la perfección circular del contorno. Sin embargo, en el transcurso de los siglos, el hombre no ha dejado nunca de creerse bello. Pero pienso que más bien cree en su belleza por amor propio, aunque en realidad no es bello y lo sospecha; si no, ¿por qué contempla el rostro de sus semejantes con tanto desprecio? ¡Te saludo, viejo océano!

Viejo océano, eres el símbolo de la identidad: siempre igual a ti mismo. No presentas cambios fundamentales, y si tus olas en alguna parte están encrespadas, más lejos, en otra zona, se encuentran en la más completa calma. No eres como el hombre que se detiene en la calle para ver cómo se toman por el cuello dos bull-dogs, pero que no se detiene cuando pasa un entierro; que por la mañana está afable y por la tarde malhumorado, que hoy ríe y mañana llora. ¡Te saludo, viejo océano!

Viejo océano, no sería del todo imposible que escondieras en tu seno futuros beneficios para el hombre. Ya le has dado la ballena. No dejas adivinar fácilmente a los ojos ávidos de las ciencias naturales los mil secretos de tu íntima estructura: eres modesto. El hombre se jacta continuamente, y sólo de minucias. ¡Te saludo, viejo océano!

Viejo océano, las especies diversas de peces que alimentas, no se han jurado fraternidad entre sí. Cada especie vive apartada. Los temperamentos y las conformaciones variables de una a otra, explican, de manera satisfactoria, lo que al comienzo sólo parece una anomalía. Lo mismo pasa con el hombre, que no tiene los mismos motivos de disculpa. Si un trozo de tierra está ocupado por treinta millones de seres humanos, éstos se creen obligados a no mezclarse en la existencia de sus vecinos, que han echado raíces en el trozo de tierra contiguo. Grande o pequeño, cada hombre vive como un salvaje en su guarida, y sale de ella muy poco para visitar a sus congéneres, acurrucados igualmente en otra guarida. La gran familia universal de los seres humanos es una utopía digna de la lógica más mediocre. Además, del espectáculo de tus Mamas fecundas se deduce la noción de ingratitud: pues se piensa inmediatamente en la multitud de padres tan ingratos hacia el Creador como para abandonar el fruto de su miserable unión. ¡Te saludo, viejo océano!

Viejo océano, tu grandeza material sólo puede medirse con la magnitud que uno se representa de la potencia activa que ha sido necesaria para engendrar la totalidad de tu masa. No se te puede abarcar de una ojeada. Para contemplarte es imprescindible que la vista haga girar su telescopio con movimiento continuo hacia los cuatro puntos del horizonte, del mismo modo que un matemático está obligado, para resolver una ecuación algebraica, a examinar por separado los distintos casos posibles, antes de superar la dificultad. El hombre ingiere sustancias nutritivas y realiza otros esfuerzos dignos de mejor suerte para dar idea de que es corpulento.. Que se hinche todo lo que quiera esa rana adorable. Quédate tranquilo, nunca igualará tu volumen; por lo menos ésa es mi opinión. ¡Te saludo, viejo océano!

Viejo océano, tus aguas son amargas. Tienen exactamente el mismo gusto que la hiel destilada por la crítica sobre las bellas artes, sobre las ciencias, sobre todo. Si alguien tiene genio, se lo hace pasar por idiota, si algún otro es corporalmente bello, resulta un horrible contrahecho. No hay duda de que el hombre debe sentir intensamente su imperfección, cuyas tres cuartas partes son, por lo demás, obra suya, para criticarla de tal modo. ¡Te saludo, viejo océano!

Viejo océano, los hombres, pese a la excelencia de sus métodos, todavía no han logrado, con ayuda de los procedimientos de investigación de la ciencia, medir la profundidad vertiginosa de tus abismos, algunos de los cuales hasta las sondas más largas y pesadas han reconocido inaccesibles. A los peces… le está permitido; no a los hombres. Muchas veces me he preguntado si será más fácil de reconocer la profundidad del océano que la profundidad del corazón humano. A menudo, con la mano apoyada en la frente, de pie sobre los barcos, en tanto que la luna se balanceaba entre los mástiles en forma irregular, me he sorprendido mientras hacía a un lado todo aquello que no era el fin que yo perseguía, esforzándome por resolver ese difícil problema. Sí, ¿cuál es más profundo, más impenetrable de los dos: el océano o el corazón humano? Si treinta años de experiencia de la vida pueden, hasta cierto punto, inclinar la balanza hacia una u otra solución, me estará permitido decir que, pese a lo profundo del océano, no podrá igualarse, en lo que respecta a dicha propiedad, con lo profundo del corazón humano. Estuve en contacto con hombres que fueron virtuosos. Morían a los sesenta años y nadie dejaba de exclamar: "Han practicado el bien en este mundo, lo que quiere decir que han sido caritativos: eso es todo; no hay en ello picardía alguna y cualquiera puede hacer otro tanto." ¿Quién comprenderá por qué dos amantes que se idolatraban la víspera, se separan por una palabra mal interpretada, uno hacia oriente, otro hacia occidente, con los aguijones del odio, de la venganza, del amor y de los remordimientos, y no se vuelven a ver nunca más, embozado cada uno en su altanería solitaria? Es un milagro que, aunque se renueva diariamente, no deja por eso de ser menos milagroso. ¿Quién comprenderá por qué se saborean, no sólo las desgracias generales de los semejantes, sino también las particulares de los amigos más queridos, aunque al mismo tiempo se sufra la aflicción? Un ejemplo irrebatible para cerrar la serie: el hombre dice hipócritamente sí y piensa no. Por esta razón los jabatos de la humanidad confían tanto los unos en los otros, y no son egoístas. Todavía le queda a la psicología mucho camino por andar. ¡Te saludo, viejo océano!

