jueves, 19 de diciembre de 2024

POEMAS DE MARY GRUESO


Cuando el negro dice

 

Cuando el negro dice marimba y guasá

su voz tiene el color de las algas y el manglar,

la dulce provocación del chontaduro,

el insinuoso vaivén de las canoas,

el dorado amarillo del oro

y el sentimiento de nostalgia de África.

 

Cuando el negro dice marimba y guasá

su voz tiene el llamado angustioso de los tambores,

las rondas acrobáticas de las ballenas,

el balanceo rítmico de las palmeras

y la paciente espera de los esteros.

 

Cuando el negro dice marimba y guasá

su voz tiene la nocturna fragancia de los jazmines,

el sentir pegajoso del salitre del mar en el cuerpo,

el sabor inconfundible del encocao de jaiba

y el atardecer en una playa de amor

entre redes de luceros.

 

Cuando el negro dice marimba y guasá

la sangre se da prisa en las venas

bailando al compás de los arrullos,

de sentimientos que se escapan de los labios

como monótono repicar de campanas

cuando anuncian la fiesta en el altar

y te deja en la boca la frescura

del himno que te falta por cantar

al amor, a la vida, a la nostalgia

y a los amores que faltan por llegar.

 

 

Pobreza negra

 

El negrito tiene sueño

quién lo arruyará

tiralo en un petate

o en una estera quizá

que el negrito se duerme solo

naide lo arruyará

cuélgale una hamaca

que él solo se dormirá

que la mamá cogió el potro

y se embarcó pa’ la ma’

dicen que a pescá cangrejo

o jaiba será quizá.

 

Y cuando el negrito dispierte

quién lo alimentará

mi comadre la vecina

que está rando’e mamá.

 

El negro no tiene compota

ni tetera pa’ chupá

lo que tiene es un pellejo

que es la teta’e la mamá.

 

Jala, jala, mi negrito

la teta e’tu mamá

el negrito jala y llora

porque naa le bajará.

 

La mamá no tiene leche

porque en ayunas está

pero le bajará gota a gota

la sangre’e la mamá.

 

 

Negra soy

 

¿Por qué me dicen morena?

si moreno no es color

yo tengo una raza que es negra,

y negra me hizo Dios.

 

Y otros arreglan el cuento

diciéndome de color

dizque pa’endulzame la cosa

y que no me ofenda yo.

 

Yo tengo mi raza pura

y de ella orgullosa estoy

de mis ancestros africanos

y del sonar del tambó.

 

Yo vengo de una raza que tiene

una historia pa’contá

que rompiendo las cadenas

alcanzó la libertá.

 

A sangre y fuego rompieron

las cadenas de opresión

y ese yugo esclavista

que por siglos nos aplastó.

 

La sangre en mi cuerpo

se empieza a desbocá,

se me sube a la cabeza

y comienzo a protestá.

 

Yo soy negra como la noche,

como el carbón mineral,

como las entrañas de la tierra

y como el oscuro pedernal.

 

Así que no disimulen

llamándome de color

diciéndome morena

porque negra es que soy yo.

 

 

Esberta parmera

 

Soy una negra de raza y esbelta como parmera

el que quiere cogé coco, que suba a carera

mis pipas están tiernitas, pa’si las quiere probá

pero sujétese ruro, cuando me empiece a meneá.

 

Me alimento de chuntaruro,

canchimala y calamá

tomo jugo’e naidí pa’poreme acompletá

así que si usted no aguanta, no se suba a mi parmá

cuando se calienta mi cuerpo

y me empiezo a remoliniá.

 

Los cocos que no son jechos, al suelo van a pará

por eso yo se lo rigo, y pa’sipuere aguatá

que asujete ruro, cuando me empiece a meneá

y si no tiene resistencia, no se suba a mi parmá.

Tomado de:

https://letralia.com/205/articulo07.htm

 

 

EL OCASO

 

La constelación hizo noches, de estrellas iluminadas.

los días como rosarios, descendieron en mi poblado

mi pelo se cubrió de nieve, sin que en mi puerto nevara

y la luz se puso triste, ante mi cansada mirada.

Los peces en los esteros, empezaron a escasear.

se borraron de mis oídos los sonidos del manglar

las tijeretas volaban entre gaviotas y gaban

se cae de mis manos el canalete al bogar

y mi figura anónima, como estatua

Parecía una sombra larga, larga y vieja sobre el mar.

 

 

LA INJUSTICIA

He sonreído frente a este mar inmenso

he sonreído frente a la turbulencia del mar

he sonreído mirando el cielo estrellado

he sonreído mirando las gaviotas volar;

pero me he entristecido cuando el hombre despiadado

levanta la mano para que su hermano mate.

Me he entristecido frente a la injusticia humana

aunque se pregone cada día la paz

si no te importa lo que sufra tu amigo

Cuando te peleas por un mendrugo de pan

o deja unos hijos huérfanos y parias

y te vanaglorias viendo su orfandad.

Y me pregunto ¿qué es la justicia?

cuando la injusticia se palpa por doquier

ya nadie le importa lo que sufre el vecino

si no le arropa la injusticia también.

¿Qué es la moral?, vuelvo y pregunto.

esa palabra quedó escrita en el papel

la esgrimimos solo cuando nos conviene

pero la primera piedra ¿quién se la tira a quién?

 

 

BUSCANDO UN NO SÉ QUÉ

Ando a tontas y a ciegas buscando un no sé qué

qué será lo que busco, le pregunto a mi corazón

por qué será que no me encuentro

increpo rebelde al cielo, y el mar tampoco me contesta

ni me consuela en mi aflicción.

