sábado, 7 de diciembre de 2024

POEMAS DE MARÍA KULURI


DUENDE

 

Puesto que soy hombre he oído

En el aire pasar los años

 

Un día

-seguramente era de día

puesto que la luna había sido olvidada

en la calidez del corazón-

Mi voz y todas mis lágrimas

se ahogaron en la luz

 

No están los hombres para guardar las palabras

Son cuchillos gotean sangre y más sangre

 

Y cuando ni médico ni nadie

Sabe la manera de detener el dolor

El río que se derrama en el mar

Lava a cuantos fueron heridos por las pasiones mojadas

 

Algunas veces

Sucede que los árboles caen

Sin sus raíces

Y los troncos comienzan la canción

 

 

MICENAS

 

A mediodía en el olivar

Escuchábamos el calor y las voces

Algunos se ensuciaban las palmas de la mano

Recogían frutos tratados injustamente

Corrían para alcanzar el hambre de la tierra

El tiempo les golpeaba el estómago

Y ellos los árboles

Una lluvia dorada regaba a los recolectores inclinados

Hasta que finalmente descargaron las ramas

Y entonces cogía yo trabajo

Hasta la noche

Colgaba trampas en los cuerpos desnudos

Última esperanza para aquella mirada tuya

 

 

REFERENCIA DE AVANCE

 

Señora

Sigo emborrachándome muriendo despacio

Así como me propuse, he adquirido una máquina de escribir

Sin embargo, poemas no he aprendido a escribir

Tal vez tengan la culpa los pasajeros

Andan despacio no tienen estilo ni ritmo

Y la vieja gorda hace años que no oye chillidos

Los vecinos ya no escalan por sus camas

Cubren su carne con huesos

Y yo

En el amor he fracasado de modo estrepitoso

Me tomo alguna copa todavía

Y limpio las marcas de mi ropa

 

 

EPÍLOGO

 

Con las palmas abro grietas

Y agarro el pan de la eucaristía

Espinas adornos

Piel manchada, el amor en la frente

Oculto arena en los puños

De modo que no se me escape

Para tener algo con que recibirte

Cuando traigas la victoria

 

Mucho hemos dicho y es suficiente

 

 

CONFESIÓN

 

Desconsolado el hombre

Se desviste de noche

Solo se acuesta

Cama de sueño

Y cuando por casualidad

Saluda a otro día

Supuestamente confiado

Coge nueva pose

Paréntesis en las palabras

Humo de los antepasados

Después en plantas píticas

Carga todo el peso

Y abriendo la puerta

Se abraza a sus zapatos

Tomado de:

https://www.laraizinvertida.com/detalle-2545-90-maria-kuluri-

 

 

cambio climático

 

El día que viniste a mí

 

Lo dejo mostrar bajo mi piel

 

mi rostro humano

 

Vestir cuerpo sin sexo

 

una cabeza libre

 

de peso

 

Tú ves en mis ojos

 

hielos

 

bosques

 

cielo

 

 

 

No notaste el hambre

 

en mis pies temblorosos

 

en su nueva planta

 

No preguntaste si la naturaleza tiene un lugar.

 

en la ciudad en la que vives

 

 

 

Gritaste solo:

 

finalmente, juntos

 

y luego empezó

 

lo que luego se llamó

 

uso imprudente

 

de mis poros naturales

 

 

nuevas metas 

 

Estuve peleando toda la mañana con una naranja.

 

Lo lavé y lo sequé

 

con un cuchillo le dibujo líneas

 

le quité la cáscara

 

Piadosamente eliminó cada fibra

 

de la carne cada rastro sobrante

 

Lo abrí en dos

 

lo esparcí en el plato

 

Sin parar comencé a tragar

 

una pieza tras otra

 

Al final el plato estaba vacío.

 

y pensé en cómo pasó el tiempo

 

Había que encontrar otra manera

 

otro comienzo del día

 

Tal vez algo de fruta fresca

 

estación

 

al menos un cuchillo nuevo

 

 

 

Incluso podría imaginar

 

un encuentro casual nuestro

 

a la vuelta de la esquina

 

después de años

 

allá

 

en la ciudad donde juntos

 

afilamos nuestras cuchillas de metal

 

 

Aceptación de trabajo

 

yo creo en la fantasía

 

y hago sueños

 

ideales eróticos

 

 

 

Y así es como guardas el nombre de mi amor

 

lo único que espero

 

es que tu risa se vuelve belleza

 

 

 

Por lo demás

 

-rebeliones y cambios-

 

Me convertiré en la revolución

 

 

 

De todos modos, con los labios vacíos

 

me ahogo en ideas

 

 

Breve exhortación 

 

Una idea callejera para una revolución.

 

Llenar el cuadrado

 

Está lloviendo en un día de verano

 

poco antes de que surjan dudas

 

en los dedos de fieles vacacionistas

 

y ese calor inmóvil

 

revive la ingestión y el habla

 

Bocas entregadas a la expansión

 

se abren a las rocas

 

y extenderse sobre la superficie

 

la secreción de sudor

 

 

 

todos en las calles

 

no pueden negarse

 

culpas y esperanzas

 

Con todo el amor que queda en los bolsillos

 

suprimamos la ciudad

 

 

Ciervo urbano 

 

En este momento regresa

 

a la ciudad un ciervo

 

No habrá escasez en el rebaño.

 

Bajo la nieve detrás de la montaña.

 

dejó una vieja sorpresa

 

Como las palabras de los muertos

 

solo el ruido insiste

 

 

 

Su muerte estaba desaparecida antes.

 

de caminar por las calles vacías

 

Cuando aún no se había detenido ante él

 

en el crepúsculo el cazador

 

incapaz de resolver el enigma

 

 

 

¿Cuánta sangre corre por las venas?

 

cuando un arma apunta a una herida profunda

 

 

 

Frente a frente en el centro de la plaza

 

Uno cuenta sus balas

 

el otro las raíces de la cabeza

 

Y los dos, sin embargo, consienten.

 

 

 

Incluso la caída más grande

 

ha sucedido de nuevo antes

 

 

metopas

 

 

 

En las ciudades marginales del sur

 

la luz atraviesa las cortinas

 

y está escrito en las paredes

 

Como las líneas que no encajaban en la piel

 

y difundirse a través de la vista, el oído y el tacto.

 

 

 

Las formas se proyectan desde las altas ventanas.

 

con los templos juntos

 

Determinación imprecisa de la relación.

 

parentesco o amistad

 

Sobre sus cabezas se colocan Partenones.

 

 

 

Los labios cerrados escriben la historia.

 

Herméticamente silencioso perdió el aire.

Tomado de:

https://www.revistaaltazor.cl/maria-kuluri-%ce%bc%ce%b1%cf%81%ce%af%ce%b1-%ce%ba%ce%bf%cf%85%ce%bb%ce%bf%cf%8d%cf%81%ce%b9-2/

 

 

Museo Desnudo

 

Un misterio-

De rodillas

Sus ojos, una linterna

Apuntándome

La escultura inmóvil

Una intervención en el pasar del mundo

Un simulacro tan antiguo como puede ser

Una joya en el escaparate de un período futurolítico

Él

excava en mi cuerpo

La residencia de siglos

Un ladrón de suciedad

Un traficante

Yo soy el país

En lo alto de mi ciudad

Habitantes

Sosteniendo los pilares

No hay otra identidad aquí

Ruinas y yambos

Son lo que

conviene a mi cuerpo

 

  Museo Bare, Melani Publications, Atenas, 2013

 

Tomado de:

https://poets.gr/en/poets/koulouri-maria/373-bare-museum/213-votive-offerings

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