Anclas opuestas
Ahora que el camino ha muerto,
y que nuestro automóvil reflejo lame su fantasma,
con su lengua atónicas,
arrancando bruscamente la venda del sueño
de las súbitas, esdrújulas moradas,
hollando el helado camino de las ánimas,
enderezando el tiempo y las colinas, igualándolo todo,
con su paso acostado;
como si girásemos vertiginosamente en la espiral de
nosotros mismos,
cada uno de nosotros se siente solo, estrechamente solo,
oh, amigos infinitos.
–
(100, 200, 300,
miles de kilómetros, tal vez).
El motor se aísla.
La vida pasa.
La eternidad de agacha, se prepara,
recoge el abanico que del nuevo aire le regala nuestra
marcha;
en tanto que enterrado su osamenta de kilómetros y
kilómetros,
los cilindros de nuestro auto depáranse a la zona de
nuestros propios muertos;
he ahí los antiguos héroes dirigiéndonos sus sonrisas de
altivos y próximos espejos;
mas, junto a ellos, también resiéntense,
los rostros de nuestros enemigos,
los de nuestros amigos,
y los de todos los hombres desaparecidos;
nuestro automóvil les limpia el olvido con el roce
delirante de sus hálitos.
–
Como esas manos de mármol que se saludan a la entrada de
las tumbas,
nuestro automóvil seráfico ratifica el gran pacto,
que a ambos lados de la ruta, conjuradas,
atestiguan las súbitas, esdrújulas viviendas golpeándose
entre sí…
Ahora que el camino ha muerto,
y que nuestro automóvil reflejo lame su fantasma,
con su lengua atónita,
como si girásemos vertiginosamente en la espiral de
nosotros mismos,
cada uno de nosotros se siente solo, indescriptiblemente
solo,
oh amigos infinitos!
Contra la noche
Con sus rápidos ojos que parten el viento,
Los tranvías hallan, copian la ciudad;
Las frías nubes despliegan, intensifican la vida…
…………………………………………………………………!
–
Mi pensamiento rueda y se alarga hasta mi casa,
Derramando sus lunas de sed en la tormenta;
Burgueses y mendigos y vehículos, todo lo que a mi
encuentro viene,
Se agranda a su contacto, resplandece,
Y anula su existencia, acábase, en mí mismo.
–
Entonces canto mis límites, mi alegría desbordada
Como un collar de olvido en la extremidad de un verso;
Contra el rumbo de la noche voy ganando hojas de plata,
Y he de estar dormido cuando todas me pertenezcan.
—
∇
Extraído de «Defensa del Ídolo», en Luis Omar Cáceres, El ídolo creacionista de María José Cabezas Corciene,
Santiago, Ediciones Lastarria, 2014.
Tomado de:
https://buenosairespoetry.com/2015/04/26/defensa-del-idolo-de-luis-omar-caceres/
YO, PALABRAS VIEJAS Y NUEVAS
“No debería escribir esto, ya que todo está dicho, o no,
en cada uno de los poemas, y en cada una de sus palabras.
Es una selección de mis primeros trabajos, una selección
que el tiempo y una mayor conciencia literaria restringieron; y que, demasiado
solo para oponerse a la impura diversidad del mundo, no puedo publicar con la
acentuada y natural distribución de su orden cronológico.
Así viví.
Mi actitud, sin embargo, no es la de un nihilista, la de
un ególatra o la de un deshumanizador ...
No.
Él es el que ha ido demasiado lejos en el corazón de los
hombres y en su propio corazón; ese orgulloso de orgullosas esperanzas que, de
pronto, creyendo tener el universo en una enumeración insólita, tropieza, a su
vez, con la omnipresencia lacerada de su ego, mientras un índice de
revelaciones señala esa firmeza con su fuego individual.
Aquí está mi terrible problema.
Aquellos que amaron mucho, y que meditaron en el POR QUÉ
sufrir al perder para siempre lo que amaban, estos tendrán que entenderme.
No escribí entonces, como le dijo un día a un poeta,
“impulsado por el impulso de HACER LITERATURA, enfermedad tan común en nuestra
tierra, pero obedeciendo a impulsos irresistibles; a la necesidad de definir, a
través de la expresión de mis estados internos, la VERDADERA situación de mi yo
en el espacio y el tiempo "...
