sábado, 2 de mayo de 2020

POEMAS DE JEAN-BAPTISTE TATI LOUTARD


La nuit vous entoure comme la mer vous fascine et la mort aux yeux ...
(República del Congo, 1938-2009)

Abandonado a la corriente


¡Cuántos ríos en mi vida me han mostrado su curso,
Sinuoso o torrencial, color de plomo o transparente!
Senegal, Nilo, Sena, Ganges, Tíber y Volga,
Y el Congo, al discurrir por mis pestañas
Como en su lecho diario.
Y luego se allegó la amante inevitable:
La mar, lengua azul, bajo el paladar del cielo;
Pasa entre las gaviotas y las algas.
(Árboles microscópicos de vetustas florestas
Roídas por la sal y los gorgojos de los siglos.)
He consumido ya múltiples soles,
Y por ello, en el agua, mi memoria se vuelca
Muero y revivo como el mar
En cada soplo que tendría que exhalar;
En vez de olas, deseo noctilucas
Para ver si mi doble entre los hombres
Puede ser refulgente.
Tomado de:

"El árbol y el amor"

Aquí el hombre y el árbol se parecen
el amor se va con paso oscuro
como la progresión de las raíces
contigo he caminado a mis orígenes
la sensitiva es mi ancestro totémico
tanto destello ha producido nuestro fuego
que no han de ver nuestros ojos sus cenizas
yo miro el cielo lavado por la primavera
y querría aún amarte con este cuerpo del pasado
lleno de una savia que ahonda
su otra filiación con el río
hemos vivido en un bosque colmado de leyendas
y tú has olvidado las esencias de luz clara
especies nobles que desafían a los siglos
desde las lejanas dinastías del Mayombe
Sappeli Okumé Limba Kambala
recuerdo tu parecido con las olas
por eso te escucho en el ruido del mar
en la playa se anuncia ya el reflujo
los años nos empujan con tal fuerza que ya es hora
de desatar tu rostro
el perfume que nos frecuenta ignoto permanece
qué olorosa hierba
¿es el silfio
de las costas Cirenaicas
que nos llega por fin
como un presente retrasado?

El amor nos muda más que el sueño
devuelta a los pesares del tiempo ya vivido
la cabeza es sólo una ancha quemadura
te coloco desde ahora en el más alto rellano del lenguaje
sobrevivirás emigrante de libro en libro
tu inmortalidad queda así más protegida
que la de los hijos del Levante
inhumados hace tiempo en vasijas de arcilla
Tomado de:

Impotencia (o impotencia)
Si yo fuera un hacedor de lluvia como mi difunto abuelo
Me empujaría a la sombra de este triste día
que ya rueda la luz del sol
pasado  todos los valles y montañas de mi alma
Tomado de:

"Congo natal"
Nada temo tanto como el destierro
la nostalgia de mi sol vertido por las olas
como aceite que se exalta en la sartén
y canta el cántico del fuego
y mi madre bañada de angustias
ante su fogón de tres piedras
cuántos poetas llevan para siempre
el luto de los Trópicos en las comarcas del Norte
Los dolores en sus escritos se disponen
      como noctuelas en sus vitrinas
cuando el clima despliega sus fuerzas áridas
el ojo se abre en lo gris y se embebe
el corazón nidifica en la piedra
a veces la memoria se despliega
viene luego la claridad de nuevo el cielo se embruma
tú el extraño cultivador transmigrante
qué espacio has fructificado
desde que la tierra en ti se ha estrechado
y el río Congo en ella es sólo un surco
pienso en mi horizonte donde se alza la espiga del alba
En los niños que se dispersan en el espejo del día
En los gorriones en tumulto en el borassus
en este pueblo misionado que recupera su ardor
cuando pasa el viento con sus peces-pilotos de hojas secas
intentando en su turbación sin paz posible
arrancar las máscaras de la mentira
a los que desertaron las alas
de una casa obscurecida por la muerte
el sol acude planta sus lanzas en la calle
observo las generaciones nuevas que ondulan
y esta hija de la especie lianescente
sale del terruño profundo
su rostro moreno por el fuego de sándalo
y pasa como un jacinto en las aguas errantes
ciega va a romper su corazón en el escollo
el asfalto le abre sus charcas y espejismos
y no olvido la gloria de los Días de Agosto
ensangrentados en su túnica color de sangre
y la herencia que aún exhala
el perfume del franchipán.
Tomado de:

"Muerte y renacimiento"

Que la corteza del suelo se hunda bajo mis pies,
que la válvula del cielo se abra y me deje entrever
el nicho alto del sol o la inmensa camada de los astros,
que no habré de asustarme.

¿Que la Muerte me llama? ¿Acaso me presenta
si quiera un espejo, una placa de luz donde leer
mi perfil de ultratumba?

Soy una rama jubilosa de este mundo,
mis sueños prosperan con los rayos de sol
no en el triste hormigueo de los moluscos:
me columpio al viento;

Me emborracho con los dones del día y de la noche,
recojo, a mi paso, los pájaros borrachos del espacio: ¡mirad
la colibrí llega aquí por la mañana a mi porción de rocío
para sorber la fuente de su grito!
como ella me lanzo siempre más lejos y más alto,
nadie me ve prosperar a la sombra de mi secreto;
no responderé a la llamada que brota de las zarzas de la noche.

¡Que el mar se vuelva al mar con su carga
de peces y de sal! ¡Que el cielo reviente su artesonado azul!
¡Que el sol estalle en una rueda de fuego!
¿Y por qué no primero los elementos?

Me hallo en el alba de un pueblo que inicia una marcha:
¡que pueda verlo surgir de su muda con todo el sudor
de su alma, como el sol surge de su marcha de Oriente
en una gran traspiración de luz!
Tomado de:

"Aldea ancestral"

Tanteando hasta ti hemos llegado
bajo un cielo perlado en fuego
en todos los rostros el aceite de la fatiga
(En verdad que eres tierra de petróleo y sol)

Y buscábamos en el terreno quemado
huellas distintas de las cenizas de árbol
tú que rico fuiste en contadores de leyendas
te queda una cigarra que recita
con su voz monocorde
el himno al sol del mediodía
en una corteza de eucalipto
y algunos cuervos encorbatados
describiendo en lo alto las líneas
de un destino en espiral

He aquí la calma de la noche
hasta las raíces de los cabellos
el árbol repliega su sombrilla
y este perro de sol poniente
alza aún contra la noche

su hocico ensangrentado
la memoria nos abre sus pliegues
nos cruzamos con nuestros muertos en los sueños
todo vuelve a correr hacia el alba
el gallo lanza un grito
y huye el genio de la noche
llevándose bajo el brazo a la vía láctea
como un saco de frutas.
Tomado de:


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