Viejo océano, tu poder es extraordinario y los hombres han aprendido a conocerlo a sus expensas. Por más que empleen todos los recursos de su genio, son incapaces de dominarte. Han encontrado a su maestro. Debo agregar que han encontrado algo más fuerte que ellos. Ese algo tiene un nombre. Ese nombre es: ¡océano! El miedo que les inspiras ha hecho que te respeten. Con todo, haces danzar sus máquinas más pesadas con gracia, elegancia y facilidad. Les haces ejecutar saltos gimnásticos hasta el cielo y admirables zambullidas hasta el fondo de tus dominios que despertarían la envidia de un saltimbanqui. Bienaventurados aquellos que no llegas a envolver definitivamente con tus pliegues burbujeantes, para ir a ver, sin ferrocarril, en tus entrañas acuosas, cómo lo pasan los peces, y sobre todo, cómo lo pasan ellos mismos. El hombre dice: Yo soy más inteligente que el océano. Es posible; quizás hasta sea cierto; pero más miedo le tiene el hombre al océano, que el que éste le tiene al hombre: lo cual no necesita demostración. Ese patriarca observador, contemporáneo de las primeras épocas de nuestro globo suspendido, sonríe compasivo cuando asiste a los combates navales de las naciones. Ahí tenéis un centenar de leviatanes salidos de las manos de la humanidad. Las órdenes enfáticas de los superiores, los gritos de los heridos, el estruendo de los cañones, constituyen una barahúnda apropiada para aniquilar a unos pocos segundos. Pareciera que el drama ha concluido y que el océano lo ha tragado todo en su vientre. Las fauces son formidables. ¡Qué inmenso debe de ser hacia abajo, en la dirección de lo desconocido! Como remate de la estúpida comedia, que ni siquiera despierta interés, se ve en medio de los aires alguna cigüeña retrasada por la fatiga, que se pone a gritar sin disminuir el empuje de su vuelo: ¡Vaya!… ¡no me gusta nada! Había allá abajo unos puntos negros; cerré los ojos y ya no están más. ¡Te saludo, viejo océano!

Viejo océano, oh gran célibe; cuando recorres la solemne soledad de tus reinos flemáticos, te enorgulleces con justicia de tu magnificencia natural y de la merecida alabanza que me apresuro a dedicarte. Voluptuosamente mecida por los tiernos efluvios de tu lentitud majestuosa —atributo, el más grandioso entre aquellos con que el soberano te ha favorecido—, tú haces rodar, en medio de un sombrío misterio, por toda tu superficie sublime, las olas incomparables, con el sentimiento sereno de tu eterno poder. Ellas desfilan paralelamente, separadas por cortos intervalos. Apenas una disminuye, otra que crece va a su encuentro, acompañada del rumor melancólico de la espuma que se deshace para advertimos que todo es sólo espuma. (Así los seres humanos, esas olas vivientes, perecen uno tras otro, de un modo monótono, sin producir siquiera un rumor espumoso.) El ave de paso reposa sobre ellas confiada, dejándose llevar por sus movimientos llenos de gracia arrogante, hasta que el armazón de sus alas haya recobrado el vigor normal para continuar su aérea peregrinación. Quisiera que la majestad humana fuera por lo menos la encarnación del reflejo de la tuya. Pido demasiado, y este deseo sincero te glorifica. Tu grandeza moral, imagen del infinito, es inmensa como la reflexión del filósofo, como el amor de la mujer, como la belleza divina del ave, como la meditación del poeta. Eres más bello que la noche. Contéstame, océano: ¿quieres ser mi hermano? Muévete impetuosamente… más… todavía más, si aspiras a que te compare con la venganza de Dios; alarga tus garras lívidas fraguándote un camino en tu propio seno… está bien. Haz rodar tus olas espantosas, océano horrible que sólo yo comprendo, y ante el cual caigo prosternado. La majestad del hombre es prestada; no se me impone; tú, sí. Oh, cuando avanzas con la cresta alta y terrible, rodeado por tus repliegues tortuosos como por un séquito, magnético y salvaje, haciendo rodar tus ondas unas sobre otras, con la conciencia de lo que eres, en tanto que lanzas desde las profundidades de tu pecho, como abrumado por un intenso remordimiento que no puedo descubrir, ese sordo bramido perpetuo que tanto atemoriza a los hombres, hasta cuando te contemplan trémulos desde la seguridad de la costa; entonces comprendo que no poseo el insigne derecho de proclamarme tu igual. Por eso, frente a tu superioridad, te entregaría todo mi amor (y nadie conoce la cantidad de amor contenida en mis aspiraciones hacia lo bello) si no me recordaras dolorosamente a mis semejantes, que forman contigo el más irónico contraste, la antítesis más grotesca que jamás se haya visto en la creación: no puedo amarte, te aborrezco. ¿Por qué entonces vuelvo a ti, por milésima vez, hacia tus manos amigas que se disponen a acariciar mi frente ardorosa, cuya fiebre desaparece a tu contacto? No conozco tu destino secreto, todo lo que te concierne me interesa. Dime, entonces, si eres la morada del príncipe de las tinieblas. Dímelo… dímelo, océano (solamente a mí para no entristecer a aquellos que hasta ahora sólo han conocido ilusiones), y si el soplo de Satán crea las tempestades que levantan tus aguas saladas hasta las nubes. Es preciso que me lo digas porque me alegraría saber que el infierno está tan cerca del hombre. Quiero que ésta sea la última estrofa de mi invocación. Por lo tanto, quiero saludarte una vez más y presentarte mi adiós. Viejo océano de ondas de cristal… abundantes lágrimas humedecen mis ojos, y me faltan fuerzas para proseguir, pues siento que ha llegado el momento de retornar con los hombres de aspecto brutal; pero… ¡ánimo! Hagamos un gran esfuerzo y cumplamos, con el sentimiento del deber, nuestro destino sobre esta tierra. ¡Te saludo, viejo océano!

