«Cuando llueve en domingo y tú estás solo…»
Cuando llueve en domingo y tú estás solo,
completamente solo,
abierto a todo, pero no llega ni el ladrón
y no llama a la puerta ni el borracho ni el enemigo;
cuando llueve en domingo mientras tú estás abandonado
y no comprendes cómo vivir sin cuerpo
y cómo no vivir puesto que tienes cuerpo;
cuando llueve en domingo y, solo, no eres más que tú,
¡no esperes ni hablar contigo mismo!
Entonces el ángel es el único que sabe
lo que hay encima de él,
entonces el diablo es el único que sabe
lo que hay debajo de él.
El libro sostenido, el poema al caer…
Vladimír Holan
Recogido en: Holan Antología
Traducción de Clara Janés
Plaza y Janés Editores, 1983©
Tomado de:
Eva
A Maria Tomasova
Fue cuando el vino nuevo… El otoño
había tejido ya el mimbre en torno a las botellas,
y la serpiente, no encima de la piedra, sino debajo del
brezo,
yacía sobre el vientre cubriéndose con su dorso.
«La belleza destruye el amor, el amor la belleza «, me dijo
y del mismo modo que antaño se sacrificaba a las diosas de
aquí y allá
un número impar de víctimas,
ella pensaba entonces nada más en sí misma,
imaginando con indiferencia
la eternidad sin inmortalidad…
Era tan hermosa que si alguien me hubiera preguntado
por dónde había ido con ella, no hubiera, sin duda, hablado
de paisajes
( a no ser que sintiera la impotencia de las palabras
y que sólo hiciera posible deletrear el silencio
la lluvia que cae en los presidios).
Era tan hermosa que quise
vivir de nuevo, pero de un modo distinto.
Era tan hermosa que en el fondo de mi delirante amor
me esperaba todavía íntegra toda la locura…
Vladimír Holan
Recogido en: «Profundidad de la noche» (Selección de poesía y
prosa)
Traducción e introducción de
Clara Janés. 2018
Ed. Galaxia Gutenberg, 2018
ISBN: 978-84-1735-546-3
Tomado de:
https://trianarts.com/vladimir-holan-eva/#sthash.P0eG5lUA.dpbs
«De noche»
Durante la ausencia de la mujer amada
las tinieblas, totalmente enloquecidas, se apoderan de sus
piernas,
se deslizan en los zapatos de hielo
y empiezan a bailar desde tu cama
hasta la inmensa sala del insomnio…
Los zapatos suenan, dan vueltas, patean, retozan
sin piedad, abiertamente, y eso dura
y se sienten bien, bailan sin duda el uno con el otro.
Tu amor sin fe sólo les ayuda
de los celos al adulterio.
Los oyes toda la noche, y más y más te hielan,
y no empiezan a fundirse hasta el momento
de volver hacia ti…
Vladimír Holan
Traducción de Clara Janés
Recogido en “Holan Antología”
Plaza y Janés Editores – 1983©
Tomado de:
https://trianarts.com/mi-recuerdo-a-vladimir-holan-de-noche/#sthash.qxa5Ze22.FNPa1uKK.dpbs
«Durante la siega»
Cuando te he visto hoy arrodillada entre los trigos bajo el
sol
atar las gavillas,
cuando te he visto dorada sobre el oro,
y amando sin duda a ese muchacho
que a cada instante se volvía hacia ti,
he tenido que pensar en aquella que amo
y que no me ama,
aquella que, noche tras noche, reposa,
blanca en la blancura, y que no necesita
ni de sí misma…
Ella, una de los mil espectadores
de las ejecuciones…
Vladimír Holan
Recogido en: «Holan Antología»
Traducción de Clara Janés
Plaza y Janés Editores, 1983©
Tomado de:
https://trianarts.com/vladimir-holan-durante-la-siega/#sthash.5TakVQgN.dpbs
LA GRUTA DE LAS PALABRAS
No entra impunemente el joven con su luz en la gruta de las
palabras.
Audaz presiente apenas dónde se encuentra.
Joven, aunque ha sufrido, no sabe lo que es el dolor.
Sabio antes de tiempo se escapa sin haber entrado
y alega como excusa la inmadurez de su época.
¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta, y por su cuenta y riesgo,
pierde delirando en ella las alas
y con ellas la manera de someterlas de nuevo a la gravedad
y no menoscabar esa fuerza que atrae hacia la tierra.
¡La gruta de las palabras!
Sólo el verdadero poeta regresa con su silencio
para encontrar, ya viejo, a un niño que llora,
abandonado por el mundo en su umbral.
CÓMO
¿Cómo vivir? ¿Cómo ser simple y fiel?
Siempre he buscado la palabra
que no hubiera sido dicha más que una sola vez,
incluso la palabra que hasta el momento no hubiera sido
pronunciada.
Hubiera debido buscar palabras cotidianas.
Ni siquiera al vino sin consagrar
se le puede añadir nada....
HAY
Hay destinos
donde lo que carece de temblor no es sólido.
Hay amores
en los que el mundo no te basta, falta un pasito.
Hay placeres
en los que te castigas por el arte, pues el arte es pecado.
Hay momentos de mutismo
en que la boca de la mujer hace pensar que el pudor es sólo
cuestión de sexo.
Hay cabellos teñidos por un meteoro
donde es el diablo quien hace la raya.
Hay soledades
en las que miras sólo con un ojo y miras sólo sal.
Hay momentos de frío
en los que estrangulas palomas y te calientas con sus alas.
Hay momentos de gravedad
en los que sientes que has caído ya entre los que caen.
