La tumba de un soldado
Entonces en la calma de la medianoche, delicados brazos
lo levantaron por las pendientes de la muerte
no sea que deba escuchar de nuevo las locas alarmas
de la batalla, los agónicos gemidos, el doloroso jadeo.
Y donde la tierra era blanda para las flores le hicimos
una tumba en la que descansar mejor.
La Primavera vendrá y dejará en ella su esplendor,
allí la alondra tornará a su nido cubierto de rocío.
(Traducción de Esther González)
Tomado de:
a un muerto
Un mirlo cantando,
Sobre un campo de musgo tapizado,
Capullos que ensombrecen,
Penumbras que salvajes florecen,
Una canción en el bosque,
Un barco en el mar,
La canción era tuya,
El barco era sólo mío.
Un mirlo cantando,
Lo oigo en mi atribulada mente,
Capullos en el viento,
Los veo en un aliento distante,
Pero el dolor y el silencio
Son del bosque su lamento,
El silencio es tuyo,
El dolor es sólo mío.
Tomado de:
http://elespejogotico.blogspot.com/2009/01/poemas-sencillos.html
Amor de primavera
La vi venir a través de la hierba florida,
Redondea sus veloces tobillos mariposa y abeja
Blent alas ruidosas y silenciosas; la vi pasar
Cuando los arcos de espuma se estremecieron en el mar
soleado.
Luego vino la golondrina agolpándose en el alba,
y los ecos del cuco llenaron el sur cubierto de rocío.
Dejé mi amor en la colina, solo,
Mi último beso ardiendo en su boca encantadora.
A uno que viene de vez en cuando
Cuando entras, parece un fuego más brillante
Crepita tentadoramente en el hogar,
La rutina del hogar que solía cansar
Crece lleno de novedad.
Te sientas en nuestra silla tapizada en casa
y hablar de cosas maravillosas y extrañas,
De libros, y viajes, costumbres antiguas que se atreven
Los dioses del Tiempo y el Cambio.
Hasta que con la palabra interior refutamos nuestro cuidado
Riendo que este nuestro pecho todavía asalta,
Mientras hay doncellas bailando al son de una flauta
En los valles andaluces.
Y a veces de mi estante de poemas tomas
Y los significados secretos de nuestros corazones se
revelan,
Como cuando los vientos de junio sacuden la selva media
Vemos la rosa escondida.
Y cuando las sombras se reúnen, y cada árbol
Un momento revolotea, lleno de alas que se cierran,
Tomas el violín y misteriosamente
Despierta maravillas en las cuerdas.
Y en mi jardín, gris de flores brumosas,
Ecos bajos más débiles que el cuerno de un escarabajo
Llena todos los rincones con ella, como dulces duchas
De campanas, en la mañana del búho.
Ven a menudo, amigo; con bienvenida y sorpresa
Te saludamos desde el mar o desde el pueblo;
Ven cuando quieras y desde cualquier cielo
Arriba sonríes o frunces el ceño.
Tomado de:
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