Conde de Lautréamont (1846-1870)

lunes, 23 de febrero de 2015

Whitman

Cuando hube leído el libro
[Poema: Texto completo]
Walt Whitman
Cuando hube leído el libro, la biografía famosa,
Me dije: “¿Es esto lo que el autor llama la vida de un
        hombre?
¿Y escribiría alguno así mi vida cuando yo haya muerto?
Como si, en realidad, alguno supiera algo de mi vida.
Pues yo mismo, a menudo pienso, que muy poco es lo que
       sé de mi propia vida.
Sólo algunos indicios, unos pocos rastros acá y allá.
Los que aprovecho para mi uso y registro aquí.

Poema de Whitman

Contemplad este curtido rostro
[Poema: Texto completo]
Walt Whitman
Contemplad este curtido rostro, estos ojos grises,
Estas barbas, este blanco vellón intenso sobre mi pecho,
Mis oscuras manos y estos modales silenciosos y sin atracti-
      vos que yo tengo;
Sin embargo, hay uno de Manhattan que acude siempre
      cuando yo parto, y me despide posando sobre mis la-
      bios el beso leve de un sólido amor,
Y yo mismo en el cruce de una calle o en el puente de un
      navío le devuelvo el beso,
Nosotros observamos este saludo de camaradas americanos
      en la tierra y en el mar,
Y somos nosotros estas dos naturales y despreocupadas per-
      sonas.
 
Behold this swarthy face

Colours in the cloud

Colours in the cloud

domingo, 22 de febrero de 2015

¿HASTA CUANDO EL CAPITALISMO?

¿HASTA CUANDO EL CAPITALISMO?
Estamos frente a una inminente caída…

Apuntes y reflexiones
CONSIDERACIÓN
Desde hace ya un tiempo considerable me he venido preguntando sí ¿acaso todo este problema de la sociedad actual, no es un síntoma inequívoco del fin de la era del capitalismo?, todo esto parte, de pensar, que todo tiene un inminente final, y no es extraño que esta era capitalista esté llegando a su fin.
1.    /Síntomas

Es claro, que el deterioro, no solo del planeta, sino de sus habitantes, en cuanto a fatiga por el constante conflicto por acumular riqueza (capital), y las constantes y sangrientas guerras, a nivel mundial, para generar aun más capital; han llevado al ser humano a un estado continuo de fatiga, y mucha desesperanza. Pues en esta carrera de obstáculos, el ser humano se ha desgastado hasta casi un punto de no regreso, y esto trae consigo la necesidad de experimentar otra suerte de organización y de ideologías, que dejen de lado el modelo capitalista. No tengo claro, y es que no creo que de momento alguien lo tenga, que tipo de modelo social, o que tipo de sociedad necesite el ser humano de hoy, si bien el modelo fracasado del socialismo, o más bien un modelo basado en el respeto de la libertad del espíritu humano.

2.    /Sobre los caminos

Es claro, por lo menos para mí, que el camino a seguir es un proceso de negociación de los actores sociales, en donde se replantee el valor de las cosas, y se dirima de una vez por todas el muy manido conflicto social, y nos centremos más en un modelo, en donde el ser humano, sea el eje del desarrollo, en donde el respeto a la diferencia, y el ejercicio pleno de las libertades y las profesiones de fe, estén dadas más por un ejercicio individual, que por un ejercicio de ovejas en rebaño, estamos en una época de descubrimientos extra-planetarios, un momento de muchos descubrimientos científicos, y de adelantos médicos que auguran una nueva era para el hombre.


Es necesario, partir de este nuevo paisaje, para reelaborar la construcción del individuo, y desde allí un nuevo ser social, por ende una nueva escala de valores, que realmente represente al humano de hoy, que debe superar el pequeño espacio del capital por el capital sin que nada más importe.


No pretendo indicar el camino correcto, es más bien indicar algunos puntos interesantes para la nueva era, y no quiero caer en humanismos extremos, ni en reencauchar viejas ideologías de probado fracaso, no creo en nacionalismos, ni comunismos, pienso que hoy por hoy el ser humano debe asumir su propia vida, como individuos únicos e irrepetibles, protagonistas de una historia peculiar, y muy íntima, en donde es necesario que la libertad y el respeto sean banderas, y el viejo ansia capitalista acumulador, de paso a un ser más allá de los meros objetos de valor y más un ser que sobrepase su propia materialidad y sea uno con el universo, que sea protagonista de su historia, y deje atrás el amor por las minucias de lo económico, que se separe de sus anclajes religiosos, y se desborde en creatividad, el hombre debe superarse y ser su propio Dios.



3.    / Consideración y mensaje final
Consideración
Entramos en una etapa nueva para la humanidad, nos daremos cuenta si somos únicos, o existen otras civilizaciones en el cosmos, esto traerá por supuesto un gran número de conflictos nuevos, no me refiero al conflicto de las armas, no, me refiero a que nos planteará toda una serie de nuevos retos a nuestro menguado entendimiento, y es que si se encontrase con otra civilización cósmica, nos planteará muchos dilemas, desde el religioso, el intelectual, hasta las más profundas y arraigadas creencias religiosas.

Mensaje Final


Es más que un mensaje un llamado a repensarnos como seres humanos, y de qué manera estamos manejando este anciano planeta en el que habitamos, es un llamado a hacernos consientes de nuestro papel real, es un llamado a cuestionar el momento en que nos encontramos, y si realmente es lo que queremos, o podemos darle un nuevo tinte a esta hecatombe que hemos logrado.

sábado, 21 de febrero de 2015

LA NOCHE MÁS OSCURA

LA NOCHE MÁS OSCURA

  La casa es, más aún que paisaje, un estado del alma
                                                          Gastón Bachelard

Tantas puertas, las conté una a una, en tanto recordaba los rostros aun borrosos por el efecto lejano del alcohol.

