jueves, 14 de julio de 2016

POEMAS DE VIRGILIO DÁVILA







Nostalgia


               

¡"Mamá! ¡Borinquen me llama!
¡Este país no es el mío!
Borinquen es pura flama,
¡y aquí me muero de frío"! 

Tras un futuro mejor
el lar nativo dejé,
y mi tienda levanté
en medio de Nueva York.
Lo que miro en derredor
es un triste panorama,
y mi espíritu reclama
por honda nostalgia herido
el retorno al patrio nido.
¡Mamá! ¡Borinquen me llama!

¿En donde aquí encontraré
como en mi suelo criollo
el plato de arroz con pollo,
la taza de buen café?
¿En donde, en donde veré,
radiantes en su atavío,
las mozas, ricas en brío,
cuyas miradas deslumbran?
¡Aquí los ojos no alumbran
¡Este país no es el mío!

Si escucho aquí una canción
de las que aprendí en mis lares,
o una danza de Tavárez,
Campos, o Dueño Colón,
mi sensible corazón
de amor patrio más se inflama,
y heraldo que fiel proclama
este sentimiento santo,
viene a mis ojos el llanto...
¡Borinquen es pura flama!

En mi tierra, ¡qué primor!,
en el invierno más crudo
ni un árbol se ve desnudo,
ni una vega sin verdor.
Priva en el jardín la flor,
camina parlero el río,
el ave en el bosque umbrío
canta su canto arbitrario,
y aquí...¡La nieve es sudario!
¡Aquí me muero de frío! 


                                          Borinquen

Piense de mí lo que pensar le plazca
aquel que, de altruista blasonando,
dice que tiene por su patria el mundo,
y son todos los hombres sus hermanos.

Piense de mí lo que pensar le plazca,
mientras yo declaro
que entre todas las tierras conocidas,
es Borinquen la tierra que idolatro...

¡Esta hermosa esmeralda
que engarzó Dios en medio del Océano!



 El jíbaro

Si entre las hojas de esmeralda
de la riquísima guirnalda
en que el cafeto enreda el monte
desde su base hasta su fin,
lucen cual pálidas estrellas
las olorosas flores bellas
que son más tarde granos verdes
y luego granos de carmín;
si por diciembre cubre el llano
el terciopelo soberano
con que en Borinquen da prestigio
el ondulante tabacal;
si espigas dan los arrozales,
y dan mazorcas los maizales,
y brinda glóbulos de fuego
el rumoroso naranjal;
si de la caña los flautines
llevan a todos los confines
el nombre augusto de la patria
como el de un nuevo potosí,
esta magnífica riqueza,
esta aureola de grandeza
 con que se nombra mi terruño,
¿a quién la debe sino a mí?                              


La palma real


La palma real es un tesoro 
de mucho más valor que el oro. 
Sirve a los campos de ornato, 
a hombres y brutos da sustento: 
y es de recursos una mina 
para la choza campesina. 

La palma real es un adorno 
en el solar puertorriqueño: 
luce la forma de un paraguas 
que tiene un mango gigantesco 
(columna hermosa y elegante, 
obra del Máximo Arquitecto) 
con un extremo fijo en tierra 
y un verde toldo al otro extremo, 
de donde su saludo al día 
dice el pitirre mañanero. 

La palma real es generosa 
a hombres y brutos el sustento: 
tiene el palmillo para el hombre, 
y tiene el fruto para el cerdo. 

La palma real da lo preciso 
para la choza del labriego: 
él hace estantes de unos troncos 
y de otros troncos hace luego 
la tablazón que necesita 
para los pisos y los setos. 
¿Que falta el techo del bohío? 
¡Ahí va la yagua para el techo! 

¡Árbol bendito de mi tierra 
que tu pimpollo alzas al cielo 
como un regalo de Borinquen 
agradecida al Ser Supremo! 

¡Que nunca el rallo te aniquile, 
ni te maltrate el rudo viento, 
y sigas siendo en el terruño 
abrigo y pan para el labriego, 
admiración para el extraño, 
y orgullo del puertorriqueño. "



EL DEBER DE ESTUDIAR


Al nacer de cada día,
sacudiendo la pereza,
la madre Naturaleza 
se dedica a la labor.