Y le pregunto a los pájaros, que trinan por la mañana

y del sol que abre sus puertas, dejando atrás la oscuridad

porque la noche, tampoco dio respuesta a mi interrogante

de qué será lo que busco, que no puedo encontrar.

Qué fastidio y qué angustia,

buscar lo que no se encuentra

que busco en todos lados sin poderlo hallar

pero de pronto el mar y el cielo la noche y la mañana

y mi corazón angustiado me gritan: ¡no busques más!

 

 

MI QUERIDO GUAPI

Se me pone la mirada triste

al recordar mi infancia y cavilar

de añorar mi Guapi soñado

amurallado por protección del mar.

Guapi tu río oscurecido,

por la creciente que a la bocana va

arrastrando caracoles y piangüas

almejas, pateburro o chorgas sin cesar.

El chaupizá que viene en subienda

vomitados por las ballenas al azar

que los pescadores cogen ansiosos

que luego ponen al humo a secar.

Guapi, con tus murallas

qué lindo te ves a orillas del mar

con tu isla de Barbanero

mujer morena para soñar.

Hoy te recuerdo como en mi infancia

con tus amplias calles y tu catedral

al parque La Pola con sus almendros

su aeropuerto y su hospital.

La ciencia, la honradez y empuje,

que nos enseñaste; ¡oh tierra natal!

es la lira que el guapireño canta

y la bandera que a su paso izará.

 

 

CÓMO OLVIDARTE

No sé cómo haría yo para olvidarte

pero qué no daría por volverte a mirar

que puñaladas negras se clavan en mi pecho

porque ya tú no me alegras, ni me contemplarás.

El cielo que era azul, se tornó en nubes grises

el sol que brillaba dio paso a la oscuridad

las nubes descargaron sus perlas en la tierra

que unidas con las mías fueron a parar al mar.

¡Dime por Dios amor!, qué haré para olvidarte

tú sabes cuánto sufro, por no tenerte aquí,

tú, que siempre me amaste cuando estabas en la tierra

te suplico que intercedas, ante el Creador, por mí.

 

 

MADRE

Una madre es fuente de riqueza

pero riquezas del corazón,

es lo más grande, es lo más bello,

lo más hermoso que nos regaló Dios.

 

 

DESCOLONIZANDO MUNDOS274

Nunca menosprecies a tu madre

ni la hieras con el puñal de la ingratitud

porque ella es un ser irremplazable

y eso lo debes entender tú.

Cuántos quisieran tener lo que tú tienes

cuántos quisieran tener y atesorar

al tenerla y perderla han comprendido

que una madre es difícil de reemplazar.

Quererla y atesorar cada instante

que en su compañía tú puedes vivir

porque son los recuerdos los que nos alimentan

cuando ella ha dejado de existir.

La madre siente lo que te pasa

la madre sufre con tu dolor

daría la vida para aliviarte

todas las penas de tu corazón.

Cuando niño ella era tu sustento

era ella tu razón de existir

ahora grande no la trates indiferente

ni la niegues porque matas lentamente su vivir.

Hay hijos que no tienen entrañas

hay hijos que no tienen corazón

al sentirse importantes la desprecian

sin importarles la vida que les dio.

 

 

DESPEDIDA EN EL PUERTO

El barco desatraca del muelle hacia el océano

el viento sopla fuerte con rumbo a estribor

y atrás nos deja a todos parados en el muelle

sin importar que sufro y cuán grande es mi dolor.

Las palmas de cocoteros se inclinan reverentes

por la fuerza del viento, como diciendo adiós,

y las olas en continuo vaivén indiferente

se alejan en silencio como ofrenda y dolor.

Se alejan con él mis sueños, y con él se va mi vida

como se aleja el barco, quizás para no volver,

rotas mis esperanzas en una tarde sombría

sin poder hacer nada, de las manos se me fue.

Y allá en el horizonte como un punto a la distancia

entre el mar y el cielo te veo desaparecer

y dos perlas de mis ojos descienden lentamente

como las nubes grises a las cuales yo imité.

Y el sol desaparece y se va por el poniente

y un crespón negro nos cubre por doquier

y yo sola en el muelle mirando un punto fijo

pidiendo a Dios clemencia por tanto padecer.

Y los días van pasando y más te alejas de mi vida

y los meses se desgranan como hojas al vaivén

y los años pasan como cuentas de un rosario

y te siento en mi vida como si fuera ayer.

Y qué noches y qué días pasaron por mi existencia

mis cabellos café oscuro tratamientos de plata están,

La tierra, el mar y el cielo

que separaron nuestras vidas

nos sirvieron como murallas para no vernos jamás.

 

 

NADA MÁS QUE UN INSTANTE

No sé si es posible, navegar por el viento

y decirte muy querido, cuanto te amo yo,

y en ese suave murmullo, cubrete de besos

apretando tu espalda, con mis brazos de amor.

Y sentirte tan mío, como si fuera yo mismo

poder recorrer con mis manos tu piel

y mirarte estremecer, como con escalofrío,

al transmitir mi placer, y mi ardiente pasión.

Sentirte mío en este instante, en que puedo apresarte

acunándote en mis brazos con mi inmenso amor

y navegar por los mares y en grandes tempestades

y después en yeguas quietos sin tormenta ni fragor

 

 

ATREVETE

Atrévete a decirme que nunca me has querido,

atrévete a decirme que no te hago feliz

atrévete a decirme que no te has estremecido

Atrévete a decirme que no soy nada para ti.

¡Atrévete! y dilo a los cuatro vientos

atrévete a decirme todo eso a mí,

atrévete, si es que puedes decirlo de frente,

Porque entonces yo a mi me toca

sabría qué decir.

Tomado de:

https://www.jstor.org/stable/j.ctv253f4t7.11?seq=9

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