La noche de mi cumpleaños número 30, no fue solamente una gran fiesta entre amigos, sencillamente las botellas de licor estuvieron presente con diligencia por parte de mis viejos amigos del bar. Esta era una época difícil, los diversos actores violentos se tomaban poco a poco la ciudad capital

Caminé un poco tambaleante y confuso, hacia un numeroso grupo de puertas de madera de estilo antiguo, todo se asemejaba a una de esas viejas escenas de película sobre la peste en la edad media; fui, una a una mirándolas, en busca de algún número, o detalle que me permitiera deducir realmente donde me hallaba en estos instantes. Todas eran iguales, un conjunto de seis tablas robustas de roble atadas con largas tiras de cuero, y adornadas con unos picaportes en forma de leones rugientes, no había en ellas el menor indicio de modernidad, esto me confundió aun más, pues estaba según lo discernía, en una de las calles cercanas al centro de la ciudad, un lugar en donde la tecnología, y lo moderno era lo generalizado.

Pero mis ojos no mentían y pese a que miraba y re miraba, las puertas seguían inmóviles, oscuros, con ese penetrante olor a brea, que re4cordaba a los viejos navíos… de las historias de piratas. Sin embargo, levanté mis ojos para buscar en el cielo, algún vestigio de luna, o alguna estrella solitaria que me ubicara mejor.

No encontré a mí alrededor, ni en el cielo semi-nocturno, ninguna señal que me diera una idea clara de mi ubicación en la ciudad.

Con el ardor de los ojos, producto de los primeros rayos de sol que anunciaban una mañana soleada, seguí tocando con mis manos la áspera superficie de las puertas aparecidas…caminé por un trecho cercano a los tres metros, perdí un poco el equilibrio, y caí dentro de una de aquellas enormes puertas; una oscuridad mayor a la de las noches de invierno sin luna me cobijó, me sentí ciego, desorientado, y con un sentimiento amargo y de tristeza infinita, una nostalgia que me quebraba los huesos y hacía salir salinas lágrimas de mis ojos. Froté con fuerza mis ojos, tratando de hallar en medio de esta cerrada oscuridad algo que me indicara en donde estaba, y lo más importante que era esto. Quise gritar, pero mi voz no salía, era como uno de esos sueños en los que deseas despertar, gritar pero una mano invisible te lo impide, luché… y el tiempo seguía infinito, o no infinito, más bien no calculado, mi noción de tiempo y espacio estaban totalmente ciegas… y el pánico empezaba a envolverme.

Intenté levantarme varias veces de este suelo terroso, y en la cuarta oportunidad lo logré con mucho esfuerzo, me paré en la punta de mis dedos, como intentando ver a lo lejos, pero la oscuridad era un bloque negro que todo lo escondía.

Alcé la vista, pero nada, ninguna luz, ninguna voz, estaba más cerca al vacío, era como una visión apocalíptica desde el cosmos, la negrura total.

Una pequeña luz, algo minúsculo, como una leve brisa de claridad se alzó a mitad de lo que pude identificar como un largo y casi interminable pasillo, esta luz, como una nube blanquecina, se alzó sobre las tinieblas reinantes, y en un acto de alquimia se empezó a mover dibujando círculos concéntricos, cada vez más y más rápido, hasta que fue tal la velocidad, que esta nube se convirtió en un disco brillante elevado sobre la negrura reinante, de inmediato, esta luz se posesionó en lo alto, dejando debajo de sí, iluminado un largo camino amarillento, de arena que se perdía por una montaña hasta casi tocar este disco luminiscente. LO que pude observar a continuación, es como esta habitación infinita quedó dividida en dos grandes partes, una, iluminada totalmente por este fantasmagórico disco, que parecía dar vida a un esplendoroso prado florido, que se extendía en un eterno día soleado, la otra mitad, de una negrura espesa, era una noche eterna, apenas salpicada por algunos brillos fugaces en un cielo azul oscuro, esta era una versión de noche eterna, y solo habitada por un número infinito de sombras y luces en su vientre, como pequeños ases de luz fugaces.

Solo me asaltaba una pregunta: qué camino seguir… yo buscaba con insistencia, otra puerta, una salida de emergencia, otra calle, algo que me indicara que era mi camino de salida; nada, solo un silencio, y por una parte una escena eternamente soleada… que me indicaba, o eso pensaba un camino sin descanso posible, una larga y eterna jornada, por otra parte estaba el soleado verano eterno, demasiado florido e iluminado para mi gusto… nada más, esta instancia no me mostraba un camino intermedio, únicamente dos salidas posibles, pero si lo pienso bien, ninguna era en realidad salida, del otro lado nunca divisé otra puerta, una salida, algo que me devolviera a la calle, pero nada… solo esa boca oscura que desde el inicio de mi aventura me rodeaba.

Tropecé con un objeto que sobresalía del suelo, no me di cuenta realmente de que se trataba, pero terminé de bruces sobre un piso húmedo algo pantanoso y pastoso, podría decir que era fango, pero su sabor era dulce, eso me preocupó, pues no hay nada más aterrador que la duda, el no saber dónde estás con certeza.

