sábado, 24 de abril de 2021

POEMAS DE JUDITH ORTIZ COFER



El olvido (según las madres)

 

Es una cosa peligrosa

olvidar el clima del

lugar en que naciste; alejar

las voces de los parientes muertos cuando

en sueños ellos te llaman por

tu nombre secreto; peligroso

rechazar las ropas que has

nacido para llevar para estar a la moda;

usar armas e instrumentos afilados con los que tú

no estás familiarizada; peligroso

desdeñar los santos de escayola ante

los cuales tu madre se arrodilla rezando por tí con

embarazoso fervor para que sobrevivas en

el lugar que has escogido para vivir; una habitación

cara, elegante y con pocos muebles, sin cuadros

en las paredes: un lugar de olvido donde

ella teme que mueras de frío.

Jesús, María y José.

El olvido es una cosa peligrosa.

Tomado de:

http://poemaseningles.blogspot.com/2004/12/judith-ortiz-cofer-el-olvido-segn-las.html

 

Mujeres que aman a los ángeles

Son delgadas

y rara vez se casan, viviendo

sus largas vidas

en habitaciones espaciosas, puertas francesas

dando vista a jardines formales

donde flores aromáticas

crecer en profusión.

Ellos tocan sus pianos

al final de la tarde

inclinando sus cabezas

en un ángulo amable

como si escuchara

a notas lanzadas arriba

el rango humano.

La edad los vuelve traslúcidos;

cada palpitación de sus corazones

visible en la sien o el cuello.

Cuando mueren, es mientras duermen

sus espíritus temblando suavemente sueltos

de una anfitriona demasiado bien educada

protestar.

 

Judith Ortíz Cofer, "Mujeres que aman a los ángeles" de The Latin Deli . Copyright © 1993 de Judith Ortíz Cofer. Reimpreso con permiso de University of Georgia Press.

 

Quinceañera

Mis muñecas han sido guardadas como muertas

niños en un cofre llevaré

conmigo cuando me case.

Busco debajo de mi falda para sentir

un slip de raso comprado para este día. Es suave

como el interior de mis muslos. Mi pelo

ha sido clavado de nuevo con mi madre

horquillas negras en mi cráneo. Sus manos

estiró mis ojos abiertos mientras ella torcía

trenzas en un círculo apretado en la nuca

de mi cuello. Voy a lavar mi propia ropa

y sábanas a partir de este día, como si

los fluidos de mi cuerpo fueran veneno, como si

el pequeño hilo de sangre creo

viaja desde mi corazón al mundo fueron

vergonzoso. ¿No es la sangre de los santos y

hombres en batalla hermosos? Hacer las manos de cristo

¿No sangrar en tus ojos desde Su cruz?

Por la noche me escucho crecer y despertar

para encontrar mis manos a la deriva por su propia voluntad

para calmar la piel estirada

sobre mis huesos,

Estoy enrollado como las tripas de un reloj,

esperando que cada hora me suelte.

Judith Ortíz Cofer, "Quinceañera" de Silent Dancing: Un recuerdo parcial de una infancia puertorriqueña . Copyright © 1991 de Judith Ortíz Cofer. Reproducido con permiso de Arte Público Press.

Fuente: Silent Dancing: A Partial Remembrance of a Puerto Rican Childhood (Arte Público Press, 1991)

 

LA LECCIÓN DE LA CAÑA DE AZÚCAR

 

Mi mamá abrió bien grandes los ojos

parada al lado de la plantación

lista para cortar.

"Respirá hondo",

           dijo en voz baja,

"no hay nada tan dulce:

nada más dulce."

           Al escucharla,

papá dejó la goma pinchada que estaba cambiando

bajo un sol que sacaba la brea del asfalto,

y me agarró del brazo, quebró mi corrida

hacia una planta:

"La caña puede asfixiar a una niña: snakes, las víboras

se esconden donde crece más alto que tu cabeza."

 

Y nos llevó de vuelta al auto lisiado

donde transpiramos nuestra penitencia,

por haber antojado más dulzura

que la que nos es permitida,

más de la que podemos manejar.

Tomado de:

https://libroemmagunst.blogspot.com/2014/01/judith-ortiz-cofer-2-poemas-2.html

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