Una nueva modalidad ético-estética debe llegar
necesariamente a quien comienza en la línea extrema de sí mismo.
No pretendo haber logrado o intentar tal éxito soberano.
Hay, lo sé, en estos poemas influencias que todavía los
condicionan a lo que se da tan arbitrariamente para llamar "el fondo y la
forma".
Existen, sobre todo, a través de este último. Dos o tres
poemas.
Sin embargo, a través de su presencia excepcional, el
espíritu se recupera en cada página.
Y eso es lo que me interesa.
Finalmente sé que lo que dije se dijo; mis palabras solo
me pertenecen.
Pero, después de todo, mi gran emoción y la trágica
experiencia de mi espíritu son auténticas.
Y este es el punto de partida desde el cual, y con
mejores esfuerzos, los jóvenes que de verdad odiamos, pasados y
presentes, la fuerza para amar el futuro, lograremos, si no alcanzar, al menos
preparar ese vasto equilibrio que él
tendrá. para liberar a la
humanidad, haciéndola revelarse en su esencia más íntima”.
AZUL DESHABITADO
Y ahora, recordando mi antiguo yo, los lugares donde
vivía
y que aún guardan mis pensamientos sagrados,
comprendo que el significado, la oración con la que cada
extraña soledad nos sorprende
no es más que la evidencia de que permanece la tristeza
humana.
O, también, la luz de quien rompe tu seguridad, tu
atmósfera consecutiva,
sentir cómo al regresar todo tu ser estalla en gran
número,
y saber que "todavía" existe, que
"todavía" anima y empobrece los pasos de la tierra,
pero quien está allí absorto, igual, sin rumbo,
solo como una montaña diciendo la palabra entonces:
para que nadie pueda consolar al que así sufre:
lo que busca, aquellos por los que ahora llora,
qué amor, él también se fue muy lejos, ¡poniéndose al
día!
CANCIÓN AL FUGITIVO
Golpeando la meta afilada con su escudo monótono, hay,
desde que eras, diez almas en tu porte;
Rompe este cielo inmediato, lineal, para que tu vida se
una
y me dé, oh fugitivo, el último oasis de este viaje, tus
pasos
desnudos por el único camino y el sol cerrado
que lava la pluma de esta tierra sabia, tu frente
ácida., dame
el sentido solo que existe aquí para hablar
y estaremos juntos SIEMPRE
!
Tomado de:
https://escamandro.com/2019/10/02/luis-omar-caceres-1904-1943/
PALABRAS A UN ESPEJO
Hermano, yo jamás llegaré a comprenderte;
veo en ti un profundo y extraño fatalismo,
que bien puede que fueras un ojo del Abismo,
o una lágrima muerta que llorara la Muerte.
En mis manos te
adueñas del mundo sin moverte,
con el mudo estupor de un hondo paroxismo;
e impasible me dices: “conócete a ti mismo”,
como si alguna vez dejara de creerte! …
De hondo como el cielo, cuan dulce es tu sentido;
nadie deja de amarte, todo rostro afligido
derrama su amargura dentro tu fuente clara.
Dime, tú, que en constante desvelo permaneces:
¿se ha acercado hasta ti, cuando el cuerpo perece,
algún alma desnuda, a conocer su cara?
Tomado de:
https://escritorjorgearturoflores.wordpress.com/omar-caceres-poeta-tragico/
INSOMNIO JUNTO AL ALBA
En vano imploro al sueño el frescor de sus aguas.
Auriga de la noche!.. (¿Quién llora a los perdidos?)
Vuelca la luna sobre su piel el viento, mientras
Que de la sombra emerge la claridad de un trino.
Tambalean las sombras como un carro mortuorio
Que desgaja a la ruta el collar de sus piedras;
E inexplicablemente crujen todas las cosas
Flexibles, como un arco palpitante de flechas.
Amor de cien mujeres no bastará a la angustia
Que destila en mi sangre su ardoroso zumbido;
Y si de hallar hubiera sostén a esa esperanza,
Piadosa me sería la voz de un precipicio.
Volcó la luna sobre su piel el viento.
Suave fulguración de nieve resbala en los balcones:
Y al suplicarle al sueño me aniquile, los pájaros,
Dispersan un manojo de luz en sus acordes.
Tomado de:
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