Con mucho esfuerzo recobré mi postura nuevamente de pie, miré a mi alrededor, pero seguí sin descubrir realmente nada nuevo, sin embargo empecé a sentir, como si un rayo cruzara mi espalda y saliera por mi pecho, algo como una lengua de fuego que atravesara mi cuerpo, pero algo invisible a los ojos, algo que no dejaba marcas en el cuerpo, seguí sintiendo ese ardor furioso en mi cuerpo; pese a que no veía aquella llama atormentada, tuve un inicio, algo co0mo una premonición, levanté la mirada, mi rostro, palideció al ver suspendido en lo alto, un par de ojos inquisidores, de allí provenía aquella energía que sentía en mi espalda y mi pecho, ojos de un azul profundo, ojos inyectados de sangre, como si un furioso Dios fuera quien me miraba. Justo al frente de estos, otro par de ojos, pero estos de color verde profundo, como dos esmeraldas muy talladas, también se depositaban en mí ser, por un momento me sentí de nuevo presa de un temor profundo e infundado, aquello semejaba una de aquellas pesadillas producidas por una larga vigilia acompañada de licor.

Un gran peso parecía caer sobre mis hombros, un peso, como debe ser el peso de las culpas, nuevamente un cansancio de muchos días se apropio de mi cuerpo, intenté caminar, pero aun no me definía por cuál de las dos geografías definirme, si por un eterno día soleado, o por una noche perpetua, pese a que siempre me consideré un noctámbulo irremediable, pensar en vivir una noche eterna tampoco me agradaba, pero tenía la esperanza de hallar en medio de esta oscuridad, una salida menos radical, algo que se acoplara más a mi sentidos, algo que me devolviera la vista en medio de esta ceguera que me tenía en gran conflicto. Intenté ubicar nuevamente aquellos ojos, pensé que si hallaba aquellos ojos podría ubicar un rostro completo, algo que le diera un mínimo de orden lógico a este espacio que no podía descifrar aun.

Con gran esfuerzo me levanté nuevamente, sacudí mis hombros tratando de espantar aquel peso que me atormentaba. Alcé mi rostro tratando de ubicar los ojos anteriormente vistos, pero no quedaba rastro alguno de ellos, se esfumaron, ahora únicamente quedaba aquel disco luminiscente que se había creado a partir de las nubes, esa luna brillante que intentaba sin lograrlo iluminar aquel territorio totalmente, y solo proveía una luz tenue tras la cual veía aquellos dos paisajes extremos que me daban al parecer como única salida, pero que a la vez solo representaban otro camino incierto y tal vez eterno, al cual no deseaba entrar. Esforzando mis ojos intentaba ver en lontananza para descubrir alguna salida alterna, alguna puerta que me regresara a mi estado inicial en las calles del centro.

Nada, no veía nada… esto cada vez parece más una prisión, es una suerte de limbo, un laberinto en medio de la ciudad, miraba a mi alrededor, y no descubría ninguna imagen… nada, absolutamente nada, era una ceguera tremenda, una sensación de abandono, seguía esforzando mis ojos, los frotaba con fuerza para intentar aclarar la vista, pero nada, absolutamente nada aclaraba mi panorama oscuro, la desesperación iniciaba una carrera en mi cabeza, nada era lógico, todo esto era semejante a una pesadilla, intentaba gritar, pero ningún sonido era emitido por mi garganta, pero si se hizo presente un fuerte dolor, en las cuerdas vocales.

Una sombra negra, con la forma de un perro grande se me presentó sin anuncio alguno, casi brinqué de terror, no estaba claro de qué tipo de criatura se me presentaba en este infierno… abrió su boca, grande, mostrando unos muy blancos dientes, que lanzaban brillos a la luz de la luna que iluminaba aquel lugar, el temor se iba apropiando de mí, pese a un gran esfuerzo que hacía, mi cuerpo temblaba y eso me daba aun más temor, pretendía estar muy quieto, para evitar que aquella criatura se percatara de mi presencia, para este momento no sabía si era amigo o enemigo, simplemente una sombra que se me antojaba amenazante.

Finalmente, mi garganta cedió, y un grito, fuerte como un trueno en medio de la tempestad salió de mi boca, toda la geografía tembló, y la sombra que yacía a mi lado volvió a mostrarse, sus dientes se hicieron aun más brillantes y blancos, otra vez el terror se apoderó de mí, no sabía exactamente que era, y el pánico me hizo temblar nuevamente.

Pronto aquella sombra me miró de frente, vi sus enrojecidos ojos, que lanzaban candela, un fuego que penetraba por mis ojos y me quemaba todo mi interior. Un fuerte dolor recorrió mi pierna, vi a aquella sombra abrir sus fauces y dar una fuerte mordida a mi pierna izquierda, un dolor como mil agujas recorrieron mi extremidad.

Un fuerte tirón de mi pierna me lanzó sobre la misma sombra, y de bruces nuevamente me hallé sobre aquel césped de sabor dulce, otra vez arrastrándome sobre mi vientre me encontré, pero un peso, como una lámina de metal me aplastaba la espalda.

Con gran esfuerzo levanté mi cabeza, logré ponerme de rodillas, y avancé sobre ellas un par de metros, tal vez, levanté mis manos tratando de asir algo en medio de la oscuridad reinante. Mis manos tropezaron con algo que semejaba un grueso lazo, una manila de algo parecido a una liana selvática, esto no lo había visto, solo era mi tacto, descubrí con placer, este objeto nuevo, esta podría ser una ventaja, recordé el viejo relato griego del hilo de Ariadna, entonces pensé que era el momento feliz de hallar una salida; tomé fuertemente la soga, y empecé a recogerla con mis manos, como quien sigue un camino desconocido, cuidadosamente la fui enrollando esta soga… y siguiendo el camino que me mostraba con cada segmento recogido… el aire se hizo liviano, po0día ahora respirar con más facilidad, pese a que la oscuridad aun no se disipaba, el camino que seguía, era un inmenso hoyo oscuro, negro, estaba ciego, y totalmente desubicado, pero la esperanza de hallar salida de este extraño foso, me hacía recobrar fuerzas… el tiempo transcurría, no sabía qué hora era, solo que habían pasado muchas horas, pero estaba tan oscuro que ni siquiera podía ver el reloj que llevaba atado a mi muñeca, calculé que habían pasado varias horas… debía ser medio día, pese a esta oscuridad tan densa, extrañaba para este momento ver el sol a plenitud, aquí todo parecía haberse detenido en una eterna media noche, a mi ya hasta los vestigios más pequeños de ebriedad habían pasado, sentía un sabor pastoso en mi boca, acre, y una sed desesperante, el alcohol siempre me produjo esta sensación al día siguiente, solo que esta vez no estaba en casa, y la confusión me aterraba cada vez más, continué mi camino siguiendo la soga.