Canta el ave y silba el viento, 
se hace vapor el rocío,
bullen la fuente y el río, 
alumbra y calienta el sol.

El trabajo es ley divina, 
y el hombre que piensa y siente,
esa ley sabia y prudente
debe jamás eludir..


        Ved el ejemplo que ofrecen,       
nuestros padres amorosos, 
que se levantan ansiosos
de llenarse de deber.


Por eso yo al levantarme, 
al libro llego afanoso, 
que el estudio provechoso
es mi santa obligación.

Y quiero cumplir con ella,
como cumple el padre mío,
como el viento, como el río, 
como el ave y como el sol.




La Chiringa


Dame la chiringa
Para encampanarla,
Que yo te la presto
Cuando esté bien alta.

¡Mira cómo sube!
¡Mira cómo cambia!
¡Qué chiringa buena!
¡Da gusto mirarla!


Dios, el mundo concluido,
tiróle un beso al azar;
y el beso cayó en el mar,
y es la tierra en que has nacido.

En ella formas tu nido,
de amor rendido al amaño;
ella un año y otro año
te brinda con su tesoro;
ella vale más que el oro.
¡No des tu tierra al extraño!

Mira sus campos. Arriba
es ornato de la loma
la breve y fragante poma
del café, púrpura viva.

Fruto que la mente aviva
y es del criollo sostén al
par que orgullo. Si hay quien,
extraño quiera tu suelo,
que no se colme su anhelo
por más que te pague bien.

De sus llanos la grandeza
admira la gente extraña.
En ellos canta la caña
la canción de la riqueza.

Como una enorme turquesa
allá el tabacal se extiende.
¡La imaginación se enciende
ante ese cuadro admirable!
¡Qué bajo y qué miserable
el que su terruño vende!

En la playa el cocotero,
con su penacho elegante,
es asombro al navegante
y tentación al logrero.

No des por ningún dinero
tu pedazo de verjel,
que eres tú patriota fiel
y de legítimo cuño,
y el que vende su terruño
vende la patria con él.


No des tu tierra al extraño


Dios, el mundo concluido,
tiróle un beso al azar;
y el beso cayó en el mar,
y es la tierra en que has nacido.

En ella formas tu nido,
de amor rendido al amaño;
ella un año y otro año
te brinda con su tesoro;
ella vale más que el oro.
¡No des tu tierra al extraño!

Mira sus campos. Arriba
es ornato de la loma
la breve y fragante poma
del café, púrpura viva.

Fruto que la mente aviva
y es del criollo sostén al
par que orgullo. Si hay quien,
extraño quiera tu suelo,
que no se colme su anhelo
por más que te pague bien.

De sus llanos la grandeza
admira la gente extraña.
En ellos canta la caña
la canción de la riqueza.

Como una enorme turquesa
allá el tabacal se extiende.
¡La imaginación se enciende
ante ese cuadro admirable!
¡Qué bajo y qué miserable
el que su terruño vende!

En la playa el cocotero,
con su penacho elegante,
es asombro al navegante
y tentación al logrero.

No des por ningún dinero
tu pedazo de verjel,
que eres tú patriota fiel
y de legítimo cuño,
y el que vende su terruño
vende la patria con él.


La tierruca

                                                                                               
                                Es el móvil océano gran espejo
                                donde luce como adorno sin igual
                                el terruño borincano que es reflejo
                                del perdido paraíso terrenal.

                                Son de fáciles pendientes sus colinas
                                y en sus valles de riquísimo verdor
                                van cantando bellas fuentes cristalinas
                                como nautas que bendicen al Creador.

                                Primavera sus mejores atributos
                                muestra siempre generosa en Borinquen.
                                En los campos siempre hay flores’
                                 siempre hay frutos
                                es Borinquen la mansión de todo bien.

                                Aquí nace el puro ambiente que respiro
                                y se asienta la morada en que nací
                                y ese sol resplandeciente que yo admiro
                                aquí nace, aquí vive y muere aquí.

                                De mis padres fue la cuna y ella encierra
                                las más hondas emociones de mi ser.
                                Yo no cambio por ninguna esta tierra
                                donde tuve el privilegio de nacer.

No hay comentarios.:

Publicar un comentario