Hay silencios
que debes expresarlos tú, ¡precisamente tú!
EL SOL EN CANDELARIA
Tempestad de nieve... El sol por algún lado en Turingia...
Aparte de eso nada, ni un amago de semejanza....
Los sueños, los signos, las imágenes, hasta la humedad de los
muros
podría salvarlos sólo una ayuda sobrenatural...
He amado y en cambio no me acuerdo ya.
En la vida, por la vida, venía a mi encuentro la muerte
siempre en el mismo sitio,
pero ni siquiera la ignorancia significa felicidad...
Terrible es mi soledad cuando muda me ordena
ser más impersonal pero no para todo el mundo... Un poema
es un don... Sí, pero lo hablado vale más que lo escrito...
¡Qué daría por un amigo!
EL PINO
¡Qué hermoso es ese viejo pino blanco
de las colinas de tu infancia
que hoy has vuelto a visitar!...
A su susurro recuerdas a tus muertos
y piensas cuándo te tocará a ti.
A su susurro te sientes
como si hubieras acabado de escribir tu último libro
y ahora tuvieras que callarte y llorar
para que brotara la palabra...
¿Qué fue de tu vida? Abandonaste conocido por desconocido.
¿Y tu destino? Una sola vez te sonrió
y tú no estabas allí...
Tomado de:
https://hombreenlaoscuridad.blogspot.com/2021/08/la-poesia-de-vladimir-holan.html
En la profundidad de la noche
a Jaroslav Seifert
«¿Cómo no ser?», te preguntas y hasta acabas por decirlo
en voz alta…
Pero el árbol y la piedra lo callan ,
aunque ambos son hijos de la palabra y por tanto mudos,
ya que la palabra se asusta de ver lo que ha sido de ella…
Pero los nombres aún los tienen. Los nombres: pino,
arce, álamo temblón. ..y los nombres: feldespato,
basalto, fonolita, amor… Bellos nombres,
sólo que asustados de ver en qué se han convertido.
Traducción de Clara Janés
Tomado de:
https://andandotrastuencuentro.blog/2022/08/25/5-poemas-de-vladimir-holan/
Non cum platone
Él: su belleza destruye mi amor,
ya que al destruir la ilusión destruye la realidad.
Ella: su amor destruye mi belleza,
pues si tengo máscara quiero también telón.
Grávido amanecer... Pueblo
donde se han comido todos los gallos.
Versión de Clara Janés
Otoño III
Campo sobre cuatro surcos... Lindero... Prado... Estanque...
Zorzales en las serbas...
Una araña teje de nuevo una malla hilada...
Ameno día, expulsado de la razón
al corazón del otoño... El viento se ha empurpurado...
La columna de mosquitos lleva el busto de la danza...
Dolor y pena, recuerdos y añoranzas...
¿Quisieras ser de nuevo joven, vivirlo todo de nuevo?
Por las sombras próximas y lejanas se puede oír,
cómo en el pueblo cubren el osario con una chapa ..
Versión de Clara Janés
Partus labyrinthis
Mire usted, señora, mis pecados son tantos
que usted no puede darse idea.
Y son tan pocos,
que los conoce bien.
Los que conoce son un solo pecado...
Y los que no comprende
son también ese
que a usted, como a mí
incensantemente nos confunde.
Versión de Clara Janés
Pero el tiempo
"¿Qué hay en tu corazón", me preguntó la vida.
Era una pregunta tan brusca,
buscaba tan poca excusa,
que quise responder: ¡Nada!
Pero el tiempo (que en pie junto a una columna de piedra
obligó hace mucho a sentarse a todas las catedrales)
me dijo: "¡Mentiroso, ese lugar que en ti
han ocupado las mujeres
sólo en el infierno permanece vacío!"
Versión de Clara Janés
Pesadumbre
Que según dicen la pena es muda...
Y sin embargo, la mayoría, incluso los taciturnos,
anhelan confesarse, quejarse, anhelan rezongar.
Les prestaste oído, sufriste con ellos,
pero con el fin de venerar también siempre el secreto:
buscaste la inspiración súbita
que suele ser precisa, nunca del todo explícita...
Fiel, no podías ser personal...
Sin embargo tampoco revelaste nunca
los sentimientos de aquellos que al respecto callaron...
Versión de Clara Janés
Que los muertos entierren a los muertos
Si los vivos pasaran por delante de los muertos
sería el final del presente y el futuro de los
remordimientos...
Si los vivos pasaran por encima de los muertos,
nosotros, los vivos, volaríamos...
Pero la cosa es así :
remordimientos sí, alas no.
Versión de Clara Janés
Será
Sí, podría decirle
por qué tiene usted miedo cuando caen las hojas
en el bosquecillo o en la alameda.
Y podría decirle,
por qué se rió Hölderlin
cuando le sacudían ciruelas en la cabeza.
Pero antes de que se vuelva usted en pos del sonido
y antes de que se vuelva usted en pos del color,
será otra cosa y vendrá de otra parte...
Versión de Clara Janés
Un día por la mañana
Un día por la mañana, al abrir la puerta,
encontraste en el umbral los zapatos de baile.
Era para besarlos y tú lo hiciste enseguida
y volviste a sentir alegría después de tantos años,
todas las lágrimas largo tiempo contenidas
ascendieron a tu risa.
Luego te reíste y desde el alma rompiste a cantar
con la tranquilidad de la juventud...
No preguntaste qué hermosa
dejó los zapatos en el umbral.
Nunca lo averiguaste
y, sin embargo, de aquel feliz momento
aún vives con frecuencia...
Versión de Clara Janés
Tomado de:
http://amediavoz.com/holan.htm
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