Varios metros adelante, o eso calculé de acuerdo a cuantas brazadas de soga tenía entre mis brazos, una boca aun más oscura se abrió a mi paso, fue absolutamente imposible evadir este nuevo obstáculo, y sin remedio, y sin temor me entregué a este nuevo silencio, caí, por un túnel lleno de ecos, miles de voces, reunidas, un coro de iglesia, o una estación atestada de viajeros, pero ninguna figura, solo ese murmullo que crecía y crecía, hasta hacerse doloroso en lo más profundo de mi cerebro.

Al punto, en que el dolor de cabeza ya me llevaba a la desesperación volví a intentar un grito, ya no pidiendo ayuda, solo intentando como los murciélagos sentir si aquel foso contaba con límites… mi garganta se negaba, y mi susto era mayor. Sentí un taconeo que rítmicamente se acercaba desde algún lugar aun indefinido, pensé que estaba fuera de este lugar, sin embargo loa obscuridad era la misma, poco a poco el taconeo se fue acer5cando y creciendo, no solo en intensidad, sino en número, lo que en un principio fue el taconeo parejo de un solo ser, pronto se convirtió en la fuerte marcha de un ejército, que retumbaba en mi cabeza.

El tiempo… el tiempo, es muy relativo, pudo ser unas horas, unos minutos… no sé realmente, solo oía el retumbar de este ejército, pronto lo sentí casi sobre mi… me sobresalté mucho, que noche tan extraña… una voz, una voz aflautada y con un leve acento extranjero, pronto me escupió algunas palabras en mi rostro, parecía molesta, de un momento a otro gritaba y decía cosas, esta voz, venida con ese ejército taconeador me recriminaba, me gritaba, exigía respuestas… yo, callaba, mi asombro era superior al dolor de cabeza por la resaca y el taconeo intenso.

Intenté entonces levantarme, primero apoyé las palmas de mi mano en el cemento cálido, esto me sorprendió felizmente, pues ya no estaba en ese lugar de limo dulzón… pero tampoco me aclaraba mi nueva ubicación, de todas maneras, con mucho trabajo me puse de pié, solo para encontrarme en medio de un corrillo de personas vestidas de manera elegante frente a uno de los edificios de oficinas del centro de la ciudad, pude percatarme de la sorpresa causada a todos, me miraban con curiosidad, entonces dirigí una mirada a mi propio cuerpo, estaba hecho un desastre, mi ropa hecha girones, sin zapatos, con las medias rotas, y mucha maleza entre los dedos, como si hubiese arrancado la maleza de un jardín. Todos me miraban casi con lástima, estaba hecho un desastre. Miré a lado y lado, un hombre uniformado, con verde oliva me interrogó acerca de mi nombre… Enrique, creo… para este momento todo en mi eran dudas, busque si tenía algo a mano que me indicara mi nombre… nada… no tenía absolutamente nada, solo un profundo dolor en mi cuerpo, y mucha confusión en mi cabeza.

El hombre de uniforme oliva llevaba consigo un radio, lo tomó, dio un par de giros a las perillas, intercambió un muy breve diálogo con alguien al otro lado de la línea.

Al cabo de unos minutos, llegó un vehículo también de color oliva, con dos personajes con idéntica indumentaria. Ellos me hicieron un par de preguntas, que por obvias razones no logré contestar, mi cabeza solamente giraba y giraba sin cesar, no sabía nada, no entendía nada, ellos hablaban, pero yo no entendía, era como si de un momento a otro yo fuera un extranjero en mi propio cuerpo.

Entre los tres uniformados me ayudaron a ponerme de pie, fue muy difícil, pero finalmente lo logré, ahora me acercaron a su vehículo, me subieron en la silla de atrás, me recosté, luego encendieron el automóvil, y se inició un frenético correr ambientada por el intenso ulular de la sirena.

Ahora, estoy aquí, en este cuarto blanco y limpio, estoy conectado a una especie de monitor, no se escucha nada. Esta mañana una joven muy educada volvió a interrogarme, hizo varias preguntas, pero aun no se qué contestar, o mejor no tengo idea de nada.

Esta joven me dijo que mañana muy temprano vendrá un fotógrafo, y un par de periodistas de un diario local, todos, incluso ella tienen la esperanza puesta en que alguien a través de las fotografías y el relato, puedan discernir el misterio de acerca de quien realmente soy… si tengo casa, familia amigos o alguien que me auxilie, yo, únicamente recuerdo muchas puertas de roble… nada más.



Edvard Munch - Arnold Schönberg - Expresionismo

miércoles, 18 de febrero de 2015

SOBRE LA MUERTE, COMO UN DERECHO...

SOBRE LA MUERTE, COMO UN DERECHO...

Así, como muchos enarbolan en nombre de dios el derecho de nacer, Yo, considero que cada ser humano tiene el mismo derecho, tanto a nacer, como a morir.

Pensar que puedo ser libre de definir, y si es posible, de tomar las riendas de mi vida, y separarme de cualquier ombligo con seres celestiales, mje permite ganar en mi afirmación como ser humano autónomo, auténtico, y ante todo conciente de mi propia mortalidad, y si puedo decidir el momento y la forma de morir, es un derecho que me asiste como ser libre, en una sociedad que se precia de respetar mi libertad. 

POR ESO APLAUDO LA POSIBILIDAD DE MORIR DIGNAMENTE Y EN EL MOMENTO QUE ELIJA

martes, 17 de febrero de 2015

SOBRE EL DERECHO A SER PADRES, Y SOBRE EL DERECHO A TENER PADRES

1. DERECHO A SER PADRES.


Quien, es el portador de la moral de un país, un país que tiene libertad de culto, y que por cierto, es un país secular, quien se ha tomado la vocería, para descalificar a la población LGBTI, y decir que no pueden ser padres, o que no pueden ejercer dicha dignidad, no será que a través de esta discriminación estamos privando a tantos huérfanos que deja la guerra de tener unos padres amorosos, de tener un hogar, compuesto por seres dignos, que sin importar sus preferencias sexuales, den lugar y den amor a unos seres que lo merecen y necesitan.

2. DERECHO A TENER PADRES.

Como lo anotaba en el punto anterior, tal vez están siendo muy egoístas, quienes con biblia en mano, cuestionan la posibilidad de que personas de la comunidad LGBTI, sean padres adoptivos, y es que no es un secreto, que en Colombia existe una gran población de huérfanos, que podrían gozar de las comodidades afectivas y económicas de un hogar formado por personas del mismo sexo, y que estás preferencias en nada, realmente en nada como está ampliamente demostrado, por estudios serios y sin sesgos, que esta población cuenta con los recursos suficientes, y son seres tan maravillosos y aun tal vez más amorosos que los heterosexuales. 
Por este motivo, no creo, que se deba excluir a esta población, como seres aptos para adoptar, y formar ciudadanos serios, y muy comprometidos.

FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO O SOBRE LA ENTRADA DE DIOS EN BATALLA

FUNDAMENTALISMO RELIGIOSO O SOBRE LA ENTRADA DE DIOS EN BATALLA
APUNTES E IDEAS EN PLENO SIGLO XXI

Iniciamos el siglo XXI con un fuerte remezón global, apenas despertaba, cuando vi en la pantalla de mi televisor; como un par de aviones de pasajeros se estrellaban contra uno de los monumentos más emblemáticos de Estados Unidos: Las Torres Gemelas en   New York. Lejos de mi en este momento era pensar, que un nuevo enfrentamiento religioso iniciaba este hecho, pero ahora, y a la luz de los nuevos acontecimientos, y sopesando lo que ha sucedido en estos últimos años, no me cabe la menor duda, de que un enfrentamiento entre Oriente islámico, y occidente cristiano es una realidad inobjetable.

Luego de ese 11 de septiembre del 2001 volvió a surgir, esa rivalidad, que siempre ha existido entre estos dos grandes imperios mundiales, y es que es muy interesante, como se ha convertido en una nueva guerra santa, en donde católicos y musulmanes asesinan y bombardean a nombre de Dios, un  Dios que cada uno considera fiel a su bando, pero que tan solo opera como una idea más acerca del odio entre los hombres.

Pensar en un Dios que espera un derramamiento de sangre no es más que un absurdo más en la mente retorcida de los hombres, que en nombre de Dios, ocultan sus verdaderos intereses, parea la dominación mundial, cada vez creo más que es una suerte de manipulación, en donde realmente. Los intereses mezquinos de los poderosos de cada hemisferio, han decidido interponer la idea de Dios y su inmensa voluntad para lograr que se inmolen, ataquen y aumenten el poder de unos cuantos que son quienes realmente se benefician de este inmenso baño de sangre.

Dios, para cada fundamentalista es su fin, es su máximo líder y que están dispuestos a cualquier cosa para hacerse dignos de su respectivo Dios, y nada más extraño, que esta supuesta discordia se dé entre las tres religiones monoteístas y que aparte de esto tienen en común su inmensa riqueza, pues tanto el petróleo musulmán, como la extensa industria occidental y católica, dominan no solo el universo espiritual de los hombres, sino el gran poder económico de estas naciones.

Es totalmente absurdo, tanto como lo fue durante la edad media y las cruzadas, ver como por las creencias, los hombres están dispuestos a reinar en medio del terror y el asesinato, con el pretexto de obedecer a un Dios, castigador, inflexible, y que solo desea ofrendas de sangre.


Como podemos pensar que en este siglo, que apenas inicia, el hombre se rinda ante su propio invento Dios, y se permita serf esclavo de este, y dar su vida, y cometer cualquier iniquidad y violación a los derechos humanos, atrincherados en unas creencias que desde hace mucho están en contienda y que tan solo obedecen al profundo egoísmo con el cual los hombres han intentado someterse unos a otros, y lo hacen, bien sea con la CRUZ o la MEDIA LUNA, pero en ambos casos no0 son más que seres iguales que se quitan la vida en aras de un invisible ser maniaco.

Close encounter

Close encounter

domingo, 15 de febrero de 2015

PENA DE MUERTE EN COLOMBIA

PENA DE MUERTE EN COLOMBIA

Nuevamente, y al calor de un crimen tremendo, algunas personalidades del orden nacional se preguntan, sobre la viabilidad de imponer la pena capital a ciertos crímenes que tengan que ver con actos atroces y en especial contra los menores de edad.

Es una discusión que tarde o temprano los colombianos debemos dar. Pero no deja de ser una decisión muy compleja, pues la pena capital, en un país con un déficit tan grande de democracia, y una justicia tan permeada por la política, y los grupos al margen de la ley, puede convertirse en un arma de destrucción, y no contra los criminales, sino que puede ser utilizada por el mismo estado para perjudicar a los sectores inconformes.

Si, así no más hemos sido testigos de casos aberrantes como los falsos positivos, en donde se ha condenado a muerte a civiles inocentes, por dar simples y vacuos resultados, y ganarse unas vacaciones o un ascenso, que sería si esta pena se legaliza, quien garantiza, la verdadera imparcialidad, en un país cuya moral en justicia está cada vez peor

viernes, 13 de febrero de 2015

SOBRE LA CEGUERA DE ALGUNOS EXTREMISTAS

Hablo sobre la ceguera, de algunos extremistas, abanderados del odio, y mentirosos de la religión, como es posible que un supuesto científico de la universidad de la Sabana en Bogotá, intente sembrar vientos homófobos en una ciudad que lucha por la inclusión y la equidad. De nuevo, la ciencia al servicio los opresores... de cuando a aquí se considera el homosexual enfermedad... o será acaso que los enfermos son otros??

SOBRE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVOS O LA VERDAD OFICIAL

SOBRE LOS MEDIOS DE COMUNICACIÓN MASIVOS O LA    VERDAD OFICIAL

“Notas sueltas”

1. /La verdad

La verdad, la asumo como un proceso de negociación del colectivo, una suerte de trabajo conjunto, elaborado a partir del análisis de las diversas verdades en cada uno de los componentes sociales; pensar una verdad absoluta, es un término más bien religioso, y un poco miope, pues a través del tiempo, nos hemos dado cuenta que la verdad, como un punto inamovible, solo es posible si está fincada en la concepción de un Dios todopoderoso, que la dicta con suma perfección a unos seres imperfectos como nosotros. Pero dado que no es fácil demostrar esta idea a menos que seamos absolutamente creyentes, y que en mi caso es algo que aun no tengo en absoluto claro, es más conveniente y convincente, que nosotros los habitantes de este planeta llamado “Tierra”, lo que hacemos es construir la verdad, a partir de un diálogo fluido entre nosotros mismos, y nuestros congéneres, esta verdad, es verdad, en cuanto a disolución de un conflicto entre las diversas verdades individuales. Podemos entonces, lo hago en mi caso, es tomar varias verdades, confrontarlas y ponerlas a prueba en una suerte de interrogatorio, para ver desde donde es verdadero, y real lo que nos cuentan los demás,  de esta manera, llegar finalmente a una idea lo más cercana posible, de la verdad verdadera.


2. / La verdad oficial

Considero, que todos estamos claros, que la verdad oficial, es aquella que el establecimiento, y más allá, el grupo dominante de la sociedad, nos revela como un hecho divino y sin que le quepa la menor duda, es un hecho, que para el grupo dominante es su realidad, y que de una u otra manera nos indica como un hecho real y como tal, como la verdad absoluta e indudable.


3. / Los medios de comunicación masivos

Es de suma importancia, para el establecimiento que la verdad que ellos consideran como verdad, sea una verdad aceptada por todos los demás componentes de la sociedad, porque en cuanto esta verdad es asumida por toda la sociedad como única verdad, y una verdad casi divina, los grupos dominantes, se erigen como en otros tiempos lo hicieron los dioses, y su verdad es una verdad inobjetable, y a la cual nadie puede oponerse ni intentar cambiarla, esto hace que el establecimiento, y los medios de comunicación que están a su servicio, se esfuercen para sembrar en las mentes del resto de la sociedad esta verdad oficial, cuasi-divina, y que les da el poder, y les conserva su statu-quo

4. / La duda constante, una herramienta para escapar de la jaula.

Considero, que la herramienta más valiosa que tenemos quienes deseamos realmente no creer con los ojos cerrados todo cuanto el sistema nos ofrece, o nos desea hacer creer, es la DUDA, dudar, interrogar cualquier verdad que nos deseen vender como verdad es casi una obligación para quienes deseamos no creer todo cuanto nos digan, y menos si esas verdades son ampliamente divulgadas por los medios de comunicación masivos al servicio de las clases dominantes. Es bueno recordar, que como seres libres, o liberados, debemos desconfiar de las verdades fáciles que nos ofrecen los medios, y observar con lupa cada una de las verdades ofrecidas por los medios de comunicación masivos.

5. /… Y ¿en Colombia?

En Colombia, como en cualquier nación, el deber de la ciudadanía es poner en duda las verdades diseminadas por los medios de comunicación, y tratar de encontrar la propia verdad, a partir de la experiencia personal, y no como un inamovible cuasi religioso. Nosotros, como ciudadanos activos, y entes activos socialmente, tenemos que elaborar la verdad, a partir de la duda, y darnos cuenta que los medios de comunicación masivos en últimas y por su carácter de medios al servicio de una causa que no es la nuestra, debemos dudar de estas verdades, construir la nuestra, y ante todo no esperar la verdad, entregada por el establecimiento y sus obreros, ni dejarnos guiar por las verdades religiosas o políticas que nos venden como verdad y que tan solo buscan que la DUDA, ese derecho que todos tenemos a poner en tela de juicio cualquier idea que consideremos sospechosa; nos sea arrebatada, y con ella la posibilidad de la libertad, y autonomía como seres individuales y objeto de derecho libres y forjadores de libertad.



6. / A manera de conclusión


Pretendo, con estas pequeñas notas despertar en quien las lea, curiosidad, y más allá, un espíritu crítico frente a esa avalancha de noticias y verdades inobjetables que a diario, son lanzadas por los medios de comunicación masivos, como una suerte de lápida, bajo cuyo peso desaparece la posibilidad de encontrar realmente la verdad de los hechos, que desean esconder, para así dejarnos ignorantes y presos de la inseguridad de nuestros actos. Y así, mantener intacta, una estructura injusta, y que va en detrimento del avance del conocimiento de la realidad de los componentes activos de esta sociedad.